Medicina

Loratadina betametasona: para qué sirve, efectos y dosis


La combinación loratadina betametasona reúne una droga que provee alivio inmediato a los síntomas asociados a las alergias (loratadina) con otra que bloquea el componente inflamatorio de la reacción (betametasona), lo cual a la postre redunda en un efecto terapéutico más potente y una tasa más baja de recurrencias.

Esta composición se ha convertido en una opción terapéutica muy popular desde su introducción en el mercado. Si bien la mayoría de las reacciones alérgicas leves pueden manejarse con loratadina sola, en los casos de reacciones alérgicas severas o recurrentes la mejor opción es el uso de la combinación loratadina-betametasona.

Esto es así debido a que, además de tratar los síntomas derivados de la liberación de histamina con la loratadina, también se estará bloqueando el componente inflamatorio con la betametasona; lográndose así una tasa de éxito más alta con una recurrencia menor.

Índice del artículo

Mecanismo de acción

El mecanismo de acción de la combinación loratadina betametasona se basa en la sinergia de ambas drogas.

Acción de la loratadina

En primer lugar, la loratadina es un bloqueador selectivo H1 muy potente, sin efecto sedante, que inhibe muy rápido los efectos de la histamina a nivel periférico. Esto ayuda a reducir rápidamente el prurito (picazón) y el enrojecimiento.

Sin embargo, cuando se administra loratadina sola la histamina sigue circulando, de manera que los síntomas pueden reaparecer al cesar el efecto del fármaco.

Y allí es precisamente donde entra en juego la betametasona, ya que este medicamento del grupo de los corticoesteroides tiene un potente efecto antiinflamatorio.

Acción de la betametasona

Siendo que la base de las reacciones alérgicas es la inflamación, la betametasona va a la raíz del problema, bloqueando la liberación de mediadores inflamatorios a nivel celular así como las interacciones químicas entre estos y sus receptores.

Mediante este mecanismo la betametasona bloquea en última instancia la liberación de histamina, controlando la reacción alérgica desde su origen.

Sin embargo, dado que este mecanismo tarda más y la histamina secretada antes de la administración del fármaco seguirá produciendo síntomas, es necesaria la administración concomitante de loratadina para un alivio inicial más rápido de los síntomas. 

¿Para qué sirve la loratadina betametasona?

Aunque la mayoría de las reacciones alérgicas leves pueden ser tratadas con loratadina sola, aquellos casos de alergia severa o recurrente se benefician del uso de la combinación loratadina betametasona, en particular los asociados a condiciones inflamatorias crónicas como el asma.

En este sentido, las indicaciones más comunes para el uso de esta combinación son: 

  • Dermatitis atópica.
  • Asma bronquial.
  • Rinitis alérgica estacional.
  • Rinitis alérgica perenne.
  • Reacciones alérgicas a medicamentos.
  • Alergias alimentarias.
  • Picaduras de insectos.

Las anteriores son solo las más comunes, aunque en general cualquier reacción alérgica asociada a inflamación puede tratarse con esta combinación siempre que su severidad no obligue al uso de tratamientos parenterales, como en el caso del shock anafiláctico.

Contraindicaciones

  • La combinación de loratadina y betametasona está contraindicada cuando se sepa que el paciente es sensible a alguno de los componentes de la formulación.
  • Está contraindicada en los casos de infecciones por hongos (ya que podría agravarlas), obstrucción de las vías biliares y obstrucción urinaria, en especial cuando esta se debe a hipertrofia prostática.
  • Debe evitarse su uso en los pacientes con hipocalemia (potasio bajo en sangre).
  • Debe usarse con precaución cuando se administra a pacientes que se encuentran en tratamiento con IMAO (inhibidores de la mono amino oxidasa).
  • Debe usarse con precaución en pacientes con insuficiencia renal o hepática. Incluso en ocasiones es necesario ajustar la dosis de acuerdo a la función renal o hepática.
  • Durante el embarazo y la lactancia debe limitarse su uso solo a aquellos casos donde no exista otra opción terapéutica y el beneficio para el paciente supere con creces los riesgos. 

Efectos secundarios

  • La mayoría de los efectos secundarios que nota el paciente (sintomáticos) suelen presentarse a nivel sistémico y de la vía digestiva, siendo los más frecuentes astenia (cansancio), somnolencia, sensación de boca seca, nauseas y vómitos. 
  • En algunos pacientes pueden presentarse reacciones alérgicas paradójicas caracterizadas por erupción y urticaria después de la administración de esta combinación de medicamentos.
  • Pueden presentarse otros efectos secundarios que, aunque pasan desapercibidos para el paciente (son asintomáticos), pueden poner en riesgo su vida. Tal es el caso de la hipocalemia (disminución de los niveles de calcio en sangre), desequilibrios hidroelectrolíticos, aumento de los niveles de sodio y retención de líquidos.
  • En los casos donde se administra por periodos de tiempo muy prolongados e ininterrumpidos, pueden presentarse como efectos secundarios tardíos el síndrome de Cushing y la insuficiencia suprarrenal.

A pesar de sus efectos secundarios potenciales (siendo los anteriores solo los más frecuentes) se trata de un medicamento muy seguro que no debería generar ningún tipo de inconveniente si se administra bajo estricta vigilancia médica. 

Dosis recomendadas 

La combinación loratadina betametasona se administra por vía oral, bien sea en forma de sólido (comprimido) o líquido (jarabe). La concentración más común en estas presentaciones es de 5 mg de loratadina y 0,25 mg de betametasona.

En adultos y niños mayores de 12 años la dosis estándar recomendada es de 1 comprimido cada 12 horas por un periodo no mayor a 5 días. Sin embargo, cada paciente debe ser individualizado, ya que pueden existir condiciones particulares que obliguen a un ajuste de la dosis en más o en menos.

Así mismo, se puede indicar un tratamiento por un periodo superior a los 5 días aunque esto siempre debe ser bajo supervisión médica estricta.

En los niños menores de 12 años se debe realizar el cálculo de la dosis por kilogramo de peso corporal. En estos casos lo ideal es consultar con el pediatra para que, con base en el peso del niño, se pueda calcular no solo la dosis total a administrar sino también cómo será fraccionada a lo largo del día durante el tiempo que dure el tratamiento.

Referencias

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