Tratado de Guadalupe Hidalgo: causas, firma, consecuencias
El Tratado de Guadalupe Hidalgo, oficialmente denominado Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, fue el tratado de paz con el que se puso fin a la guerra que había enfrentado a ambos países entre 1846 y 1848.
El acuerdo fue firmado en la Villa de Guadalupe-Hidalgo, actualmente un barrio de Ciudad de México, el 2 de febrero de 1848, y ratificado el 30 de mayo del mismo año. Como perdedor del conflicto, México perdió en manos estadounidenses 2, 378, 539 km², más de la mitad de su territorio.
Además, el tratado recogía la renuncia de México a toda reclamación sobre Texas, así como el establecimiento de la frontera entre los dos países en el río Bravo. Como compensación, Estados Unidos debía pagar 15 millones de dólares por los daños causados durante el conflicto.
Las dos causas principales que llevaron a la guerra y, por lo tanto, a la firma del Tratado, fueron la política sobre inmigración que México había establecido en Texas y el afán expansionista de los Estados Unidos. Otro factor importante fue la inestable situación económica y política que el país estaba atravesando.
Índice del artículo
- 1 Causas del Tratado
- 2 Firma del Tratado
- 3 Consecuencias y territorios perdidos
- 4 Artículos del Tratado
- 5 Referencias
Causas del Tratado
Los once años de guerra previos a la independencia de México, conseguida en 1821, habían dejado un país desgastado económica, social y políticamente. Sus finanzas se encontraban en quiebra, los campos de cultivo en estado lamentable, las fábricas destruidas y las luchas por el poder eran continuas.
Estados Unidos, por su parte, era un país con una economía floreciente y que se encontraba inmerso en una carrera expansionista.
Colonización de los territorios del norte
Tanto el gobierno del virreinato como los primeros gobiernos del México independiente se propusieron impulsar la colonización de los casi despoblados grandes territorios del norte, como las Californias, Nuevo México y Texas.
Para conseguirlo, comenzaron a vender grandes extensiones de terreno a un precio muy bajo y mediante créditos muy favorables. Además, ofrecían exenciones de impuestos y de aduanas por cinco años para todos los extranjeros que se establecieran allí solo a cambio de que adoptaran la nacionalidad mexicana, aprendieran español y fueran católicos.
Un empresario estadounidense, Stephen Austin, recibió permiso para que 300 familias se instalaran en Texas, concesión que fue ratificada tanto por el gobierno de Agustín de Iturbide como por las autoridades de la posterior República Federal.
A esta oleada colonizadora le siguieron otras similares y se calcula que, para 1829, los anglohablantes aventajaban 8:1 a cada mexicano.
Expansionismo territorial estadounidense
Las intenciones expansionistas de Estados Unidos marcaron siempre sus relaciones con México. En la primera misión diplomática estadounidense en suelo mexicano, el ministro Joel R. Poinsett ya anunció su propósito de anexionarse Texas.
México, por su parte, mantuvo que solo aceptaría los límites establecidos por el Tratado Adams-Onís de 1819, que había delimitado las fronteras entre Estados Unidos y Nueva España.
Los estadounidenses empezaron pronto a colaborar con la mayoría anglosajona texana que ya mostraba deseos de independizarse de México.
Independencia de Texas
Las relaciones entre los colonos texanos y el gobierno de México empeoraron a partir de finales de la década de 1820.
México propuso en 1829 establecer presidios, permitir que mexicanos y europeos pudieran comprar tierras y establecer aduanas. Los texanos, por su parte, mostraron rechazo a las restricciones a la esclavitud que las autoridades mexicanas imponían.
La situación empeoró aún más cuando Antonio López de Santa Anna estableció un gobierno dictatorial en 1833 y promulgó una constitución que eliminaba el federalismo dos años más tarde.
En 1836, un grupo de independentistas texanos se hicieron fuertes en El Álamo, en San Antonio de Béjar. Santa Anna encabezó una expedición para acabar con los rebeldes.
Aunque las tropas de Santa Anna asaltaron con éxito El Álamo, después fueron derrotadas en San Jacinto a manos del general Samuel Houston, quien contó con ayuda estadounidense.
Santa Anna fue hecho prisionero en la batalla de San Jacinto y accedió a firmar los Tratados de Velasco que concedían la independencia de Texas. Aunque el acuerdo no fue reconocido por el gobierno mexicano, que aducía que un prisionero de guerra no tenía autoridad para firmarlo, la región comenzó a gobernarse como una república independiente de facto.
Guerra con los Estados Unidos
En febrero de 1845, el Congreso de los Estados Unidos votó en favor de la anexión de Texas. Por su parte, los texanos se dividieron en dos grupos: los partidarios de la independencia y los que estaban a favor de incorporarse a Estados Unidos, que contaba con más apoyos.
El presidente James K. Polk, que había ganado las elecciones en 1844 prometiendo la anexión de Texas, ordenó en abril de 1846 que sus tropas entraran en México. Según el general Ulysses S. Grant, el mandatario buscaba una excusa para empezar la guerra.
Esta excusa llegó el 24 de abril, cuando los mexicanos emboscaron a una patrulla estadounidense al norte del río Bravo. Poco después, el 3 de mayo, el ejército mexicano sitió el Fuerte Texas y abrió fuego contra sus defensores.
El Congreso estadounidense declaró finalmente la guerra el 13 de mayo y México hizo lo propio 10 días más tarde.
Después de la declaración formal de guerra, los soldados estadounidenses entraron en México con la intención de alcanzar Monterrey y asegurar la zona del Pacífico. En marzo de 1847, el ejército de Estados Unidos bombardeó el puerto de Veracruz.
Toda la invasión se desarrolló con una gran facilidad, ya que la superioridad militar estadounidense era muy grande. Santa Anna solo pudo replegarse para intentar proteger la capital.
Sin embargo, los esfuerzos por defender Ciudad de México fueron en vano. El 15 de septiembre, la capital caía en manos estadounidenses.
Firma del Tratado
Con la conquista de la capital, México se encontraba en una situación desesperada. El 27 de septiembre, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Manuel de la Peña y Peña, tuvo que asumir el poder ejecutivo desde la ciudad de Toluca. Pocos días después, se trasladó a Querétaro junto a Luis de la Rosa, el titular de los cuatro ministerios existentes.
Las conversaciones de paz fueron muy complicadas y llevaron un largo tiempo. Los mexicanos lograron conservar la Baja California y comunicarla mediante un puente de tierra con Sonora, pero ese fue prácticamente su única concesión.
Primera firma del Tratado
Los representantes de ambos países siguieron negociando hasta que el 2 de febrero de 1848 se firmó el Tratado de Guadalupe-Hidalgo.
El nombre del tratado proviene de la villa en la que fue firmado, la de Guadalupe-Hidalgo, en esos momentos muy cercana a la Ciudad de México. Sus primeros firmantes fueron Nicholas Trist, representante de Estados Unidos, y Luis G. Cuevas, Miguel Atristain y Bernardo Couto, enviados plenipotenciarios de México.
El contenido del acuerdo fue notificado al presidente Polk el día 19 de ese mismo mes. El Congreso estadounidense, por su parte, lo aprobó el 10 de marzo.
En México, por su parte, De la Peña y Peña pudo reunir al Congreso en Querétaro. Durante la sesión, Luis de la Rosa realizó una amplia exposición del documento y logró convencer a los diputados para que votaran a favor.
Finalmente, tras ser ratificado por ambas partes, el Tratado de Guadalupe-Hidalgo entró en vigor el 30 de mayo de 1848.
Firmantes definitivos
La versión definitiva del acuerdo de paz fue firmada por Nathan Clifford y Ambrose Hundley Sevier, por parte estadounidense, y por Manuel de la Peña y Luis de la Rosa, presidente y ministro mexicanos respectivamente.
Consecuencias y territorios perdidos
La principal consecuencia del Tratado de Guadalupe-Hidalgo fue que una gran extensión de territorio mexicano fue anexionado por los Estados Unidos.
La frontera entre ambos países se rediseñó con base en los ríos Grande y Gila y México tuvo que ceder un total de 2,378,539 km². A partir de entonces, unos 100 000 mexicanos se convirtieron en extranjeros en sus propias tierras.
Alta California y Santa Fe se convirtieron en propiedad estadounidense, con lo que su frontera se trasladó del río Nueces al río Bravo.
Estados Unidos, por su parte, solo tuvo que hacer frente a un pago de 15 100 000 dólares como compensación por los daños causados en la guerra.
Las reacciones políticas dentro de México fueron variadas. Aunque la guerra estaba perdida y el Congreso había ratificado el tratado, Santa Anna intentó continuar con el conflicto desde Oaxaca.
Pérdidas territoriales de México
Con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, Estados Unidos se hizo con más de la mitad del territorio mexicano.
Después de 1848, las tierras que conforman los actuales estados de California, Nevada, Utah, Texas y Nuevo México pasaron a pertenecer a los estadounidenses. Además, también lo hicieron partes de Arizona, Wyoming, Kansas, Oklahoma y Colorado.
En una de las cláusulas del Tratado, México reconocía el estatus de Texas como parte de Estados Unidos y renunciaba a cualquier reclamación posterior.
Habitantes mexicanos
Estados Unidos se comprometía a defender los derechos de los habitantes mexicanos que quedaran dentro de sus nuevas fronteras. Estos tuvieron la opción de trasladarse a zonas que hubieran permanecido como mexicanas o acceder a la ciudadanía estadounidense. El 90% optó por la segunda posibilidad.
Cambios en el Tratado
A pesar de que había algunos artículos en el Tratado que favorecían a los mexicanos, estos nunca fueron respetados.
Además, el Senado estadounidense anuló el artículo 10, que recogía la protección a las propiedades cedidas a los mexicanos desde la época colonial.
El artículo 9, que garantizaba los derechos de los mexicanos residentes ahora en las nuevas tierras de Estados Unidos, también sufrió retoques en contra de sus intereses.
La Mesilla
El Tratado de la Mesilla, firmado el 30 de septiembre de 1853, también modificaba lo acordado en la villa de Guadalupe-Hidalgo.
Con este acuerdo, el gobierno mexicano vendió a los estadounidenses 76 845 kilómetros cuadrados de tierras situadas al sur de los actuales estados de Arizona y Nuevo México. El precio fueron 10 millones de dólares.
Artículos del Tratado
El Tratado de Guadalupe Hidalgo estaba compuesto por 24 artículos, más varios transitorios. Su contenido puede resumirse de la siguiente manera.
Final de la guerra
I. Se declara la paz.
II. El orden constitucional quedaba restablecido.
III. Fin del bloqueo de los puertos mexicanos y evacuación de las tropas ocupantes.
V. Fin de la ocupación de las zonas conquistadas por las tropas estadounidenses y repatriación de los prisioneros de guerra.
Frontera y circulación
V. La frontera entre los dos países queda fijada siguiendo los ríos Gila y Bravo. Se delimita un puente de tierra para conectar Sonora y la Baja California.
VI. Se establece el libre tránsito para los barcos y ciudadanos de Estados Unidos por las aguas del río Colorado y el golfo de California.
VII. Se establece la libre navegación, sin poder desembarcar, para ambas partes por los ríos Gila y Bravo del norte. Cualquier obra que obstaculice esos pasos debe ser aprobada por los dos países.
Derechos de los mexicanos en las nuevas tierras estadounidenses
VIII. Los mexicanos asentados en los nuevos territorios estadounidenses conservan sus derechos de permanencia y garantía de sus tierras. Asimismo, podrán elegir la nacionalidad que deseen.
IX. Los derechos civiles de los mexicanos en los territorios cedidos se conservan por un año. Se establece igualmente la igualdad de derechos políticos con el resto de los habitantes de EE.UU.
X. Las concesiones de tierras efectuadas por el gobierno mexicano se conservan intactas Los concesionarios podrán mantener esas concesiones si cumplen con las obligaciones adquiridas previamente. En Texas, conservarán dichas concesiones aquellos que hubieran tomado posesión antes de marzo de 1836.
Compromisos de EE.UU
X. Estados Unidos controlará a las tribus indígenas de su territorio para que no pasen a territorio mexicano. Igualmente, se compromete a no canjear o comprar prisioneros, ganado o artículos robados en México y a rescatar y repatriar a los indígenas de nacionalidad mexicana.
XII. Como compensación por la pérdida de territorio, EE.UU pagará a México 15 millones de dólares.
XIII. Estados Unidos no reclamará a México ninguna compensación por la guerra.
XIV. Los Estados Unidos de América no reclamarán a México compensación alguna para sus ciudadanos, presentes o futuras.
XV. Los Estados Unidos de América no reclamarán a México compensaciones anteriores para sus ciudadanos, y pagarán ellos mismos las reclamaciones resultantes, siempre que no superen los cinco millones doscientos cincuenta mil pesos.
Otros artículos
XVI. Los dos países tienen el derecho a fortificar sus fronteras.
XVII. Las incompatibilidades entre las estipulaciones del Tratado y realidad física, legal o política, podrá resolverse de común acuerdo con la misma fuerza que si estuviera escrito en el tratado, durante ocho años; al término de ese período, solo se podrá resolver por mutuo acuerdo.
XVIII. Las tropas de ocupación no tendrán que pagar ningún tipo de gravamen por los artículos adquiridos antes de su evacuación formal.
XIX. Los bienes importados por los puertos, importados antes de la devolución de las aduanas, o por la duración estipulada en el siguiente artículo, no podrán ser gravados ni decomisados; excepto si son trasladados a algún lugar no ocupado por las fuerzas estadounidenses.
XX. Aunque desde la firma de este tratado hasta la devolución de las aduanas pasaran menos de 60 días, durante este tiempo las mercancías importadas no serán gravadas, salvo los derechos correspondientes, según el artículo anterior.
XXI. Cualquier desacuerdo entre los gobiernos de los dos países debe intentar ser resuelto pacíficamente.
XXII. Se delimitan las reglas a tratar en caso de guerra entre las dos Repúblicas.
XXIII. Ambos presidentes deben pedir la aprobación del tratado por parte de sus Congresos para que sean ratificados.
Referencias
- México Desconocido. Tratado Guadalupe Hidalgo: cuando México perdió la mitad de su territorio. Obtenido de mexicodesconocido.com
- Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Tratado de Guadalupe Hidalgo [Transcripción]. Obtenido de cervantesvirtual.com
- Zoraida Vázquez, Josefina. El tratado de Guadalupe Hidalgo. Recuperado de revistadelauniversidad.mx
- History.com Editors. Treaty of Guadalupe Hidalgo. Obtenido de history.com
- General Records of the United States Government, 1778-1992. Treaty of Guadalupe Hidalgo (1848). Obtenido de ourdocuments.gov
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. Treaty of Guadalupe Hidalgo. Obtenido de britannica.com
- Pletcher, David M. Treaty of Guadalupe Hidalgo. Obtenido de tshaonline.org