Biografías de personajes históricos

Benedetto Croce: quién fue, biografía, aportes y obras


¿Quién fue Benedetto Croce?

Benedetto Croce (1866-1952) fue un historiador, político y filósofo italiano. Su figura es considerada como una de las más influyentes en su país durante la primera mitad del siglo XX. Aunque fue un defensor del liberalismo, influenció a pensadores tan disímiles como el marxista Antonio Gramsci o el fascista Giovanni Gentile.

Proveniente de una familia muy adinerada, sufrió la tragedia de quedar huérfano cuando un terremoto mató a sus padres y a su hermana. Algunos biógrafos relacionan este hecho con la pérdida de su fe religiosa, que se declaraba ateo a pesar de que, en su primera juventud, quiso ser sacerdote.

Croce fue el fundador de La Crítica, un periódico que se convirtió en una de las publicaciones más importantes de Italia entre intelectuales y políticos. La popularidad conseguida con sus artículos hicieron que se convirtiera en miembro del Senado. Hasta la llegada del fascismo, ocupó varios cargos diferentes en la administración pública del país.

Después de la Segunda Guerra Mundial fue uno de los llamados para intentar devolver la normalidad a Italia. Durante unos años regresó a la escena política. Tras retirarse, continuó con sus trabajos filosóficos hasta su muerte.

Biografía de Benedetto Croce

Nacimiento y primeros años

Benedetto Croce nació en Pescasseroli, en los Abruzzos italianos, el 25 de febrero de 1866. Su familia era burguesa y adinerada. Su madre tenía inclinaciones más bien liberales, y su padre era monárquico. Parece que Croce recibió una educación religiosa, conservadora y monárquica.

Cuando contaba con 9 años, la familia se trasladó a Nápoles. Allí, el joven Benedetto ingresó en el colegio de los barbaritas. Según los biógrafos, durante su juventud quiso ingresar a un seminario, aunque después perdió todo interés por la religión.

El terremoto

En 1883 ocurrió una tragedia que cambió totalmente su vida. Se encontraba con su familia de vacaciones en la isla de Isquia cuando un terremoto asoló la zona. La casa en la que se alojaban quedó destruida y sus padres y su hermana fallecieron.

El joven pasó enterrado bajo los escombros durante mucho tiempo, siendo rescatado cuando ya estaba a punto de morir.

Croce heredó la fortuna de su familia, lo que le permitió vivir con comodidad y centrarse únicamente en su trabajo intelectual.

En Roma

Fue acogido por su tío Silvio Spaventa en su casa de Roma. Allí vivió hasta llegar a la mayoría de edad. La casa era lugar de reunión frecuente de intelectuales y políticos de la época y el joven aprovechó las enseñanzas de los amigos de su tío. Por ejemplo, Antonio Labriola fue quien le explicó los conceptos marxistas.

El futuro filósofo comenzó a estudiar derecho en la Universidad de Nápoles. Sin embargo, nunca se tomó muy en serio las clases y, de hecho, no acabó sus estudios. En su lugar, prefería acudir a las clases de filosofía moral impartidas por Labriola.

Regreso a Nápoles

En 1886, Croce dejó definitivamente Roma para instalarse en Nápoles. Dado que tenía recursos económicos de sobra, dedicó todo su tiempo al estudio, exceptuando el tiempo que dedicaba a viajar a España, Francia y Alemania.

Uno de los puntos de inflexión en su vida fue cuando fundó la revista La Crítica, en 1903. Croce usó esta publicación para divulgar sus ideas y sus análisis históricos y filosóficos sobre la sociedad de su tiempo.

Él mismo afirmó que “la fundación de La Crítica marcó el comienzo de un nuevo periodo de mi vida, el periodo de madurez y armonía entre mí mismo y la realidad”.

Uno de sus colaboradores más cercanos en esa época fue el filósofo Gentile. Sin embargo, la relación se rompió cuando el fascismo llegó al gobierno italiano.

Mediante La Crítica, Croce asumió el papel de figura moderada de la Italia del momento. Impulsó la imagen de un país trabajador y bello, que concedía una gran importancia al esfuerzo, a la libertad y al sentido cívico. 

Entrada en política

La fama de Croce creció conforme publicaba sus artículos en la revista. Esto provocó que fuera llamado a participar en la vida política. En 1910 fue nombrado senador, centrando su trabajo en realizar una profunda reforma educativa.

En ese periodo, se convirtió en uno de los mayores críticos de la participación de Italia en la Primera Guerra Mundial. Al principio, esto le hizo bastante impopular, pero conforme el conflicto se desarrollaba, las opiniones cambiaron y Croce fue ganando mayor influencia en la sociedad. 

Entre 1920 y 1921, Croce ocupó el Ministerio de Instrucción Pública. El asesinato del político socialista Giacomo Matteotti, en 1924, hizo que se diera cuenta del peligro del fascismo.

En 1925, escribió el Manifiesto de los intelectuales antifascistas, una respuesta al escrito de Giovanni Gentile, Manifiesto de los intelectuales fascistas.

En su artículo, Croce denunciaba la violencia y la falta de libertad que suponía el régimen fascista. Finalmente, acabó retirándose de la política.

El fascismo

Como el resto del país, Croce tuvo que tomar partido sobre el ascenso del fascismo en su país. En un primer momento, según él mismo confesó, pensó que se trataba solo de un movimiento más de derechas. Creía, entonces, que solo quería contrarrestar las libertades individuales con pocas restricciones que pretendía la izquierda.

Sin embargo, la violencia y restricciones de derechos que trajo consigo Mussolini hizo que cambiara de opinión. Croce se convirtió en un duro opositor al régimen fascista, al que consideraba una tiranía. De hecho, dentro y fuera de Italia, llegó a ser el símbolo de dicha oposición.

Después de la guerra

Croce regresó a la política tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. La situación en Italia era convulsa y, como figura influyente y respetada, trató de mediar entre los distintos partidos antifascistas.

Para ello, formó parte de varios gobiernos como ministro sin cartera. En 1943, fue nombrado secretario del Partido Liberal, cargo que ocupó durante tres años.

A pesar de que su postura pro-monarquía no triunfó, Croce jugó un papel importante en la configuración de la nueva república democrática.

Últimos años

Después de cumplir con sus labores como personaje público, Croce se retiró de la política y regresó a sus estudios. Fundó el Instituto Italiano de Estudios Históricos y continuó trabajando hasta su muerte. En una ocasión, cuestionado sobre su estado de salud, el autor contestó: “moriré trabajando”.

Falleció en 1952, siendo aún uno de los personajes más influyentes y respetados del país.

Aportes de Benedetto Croce a la sociología

Además de su condición de referente del liberalismo italiano, desarrolló una importante obra filosófica e histórica. Su influencia llegó hasta pensadores de ideologías tan divergentes como el fascismo o el marxismo.

Filosofía

Croce analizó el marxismo y el idealismo hegeliano. De este último, que afirma que la realidad viene dada como espíritu que determina la organización social y la historia, tomó el carácter racionalista y dialéctico. Así, afirmó que el conocimiento se produce cuando lo particular y lo universal se relacionan.

A partir de ahí, Croce creó un sistema propio que denominó filosofía del espíritu. Este pensamiento muestra al autor como un idealista que solo consideraba reales los conceptos puros. En su trabajo, concluyó que la realidad podía reducirse a conceptos lógicos.

Croce rechazó todas las religiones, considerándolas contrarias a la lógica. Lo mismo hizo con la metafísica, que para él era solo una justificación de las ideas religiosas.

Estética

También dedicó parte de su obra a la estética, entendida como la actividad teórica basada en los sentidos, una especie de puertas a la realidad. El lenguaje sería el concepto fundamental de la estética.

Lógica

Como se apuntaba anteriormente, Croce daba gran importancia a la lógica. Esta sería el elemento racional que explica lo universal, por encima del ámbito estético. La lógica es la vía para alcanzar la meta que se propuso el autor: elaborar un concepto concreto, universal y puro.

Ese concepto puro permitiría explicar la verdad universal frente a los conceptos científicos, que para Croce eran herramientas construidas artificialmente.

Filosofía de la práctica

El estudioso consideraba que la voluntad individual tenía una importancia vital. Pensaba que la realidad es racional, por lo que cada individuo puede concebirla de una manera diferente. Esto provocó que fuesen necesarias las disciplinas sociales, encargadas de organizar la vida de las personas.

De esta forma, las leyes que rigen la sociedad serían, en cierto modo, amorales, ya que sus objetivos no son coincidentes con los de la moral. Algo similar ocurre con la política, que define como el lugar de encuentro/desencuentro de diferentes intereses.

En cuanto al Estado como idea, Croce se opone a Hegel, ya que considera que el Estado no posee ningún valor moral. Tan solo sería la unión de individuos que organizan cómo relacionarse jurídica y políticamente.

El historicismo

Según los expertos, Croce es historicista en sus teorías. Para él, la historia es conocimiento, incluido el contemporáneo. De esta forma, considera que la historia no es el pasado, sino algo vivo cuando se estudia por un interés que aparece en el presente.

El autor también pensaba que la disciplina historiográfica era muy útil para entender los hechos concretos y su origen.

Para finalizar, consideraba que la historia, como concepto absoluto, era la historia de la libertad, la forma en la que el ser humano evoluciona y se realiza. Como buen liberal, afirmaba que la traducción de esto en el plano político era el liberalismo.

Obras de Benedetto Croce

Normalmente se divide la obra de Croce en tres etapas diferentes. La primera, la de los estudios históricos y literarios, tratando también sobre la estética. La segunda, el considerado periodo de madurez, en el que se centra en la filosofía.

Por último, un periodo de profundización teórica en el que revisó su filosofía del espíritu, otorgándole un carácter historicista.

Bibliografía

Materialismo histórico y economía marxista (1900).

Estética como ciencia de la expresión y lingüística general (1902).

– La lógica como ciencia del concepto puro (1909).

Breviario de estética (1912).

Ensayo sobre Hegel (1912)

Teoría e historia de la historiografía (1917).

Ariosto, Shakespeare y Corneille (1920).

El Cuento de los Cuentos (1925)

Manifiesto de los intelectuales antifascistas (1 de mayo de 1925).

Historia de Europa en el siglo XIX (1933).

Últimos ensayos (1935).

La poesía (1942).

La historia como pensamiento y acción (1938).

El carácter de la filosofía moderna (1941).

Filosofía e historiografía (1949).

Croce, el rey y los aliados (1951).

Referencias

  1. Benedetto Croce. Obtenido de metahistoria.com
  2. Ruspoli, Enrique. La filosofía del espíritu de Benedetto Croce: arte, filosofía e historia. Recuperado de revistas.ucm.es/index.php
  3. Caponigri, A. Robert. Benedetto Croce. Obtenido de britannica.com