Lengua y literatura

Géneros del Romanticismo y sus características


Los géneros del Romanticismo son todas las manifestaciones artísticas que alcanzaron popularidad con el surgimiento de este movimiento cultural en Europa a finales del siglo XVIII. El Romanticismo se produjo para darle a las artes mayor sentimiento y rasgos sublimes. Además, nació para quebrantar las normas establecidas por el clasicismo.

Las expresiones literarias que alcanzaron más auge fueron la poesía, la prosa y el teatro. Estos géneros del Romanticismo persiguieron la libertad creativa y procuraron dar una percepción distinta del hombre, de la vida y la naturaleza. Por otro lado, los autores les dieron un lugar predominante a los valores tradicionales de cada nación.

Los géneros del Romanticismo dejaron a un lado la razón para darle paso a las emociones. Por ejemplo, la poesía se volvió descomunalmente expresiva, la prosa pasó a ser costumbrista y a describir los hechos históricos más sobresalientes de la época, mientras que el teatro rompió con las unidades de tiempo, acción y espacio.

Fueron muchos los autores que se sumaron al desarrollo de los géneros del Romanticismo con la intención de emocionar y no de educar. Algunos de los más destacados fueron Gustavo Adolfo Bécquer, José de Espronceda, José Manuel de Larra, Jorge Isaacs, Rosalía de Castro y José Zorrilla.

Índice del artículo

Géneros del Romanticismo, representantes y obras

Los géneros del Romanticismo que alcanzaron mayor reconocimiento fueron la poesía, el teatro y la prosa. A continuación se describen las características más resaltantes de cada uno de ellos, así como también se mencionan a los autores y obras más destacadas:

– La poesía

La obra poética que se produjo en el Romanticismo se caracterizó por exponer dos tipos de contenido. El primero se relacionó con las leyendas y los actos heroicos ocurridos específicamente en la época medieval. Por su parte, el segundo tuvo que ver con lo emocional y sentimental. Además gozó de carácter creativo, subjetivo y expresivo.

La poesía también resaltó por poseer muchos recursos retóricos, lingüísticos y simbólicos. Una de las figuras más utilizadas fue la metáfora. Se exaltó el sentir del hombre y su relación con la naturaleza a través de exclamaciones e interrogaciones. Además se aplicó la repetición de estrofas a lo largo del poema para profundizar en los sentimientos.

La poesía del Romanticismo también sobresalió por tener variedad métrica en los versos, así que los autores se dedicaron a recuperar la silva, la octava real y el romance. En el caso de la rima predominó la consonántica, todo ello a través de un lenguaje melancólico y emotivo vinculado con los sentimientos y el estado de ánimo del poeta.

Autores y obras representativos

Algunos de los autores y obras más destacadas de la poesía romántica fueron:

Víctor Hugo (1802-1885)

– Odas y baladas (1826).

– Las hojas de otoño (1832).

– Las contemplaciones (1856).

– Los castigos (1853).

– La leyenda de los siglos (1859).

José de Espronceda y Delgado (1808-1842)

– El pelayo (incompleto).

– Poesías (1840).

– El estudiante de Salamanca (1837-1840).

– El diablo mundo (1840-1841). Inacabado.

– Canción del pirata (1830).

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

– Rimas y leyendas (1871, edición póstuma).

Johann Wolfang von Goethe (1749-1832)

– Prometeo (1774).

– Elegías romanas (1795).

– Epigramas venecianos (1796).

– La novia de Corinto (1797).

– Diván de Oriente y Occidente (1819).

Lord Byron (1788-1824)

– Las peregrinaciones de Childe Harold (1812-1818).

– El Giaour (1813).

– El sitio de Corintio (1816).

– Manfredo (1817).

– Don Juan (1819-1824). Incompleto.

Edgar Allan Poe (1809-1849)

– A Elena (1848).

– Annabel Lee (1849).

– ¿Deseas que te amen? (1845).

– El día más feliz (1827).

– La durmiente (1831).

Rosalía de Castro (1837-1885)

– Cantares gallegos (1863).

– Follas novas (1880).

– En las orillas del Sar (1884).

Fragmento de El estudiante de Salamanca

“Era más de media noche,

antiguas historias cuentan,

cuando en sueño y en silencio

lóbrego envuelta la tierra,

los vivos muertos parecen,

los muertos la tumba dejan.

Era la hora en que acaso

temerosas voces suenan

informes, en que se escuchan

tácitas pisadas huecas,

y pavorosas fantasmas

entre las densas tinieblas

vagan, y aúllan los perros…”.

– Prosa

La prosa como género del Romanticismo expuso dos vertientes de la narrativa de gran importancia, las cuales fueron los cuadros de costumbres y las novelas históricas. En estas dos manifestaciones se evidenció el amor y respeto por la nación, así como también la exaltación de las tradiciones propias de cada región.

Por su parte la novela histórica se basó en las hazañas de los héroes, los autores plantearon la libertad del hombre y su capacidad de ser solidario para ayudar al menos favorecido. Los cuadros de costumbres presentaron la cotidianidad y los aspectos más resaltantes de la realidad de los individuos de diferentes territorios.

Ejemplos de autores y obras representativos

En la prosa o narrativa romántica destacaron los siguientes autores:

José de Espronceda (1808-1842)

– Sancho Saldaña (1834).

– La pata de palo (1835).

Enrique Gil y Carrasco (1815-1846)

– El señor de Bembibre (1844).

Ramón de Mesonero Romanos (1803-1882)

– Escenas Matritenses (1832-1842).

– Panorama matritense: cuadros de costumbres de la capital observados y descritos por un curioso parlante (1835).

– Escenas y tipos matritenses (1851).

Serafín Estébanez Calderón (1799-1867)

– Escenas andaluzas (1846).

Alexandre Dumas (1802-1870)

– Los tres mosqueteros (1844).

– El conde de Montecristo (1845).

– Veinte años después (1845).

– La reina Margot (1845).

– El vizconde de Bragelonne (1848).

– El tulipán negro (1850).

– Los mohicanos de París (1854-1859).

– El caso de la viuda Lafarge (1866).

– Blanca de Beaulieu (1826).El caballero Héctor de Sainte-Hermine (1869).

Mary Shelley (1791-1851)

– Frankenstein (1818).

– Mathilda (1819).

– Valperga; o Vida y aventuras de Castruccio, príncipe de Lucca (1823).

– El último hombre (1826).

– Perkin Warbeck (1830).

– Lodore (1835).

– Falkner (1837).

Emily Brontë (1818-1848)

– Cumbres borrascosas (1847).

Jane Austen (1775-1817)

– Sentido y sensibilidad (1811).

– Orgullo y prejuicio (1813).

– El parque Mansfield (1814).

– Emma (1815).

– Persuasión (1818, edición póstuma).

Fragmento de Frankestein (1818) de Mary Shelley

“… Las alteraciones de la vida no son ni mucho menos tantas como las de los sentimientos humanos. Durante casi dos años había trabajado infatigablemente con el único propósito de infundir vida en un cuerpo inerte. Para ello me había privado de descanso y de salud. Lo había deseado con un fervor que sobrepasaba con mucho la moderación; pero ahora que lo había conseguido, la hermosura del sueño se desvanecía y la repugnancia y el horror me embargaban. Incapaz de soportar la visión del ser que había creado, salí precipitadamente de la estancia. Ya en mi dormitorio, paseé por la habitación sin lograr conciliar el sueño”.

– Teatro

El teatro dentro del movimiento del Romanticismo fue casi en su totalidad dramático. Las obras teatrales fueron concebidas con el objetivo de entretener, distraer y emocionar al público. Esto significó que los dramaturgos dejaron de lado el papel de enseñanza que tuvieron las puestas en escena en la época del clasicismo.

Ahora bien, el teatro presentó varias transformaciones que le dieron características especiales. A continuación se describen brevemente algunas de ellas:

Creatividad

El teatro del Romanticismo sobresalió por la libertad creativa que los dramaturgos o autores le imprimieron a las obras. Así pues, se dejó de utilizar las unidades básicas de tiempo, espacio y acción, lo cual se debió a que la trama era más complicada y los actores requerían de mayor tiempo en el escenario.

En cuanto a la trama, se solía llevar a cabo en tres, cuatro o cinco actos, todo ello dependía de la complejidad del drama. Por otro lado, las piezas teatrales combinaron la tragedia con eventos cómicos. Al mismo tiempo, los diálogos fueron escritos en versos y en prosa.

Temática

Los temas principales que se trataron en las obras de teatro del movimiento romántico tuvieron que ver con contenido histórico de carácter legendario y también con eventos amorosos marcados por las normas sociales. El amor, el dolor, la desesperanza, la traición, la desilusión y la tragedia fueron argumentos constantes.

Personajes

El teatro se caracterizó por poseer personajes heroicos, tanto femeninos como masculinos. El héroe era un hombre atractivo físicamente y apegado a las ideas del amor y la libertad. En muchas ocasiones sus experiencias lo llevaron a la tragedia y a fallarle a sus seres queridos.

Por su parte, la protagonista o heroína estaba representada por lo bello, lo dulce y la fidelidad del amor. Su esencia romántica la condujo a los sacrificios por el ser amado y a una vida de pasión, tristeza, angustia y tragedia.

Escenificación

Las puestas en escenas se caracterizaron por la aplicación de grandes decorados diseñados a la perfección para representar el drama. Por lo general, el escenario mostraba rasgos propios de los castillos de la Edad Media, además los lugares eran oscuros y tenebrosos. Las obras de teatro eran acompañadas por efectos de sonidos y de iluminación.

Ejemplos de autores y obras representativos

Los autores y las obras más destacadas del teatro del movimiento romántico fueron:

Ángel Saavedra, mejor conocido como el Duque de Rivas (1791-1865)

– Aliatar (1816).

– Arias Gonzalo (1827).

– El faro de Malta (1828).

– Don Álvaro o La fuerza del sino (1835).

– La morisca de Alajuar  (1841).

– La azucena milagrosa (1847).

José Zorrilla (1817-1893)

– El puñal del godo (1843).

– Don Juan Tenorio (1844).

– Más vale llegar a tiempo que rondar un año (1845).

– El rey loco (1847).

– La creación y el diluvio universal (1848).

– Traidor, inconfeso y mártir (1849).

Francisco Martínez de la Rosa (1787-1862)

– La viuda de Padilla (1812).

– La niña en casa y la madre en la máscara (1815).

– Morayma (1815).

– La conjuración de Venecia (1830).

– Aben Humeya o La rebelión de los moriscos (1836).

– Amor de padre (1849).

Antonio García Gutiérrez (1813-1884)

– El trovador (1836).

– El paje (1837).

– El rey monje (1839).

– El Encubierto de Valencia (1840).

– Fingal (1840).

– Zaida (1841).

Juan Eugenio Hartzenbusch (1806-1880)

– Los amantes de Teruel (1837).

– Doña Mencía (1839).

– Alfonso el Casto (1841).

– La jura en Santa Gadea (1845).

– La madre de Pelayo (1846).

– La luz de la raza (1852).

Fragmento de El puñal del godo (1843) de José Zorrilla

“Escena I

El MONJE ROMANO, á la lumbre.

ERMITAÑO

¡Qué tormenta nos amaga!

¡Qué noche, válgame el cielo!

Y esta lumbre se me apaga…

¡Si está lloviznando hielo!

¡Cuán grande á Dios se concibe

en aquesta soledad!

¿De quién sino de Él recibe

su aliento la tempestad?

¿Cuyo es el terrible acento

y el fulgor que centellea

cuando zumba airado el viento

y el cenit relampaguea?”.

Referencias

  1. Romanticismo: géneros y autores. (2018). España: Rincón del Vago. Recuperado de: html.rincondelvago.com.
  2. (2019). España: Wikipedia. Recuperado de: es.wikipedia.org.
  3. Los géneros del Romanticismo. (2015). (N/A): Literatura. Recuperado de: albaagmliteratura.wordpress.com.
  4. Principales géneros literarios del Romanticismo. (2015). (N/a): Wiki Literatura. Recuperado de: wikiliteratura.net.