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Arañas camello: características, hábitat, alimentación, especies


Las arañas camello o solífugos son un grupo de arácnidos que se caracterizan por tener unos quelíceros (apéndices típicos algunos artrópodos) muy bien desarrollados que le son de gran utilidad en su proceso de alimentación. Fueron estudiados y descritos por primera vez por el zoólogo sueco Carl Jakob Sundevall alrededor de 1833.

Se diferencian de otros arácnidos en que no poseen glándulas de veneno en sus quelíceros y sus pedipalpos son similares a patas, pero terminan en una estructura tipo ventosa que le permite adherirse a sus presas.

Índice del artículo

Características

Los solífugos son un grupo de animales que pertenecen a los llamados organismos eucariotas pluricelulares. Esto quiere decir que en sus células, el material genético se encuentra encerrado dentro del núcleo formando a los cromosomas.

Igualmente, los solífugos están conformados por diversos tipos de células, cada una de las cuales se especializa en una función específica. Esto ocurre así desde el desarrollo embrionario, gracias a que este organismo presenta las tres capas germinativas: ectodermo, mesodermo y endodermo.

Siguiendo con el desarrollo embrionario, los solífugos se consideran deuterostomados, porque la misma estructura embrionaria (blastoporo) da origen de manera simultánea tanto a la boca como al ano.

Tomando en cuenta la nutrición, los solífugos son heterótrofos, ya que son incapaces de sintetizar sus nutrientes. Por ello, deben alimentarse de otros seres vivos o de las sustancias elaboradas por otros. En este sentido, estos animales son carnívoros y muy buenos depredadores.

Anatómicamente, los solífugos son dioicos. Esto implica que existen individuos con órganos reproductores femeninos e individuos con órganos reproductores masculinos.

Al igual que ocurre con muchos de los organismos eucariotas, los solífugos tienen simetría bilateral. Esto se debe a que están conformados por dos mitades exactamente iguales.

Taxonomía

Dominio: Eukarya

Reino: Animalia

Filo: Arthropoda

Subfilo: Chellicerata

Clase: Arachnida

Orden: Solifugae.

Morfología

Las arañas camello se caracterizan por presentar un cuerpo de apariencia alargada, ser de gran tamaño (alcanzan hasta los 7 cm de longitud) y tener un abdomen voluminoso. En apariencia son similares a las arañas, aunque guardan grandes diferencias con respecto a estas.

Así como ocurre con el resto de los arácnidos, el cuerpo de los solífugos se encuentra dividido en dos porciones: prosoma y opistosoma. El prosoma es la porción anterior, en tanto que el opistosoma es la posterior.

Estos animales se caracterizan por presentar unos quelíceros muy prominentes y desarrollados.

– Prosoma

El prosoma de este tipo de arácnidos es de tamaño reducido. Este se encuentra recubierto por una especie de exoesqueleto o caparazón, cuyos segmentos no se encuentran fusionados.

Ese caparazón está conformado por tres placas, siendo la más anterior el propeltidio, inmediatamente después de esta se encuentra el mesopeltidio y luego el postpeltidio. El propeltidio presenta en su borde anterior los órganos de la vista del animal.

La superficie ventral del prosoma se encuentra ocupada casi en su totalidad por los primeros artejos (coxas) de los apéndices locomotores del animal.

Del prosoma emergen todos los apéndices articulados que se encuentran representados por los quelíceros, los pedipalpos y las patas.

Quelíceros

Son uno de los elementos característicos de los animales de este orden. Se encuentran muy desarrollados y son robustos.

Están conformados por dos artejos. Además, en su extremo terminal presentan unas estructuras que se conocen como dientes. Estos se clasifican en anteriores, intermedios y posteriores, así como también unos dientes basales internos. Estos son de gran ayuda a la hora de capturar a las presas.

Como elemento diferencial entre ejemplares hembras y machos, se puede afirmar que estos últimos presentan en sus quelíceros una estructura que se conoce como flagelo.

La función de este aún no ha sido establecida del todo, ya que se pensaba que servía para el proceso de apareamiento, lo cual ha sido desestimado por numerosos especialistas.

Pedipalpos

Se encuentran insertados inmediatamente después de los quelíceros y son de gran longitud, superando a las patas del animal. Así mismo son flexibles y en su extremo terminal presentan una estructura en forma de ventosa que se conoce con el nombre de apotele.

Los pedipalpos se encuentran constituidos por siete artejos. Algunos presentan características tales como:

– El fémur presenta unas prolongaciones llamadas setas.

– Los tarsos y las tibias tienen unas prolongaciones que son similares a espinas, de forma cilíndrica.

– En tanto que el fémur y la patela poseen tricobotrios, los cuales constituyen un elemento característico de algunos tipos de artrópodos como los arácnidos.

Patas

En número de ocho, se distribuyen en pares, cuatro a cada lado del prosoma. Cada pata está conformada por siete artejos: telotarso, basitarso, tibia, patela, fémur, trocánter y coxa.

El primer par de patas no tienen función locomotora. Su función es más bien sensorial, en tanto que la función de los últimos tres pares de patas tiene que ver con el movimiento y desplazamiento del animal.

Igualmente, existen algunas diferencias marcadas entre los pares de patas. La más marcada de ellas es que en los últimos dos pares el fémur se encuentra dividido a su vez en dos artejos.

Estos apéndices también se encuentran recubiertos por algunas prolongaciones como espinas, setas y tricobotrios, cuya función está relacionada con el área sensorial.

– Opistosoma

Es mucho más grande que el prosoma. Es ancho, aunque hacia su extremo terminal se observa un estrechamiento evidente. El opistosoma se encuentra dividido en once segmentos, los cuales se aprecian fácilmente a simple vista.

Igualmente, en el opistosoma se encuentran contenidos los órganos que integran a los diferentes sistemas del animal. Así mismo, presenta una serie de orificios que pertenecen a algunos de esos sistemas.

En su superficie ventral se encuentra el orificio genital, mejor conocido como gonoporo, así como también dos pares de agujeros llamados espiráculos, los cuales corresponden al sistema respiratorio.

– Anatomía interna

Sistema digestivo

Los solífugos presentan un sistema digestivo completo, que se encuentra conformado por tres porciones: estomodeo, mesodeo y proctodeo.

El estomodeo se encuentra conformado por la boca, la cavidad bucal y el esófago. El mesodeo está constituido por el intestino medio, el cual tiene como función la secreción de enzimas digestivas, así como también la absorción de nutrientes.

Finalmente, el proctodeo abarca la porción final del intestino, la cual culmina con el orificio anal, a través del cual se liberan los desechos de la digestión.

Sistema circulatorio

El órgano principal del sistema circulatorio de los solífugos es un corazón que tiene posición lateral. Así como ocurre con el corazón de otros arácnidos, el de los solífugos presenta una serie de agujeros u ostiolos.

Igualmente, de ese corazón surge una arteria aorta, la cual se ramifica en ramas que se expanden por todo el cuerpo del animal. El corazón también da origen a otras arterias pequeñas laterales que distribuyen la hemolinfa, que es el líquido que circula por estos animales.

Sistema nervioso

El sistema nervioso de los solífugos está conformado por un sistema central y por acúmulos neuronales que conforman diversos ganglios.

Presentan un ganglio que funciona como cerebro, al cual se encuentran unidos, mediante fibras nerviosas los ganglios periesofágicos y los demás ganglios que se encuentran alrededor del sistema digestivo.

En general, el sistema nervioso es bastante simple, estando las estructuras que lo conforman interconectadas unas con otras a través de fibras nerviosas aferentes y eferentes.

Sistema respiratorio

Los solífugos presentan un sistema respiratorio en el que se integran dos estructuras que están presentes en la mayoría de los arácnidos: las tráqueas y los pulmones en libro.

Las tráqueas son un conjunto de conductos cartilaginosos que se encuentran ramificados en el interior del animal y que se comunican con el exterior a través de unos agujeros denominados espiráculos, los cuales se abren en la superficie del opistosoma.

Cada tráquea desemboca en unas estructuras llamadas pulmones en libros, los cuales consisten en unas invaginaciones tegumentarias que se apilan unas sobre otras semejando la imagen de las páginas de un libro. De ahí su nombre.

Es en los pulmones en libro donde ocurre el intercambio gaseoso entre el dióxido de carbono, producto de la respiración celular, y el oxígeno que entra a través de los espiráculos y se desplaza por las tráqueas.

Sistema excretor

Los solífugos cuentan con unas estructuras tubulares denominadas tubos de Malpighi. Estos se encargan de recolectar los desechos metabólicos y posteriormente transformarlos en un compuesto conocido como guanina.

Los tubos de Malpighi desembocan a nivel del proctodeo, que es donde liberan la guanina, la cual es excretada en estado sólido mediante las heces.

Hábitat y distribución

Este tipo de animales se encuentran ampliamente distribuidos por todo el planeta. Sin embargo, hay zonas en las cuales no se han registrado especies de solífugos. Entre estas zonas se encuentran la selva amazónica, Madagascar, Australia, algunas islas del Pacífico y Nueva Zelanda.

Los ecosistemas en los cuales se desarrollan de manera exitosa los solífugos son los desérticos y semidesérticos, especialmente cuando las temperaturas son lo más cálidas posibles.

Las condiciones ambientales que estos animales prefieren están relacionadas con la ausencia de luz solar y sitios oscuros, por lo que tienden a pasar el día ocultos y salir de noche a cazar a sus presas para alimentarse.

Alimentación

Los solífugos son netamente carnívoros y están considerados como uno de los depredadores más eficaces del reino animal. Sus presas están representadas básicamente por otros artrópodos como insectos, alacranes, arañas e incluso se han registrado casos de canibalismo.

Una vez que identifica a una presa, el animal la persigue y ataca, especialmente con sus pedipalpos, fijándola con la ventosa que estos poseen en sus extremos. Cuando captura a la presa, con la ayuda de sus poderosos quelíceros comienzan a triturarlas para así poder ingerirlas.

En estos animales la digestión es de tipo externa, ya que mientras trituran a sus presas con los quelíceros, van liberando jugos digestivos que contienen enzimas. Estas actúan sobre los tejidos de las presas, procesándola y degradándola, convirtiéndola en una materia de contextura líquida, la cual es más fácil de digerir completamente.

Luego de ingerir esa especie de papilla, esta pasa del esófago al intestino medio, en donde sufre nuevamente la acción de enzimas digestivas y además se produce la absorción de nutrientes. Finalmente, los materiales que no son absorbidos se desechan a través del ano en forma de heces.

Reproducción

Los solífugos se reproducen de manera sexual, con una fecundación que puede ser directa e indirecta. Además, son ovíparos con desarrollo indirecto.

En el proceso de reproducción de estos animales puede o no haber cópula. Cuando hay cópula ocurre de la siguiente manera: el macho toma a la hembra y la manipula hasta que esta adopta una posición en la que el poro genital está fácilmente accesible para el macho.

Posteriormente, este deposita una gota de su esperma y la recoge con sus quelíceros, los cuales le sirven para introducirla en el poro genital para que ocurra la fecundación.

En los casos en los que no hay cópula, el macho deposita en el suelo un espermatóforo, en el que se encuentran contenidos los espermatozoides. La hembra lo recoge con sus quelíceros y se lo introduce en el poro genital.

Posteriormente, la hembra deposita los huevos (50-100), los cuales tienen un período de desarrollo de 12 horas. Pasado este tiempo, los huevos eclosionan y de ellos salen unas larvas, las cuales experimentan un total de seis mudas hasta alcanzar la madurez.

Especies representativas

Los solífugos abarcan un total de 1100 especies aproximadamente, las cuales se distribuyen en 12 familias.

Gluvia dorsalis

Es la única especie que se encuentra en la península ibérica. Presenta unos quelíceros tipo tijera, es de tamaño reducido (el ejemplar de mayor tamaño tiene 3 cm) y tiene una coloración rojiza. En vez de preferir sitios oscuros, es frecuente encontrarla en hábitats abiertos y despejados.

Chelypus barberi

Esta especie se caracteriza por sus quelíceros muy bien desarrollados, su opistosoma más ancho de lo normal y la gran cantidad de prolongaciones (pelos) sensitivas que recubren todo su cuerpo. Se encuentran ampliamente distribuidos por todo el sur de África.

Galeodes abessinicus

Es una especie exclusiva de Etiopía. El color de su cuerpo es claro y sus patas suelen tener una gran longitud. Son de gran tamaño en comparación con otras especies de solífugos, y sus quelíceros están ampliamente desarrollados.

Referencias

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