Hellen Keller: biografía, logros, obras, frases
Helen Keller (1880 – 1968) fue una educadora y escritora norteamericana famosa por haber sido una activista social y política sordociega, además de ser la primera persona con esa condición en obtener una licenciatura universitaria.
Resaltó como una de las luchadoras más destacadas por las causas humanitarias durante los siglos XIX y XX en los Estados Unidos. Keller se avocó a la exigencia de los derechos fundamentales de las mujeres, como lo era el derecho al voto.
Por sus tendencias socialistas, Helen Keller también se inclinó hacia la búsqueda de mejoras laborales y a promover el antimilitarismo. Fue una autora destacada y en sus textos abordó la realidad que viven las personas con limitaciones sensoriales.
Keller perdió la capacidad de ver y escuchar desde los dos años, lo que le ocasionó una infancia muy dura. El que ella pudiera alcanzar el nivel educativo al que llegó fue extraordinario y permitió crear consciencia acerca de la necesidad de proveer educación a las personas con discapacidades.
Gracias a sus conferencias recaudó fondos para diversas organizaciones benéficas, especialmente para la Asociación Americana para los Ciegos. La historia de su vida generó gran interés público y se representó no solo en su autobiografía, sino también en diversas películas.
Índice del artículo
Helen Keller nació el 27 de junio de 1880 en Tuscumbia, Alabama, Estados Unidos. Su padre fue Arthur Henley Keller, editor de un periódico llamado North Alabamian, granjero y antiguo miembro del Ejército confederado.
La madre de Helen fue Katherine Adams, segunda esposa de Arthur. El matrimonio tuvo otros dos hijos, una llamada Mildred y un varón de nombre Phillip. Además, Keller contaba con dos hijos de su primer enlace llamados James y William.
Cuando Helen nació era una niña normal, pero antes de cumplir los dos años contrajo una enfermedad que no fue diagnosticada con precisión; sin embargo, se cree que pudo tratarse de fiebre escarlata o meningitis.
Desde 1882 Keller perdió la capacidad de escuchar, así como la visión. La niña desarrolló poco a poco un lenguaje de señas casero con el que podía comunicarse con sus allegados.
No obstante, el comportamiento de la niña era prácticamente salvaje, ya que sus padres no encontraban un modo apropiado para disciplinarla ni educarla. Solía tratar mal a todos los que la rodeaban, puesto que no conseguía un equilibrio al mostrar sus emociones.
La madre de Helen Keller leyó acerca del éxito en la educación que alcanzó una joven sordociega. Eso la impulsó a decidir que había llegado el momento de buscar ayuda profesional para su hija, por lo que le pidió a Arthur que la llevara a Baltimore con un especialista.
De allí fue referida a Alexander Graham Bell, que en la época solía tratar con personas sordas, este a su vez los envió al Instituto Perkins para los Ciegos en Boston. En esa institución recomendaron a una chica llamada Anne Sullivan, que fue contratada por los Keller en 1887.
Desde que Sullivan llegó a la vida de Helen Keller comenzó a enseñarle a la pequeña el lenguaje de señas en su mano. El vínculo que las unió desde entonces se mantuvo durante el resto de sus vidas y solo se separaron cuando Sullivan falleció.
Keller atesoró siempre el recuerdo de la primera vez que tuvo consciencia de que las cosas tenían un nombre. Gracias a eso pudo comprender lo que era el lenguaje y para qué servía.
Durante el invierno de 1888 Sullivan llevó a Keller al Instituto Perkins y allí la niña estudió el método braille. Durante 1890 Hellen aprendió a hablar gracias a las lecciones de Sarah Fuller y en esa época también le enseñaron a leer labios con la mano.
Entre 1894 y 1896 Keller estuvo viviendo en Nueva York junto con Sullivan y allí asistía a la Escuela Wright-Humason para los Sordos. En esa época la chica decidió que deseaba obtener una educación universitaria y comenzó a capacitarse para lograrlo.
Helen Keller ingresó a la Cambridge School for Young Ladies de Masachussetts en 1898. La institución en la que se matriculó la joven era una preparatoria para chicas que deseaban alcanzar estudios superiores.
Dos años más tarde consiguió la admisión en el Radcliffe College de la Universidad de Harvard. Allí mostró un excelente desempeño y cuatro años más tarde se graduó con honores como licenciada en Letras. Keller fue la primera persona sordociega en obtener un grado universitario.
Antes de graduarse, Helen había publicado dos obras de gran importancia para su carrera futura: La historia de mi vida (The Story of my Life) y un ensayo al que tituló Optimismo (Optimism), las dos en 1903.
Ambos textos le abrieron a Keller las puertas para desempeñarse como articulista y conferencista. Ella abordó en sus trabajos la realidad de las personas con discapacidades y, especialmente, acabó con el prejuicio que vinculaba en el imaginario popular la ceguera con las enfermedades venéreas.
La carrera como conferencista de Helen Keller comenzó cerca de 1913 y su principal propósito era colaborar con las personas discapacitadas. Ella era miembro del Partido socialista desde sus años estudiantiles y estaba a favor de causas como el sufragio femenino y el control de la natalidad.
Keller viajó por el mundo con sus charlas, que pretendían crear consciencia acerca del estilo de vida al que se veían sometidas las personas con impedimentos sensoriales en la época. Durante sus años difundiendo la realidad de sordos y ciegos Keller visitó más de 35 países.
También fue opositora a la participación de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. En 1915 fue cofundadora de una fundación que años más tarde pasó a ser conocida como Helen Keller International (HKI).
Originalmente HKI se dedicó a colaborar con los veteranos de la Gran Guerra que habían quedado ciegos en combate en diferentes lugares del mundo.
Después, la fundación expandió su misión, desde entonces comenzaron a atacar las causas y consecuencias de la ceguera, además de otros males asociados a condiciones de vida precarias.
Durante 1820 Keller también fue una de los miembros fundadores de la Unión Americana de Libertades Civiles. Esa organización promueve la igualdad de derechos de los ciudadanos estadounidenses, además se encargan de velar por el respeto a los mismos.
La autora y activista también estuvo ligada a la Fundación Americana para los Ciegos desde su creación en 1921, pero se unió formalmente en 1924. Esa fue una de las organizaciones para las que Keller recaudó más fondos con su trabajo de concientización a través de conferencias.
Cuando Anne Sullivan falleció en 1936, Polly Thomson tomó su lugar como acompañante de Helen Keller. Thomson había comenzado a trabajar con ambas mujeres en 1914 y se desempeñaba como asistente.
Entre 1946 y 1957 Helen se dedicó a varias giras internacionales en las que se reunió con personalidades importantes, dio charlas y conferencias en aproximadamente 35 países. Por todos sus logros, Keller se convirtió en una de las mujeres más famosas de su tiempo.
Fue recibida por diferentes presidentes de los Estados Unidos a lo largo de su vida y en 1964 se le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad por parte de Lyndon Johnson.
Helen Keller falleció el 1 de junio de 1968 en su casa, ubicada en Connecticut. Su deceso se dio mientras ella dormía, en ese momento contaba con 88 años. En 1961 había sufrido de un accidente cerebro vascular y desde entonces se retiró de la vida pública.
Sus restos fueron llevados a la capital de Estados Unidos de Norteamérica para que se le rindieran honores. Las cenizas de Keller fueron depositadas en la Catedral Nacional de Washington.
Helen Keller tuvo muchos méritos y honores personales, pero también consiguió hacer mucho por la comunidad de personas con discapacidades sensoriales. Especialmente contribuyó con la difusión de las condiciones de vida de las personas sordociegas en el mundo entero.
Uno de sus grandes aportes para su comunidad fue el que los discapacitados por problemas de visión o disminución auditiva no fuesen internados en asilos. Ella misma estuvo a punto de ser llevada a una institución por su mal comportamiento cuando era niña.
Aunque antes que ella, otras personas sordociegas habían recibido educación, Keller fue la primera con su condición en obtener un título universitario, además de hacerlo con honores. Eso abrió las puertas a otros con su misma discapacidad para aspirar a alcanzar el éxito profesional.
Participó en la creación de múltiples asociaciones que lucharon por diferentes propósitos, entre ellas se cuentan la American Foundation for Overseas Blind, que luego pasó a llamarse Helen Keller International.
Así mismo, Keller estuvo muy involucrada con la American Foundation for the Blind, para la que recaudó más de dos millones de dólares.
Recorrió los Estados Unidos durante la década de 1930 y 1940 y exigió que se crearan Comisiones Estatales para los ciegos. Además, promovió la construcción de escuelas para personas con pérdida de visión.
Keller también logró que el gobierno distribuyera libros en braille para que los adultos con discapacidad visual pudiesen tener material de lectura.
Helen Keller también fue premiada en múltiples ocasiones por todo lo que había alcanzado durante su vida:
En 1936 se le concedió la Medalla Theodore Roosevelt al Servicio Destacado, en 1964 obtuvo la Medalla Presidencial de la Libertad y al año siguiente fue elegida como miembro del Salón de la Fama de las Mujeres.
Además, se le concedieron doctorados honorarios por parte de diferentes Universidades como fue el caso de su alma mater, la Universidad de Harvard, así como la Universidad de Temple, Glasgow, Berlín y otras.
Su historia fue mediática desde la infancia, de hecho estuvo ante el ojo público desde cerca de los 9 años de edad. Su autobiografía fue un éxito y se realizaron múltiples adaptaciones en diferentes formatos de La historia de mi vida.
Una de las representaciones más famosas fue la obra de teatroThe Miracle Worker (1960) de William Gibson, que obtuvo un Premio Pulitzer. También fue bien recibida la adaptación cinematográfica homónima que fue realizada por Arthur Penn en 1962 y que obtuvo dos Oscar.
– La historia de mi vida, 1903 – (The Story of My Life).
– Optimismo, 1903 – (Optimism).
– El mundo en el que vivo, 1908 – (The World I Live In).
– Canción del muro de piedra, 1910 – (The song of the stone wall).
– Fuera de la oscuridad, 1913 – (Out of the dark).
– Mi religión, 1927 – (My religion).
– El medio de una corriente, 1929 – (Midstream: My Later Life).
– Paz en el atardecer, 1932 – (Peace at Eventide).
– Helen Keller en Escocia, 1933 – (Helen Keller in Scotland).
– El diario de Helen Keller, 1938 – (Helen Keller’s Journal).
– Déjanos tener fe, 1940 – (Let Us Have Faith).
– Maestra, 1955 – (Teacher, Anne Sullivan Macy).
– “No importa cuán aburrido, malvado o sabio sea un hombre, él siente que la felicidad es su derecho indisputable”.
– “Conocer la historia de la filosofía es saber que los grandes pensadores de todos los tiempos, los videntes de las tribus y las naciones, han sido optimistas”.
– “Una vida feliz no consiste en la ausencia, sino en el dominio de las dificultades”.
– “La tolerancia es el mayor regalo de la mente; requiere el mismo esfuerzo del cerebro que se necesita para mantener el equilibrio en una bicicleta”.
– “No pienses en los fracasos de hoy, sino en el éxito que puede llegar mañana”.
– “Nunca he querido creer que la naturaleza humana no pueda cambiarse; pero incluso si no puede, estoy segura de que se puede frenar y conducir a canales de utilidad”.
– “Más que en cualquier otro momento, cuando tengo un libro amado en la mano, mis limitaciones se me caen, mi espíritu es libre”.
– “La gran poesía, ya sea escrita en griego o en inglés, no necesita más intérprete que un corazón sensible”.
– “Cuando una puerta de la felicidad se cierra, otra se abre pero a menudo miramos tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que se nos ha abierto”.
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