Síndrome de Bloom: qué es, causas, síntomas y tratamientos
¿Qué es el síndrome de Bloom?
El síndrome de Bloom es una enfermedad genética poco frecuente de herencia autosómica recesiva, caracterizada principalmente por tres aspectos: retraso en el crecimiento, hipersensibilidad al sol y telangiectasia en la cara (dilatación de vasos capilares).
Estos pacientes tienen una inestabilidad genómica que les predisponen a desarrollar cáncer fácilmente.
Se descubrió por el dermatólogo David Bloom en 1954 a través de la observación de varios pacientes que presentaban enanismo y eritemas telangiectásicos (piel enrojecida por la dilatación de los capilares sanguíneos).
Este síndrome también puede llamarse eritema congénito telangiectásico o síndrome de Bloom-Torre-Machacek.
Causas del síndrome de Bloom
El síndrome de Bloom es una enfermedad genética autosómica recesiva, es decir, para que surja tiene que ocurrir una mutación en ambos alelos del gen BLM, tanto por parte de la madre como por parte del padre. Los padres no necesariamente tienen que presentar esta enfermedad, sino que pueden ser portadores del gen mutado sin tener síntomas.
Se han encontrado más de 60 mutaciones en el gen BLM en el síndrome de Bloom, siendo la más frecuente la deleción de 6 nucleótidos en la posición 2281 y la sustitución por otros 7.
Gen BLM y helicasas
Según Genetics Home Reference, el gen BLM se encarga de mandar instrucciones para la creación de la proteína RecQ, que forma parte de la familia de las helicasas.
Lo que hacen las helicasas es unirse al ADN y separar temporalmente las dos hebras de este, que normalmente se encuentran unidas en espiral, con el objetivo de desarrollar procesos como la replicación (o copia de ADN), preparación para la división celular y la reparación de daños en el ADN.
En definitiva, las helicasas RecQ son importantes para mantener la estructura del ADN y por eso se conocen como “cuidadoras del genoma”.
Por ejemplo, cuando una célula se va a dividir para formar dos células nuevas, el ADN que hay en los cromosomas se tiene que copiar para que cada célula nueva tenga dos copias de cada cromosoma: una del padre y otra de la madre.
El ADN copiado de cada cromosoma dispone en dos estructuras iguales que se llaman cromátidas hermanas, y están unidas al principio, antes de que se produzca la división de las células.
En esta etapa, intercambian entre ellas algunos trozos de ADN, lo que se conoce como intercambio de cromátidas hermanas.
Parece ser que este proceso está alterado en la enfermedad de Bloom, ya que la proteína BLM está dañada y esta es la que controla que se produzcan los intercambios adecuados entre las cromátidas hermanas y que el ADN se mantenga estable en el momento de la copia.
De hecho, se produce una media de 10 intercambios más de lo normal entre cromátidas en el síndrome de Bloom.
Rotura del material genético
Por otro lado, se originan también roturas en el material genético en esta enfermedad, que provocan deterioro en las actividades celulares normales que, por la carencia de la proteína BLM, no se pueden reparar.
Algunos expertos clasifican este síndrome como el “síndrome de rotura cromosómica”, ya que se relaciona con gran cantidad de roturas y reorganizaciones de los cromosomas.
Alta incidencia de enfermedades
Esta inestabilidad de los cromosomas ocasiona una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades. Por ejemplo, por la falta de la proteína BLM no se pueden recuperar de daños en el ADN que puede causar la luz ultravioleta, y por ello, estos pacientes son fotosensibles.
Además, los afectados presentan una deficiencia inmune que les hace más susceptibles a contraer infecciones.
Por otro lado, tienen alta probabilidad de desarrollar cáncer en cualquier órgano por la división incontrolada de células, apareciendo principalmente leucemia (un tipo de cáncer de la sangre caracterizado por un exceso de glóbulos blancos) y linfoma (cáncer en el ganglio linfático del sistema inmunitario).
Gen FANCM
También se han encontrado fallos en la acción del gen FANCM, que se encarga de la codificación de las proteínas MM1 y MM2, que también sirven para reparar daños en el ADN.
Estas son las causas que se han vinculado tanto con este síndrome como con la anemia de Fanconi. Por eso vemos que estas dos enfermedades son parecidas en su fenotipo y en la predisposición a tumores hematológicos e insuficiencia en la médula ósea.
De todas formas, los mecanismos moleculares que afectan a los cromosomas en el síndrome de Bloom aún son objeto de investigación.
Síntomas
Esta condición ya se presenta en los primeros meses de vida y, por ahora, ninguno de los pacientes ha vivido más de 50 años.
Tumores malignos
Ocasionados por la inestabilidad genómica, suponen el principal motivo de muerte en los afectados por este síndrome. Según la National Organization for Rare Disorders (2014), sobre un 20% de los afectados por el síndrome de Bloom desarrollan cáncer.
Estos pacientes tienen entre 150 y 300 veces más riesgo de desarrollar cáncer que las personas sin este trastorno.
Inmunodeficiencia
Varía en gravedad según el paciente y predispone a diversas infecciones. Esto surge por déficits en la proliferación de linfocitos (glóbulos blancos), problemas en la síntesis de inmunoglobulina (anticuerpos del sistema inmunitario) y baja respuesta a la estimulación por mitógenos (que controlan la división y el crecimiento de las células).
Defectos en los linfocitos T y B
Son frecuentes los defectos en los linfocitos T y B, que afectan al desarrollo del sistema inmune. El mal funcionamiento del sistema inmunitario puede traer como consecuencia infección de oído (otitis media principalmente), neumonía u otros signos, como diarrea y vómitos.
Fotosensibilidad
Es una excesiva sensibilidad del ADN a los rayos ultravioletas. Se considera una forma de fototoxicidad o muerte celular que perjudica la piel del afectado cuando le da el sol.
Reducción de la fertilidad o infertilidad
En los varones se da la incapacidad para producir esperma. En las mujeres se produce una menopausia muy temprana.
Manifestaciones cutáneas
También se presenta la poiquilodermia, una afectación de la piel que se da principalmente en el cuello, apareciendo zonas hipopigmentadas, otras hiperpigmentadas, telangiectasias y atrofia.
Se observan comúnmente manchas rojas en la piel, que se asocian con la exposición al sol (sobre todo en la cara).
Telangiectasia
Otro problema cutáneo que se observa es la telangiectasia, que es como erupciones rojizas en la cara ocasionadas por la dilatación de los vasos sanguíneos pequeños. Aparece como un patrón “de mariposa” abarcando la nariz y las mejillas.
Manchas
También pueden aparecer manchas anormales de color marrón o gris en otras partes del cuerpo (manchas “café con leche”).
Problemas en el desarrollo
Retraso en el desarrollo que ya se manifiesta en los bebés. Los pequeños suelen presentar una cabeza y cara distintivas, más estrechas y pequeñas de lo normal.
Otros
– Sobre un 10% de los afectados acaba desarrollando diabetes.
– Voz muy aguda.
– Alteraciones en los dientes.
– Anomalías en los ojos, orejas (se observan orejas prominentes), manos o pies (como polidactilia, cuando el paciente tiene más dedos de lo normal).
– Quistes pilonidales.
– Problemas de alimentación: se notan sobre todo en bebés y niños pequeños, mostrando una falta de interés en comer. Se acompaña numerosas veces de reflujo gastroesofágico severo.
– Las capacidades intelectuales son variables, de forma que en algunos pacientes están más deterioradas y en otros se encuentran dentro de lo normal.
Diagnóstico
Se puede diagnosticar mediante cualquiera de las siguientes pruebas:
Pruebas citogenéticas
Miden las aberraciones cromosómicas y el nivel de intercambio de cromátidas hermanas.
Se puede observar la presencia de asociaciones cuatri-radiales (intercambio de cromátidas de cuatro brazos) en linfocitos cultivados en sangre, mirar si hay niveles altos de intercambio de cromátidas hermanas en cualquier célula, lagunas de cromátidas, roturas o reordenamientos, o bien, ver directamente si existen mutaciones en el gen BLM.
Estas pruebas pueden detectar a un individuo sano que lleva mutaciones en el gen BLM y que puede transmitirlas a su descendencia.
La Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) anunció en febrero de 2015 la comercialización de una prueba genética por “23andMe” que puede ser útil para detectar de forma temprana la presencia de esta enfermedad.
Se debe sospechar la presencia de este síndrome si existen estas condiciones clínicas:
– Retraso en el crecimiento significativo que se observa desde el periodo intrauterino.
– Presencia de eritemas en la piel de la cara tras exponerse al sol.
Tratamientos
No hay un tratamiento específico para el síndrome de Bloom, es decir, para el número excesivo de mutaciones. Más bien, las intervenciones van encaminadas a paliar los síntomas, ofrecer apoyo y prevenir complicaciones.
– Intentar no exponerse directamente al sol.
– Utilizar un adecuado protector solar.
– Seguimiento por un dermatólogo, para tratar las manchas, rojeces e inflamación de la piel.
– Usar antibióticos para las infecciones.
– Revisiones médicas periódicas para detectar posibles casos de cáncer, principalmente cuando estos pacientes llegan a la edad adulta. Hay que estar atentos a los posibles síntomas, ya que hay tumores que para su recuperación se requiere una sustracción quirúrgica temprana. Algunos métodos para el diagnóstico precoz del cáncer son la mamografía, la prueba de Papanicolaou o citología vaginal, o la colonoscopia.
– Controlar que estos niños reciban los nutrientes necesarios tratando de intervenir el reflujo digestivo. Para ello, se puede colocar un tubo en la parte superior del tracto intestinal para una alimentación complementaria mientras duerme. Eso puede aumentar un poco los depósitos de grasa de los pequeños, pero parece no tener un efecto en el crecimiento en sí.
– Examinar la existencia de diabetes para tratarla lo antes posible.
– Si el individuo presenta cáncer, se puede contemplar el trasplante de médula ósea.
– Apoyo familiar y de otros grupos y asociaciones con enfermedades parecidas, para que el individuo afectado se desarrolle como persona, con la mayor calidad de vida posible.
– Si se ha tenido en la familia casos de esta enfermedad o por parte de la familia del cónyuge, sería útil una asesoría genética para obtener información sobre la naturaleza, herencia y consecuencias de este tipo de trastornos para contribuir a la toma de decisiones médicas y personales.
Referencias
- Bloom Syndrome. Recuperado de National Organization for Rare Disorders.
- Bloom Syndrome (Congenital Telangiectatic Erythema). Obtenido de Medscape.