Arte

Teatro prehispánico: qué es, origen, características, obras


¿Qué es el teatro prehispánico?

El teatro prehispánico, como expresión cultural, estuvo conformado por la representación de historias y danzas, desarrolladas antes de la llegada de los españoles a América. Eran ejecutadas en fechas fijas como parte de una tradición ancestral transmitida de forma oral.

A través del teatro prehispánico, el aborigen americano expresaba sus ritos y creencias. Esta manifestación artística tuvo mayor fuerza entre los indígenas que ocupaban toda el área de la meseta del actual México. De esta zona provinieron los registros más completos y conservados de esta manifestación cultural.

Debido a su fuerte carácter religioso, el teatro prehispánico recibió de manera inmediata el ataque del conquistador español. La cosmovisión que esta actividad propagaba, los dioses a los que se consagraba y los rasgos de sus personajes, entraba en contradicción con la cultura europea.

En consecuencia, como una manera de asegurar la dominación, todos estos símbolos y rituales fueron combatidos hasta lograr que prácticamente se extinguieran.

Los frailes misioneros, en su lugar, impusieron comedias de contenidos religiosos que intentaban instaurar entre los indios los valores cristianos.

Sin embargo, en el caso del antiguo teatro prehispánico mexicano, su trascendencia fue posible gracias a la labor de los frailes Andrés de Olmos y Bernardino de Sahagún.

Estos se dedicaron a recopilar la memoria oral de los indígenas y transcribirla en escritura latina. En el proceso, mucha de la originalidad se perdió.

Pero fue en el siglo XIX cuando se dio a conocer mayormente las formas del teatro prehispánico, atenuadas gracias a las versiones en idiomas como el inglés o francés, y de allí traducidos al español.

Orígenes del teatro prehispánico

Como las grandes culturas de la Antigüedad, el teatro prehispánico tuvo sus orígenes en sus fiestas y conmemoraciones religiosas. En sus ritos y procesiones, los sacerdotes marchaban, entonando himnos sagrados, con atavíos representativos de sus dioses y hacían llegar al pueblo sus poemas divinos.

Con el tiempo, estas ceremonias se recordaban con representaciones simbólicas efectuadas en fechas fijas. Además, algunos vestigios arqueológicos de la cultura náhuatl dan cuenta de algunos himnos y danzas que eran ejecutados en diferentes circunstancias.  

Así pues, existían himnos y bailes para celebrar victorias, para hacer peregrinaciones y para hacer un alto en el camino durante el curso de una inmigración.

Todos ellos tenían el objetivo de agradecer a sus dioses. Estas manifestaciones se hicieron formales –con libretos y hasta con vestimentas especiales– a medida que la cultura se fue asentando.

A la llegada de los españoles, existía ya un grupo de ceremonias en donde se actuaba, se cantaba y se bailaba. Estas ceremonias eran ensayadas durante muchos días. El día de su presentación, se usaban trajes y máscaras que denotaban el carácter teatral de la ceremonia.

La cultura náhuatl tenía una especie de ciclo sagrado denominado teatro perpetuo. Este ciclo sagrado sucedía ininterrumpidamente a lo largo de sus 18 meses de 20 días cada uno. Allí, se hacían representaciones de ceremonias a los dioses en donde participaban los sacerdotes y el pueblo.

Características del teatro prehispánico

Oralidad

– El teatro prehispánico tuvo una condición netamente oral, con el propósito de preservar la memoria histórica. En cada transmisión, se incorporaban cambios que ayudaban al desarrollo del género.

– Por ejemplo, en el mundo náhuatl, el tlamatini (el que sabe algo) era el encargado de custodiar la itoloca (lo que se dice de alguien o de algo) y enseñar a los jóvenes los cantos dedicados a los dioses, la amistad, la guerra, el amor y la muerte. La vía usada para la enseñanza era la oralidad y sistemas de escritura no alfabéticos.

– Existieron en todas las culturas prehispánicas personas encargadas de mantener la memoria histórica del pueblo y transmitirla a la siguiente generación. 

Participación de sacerdotes y el pueblo

– En el teatro prehispánico, los actores eran generalmente las personas involucradas en las acciones que se querían representar. Existían dos clases de actores, los sacerdotes y el pueblo en general.

– Estos se disfrazaban, entonaban himnos y se comunicaban con sus dioses dentro de un simbolismo mítico.

– Algunos actores del pueblo debían interpretar su propia historia representando la figura de uno de sus dioses. Esta única representación culminaba con su sacrificio como tributo al dios al cual se ofrendaban.

– Con mucha frecuencia, se seleccionaban para el papel doncellas o jóvenes representantes de una diosa o dios en particular.  

Temas religiosos

– Los temas del teatro prehispánico estuvieron siempre relacionados con las fiestas y conmemoraciones religiosas. Por ejemplo, en la cultura náhuatl prehispánica las fiestas se relacionaban a sus ciclos de siembras y cosechas, y se escenificaban actos teatrales para agradecer la bendición de los dioses.

– Con frecuencia, precediendo a estas puestas en escena, se efectuaban ayunos y penitencias rituales. A la obra, se incorporaban hombres disfrazados de bestias feroces como águilas, serpientes y diversas variedades de pájaros.

– El final de las obras era el sacrificio, que podía ser de aves o de humanos. En ocasiones, las víctimas humanas representaban su desapego al mundo y su inmolación voluntaria.

– A veces, los temas eran cómicos. Así, en las fiestas adoración de Quetzalcóatl (la serpiente emplumada, el dios de la vida, del conocimiento, de la fertilidad), los actores salían haciéndose pasar por sordos, afligidos por resfriados, inválidos, ciegos y sin brazos.

– Todos en su representación suplicaban a sus dioses por su sanación. Estas discapacidades eran motivo de carcajadas para la audiencia.

– También existían sitios específicos donde se representaban las obras, y tenían escenografías, que usualmente integraba elementos naturales.

Obras del teatro prehispánico

El Rabinal Achí o Danza del Tun

Los estudiosos del teatro prehispánico consideran que es una obra maya del siglo XIII y que representa el sacrificio ritual de un prisionero de guerra.

Para las culturas indígenas, el espacio territorial era sagrado y su invasión por extraños era castigada con la muerte, según mandato de los dioses.

Así pues, un sacrificio ritual era una ocasión para la que existía toda una ceremonia teatral planificada. Su libreto contenía una suerte de acciones y justificaciones reñidas con la moral y pensamiento de los europeos. Entre ellos, podía figurar el canibalismo ritual.

Ahora bien, la versión de esta actividad fue censurada y recortada ya en el siglo XIX por quienes transcribían los relatos orales. Inicialmente, este proceso de transcripción estuvo a cargo de Brasseur de Bourbourg (historiador francés, 1814-1874).

Esta versión fue preparada directamente para el consumo de los lectores europeos. En consecuencia, existen muchos elementos faltantes de lo que fue esta cultura. Sin embargo, es una de las pocas muestras que pudo ser preservada.

El Bailete del Güegüense o Macho Ratón

El Macho ratón es una obra náhuatl del siglo XVI aproximadamente. En ella, todos los participantes danzan y participan animales personificados.

En la cultura prehispánica, se tiene la creencia de una condición llamada nahualismo (capacidad humana de cambiar espiritual y corporalmente a una forma animal), que es una práctica chamánica.

Asimismo, participaban en esta obra actores personificando ciegos, cojos, sordos y mancos, que en el curso del baile se burlaban de personajes en particular. Una de las burlas preferidas era la de la ambigüedad sexual, de la cual hacían blanco a las autoridades coloniales.  

Referencias

  1. Portilla León, M. (s/f). Teatro náhuatl prehispánico. Tomado de cdigital.uv.mx.
  2. Henríquez, P. Oralidad y escritura en el teatro indígena prehispánico. Tomado de scielo.conicyt.cl.