Dioico o plantas dioicas: características y ejemplos de especies
Las plantas dioicas son aquellas pertenecientes al grupo de las angiospermas en las cuales las flores femeninas y las flores masculinas se encuentran en “pies” o individuos diferentes; razón por la que la única forma en la que estas plantas pueden reproducirse es a través de la polinización cruzada.
El término dioico proviene de un vocablo griego que significa, literalmente, “dos casas” y se emplea a menudo para referirse a aquellas especies vegetales productoras de flores y semillas cuyo sexo está repartido en “casas” distintas.
Como analogía al término “dioico” podríamos considerar a los seres humanos. En una población humana, cuyos miembros pertenecen todos la especie Homo sapiens, los órganos sexuales femeninos y masculinos están “ubicados” en “pies” distintos: en los hombres están el pene y los testículos y en las mujeres está la vagina (con sus excepciones).
Estas plantas se diferencian de gran parte de las angiospermas, pues lo más común es encontrar especies en las que los gametofitos femenino y masculino (ovocélula y granos de polen, respectivamente) se encuentran no solo en el mismo “pie” (plantas monoicas), sino incluso en la misma flor (plantas con flores bisexuales o hermafroditas).
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Características de las plantas dioicas
Las plantas dioicas pueden ser dicotiledóneas o monocotiledóneas. Algunos autores estiman que estas representan más o menos del 3 al 6% de todas las angiospermas; no obstante, otros cuentan 7% para las especies monocotiledóneas y 14% para las especies dicotiledóneas, lo que suma más del 6%.
Charles Darwin, en una publicación que realizó en 1876, aseguró que las plantas dioicas poseen, de alguna manera, una ventaja reproductiva respecto a las plantas que presentan otros tipos de distribución de sus gametofitos, ya que estas se reproducen exclusivamente por medio de polinización cruzada, lo que asegura un incremento en la variabilidad.
Sin embargo, este grupo de plantas tiene la desventaja de que, por lo menos la mitad de la población (sobre todo las plantas “masculinas”) no produce semillas. Esto hace que las plantas dioicas tengan mayor dificultad en su dispersión que las plantas monoicas o hermafroditas, por ejemplo, ya que un solo individuo no puede propagar a su especie cuando coloniza un nuevo ambiente.
Esta limitación dispersiva está relacionada directamente con el hecho de que las plantas dioicas no pueden “autopolinizarse” para producir semillas fértiles. Tiene que ver, además, con la importancia del “movimiento del polinizador”, que necesariamente debe ser entre flores de sexos diferentes.
Ambiente
La “dioicidad” ha sido relacionada con la distribución espacial de las plantas, con ambientes y floras tropicales, con islas oceánicas y con ambientes oligotróficos (con muy baja cantidad de nutrientes).
También ha sido relacionada con algunos atributos ecológicos como la formación de maderas, hábitos escaladores, entomofilia (polinización mediada por insectos) y la formación de frutos frescos que son dispersados por animales, aunque no se trata de características únicas de las plantas dioicas.
Un estudio publicado por Matallana en 2005 afirma que la vegetación tropical costera posee abundante concentración de plantas dioicas. Lo que esta autora considera se debe a las características específicas de dichos ambientes, proposición sustentada por publicaciones de otros autores como Bawa, en 1980.
Otros sistemas sexuales en las angiospermas
Es importante destacar que no solo existen plantas dioicas, monoicas y hermafroditas, pues una revisión bibliográfica demuestra que se han descrito especies ginodioicas y especies androdioicas.
Las ginodioicas y androdioicas se caracterizan por la existencia de plantas con flores femeninas y plantas con flores hermafroditas, y por la presencia de plantas con flores masculinas y plantas con flores hermafroditas, respectivamente.
Además, ciertos autores reconocen la existencia de especies “trioicas”, que son aquellas en cuyas poblaciones existen individuos con flores femeninas, individuos con flores masculinas e individuos con flores hermafroditas, también conocidas como “flores perfectas”.
Ejemplos de especies dioicas
Existen diversos ejemplos de especies con características dioicas y a continuación se hará mención de algunas de las más representativas e importantes, antropocéntricamente hablando.
Pistacia vera
El pistacho, nativo de Asia occidental y Oriente próximo, es producido por un árbol caducifolio (de hojas caducas) que puede medir hasta 9 metros de alto. Estos frutos son muy preciados alrededor del mundo y los árboles son cultivados en las regiones templadas de casi todo el mundo.
Puesto que se trata de una planta dioica, las flores masculinas son producidas por un “pie” y las femeninas por otro, lo que dificulta considerablemente las estrategias se siembra de estas plantas. Las flores masculinas son rojas, mientras que las femeninas son blancas.
Todas las especies del género Pistacia son plantas dioicas.
Actinidia deliciosa
El kiwi es otro buen ejemplo de frutos “populares” producidos en plantas dioicas. Las plantas pertenecientes al género Actinidia se caracterizan por sus hábitos trepadores y porque son de características leñosas.
También de origen asiático, la presencia de una planta “femenina” y de otra planta “masculina” es imprescindible para la producción de este delicioso fruto.
Pimenta dioica
También conocida popularmente como “allspice”, por la mezcla de sabores y aromas que tienen sus hojas y sus frutos, la P. dioica es una especie perteneciente a la familia Myrtaceae, nativa de México y Guatemala, aunque también se piensa que proviene de Cuba y Jamaica.
Como su nombre lo indica, es una planta dioica y es muy explotada desde el punto de vista culinario para la preparación de platos caribeños y es uno de los principales ingredientes de las salsas “BB-Q” que se producen industrialmente.
Cannabis sativa
El cáñamo, cáñamo indiano, hachis, kif o marihuana, es también una planta dioica que pertenece a la familia Cannabaceae.
Proviene del Asia subtropical, pero es cultivada en muchas partes del mundo; aunque esta práctica está prohibida, pues a partir de las yemas florales femeninas se extraen sustancias sedantes, embriagantes y alucinógenas que son empleadas como drogas de uso indiscriminado.
No obstante, estas plantas también han sido típicamente explotadas para la obtención de fibras textiles y papel, así como para la elaboración de ungüentos analgésicos y otras medicinas alternativas para pacientes de distintos tipos (con glaucoma, cáncer, depresión, epilepsia, niños con problemas de agresividad, entre otros).
Referencias
- Bawa, K. S. (1980). Evolution of dioecy in flowering plants. Annual review of ecology and systematics, 11(1), 15-39.
- Darling, C. A. (1909). Sex in dioecious plants. Bulletin of the Torrey Botanical Club, 36(4), 177-199.
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