Elefante africano: características, hábitat, reproducción
El elefante africano (Loxodonta africana) es un mamífero placentario que forma parte de la familia Elephantidae. Una de sus características principales lo constituyen sus colmillos, que se encuentran presentes tanto en el macho como en la hembra. Además, sus orejas son puntiagudas, con forma rectangular.
Tiene una cabeza grande, que está sostenida por un corto cuello. En cuanto a la trompa, es un órgano prensil, largo y musculoso. Este se deriva del alargamiento del labio superior y de la nariz. En la punta se encuentran las fosas nasales.
También, en el extremo tiene una proyección ventral y dorsal, que utiliza para agarrar objetos. El elefante africano emplea su trompa para beber agua y para tomar sus alimentos, para derribar árboles, durante el cortejo y en el cuidado de las crías.
Loxodonta africana habita en África oriental, meridional y central. En estas regiones, vive en sabanas abiertas y cerradas, matorrales y en bosques subtropicales y templados.
Las poblaciones de elefantes africanos han disminuido, motivado principalmente por la destrucción de su hábitat y a la caza furtiva, así como para comercializar con sus colmillos y la carne. Debido a esta situación, la UICN ha categorizado a esta especie como vulnerable de extinguirse.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Evolución
- 3 Taxonomía
- 4 Hábitat y distribución
- 5 Estado de conservación
- 6 Reproducción
- 7 Alimentación
- 8 Comportamiento
- 9 Referencias
Características
– Tamaño
La longitud de cuerpo del macho es de 6 a 7,5 metros, mientras que la hembra mide de 5,4 a 6,9 metros. En cuanto a la altura del hombro, en el macho tiene un promedio de 3,2 metros y en la hembra está entre 2,5 y 2,7 metros. Los jóvenes, al nacer, miden, desde su extremidad hasta su hombro, de 0,8 a 1,05 metros.
Con relación al peso, el rango en el macho es de 4000 a 6300 kilogramos, con un promedio de 5000 kilogramos. Por su parte, la hembra pesa alrededor de 2400 a 3500 kilogramos. Las crías hembras no exceden los 100 kilogramos, y los machos llegan a tener una masa corporal de 120 kilogramos.
– Dentición
En la mandíbula superior, tanto el macho como la hembra, tienen colmillos. Estos son dientes incisivos modificados, que tienen una corona, una raíz y la cavidad pulpar. Están compuestos de marfil e inicialmente se encuentran cubiertos de esmalte, que se cae a temprana edad.
La erupción puede ocurrir cuando el elefante tiene de 1 y 3 años. Los machos tienen colmillos más largos y gruesos que las hembras. Así, pesan entre 23 y 45 kilogramos. En cuanto a su forma, son curvados hacia adelante y miden de 1,5 a 2,4 metros.
Estos dientes crecen constantemente y son utilizados para cavar en la tierra en búsqueda de raíces y para quitar la corteza de los árboles. También, los emplean para luchar entre estos y como arma de defensa contra los depredadores.
Al nacer, las crías no tienen colmillos, sino incisivos premaxilares temporales. Estos son reemplazados alrededor del año de edad por unos incisivos que, finalmente, darán origen a los colmillos.
Dientes de mejilla
El elefante africano desarrolla tres premolares y tres molares, que erupcionan en diferentes etapas de la vida y se desgastan secuencialmente. Una vez que el último juego de molares está gastado, no existen dientes adicionales que lo reemplacen. Los dientes de las mejillas varían en cuanto al tamaño, siendo el primero el más pequeño y el último, el más grande.
– Extremidades
El Loxodonta africana tiene extremidades largas, robustas y con forma de columna. Los huesos que la conforman tienen corticales densos y gruesos. En el interior, el hueso es esponjoso y reticulado, careciendo de cavidades medulares, menos en algunas partes de la tibia y del fémur.
Externamente, la pata, la planta córnea y las grandes uñas conforman una única estructura. En la parte interna, los huesos de los dedos reposan sobre una almohadilla de tejido graso fibroelástico, que amortigua el impacto que produce el movimiento del animal.
En cuanto a la cola, es aplanada hacia el extremo y mide entre 100 y 150 centímetros de largo. Termina en un penacho de mechones de pelos negros, rígidos y gruesos y rígidos.
– Pelaje
El elefante africano adulto posee poco pelaje, pero puede tener algunos grupos de pelos en la frente, en los labios y alrededor de la vulva. Además, hay algunos otros en la cola, la espalda y en las rodillas.
Por otra parte, tiene largas pestañas, pelos sensoriales en el tronco y en el borde del orificio de los oídos externos.
En cuanto a la coloración de la piel, es gris oscuro o negro grisáceo. El grosor varía desde pocos milímetros, en el área posterior de las orejas hasta casi 3,2 centímetros, en los cuartos traseros.
– Temperatura corporal
La temperatura corporal está en el rango de los 35 a 37 °C. Para refrescarse, utiliza las orejas, que puede mantener distendidas al viento o moverlas vigorosamente, para crear corrientes de aire. De esta manera aumenta el movimiento del aire sobre los vasos sanguíneos que se encuentran en las orejas.
También, para disminuir la temperatura interna, el elefante africano toma agua con su trompa y la rocía sobre su cuerpo.
– Sistema músculo-esquelético
Los músculos del Loxodonta africana poseen una alta proporción de tejido fibroso. Con relación al esqueleto, las vértebras cervicales son cortas y el esqueleto apendicular conforma sólidas columnas.
Así, el húmero y el fémur son largos. Además, en las extremidades anteriores están presentes los huesos cúbito y radio, y en las posteriores, el peroné y la tibia.
– Trompa
La trompa es un alargamiento prensil del labio superior y de la nariz. Este órgano es altamente sensible, debido a que se encuentra inervado por el nervio trigémino. Además, los expertos señalan que tiene una fuerte estructura muscular.
Debido a esta característica, el elefante africano puede utilizarlo para levantar objetos que pesen hasta el 3% de su peso corporal. También, lo emplea para beber agua, oler, tocar superficies, alimentarse, producir sonidos, defenderse y atacar al depredador.
La entrada del aire al organismo ocurre en un alto porcentaje (aproximadamente un 70%) a través de la trompa, el resto lo realiza por medio de la boca.
– Must
El must es una etapa donde el elefante africano macho tiene un comportamiento altamente agresivo, que puede ir acompañado de un incremento en los niveles de las hormonas reproductivas. Por lo tanto, este no es una conducta netamente sexual, sin embargo, pudiera afectar el éxito reproductivo.
En esta especie, el must ocurre cuando el animal tiene entre 26 y 32 años. Uno de los comportamientos que presentan los machos es el establecimiento de las jerarquías entre estos, la disminución de la ingesta de alimentos y la emisión de vocalizaciones, como gruñidos bajos y pulsantes.
También, el macho puede mostrarse agresivo y perseguir a otros elefantes. Por otra parte, algunos de los signos asociados con un macho en must son el caminar con la cabeza en alto y las orejas ampliamente extendidas, el goteo de orina y el recrecimiento y secreción de líquidos de las glándulas temporales.
– Patrones de desplazamiento
El elefante africano de sabana, como también es conocida esta especie, es un buen nadador. Sin embargo, si las aguas son pocos profundas, el animal camina por el fondo, levantando su trompa para poder respirar. La velocidad promedio mientras nada es de aproximadamente de 0,5 km/h.
La gran mayoría de los animales pueden correr y luego caminar sin mayor esfuerzo. No obstante, el Loxodonta africana, debido a su gran peso, no tiene capacidad de hacer dichos movimientos.
En la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, un equipo de investigadores evaluó el desplazamiento de un grupo de elefantes. Los resultados revelan que este animal tiene movimientos diferentes con sus extremidades. Con las anteriores trota y con las posteriores camina a una elevada velocidad.
Así mismo, el costo energético de este desplazamiento es muy bajo. Esto se debe a que la frecuencia de pasos que da el animal es alta, mejorando así su estabilidad. Además, mantiene apoyadas dos patas al mismo tiempo en el suelo, inclusive cuando se mueven a grandes velocidades.
La combinación de estos factores hace que el centro de masa del mamífero africano suba y baje con menos frecuencia que en otros animales.
Evolución
En diversos estudios, el análisis del ADN nuclear señala que la divergencia genética entre los elefantes africanos y los asiáticos ocurrió entre 2,6 y 5,6 millones de años atrás.
Así mismo, los datos indican que el elefante africano posee un alto grado de diversidad genética, posiblemente asociado a la periódica fragmentación que sufrió su hábitat durante los cambios climáticos que ocurrieron en el Pleistoceno.
Los investigadores examinaron el flujo genético que existe entre el Loxodonta africana y el Loxodonta cyclotis. Según los resultados, el elefante africano de sabana (L. africana) tiene igual ADN mitocondrial que el elefante africano de bosque (L.cyclotis). Esto es un indicio que ocurrió una hibridación entre la zona de transición bosque-sabana.
Taxonomía
-Reino: Animal.
-Subreino: Bilateria.
-Filum: Cordado.
-Subfilum: Vertebrado.
-Infrafilum: Gnathostomata.
-Superclase: Tetrapoda.
-Clase: Mamífero.
-Subclase: Theria.
-Infraclase: Eutheria.
-Order: Proboscidea.
-Familia: Elephantidae.
-Género: Loxodonta.
-Especie: Loxodonta africana.
Hábitat y distribución
Distribución
Loxodonta africana se distribuye en amplias extensiones de rango continuo en África meridional, oriental y central. Sin embargo, las comunidades se encuentran fragmentadas en todo el continente.
Existen algunas poblaciones remanentes en Guinea-Bissau y en Etiopía. Así mismo, algunas poblaciones están separadas, como ocurre al norte de Sudáfrica y otras están contiguas, tal como en Tanzania, Gabón, Zambia y Botswana.
Anteriormente estuvo presente en Gambia, Burundi y Mauritania, pero en la actualidad se encuentran extintos en dichos países. También había desaparecido de Swazilandia, pero en los últimos años han sido reintroducidas exitosamente en varias poblaciones.
Hábitat
El elefante africano se encuentra en sabanas cerradas y abiertas, bosques templados y subtropicales, selvas tropicales, matorrales y de manera ocasional en playas y desiertos, como el de Namibia y Malí.
No obstante, motivado a la gran amenaza de extinción que los aqueja, actualmente está prácticamente restringido a las reservas naturales y a los santuarios.
También, se encuentra en pastizales, humedales, bosques secos e inundados estacionalmente y en algunas tierras agrícolas, en alturas desde el nivel del mar hasta las áreas a 4500 metros.
Por otra parte, el Loxodonta africana está en diversos rangos latitudinales y altitudinales, desde playas oceánicas hasta las laderas de montañas hasta playas oceánicas. Además, vive en regiones tropicales del norte del continente hasta área templada del sur, entre 16,5° norte y 34° sur.
Sus movimientos dentro de los ecosistemas se encuentran relacionados con la disponibilidad estacional de los alimentos, la sombra y del agua. Existen algunas evidencias que demuestran que, en pasado, esta especie se desplazaba de 402 a 644 kilómetros entre zonas de estación seca y húmeda.
Estado de conservación
Las poblaciones del elefante africano están sufriendo una disminución importante en todo su hábitat natural. Esta situación ha ocasionado que la UICN categorice al Loxodonta africana como una especie vulnerable de extinguirse.
– Amenazas
Caza
Históricamente, la caza furtiva de esta especie ha sido la principal causa del declive de sus poblaciones. El elefante africano es capturado y asesinado para comercializar su piel, carne y colmillos.
A pesar que en 1989 fue prohibida la venta de marfil a nivel internacional, su comercio ilegal se ha duplicado entre 2007 y 2014. Los cazadores persiguen principalmente a los machos, porque tienen los colmillos de mayor tamaño que el de las hembras.
Esto ha ocasionado que las comunidades se encuentren sesgadas por sexo, afectando las posibilidades de reproducirse y, por ende, influyendo negativamente en la supervivencia de la especie.
Un ejemplo de esto ocurre en el Parque Nacional Zakouma, de Chad. En el 2005, esta reserva contaba con 3.900 elefantes africanos, sin embargo, en un lapso de cinco años fueron asesinados más de 3.200 de estos grandes mamíferos.
Por otra parte, en la Reserva Nacional de Samburu, entre 2008 y 2012, fue asesinada el 31% de la población de elefantes africanos que vivían en dicho parque.
Pérdida del hábitat
El hábitat natural de esta especie está fragmentado, debido a la expansión de las poblaciones humanas y de la conversión de la tierra. El hombre tala y deforesta los bosques para el asentamiento de actividades ganaderas, plantaciones de cultivos no madereros y zonas urbanas e industriales.
Así mismo, actividades como la minería, modifican el ambiente y les proporcionan a los cazadores furtivos el acceso fácil hasta el hábitat del elefante africano.
A medida que el desarrollo humano avanza, el enfrentamiento entre el hombre y los elefantes son más frecuentes. Los agricultores ven amenazados sus cultivos, ya que el animal incursiona en estos en búsqueda de comida y de agua. En la gran mayoría de los casos lo matan, disparándole o envenenándolo.
Conservación
El Loxodonta africana se encuentra incluido en los apéndices I y II de CITES. Los elefantes africanos en Namibia, Botswana, Zimbabwe y Sudáfrica están en el Apéndice II, mientras que los que habitan en el resto de los países, están protegidos por las normas contempladas en el Apéndice I.
Reproducción
– Órganos sexuales
En las hembras, la vagina y la uretra se abren en el canal urogenital. Este conducto se conecta con la vulva, ubicada entre las patas posteriores.
En cuanto a los cuernos uterino, están unidos externamente en gran parte de su extensión, pero internamente se encuentran separados, hasta muy cerca de la vagina. El clítoris está muy desarrollado y posee un cuerpo cavernoso eréctil de gran tamaño.
En los machos, la uretra se encuentra extendida hasta el final del pene. Con relación a los testículos, no están dentro de un escroto. Estos permanecen en el área intra abdominal. El sistema reproductor del macho cuenta con 3 tipos de glándulas accesorias: la próstata, las vesículas seminales y las glándulas bulbouretrales.
– Apareamiento
Los elefantes africanos maduran sexualmente a partir de los 10 u 11 años. Sin embargo, algunos factores, como la nutrición y la sequía, pudieran influenciar en esto, por lo que el inicio del periodo reproductivo podría retrasarse hasta los 16 o 18 años.
Los machos jóvenes podrían comenzar a producir espermatozoides a una temprana edad, entre los 10 y 13 años. No obstante, es muy poco probable que puedan resultar victoriosos en la competencia por una hembra con otros machos adultos.
– Ovulación
La hembra del Loxodonta africana es poliéstrica y monovular, ya que produce un solo huevo en cada estro. Generalmente, antes de la ovulación y de la fecundación, existen varios ciclos de estro estériles.
La duración del celo es aproximadamente de 2 a 6 días, pudiendo extenderse hasta 10 días. Sin embargo, estudios recientes sobre los niveles hormonales en las hembras en estro han demostrado que el ciclo completo dura entre 14 y 16 semanas. Además, suele haber un anestro lactacional, donde la hembra no entra en celo mientras amamanta a la cría.
– Cortejo y copulación
El macho puede conocer el estado del estro de la hembra mediante el olor de la orina y de los genitales. También, la hembra puede atraer a los machos utilizando llamadas fuertes. Los machos suelen enfrentarse entre sí, por la opción de unirse a una hembra.
Durante el ritual de apareamiento, el macho se aproxima a la hembra y la acaricia con su trompa. También, suelen producirse interacciones como las persecuciones cortar, cabezazos y el enroscamiento de las trompas. Mientras que las hembras están en celo, pueden unirse con varios machos.
El apareamiento podría ocurrir en cualquier época del año, aunque generalmente está asociado a las épocas de lluvia. Esto pudiera estar asociado a que el crecimiento del pasto en la estación lluviosa le garantiza al elefante africano una mejor nutrición.
– Gestación y alumbramiento
La duración de la gestación es de aproximadamente 656 días. Antes del parto, la hembra puede apartarse o no de la manada, no obstante, a menudo las hembras se reúnen alrededor de la madre y su cría.
Cuando el momento del alumbramiento está cerca, la hembra se muestra inquieta, pudiendo raspar el suelo con sus patas anteriores. Una vez que la cría ha sido expulsada, el cordón umbilical se rompe en el momento que cae al suelo.
Luego de esto, la madre u otras hembras del grupo, le quitan las membranas fetales que lo envuelven. Posteriormente, el recién nacido es estimulado a pararse, para lo cual la hembra utiliza su trompa y los colmillos.
Alimentación
El Loxodonta africana es herbívoro y su dieta incluye el follaje de los árboles, frutas, raíces, corteza, hierbas y ramas. La fibra que consume proviene principalmente de masticar la corteza, ya que rara vez es consumida.
Con relación al agua, suelen beber alrededor de cinco galones al día. Esto lo hacen empleando su trompa, con la cual aspira el agua de la fuente, la retiene temporalmente y luego la lleva hasta la boca.
Para complementar la dieta, los minerales que necesita los obtiene de los pozos de agua, de los termiteros y de los lamederos de sal. El agua que toman, suele tener altas concentraciones de sodio. En el Parque Nacional Kruger, los investigadores señalan que este mamífero ingiere cenizas de la madera, por su contenido de minerales.
Variaciones estacionales
Las estaciones tienen una fuerte influencia en la dieta. Así, durante el invierno, el elefante africano es propenso a forrajear pasto. Sin embargo, en la estación seca, incluyen hojas y corteza. La corteza es un alimento que, además de fibra, le proporciona calcio, un elemento altamente nutricional e indispensable en la dieta del mamífero.
Estrategias alimenticias
Para derribar el arbusto y obtener las raíces o la corteza, el elefante africano puede utilizar su trompa. Además, puede tumbar la planta empleando sus fuertes patas anteriores.
También, puede arrancar el pasto largo con su trompa, mientras que la hierba corta la puede separar de la tierra pateándola con sus extremidades delanteras. Así mismo, con su trompa puede seleccionar frutas o brotes frescos de los árboles.
Comportamiento
El elefante africano establece un fuerte vínculo entre la madre y la cría. Por ejemplo, si el recién nacido no puede alcanzar sus pezones para tomar la leche, la madre dobla sus patas anteriores para acercar su cuerpo y facilitar el amamantamiento.
Durante los primeros meses, la hembra se mantiene muy cerca del joven, protegiéndolo y ayudándolo en todo lo que necesite. Así, pudiera reprenderlo, golpeándolo con su trompa, o ayudarlo a salir de un lago fangoso.
Generalmente, el cuidado parental dura hasta la adolescencia temprana, sin embargo, después de esta etapa, la madre puede socorrer al joven ante cualquier amenaza.
Las hembras suelen vivir en manadas, formadas por un total de 6 a 70 elefantes madres y sus crías. En estos rebaños existe un orden matriarcal, donde el liderazgo lo suele tener la hembra más grande y dominante.
En cuanto a los machos, tienden a vivir solos o en conjunto con algunos machos. Únicamente los jóvenes se encuentran dentro de las manadas, donde se mantienen hasta que puedan defenderse solos o salgan en búsqueda de una pareja para reproducirse.
Referencias
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