Cultura general

Monarquía constitucional: historia, características y países


La monarquía constitucional es un sistema político en el que el Rey es el Jefe del Estado, pero donde sus poderes no son absolutos, sino que están limitados por una constitución que recoge una serie de derechos.

Según el pensador político, Vernon Bogdanor (1997), el término monarquía constitucional fue utilizado por primera vez por el escritor francés W. Dupré, autor de La monarchie constitutionelle y Un roi constitutionel, obras publicadas en el año 1801.

Índice del artículo

Características

-Consiste en una forma de gobierno en el que el monarca comparte el poder con un gobierno organizado constitucionalmente.

-El monarca/Rey puede ser algo simplemente ceremonial, sin poder real a la hora de tomar decisiones que afectan al gobierno de un país.

-Algunas monarquías constitucionales son Inglaterra, España, Jordania, Bélgica, Tailandia o Camboya.

-La monarquía constitucional surge en el siglo XVII coincidiendo con los inicios del liberalismo en Europa.

-Se diferencia de la monarquía absoluta en la procedencia del poder. Mientras que en la monarquía absoluta el poder se atribuye al Rey por gracia divina, en la monarquía constitucional el poder emana del pueblo. Esto quiere decir que el monarca debe atenerse a una serie de normas o derechos recogidos en una constitución.

-Este sistema político debe diferenciarse de otras formas de gobierno parecidas como la monarquía parlamentaria. Ambas coinciden en que la soberanía reside en el pueblo. Sin embargo, en esta última, la figura del monarca solo tiene un poder simbólico, ya que tanto la potestad legislativa como ejecutiva residen en las Cortes Generales o en el Parlamento.

Origen

La monarquía constitucional encuentra sus principios en los pensadores del siglo XVII y XVIII que abogaron por la división de poderes y la reforma política de los países europeos.

En estos siglos, sucedieron dos hechos históricos fundamentales que trajeron consigo una serie de cambios culturales y de mentalidad que facilitaron la implantación de este sistema de gobierno: la Revolución científica y el Siglo de las Luces o Ilustración. Los pensadores de esta corriente cultural defendían una serie de ideas que se plasmaron en la publicación de La Enciclopedia de Diderot y D’Alambert a finales del siglo XVIII.

Entre esas ideas publicadas en la gran obra de la Ilustración se palpaba el espíritu de progreso y reforma que tenían estos pensadores.

En las páginas de la Enciclopedia, donde se recoge todo el saber de la época, se plasma un espíritu de amor por la ciencia, el progreso y la tolerancia. Para conseguir ese progreso, es necesario dejar a un lado la religión para dar respuesta a todas las cuestiones universales.

Tras dejar a un lado las teorías teocéntricas, se convierte en fin último la felicidad del hombre y, por ende, la sociedad. Poco a poco, estos pensamientos teóricos se van traduciendo en reformas políticas reales.

Hay que recordar que la justificación de la monarquía absoluta era Dios, que le había otorgado el poder a la figura del Rey. Con la pérdida de importancia de la religión y de la Iglesia, este sistema político va perdiendo sentido lentamente.

Despotismo ilustrado

A medida que estos pensamientos reformistas se van haciendo más fuertes, la monarquía absoluta va dando paso al despotismo ilustrado.

El despotismo ilustrado es un nuevo sistema político, aceptado por algunos pensadores reformistas porque permitía el progreso de la sociedad. Todos los poderes siguen estando en el monarca, pero este hace una serie de concesiones al pueblo llano y limita el poder de los estamentos nobles y del clero. El lema de este sistema es “todo por el pueblo pero sin el pueblo”.

El proceso de cambio de las monarquías en el mundo fue lento, pues en el siglo XVII, Luis XIV, uno de los monarcas absolutos más conocidos de la Historia, seguía demostrando su esplendoroso poder en el trono de Francia.

Volviendo a los pensadores de la época hay dos que fueron de vital importancia para el desarrollo de la monarquía constitucional en Europa y poner fin de una vez al Antiguo Régimen. Estos intelectuales fueron John Locke y el Barón de Montesquieu.

Autores influyentes

John Locke (1632-1704)

John Locke perteneció a la corriente empirista, aquella que obtiene el conocimiento a través de la experiencia y del mundo sensible o de los sentidos. Su teoría política contribuyó de manera decisiva a la implantación y madurez de la monarquía constitucional en Inglaterra.

Sus ideas difieren radicalmente de las de otro pensador inglés que le influyó durante sus primeros años, Thomas Hobbes (1588-1679), defensor del absolutismo político, sistema que justifica en su obra más importante: Leviatán.

La teoría política de John Locke se encuentra recogida en sus Dos Tratados sobre el Gobierno Civil (Two treatises of Government). Locke participó activamente en el reinado de Charles II de Inglaterra, pero algunas de sus ideas no triunfarían hasta la Revolución Gloriosa de 1688.

Locke defiende en su segundo tratado que el hombre es libre por naturaleza, pero para evitar hacerse daños unos a otros con las leyes naturales, deben hacer un pacto. Así se forma el poder político.

Es en esta obra también donde defiende un sistema político basado en la monarquía constitucional. En su ensayo, Locke habla de una comunidad independiente que tiene el poder legislativo, la common-wealth. El Rey es el que tiene el poder ejecutivo y se atiene a las leyes dictadas por la Commonwealth. Es el primer atisbo de separación de poderes que se observa en el pensamiento de Locke.

Montesquieu (1689-1755)

Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu fue un pensador ilustrado francés. Su obra más importante es El espíritu de las leyes (1748) donde analiza los sistemas políticos de la época y desarrolla su propia teoría sobre cómo debe ser la forma de gobierno de los Estados.

Montesquieu, siguiendo el modelo inglés, desarrolló el principio de separación de poderes en su obra El Espíritu de las leyes. Para el barón, los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales deben estar en distintas manos para garantizar la libertad del pueblo.

A la división primigenia que había hecho Locke, Montesquieu añade el poder judicial. Además, el pensador ilustrado va un paso más allá y distingue tres formas de gobierno que se dan en la sociedad de la época:

  • Monarquía. El Rey tiene el poder. Según The Political Theory of Montesquieu, de Melvyn Richter, el pensador define esta forma de gobierno como la adecuada para los Estados modernos europeos. También afirma Richter, que el pensador ilustrado define los parlamentos como esenciales en la monarquía constitucional.
  • República. El poder reside en el pueblo que es soberano.
  • Despotismo. El poder es ilimitado y está en manos de una única persona.

Según afirma Mansuy en un análisis sobre la obra de Montesquieu: Liberalismo y regímenes políticos: El aporte de Montesquieu, tras analizar el modelo inglés, el pensador toma otro criterio para diferenciar si un modelo de Estado es bueno o no para su sociedad: la moderación.

Los pensamientos de Montesquieu tendrán una gran influencia en la Revolución Francesa y sentará las bases de la democracia que poco a poco se irá formando en Europa.

La Revolución de 1688 o Revolución Gloriosa

María Ángeles Lario, citando al experto en ciencias políticas, Bogdanor, afirma en un artículo de la Revista de estudios políticos, que los ingleses definen la monarquía constitucional como el momento en el que el Rey es obligado a respetar el Bill of Rights o Declaración de Derechos. Esto es lo que sucede con la Revolución Gloriosa.

La Revolución Gloriosa o incruenta recibe ese nombre por el poco derramamiento de sangre que hubo. Incluso la política Margaret Thatcher, que llegó a ocupar el cargo de Primera Ministra del Reino Unido y el filósofo Karl Marx coinciden en su definición de la Revolución como un proceso pacífico, al contrario de lo que ocurrió en otras revoluciones y revueltas europeas.

No obstante, hay quienes no están de acuerdo con la calificación de este suceso histórico porque, según afirman, no es fiel a la realidad y justifica la visión de la historia que tienen los impulsores de esta revolución, los whigs.

Con la restauración de la monarquía en Inglaterra bajo el reinado de Charles II, se acrecienta el enfrentamiento religioso entre católicos y protestantes, que se dividen en dos partidos: los whigs (liberales) y los tories (conservadores).

Los problemas llegaron cuando el monarca quiso que le sucediera en el trono James II (Jacobo II),s u hermano y duque de York. Antes de que llegara al trono, los whigs intentaron aprobar una Ley de exclusión para dejar a James II fuera de la línea sucesoria. La negativa de su predecesor, caldeó aún más el conflicto entre católicos y protestantes, aunque finalmente el duque de York llegó al trono.

El reinado no duraría mucho, ya que los whigs consiguieron derrocar a James II en 1688. Un grupo de conspiradores consiguieron vencer a James II con la ayuda del protestante Príncipe de Orange, William y su esposa Mary, también protestante.

Tras presentarse en Londres con un gran ejército, forzaron a el rey a exiliarse con su familia. Tras quedar el trono vacante, William pasó a ocupar el trono como William III junto a su esposa Mary, firmando previamente la English Bill of Rights en 1689.

A partir de este momento queda instaurada la monarquía constitucional en Inglaterra, que terminaría dando paso a la monarquía parlamentaria que es hoy Gran Bretaña con Isabel II como monarca.

La monarquía constitucional en Alemania o en la Europa continental

La mayoría de los países de Europa siguieron el modelo inglés, que precede a la monarquía parlamentaria. Sin embargo, la definición alemana de monarquía constitucional es distinta a la de los ingleses. El liberalismo que se implanta en Alemania es mucho más conservador.

Según Lario, la concepción alemana de la monarquía constitucional es la que define un sistema político donde el poder sigue residiendo en la figura del Rey. Es una definición mucho más concreta que la inglesa y surge a principios del siglo XIX.

La monarquía constitucional en la Europa continental fue una reacción a las revoluciones que se venían sucediendo en Europa desde la Revolución Francesa.

En este modelo de gobierno, la representación del pueblo y de la monarquía están en el mismo nivel. Es una respuesta al proceso revolucionario, ya que a través de la monarquía constitucional se conseguían moderar esos intentos revolucionarios.

Siguiendo a Lario, la Constitución de este sistema diseñado por los alemanes la solía otorgar el Rey. Esta Ley Fundamental atribuía tan solo una función relacionada con las leyes a los ministros por lo que no tienen responsabilidad política ante las Cortes. Tampoco es compatible el cargo de ministro con el de parlamentario, como ya había sucedido en Francia y América, siguiendo el modelo inglés

Finalmente, se da una contradicción entre lo que establecen los Estados en la teoría política o en las constituciones y lo que sucede en la práctica, que termina adaptándose al parlamentarismo inglés. Poco a poco, sin renunciar al principio de la monarquía, los regímenes van haciendo su sistema más parlamentario, dejando al monarca con menos poder y un papel más indefinido.

Países que tienen monarquía constitucional hoy en día

Hoy en día, todavía hay países que siguen manteniendo una monarquía constitucional, sin llegar a ser parlamentarias. En estos Estados, la figura del Rey es activa y tiene poderes políticos, no es una representación simbólica como sucede en España con Felipe VI o en otros países europeos como Bélgica, Dinamarca o Inglaterra. Estos países con monarquía constitucional, según una lista elaborada por el sitio web Wikipedia son:

– Reino de Bahréin (Asia). Rey: Hamad bin Isa Al Jalifa.

– Reino de Bután (Asia). Rey: Jigme Khessar Namgyal Wangchuck.

– Reino Hachemita de Jordania (Asia). Rey: Abdalá II.

– Estado de Kuwait (Asia). Emir: Sabah Al-Ahmad Al-Yaber Al- Sabah.

– Principado de Liechtenstein (Europa). Príncipe: Luis de Liechtenstein.

– Principado de Mónaco (Europa). Príncipe: Alberto II de Mónaco.

– Reino de Marruecos (África). Rey: Mohamed VI.

– Reino de Tonga (Oceanía). Rey: Tupou VI.

Referencias

  1. Bogdanor, V. (1997). The Monarchy and the Constitution. Estados Unidos, Oxford University Press.
  2. Dunn, J. (1969). The political thought of John Locke: An Historical Account of the Argument of the “Two Treatises of Government”.
  3. Lario, A. (1999). Monarquía Constitucional y Gobierno Parlamentario. Revista de Estudios Políticos.106, 277-288. 2017, enero, 13 de Dialnet Base de Datos.
  4. Locke, J. (2016). Second Treatise of Government. Los Ángeles, California. Enhanced Media.
  5. Mansuy, D. (2015). Liberalismo y regímenes políticos: El aporte de Montesquieu. 10, 255-271. 2017, enero, 13 de Dialnet Base de Datos.
  6. Richter, M. (1977). The Political Theory of Montesquieu. Cambridge, University Press.
  7. Vallance, E. The Glorious Revolution: 1688- Britain’s Fight for Liberty. Hachette Digital.
  8. Varela, J. (1997). La monarquía en la teoría constitucional británica durante el primer tercio del siglo XIX. 96, 9-41. 2017, enero, 13 de Dialnet Base de Datos.