Biografías

Pedro Bonifacio Palacios: biografía, obras y características, frases


Pedro Bonifacio Palacios (1854-1917) fue un reconocido escritor argentino, que también se desempeñó como maestro y periodista. Su primera gran pasión fue la pintura, pero abandonó su sueño cuando se le negó una beca para formarse artísticamente en Europa. Firmó muchas de sus obras con el apodo de Almafuerte, siendo con ese seudónimo como fue reconocido por todo el mundo.

Se le consideró como el poeta de los olvidados, definición que también recibieron muchos otros escritores como Dostoievski, García Lorca, Euler Granda o Eduardo Galeano. Todos se caracterizaron por ser autores muy críticos con los gobiernos y defensores de las clases más desfavorecidas.

Fuente: Claudio Elias [Public domain], vía Wikimedia Commons.

Entre sus obras se pueden conseguir poesías y sonetos. Su legado no fue muy extenso en cuanto a cantidad y gran parte de su trabajo se perdió con el paso del tiempo

Índice del artículo

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Biografía

Palacios nació el 13 de mayo de 1854 en Buenos Aires, Argentina, específicamente en la ciudad de San Justo. Su educación respondió a un proceso de autoaprendizaje y empezó a trabajar desde muy joven, ya que con 16 años y sin formación oficial comenzó a dar clases en Chacabuco, un pueblo al noroeste de Buenos Aires.

En su partida de nacimiento solo quedó registrado el nombre Pedro y la inicial B. Se llegó al acuerdo que la inicial era por Bonifacio, ya que ese era el nombre que tenían sus abuelos por parte de su madre: Bonifacia y Bonifacio.

Su labor como docente no se centró solamente en la formación intelectual de los estudiantes, sino que también estimuló el desarrollo espiritual de los más jóvenes.

Trabajó para diferentes diarios y revistas en Argentina. Su trabajo como periodista fue extenso y muy relevante. Fue en estos medios de comunicación donde comenzó a publicar algunos de sus artículos con el seudónimo de Almafuerte, aunque a lo largo de su vida utilizó varios apodos más.

No se le permitió volver a dar clases, ya que no tenía el título necesario para desempeñar dicho rol. La verdadera razón fue que su escritos críticos contra el gobierno de turno tuvieron como consecuencia que fuera despedido.

Fue consecuente con sus críticas y sus acciones, ya que nunca ocupó cargos públicos en los gobiernos coetáneos de su vida. Llegó a trabajar como bibliotecario y su dominio de los idiomas le permitió realizar traducciones de diferentes textos.

Durante los últimos años de su vida la política formó parte su ser. Comulgó con las ideas del Partido Provincialista de Buenos Aires y apoyó a Avellaneda. Las discusiones políticas le provocaron más problemas que beneficios. Murió con 62 años el 28 de febrero de 1917, en La Plata.

Familia

Sus padres fueron Jacinta Rodríguez y Vicente Palacios, ambos originarios del pueblo de Chacabuco. La pareja tuvo a otros cuatro hijos durante su unión. Juan, Manuel, José y Trinidad fueron sus hermanos.

No tuvo una vida sencilla, ya que con solo cinco años perdió a su mamá y su padre lo abandonó. Los cinco hijos Palacios fueron responsabilidad de varios familiares desde entonces.

Pedro Bonifacio, por ejemplo, empezó a vivir con una de sus tías de nombre Carolina, hermana de su padre. Palacios se llegó a referir en varias oportunidades a su tía como su madre, con quien vivió en Buenos Aires en busca de mejores condiciones de vida.

Quizás debido a su dura infancia, Palacios se encargó de darle un techo a niños sin hogar, a quienes dio cuidados y educación. Se dice que llegó a adoptar a cinco niños.

Estudios

Gran parte de su educación fue por cuenta propia. Con siete años fue inscrito en una escuela primaria en Santa Fe. Su tía Carolina se encargó de educarlo apegado a las normas de la religión.

El primer acercamiento artístico que se conoce fue cuando Palacios recibió la Biblia Ilustrada como un regalo por parte de su tía. En el libro pudo apreciar los trabajos de reconocidos artistas como Miguel Ángel, Rafael y más personajes destacados de la época del Renacimiento.

Desde los 16 años trabajó como maestro, aún sin tener el título correspondiente. Entre 1870 y 1875 realizó sus labores en una institución de hombres. Con el paso de los años también dio clases en la noche para algunos adultos.

Periodismo

Trabajó en diferentes diarios y revistas a lo largo de los años. Empezó como redactor, pero también llegó a ocupar el cargo de director. Escribió en los diarios Mercedes y Buenos Aires (a lo largo de tres años). Se encargó de la dirección del diario El Pueblo, aunque allí su trabajo duró poco tiempo por los conflictos que se vivían en Argentina durante esos años.

Se encargó de fundar el diario El Progreso, donde muchos de sus artículos fueron firmados con sobrenombres. Llegó a utilizar Platón, Juvenal, Bonifacio, Caín, Uriel o Isaías, entre muchos otros. A principios del siglo XX fue el editor del semanario El Hogar.

Apodos

Los textos firmados con el sobrenombre de Almafuerte fueron los más importantes de su carrera. El reconocimiento en todo el mundo llegó cuando decidió, en 1892, enviar al diario La Nación una de sus poesías, que fue publicada y obtuvo muy buenas críticas. En Madrid, específicamente en el diario El Globo, también se publicó el texto.

Además de Almafuerte y los innumerables apodos que utilizó en los medios de comunicación impresos de la época, Palacios le gustaba referirse a sí mismo como el viejo poeta.

Características de sus obras

La característica más obvia de su trabajo literario es que no fue muy abundante. Tampoco contó un estilo determinado, pues Palacios vivió una época en la que se experimentó una mudanza del período del Romanticismo hacia un estilo positivista. Utilizó la prosa y verso como recursos literarios.

Sus poesías estuvieron muy enfocadas en opinar sobre las labores del gobierno. Siempre fue muy crítico al exponer sus ideas en los textos y esto le valió ser censurado en muchas ocasiones.

Enalteció a los grupos o comunidades más desfavorecidas. Se llegó a referir a este sector de la sociedad como chusma, aunque sin ninguna connotación despectiva.

Obras

Solo publicó dos libros mientras vivió: Lamentaciones y Almafuerte y la guerra. Trabajó durante varios años en la recopilación de sus poemas, pero murió antes de culminar su labor.

Fueron otros los encargados de recopilar y dar a conocer todo su trabajo. El primero fue Alfredo Torcelli, quien en 1928 publicó Obras completas: poesías, volumen de más de 200 páginas. Luego, en 1933, hizo Poesías: primera recopilación hecha en presencia de textos originales, que contó con casi 400 páginas.

Una de las primeras publicaciones de Palacios fue Pobre Teresa, que escribió en 1875 y estuvo conformado por cuatro capítulos.

Evangélicas, La sombra de la patria y Misionero fueron textos que tuvieron gran repercusión. Por mucho tiempo Evangélicas fue una publicación que le permitió estar estable económicamente.

A principios del siglo XX tuvo problemas con la bebida. Justificó su nuevo hábito como una forma de inspirarse para desempeñar su proceso creativo. Durante esta etapa escribió varias poesías como Trémolo, Milongas clásicas y Seis sonetos medicinales.

Reconocimientos

Muchos escritores rindieron honores a Pedro Bonifacio Palacios y destacaron su trabajo como autor y también en la docencia. Artistas como Jorge Luis Borges lo consideraron parte del estilo vanguardista. Los integrantes del grupo de Boedo, que se conformó durante los años 20, aplaudieron su obra.

Rubén Darío se refirió a Almafuerte como “una de las manifestaciones más fuertes de su generación”. Justo Rocha aseguró que Palacios “fue el más grande poeta del dolor social”; mientras que Leopoldo Lugones lo nombró “uno de los poetas más vigorosos y originales del continente”.

En su honor se celebra el 13 de mayo el día del escritor bonaerense, fecha que coincide con la de su nacimiento. Además, se hizo una película sobre su vida, que se estrenó en 1949.

El seudónimo Almafuerte se utiliza para referirse a un barrio en San Justo, lugar donde nació el escritor argentino. También es el nombre de uno de los grupos de heavy metal más importantes de Argentina.

Museo

Palacios vivió sus últimos 10 años en una casa en la calle 66 de La Plata. Después de la muerte del escritor la vivienda pasó a ser un museo donde se ahonda sobre la vida del destacado artista argentino.

La casa de Almafuerte es considerada como un Monumento Histórico, distinción que adquirió en los años 60. En el museo se pueden encontrar diferentes objetos y obras del autor. Hay fotografías, textos, pinturas y libros de Palacios.

Frases

La frase más popular de Almafuerte es cuando escribió en el poema Piu Avanti: “no te des por vencido, ni aun vencido”.

En el poema Los incurables escribió: “No digas tu verdad ni al más amado, no demuestres tu temor ni al más temido, no creas que jamás te hayan querido por más besos de amor que te hayan dado”.

Su poema Avanti exclama: “Si te postran diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas; no han de ser tus caídas tan violentas ni tampoco, por ley, han de ser tantas”.

En Hijos y padres se puede intuir un poco sobre su vida familiar y sus pensamientos por el abandono de su padre. En ese poema escribió: “Padres sin alma, son aquellos que niegan a sus hijos consuelo, amor, ejemplo y esperanza”.

“Ser bueno, en mi sentir, es lo más llano y concilia deber, altruismo y gusto”, plasmó en Como los Bueyes.

Referencias

  1. Almafuerte. (1962). Prosa y poesía de Almafuerte. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires.
  2. Bonifácio, J. (1942). Poesias. Rio de Janeiro: Academia Brasileira.
  3. Borges, J. (2013). Miscelánea. Barcelona: Debolsillo.
  4. Byrne, B., Vento, S., & Arango, A. (1988). Poesía y prosa. Ciudad de La Habana: Letras Cubanas.
  5. García Monge, J. (1999). Encuentro Repertorio Americano, 1999. [Havana, Cuba]: [Casa de las Américas].