Ebriorexia: síntomas, causas, consecuencias, tratamientos
La ebriorexia es un trastorno alimenticio que engloba problemas relacionados con el alcoholismo con otros más típicos de la anorexia o la bulimia. Consiste en una ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, al mismo tiempo que se restringen las calorías consumidas con los alimentos para evitar un aumento del peso corporal.
La ebriorexia fue mencionada por primera vez hace relativamente poco tiempo, en el 2008. Sin embargo, sus síntomas ya eran comunes mucho antes. Las personas que lo padecen sufren un gran miedo a engordar o a ganar peso; y generalmente tienen una imagen distorsionada de su propio cuerpo. Por eso, deciden consumir menos calorías de las que deberían o provocarse el vómito tras comer para evitar subir de peso.
Estos síntomas son comunes a casi todos los trastornos de la conducta alimenticia. Sin embargo, en la ebriorexia se complican debido a que la persona también presenta un consumo excesivo y peligroso de bebidas alcohólicas. Muchas veces los dos problemas se refuerzan, afectando así a la salud de manera muy severa.
La ebriorexia puede presentarse en personas de todas las edades, sexos y condiciones; pero según los pocos estudios que existen al respecto, es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres. Además, la mayoría de los afectados se encuentran entre los 17 y los 25 años, algo que ocurre de manera muy similar en otros trastornos parecidos.
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Síntomas
Al igual que ocurre con la mayoría de trastornos psicológicos, la ebriorexia no se caracteriza por un solo síntoma, sino por un conjunto de ellos relacionados entre sí. A continuación veremos cuáles son los más importantes.
Preocupación excesiva con la imagen corporal
Posiblemente el síntoma más importante que comparten las personas con ebriorexia es la intensa preocupación por mantener una imagen y un peso corporal determinados.
Estos individuos creen que necesitan tener un aspecto concreto para estar bien, y se imaginan todo tipo de consecuencias terribles si no lo consiguen, entre las que se incluyen el aislamiento social y el rechazo por parte de otros.
Generalmente, el estado ideal de las personas con ebriorexia no es realista. Al medirse frente a un estándar que es prácticamente imposible de alcanzar, estos individuos nunca están satisfechos con su imagen, y por lo tanto recurren a conductas cada vez más extremas y peligrosas para tratar de modificarla.
A todo esto se le suma una percepción distorsionada de la propia imagen. Quienes sufren ebriorexia tienden a verse con sobrepeso o incluso con obesidad incluso cuando están extremadamente delgados, lo que incrementa su malestar psicológico y les lleva a actuar de formas aún más dañinas para su salud.
Uso de estrategias de control
Un síntoma muy relacionado con la preocupación excesiva por la imagen corporal es la adopción de estrategias de control para tratar de mantenerlo dentro de los parámetros que la persona considera aceptables. Estas estrategias pueden variar en función del caso, pero generalmente son muy perjudiciales para su bienestar físico.
En las versiones menos severas de la ebriorexia, la persona que sufre el trastorno simplemente permanecerá haciendo una dieta de forma constante. Generalmente sus hábitos alimenticios serán muy severos, lo que puede provocar una importante falta de nutrientes o pérdida de energía por consumir menos calorías de las necesarias.
Sin embargo, también existen versiones mucho más peligrosas de la ebriorexia. En la mayoría de los casos, los afectados consideran que hacer una dieta no es suficiente, por lo que deciden adoptar medidas más extremas. Generalmente estas implican saltarse comidas (o dejar de comer directamente), o bien vomitar aquello que se ha ingerido para evitar engordar.
Consumo elevado de alcohol
Hasta ahora, todos los síntomas mencionados son comunes a la inmensa mayoría de trastornos alimenticios. Lo que hace única a la ebriorexia es la elevada ingesta de alcohol que presentan las personas que la padecen. En la mayoría de ocasiones, esta es tan alta que podría considerarse que el paciente sufre de alcoholismo.
Por si esto fuera poco, generalmente las personas con ebriorexia son conscientes de que las bebidas alcohólicas son muy calóricas, por lo que tras ingerirlas se sienten aún más culpables y preocupadas, y recurren de nuevo a sus estrategias de control.
En la práctica, esto puede traducirse en que los afectados por el trastorno apenas tomen alimentos sólidos y prácticamente solo ingieran alcohol, lo que por supuesto tiene consecuencias extremadamente negativas para su salud.
Malestar emocional intenso
Un último síntoma muy común en las personas con ebriorexia (y otros trastornos alimenticios similares) es la presencia de emociones, pensamientos y sensaciones extremadamente negativos y desagradables. Generalmente, las estrategias de control y la ingesta de alcohol son precisamente un intento de hacerlos desaparecer, aunque a menudo sin éxito.
Así, las personas afectadas habitualmente presentan baja autoestima, ideas irracionales sobre sí mismos, ansiedad y síntomas de depresión. Estos síntomas suelen estar provocados por sus estándares imposibles sobre cómo debería ser su cuerpo, y se van haciendo más pronunciados según avanza la enfermedad.
Causas
Al igual que ocurre en el caso de otros trastornos dismórficos o de la conducta alimenticia, no está muy claro por qué aparece la ebriorexia. Sin embargo, la mayoría de expertos creen que la principal razón tiene que ver con la mentalidad de la persona que sufre este problema.
Ya hemos visto que los principales síntomas de la ebriorexia tienen que ver con la presencia de unos estándares de conducta y de imagen corporal poco realistas e imposibles de alcanzar. Esto parece estar provocado por una serie de creencias irracionales que llevan a la persona a creer que necesita ser perfecta para estar bien.
De esta manera, los afectados por la ebriorexia tienden a creer que si no alcanzan su peso objetivo o consiguen la imagen que desean tener, van a aparecer todo tipo de consecuencias negativas en su vida: desde aislamiento social hasta la pérdida de la salud, pasando por multitud de situaciones imaginarias intermedias. Para evitarlo, acaban desarrollando los síntomas típicos de esta enfermedad mental.
No se sabe exactamente por qué puede aparecer esta mentalidad, pero sí que se conocen ciertos factores que pueden hacer más probable su desarrollo. Así, entre otras cosas, la genética, las relaciones íntimas de la persona, o el haber padecido situaciones de acoso aumentan las posibilidades de que un individuo desarrolle ebriorexia.
Consecuencias
Si no se trata a tiempo, la ebriorexia puede generar consecuencias realmente graves para el bienestar físico y mental de la persona. Algunas de ellas son similares a las de otros trastornos de la alimentación, mientras que otras son exclusivas de esta enfermedad.
Por una parte, el hecho de que el individuo no ingiera tantas calorías como debería puede llevarle a entrar en un estado de infrapeso, que en casos extremos podría poner en riesgo su vida. Lo mismo ocurre con la falta de nutrientes asociada a las estrictas dietas que las personas con este trastorno suelen llevar.
Por si esto fuera poco, en la ebriorexia los problemas de salud típicos de un trastorno de la alimentación se ven agravados por el excesivo consumo de bebidas alcohólicas.
El alcohol no solo empeora aún más la salud física de los afectados, sino que también hace que su estado mental se deteriore rápidamente, agravando el resto de síntomas y haciendo que entre en una espiral destructiva de la que es cada vez más difícil salir.
Por último, en casos muy extremos las distorsiones mentales sufridas pueden ser tan graves, que lleven a la persona a sufrir episodios severos de ansiedad, depresión o incluso brotes psicóticos. En algunas ocasiones, los afectados pueden llegar a intentar suicidarse para acabar con su sufrimiento, con el que no saben cómo tratar.
Tratamientos
Generalmente los tratamientos para la ebriorexia tienen dos partes. En la primera, se intenta paliar los síntomas más graves del trastorno para que dejen de poner en riesgo la vida de la persona. La segunda, por el contrario, se centra en solucionar las causas subyacentes al problema con el objetivo de que este desaparezca por completo.
Dependiendo de la gravedad del caso, es posible que la primera acción que haya que tomar sea hospitalizar a la persona afectada. Esto se hace en situaciones en las que el estado de salud del paciente es realmente grave, como por ejemplo si su bajo peso corporal o su alto consumo de alcohol pueden poner en riesgo su vida.
Una vez que se ha estabilizado el estado físico del paciente y su vida ya no corre peligro inmediato, existen varias opciones de tratamiento que se pueden aplicar. Generalmente, todos los pacientes afectados por ebriorexia se beneficiarían de un tratamiento psicológico de algún tipo.
Las terapias que más eficacia han demostrado en cuanto al tratamiento de las causas psicológicas de este trastorno de la alimentación son la cognitivo – conductual y la de aceptación y compromiso o ACT. Al mismo tiempo, en algunas ocasiones puede estar indicado el uso de medicación para controlar algunos de los síntomas mentales más agudos.
Por último, aunque el tratamiento del alcoholismo puede ser muy difícil en algunos casos, ciertas intervenciones como los grupos de ayuda o las terapias de doce pasos han demostrado ser muy útiles en este ámbito.
Referencias
- “Ebriorexia” en: Instituto Castelao. Recuperado en: 26 Septiembre 2019 de Instituto Castelao: institutocastelao.com.
- “¿Sabes qué es la ebriorexia?” en: El Botiquín. Recuperado en: 26 Septiembre 2019 de El Botiquín: elbotiquin.mx.
- “Ebriorexia: síntomas, causas y tratamiento” en: Psicología y Mente. Recuperado en: 26 Septiembre 2019 de Psicología y Mente: psicologiaymente.com.
- “¿Qué es la alcohorexia o ebriorexia?” en: Muy Interesante. Recuperado en: 26 Septiembre 2019 de Muy Interesante: muyinteresante.com.
- “Un nuevo trastorno alimentario: ebriorexia” en: Vitónica. Recuperado en: 26 Septiembre 2019 de Vitónica: vitónica.com.