Anatomía y fisiología

Músculos de la cabeza y sus características (con imágenes)


Los músculos de la cabeza son todos aquellos grupos musculares que cubren las estructuras óseas del cráneo. Pueden dividirse desde el punto de vista topográfico en dos grandes grupos, los músculos de la cabeza propiamente dicha y los músculos faciales.

De estos dos grupos, los músculos de la cabeza o craneales suelen ser los de mayor tamaño y potencia, siendo encargados de funciones muy específicas tales como la masticación.

Por su parte los músculos de la cara son de menor tamaño. Sus fibras en muchos casos carecen de inserciones óseas, y su función principal es tomar parte de la expresión facial. Por ello, suelen ser llamados también los “músculos de la mímica”.

Los músculos de la cara se pueden subdividir según el área de expresión sobre la que influyen. Así pues, se subdividen en músculos de la órbita, la boca, la nariz y las orejas.

Índice del artículo

Clasificación general de los músculos de la cabeza

A grosso modo, los músculos de la cabeza se subdividen en dos grandes grupos: 

– Músculos de la cabeza o craneales.

– Músculos faciales.

Los músculos de la cabeza son los más grandes y potentes. Se subdividen a su vez en dos grandes grupos, los músculos de recubrimiento y los músculos masticadores.

Por su parte, los músculos de la cara son pequeños y se caracterizan porque parte de sus inserciones son en la piel y aponeurosis, en lugar de ser todas en el hueso como suele ocurrir con la mayoría de los músculos estriados.

Esta característica de sus inserciones es lo que les permite modificar la expresión facial, ya que su contracción “arrastra” consigo la piel suprayacente.

Músculos de la cabeza o craneales

Son los músculos grandes y voluminosos que se encargan de cubrir el cráneo y proveer la motilidad a la mandíbula durante la masticación.

Músculos de recubrimiento

Dentro de este grupo solo hay un músculo incluido, conocido como músculo occipito-frontal. Este músculo ancho, plano y relativamente largo recubre toda la bóveda craneal y emite fascículos muy delgados que se insertan en la piel que recubre la frente.

El músculo occipito-frontal también es conocido como músculo epicraneano, y consta tanto de porciones musculares como tendinosas.

Las porciones tendinosas se ubican principalmente en la inserción posterior, continuándose con la aponeurosis de la región posterior del cuello y en la parte más alta de la bóveda craneal. Allí sirve de interfase a los vientres anterior y posterior del músculo.

Por su parte, la porción muscular está compuesta por el vientre occipital y el vientre frontal. El vientre occipital toma inserción en el borde posterior del hueso occipital, extendiéndose entre ambos procesos mastoideos.

Por otro lado, el vientre anterior toma sus inserciones más distales en la piel de la frente, justo por encima de las cejas.

Cuando se contrae el vientre posterior se elevan las cejas y el cuero cabelludo se desplaza discretamente hacia atrás; mientras que cuando se contrae el vientre anterior, se frunce el ceño.

Músculos de la masticación

Los músculos de la masticación son cuatro músculos que se ubican a cada lado de la mandíbula. Son los siguientes:

– Músculo masetero.

– Músculo temporal.

– Pterigoideo externo.

– Pterigoideo interno.

Por centímetro cuadrado de superficie son los músculos más potentes del cuerpo humano, en especial el masetero. Al trabajar al unísono, permiten el movimiento de masticación.

Músculo masetero

Se trata de un músculo cuadrilátero y grueso que se inserta en el borde inferior del arco cigomático. Desde allí se extiende hasta la cara lateral de la rama ascendente del maxilar superior.

Músculo temporal

Ocupa la totalidad de la fosa temporal. Tiene forma de abanico, por lo que todas sus fibras confluyen en un tendón muy grueso que toma inserción en el proceso coronoides de la mandíbula, así como en su cara medial y borde anterior.

Músculo pterigoideo externo (o lateral)

Sus inserciones son en la cara inferior del ala mayor del esfenoides y el proceso pterigoideo. De allí, sus fibras se dirigen casi horizontalmente hacia el cóndilo de la mandíbula, donde se insertan, prácticamente sobre la cápsula de la articulación temporo-mandibular.

Músculo pterigoideo interno (o medial)

Nace del proceso pterigoideo. Desde allí, sus fibras se dirigen hacia abajo y hacia afuera para alcanzar el ángulo de la mandíbula, donde toman su inserción distal.

La acción conjunta de todos estos músculos permite el proceso de masticación. Cuando la boca está abierta, la contracción simultánea de los maseteros, temporal y pterigoideo interno cierra la boca.

Por su parte, la contracción simultánea de ambos pterigoideos externos desplaza la mandíbula hacia adelante; mientras que la contracción unilateral de cada uno de los pterigoideos externos permite el movimiento lateral de la mandíbula.

Músculos de la cara

Son todos aquellos músculos que recubren la cara y cuyas inserciones toman lugar tanto en los huesos de la cara como en la piel que los recubre.

Su característica común es que cuando se contraen arrastran consigo la piel suprayacente, dado que carecen de aponeurosis. Por tanto, la contracción de cada músculo en particular es responsable de un gesto. Así pues, en conjunto todos estos músculos se conocen como “músculos de la mímica”.

A fin de facilitar su comprensión y organización topográfica, pueden dividirse según el área anatómica con la que guardan una relación más estrecha. Sin embargo, en la práctica sus fibras pueden llegar a solaparse en ciertos puntos.

Según el área anatómica de la cara que ocupan, los músculos de la mímica y la expresión pueden dividirse en:

– Músculos de los párpados y las cejas.

– Músculos de la nariz.

– Músculos de los labios y la boca.

– Músculos de los oídos.

– Músculos del mentón.

Cada uno de ellos es responsable de un gesto en particular, hasta tal punto que algunos de ellos reciben su nombre a partir del gesto que producen. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con el músculo risorio (responsable de la mímica asociada a la risa).

Músculos de los párpados y las cejas

Son todos aquellos músculos que rodean las órbitas oculares y proveen movimiento a la piel de las cejas y los párpados. En este grupo no se incluyen los elevadores del párpado superior, dado que los mismos son intraorbitarios y su inervación no depende del nervio facial.

Músculo piramidal

Es un pequeño músculo ubicado sobre el dorso de la nariz, entre ambas cejas. Cuando se contrae se arruga el entrecejo, y los extremos internos de las cejas se dirigen hacia abajo.

Orbicular de los párpados

Sus fibras discurren por parejas formando un óvalo en torno a la órbita. Al contraerse, cierran los párpados. Cuando la contracción es muy poderosa comprimen los sacos lagrimales.

Además de cerrar los ojos, provocan cierto movimiento descendente a las cejas.

Músculo superciliar

En número par, se inserta en el músculo frontal y en la piel donde se encuentran las cejas. Es antagonista del músculo piramidal, por lo que al contraerse eleva las cejas y las lleva discretamente hacia afuera.

Cuando la contracción es enérgica, logra contraer la piel de la frente trabajando de manera sinérgica con el vientre anterior del occipito-frontal.

Músculos de la nariz

Son varios músculos que cubren la pirámide nasal y las zonas adyacentes. La mayoría tienen función en la expresión, aunque pueden llegar a jugar un papel funcional (aunque limitado).

Músculo transverso de la nariz

Músculo impar y triangular que cubre prácticamente toda la pirámide nasal. Sus inserciones distales se ubican en el surco del ala de la nariz. Al contraer este músculo cierra las fosas nasales al deprimir el ala de la nariz.

Músculo mirtiforme

Otro músculo impar que se ubica justo por debajo del septo nasal, donde de hecho se inserta proximalmente. Su inserción distal se encuentra en la fosita mirtiforme del maxilar superior.

Al contraer actúa de manera sinérgica con el transverso de la nariz, cerrando las fosas nasales, ya que atrae hacia abajo y hacia atrás tanto el septo nasal como las alas de la nariz.

Elevador del ala de la nariz

En número par, estos músculos antagonizan la acción del conjunto transverso-mirtiforme; es decir, abren las alas de la nariz.

Su inserción se ubica en el maxilar superior, inmediatamente por fuera de la inserción más distal del transverso. Desde allí, sus fibras se dirigen hacia la parte superior del ala de la nariz, donde toman inserción.

Músculos de los labios y la boca

Son el grupo más numeroso y complejo, dado que además de participar en la mímica también juegan un papel en la fonación.

Músculo elevador superficial del ala de la nariz y el labio superior

Se trata de un músculo par, largo y delgado que toma inserción en el ángulo medial de la órbita, desde donde sus fibras discurren hacia abajo y hacia afuera. En su recorrido emite algunos fascículos musculares que se insertan en la parte lateral del ala de la nariz, siguiendo su recorrido para terminar en el área más superior y externa del labio superior.

Al contraerse eleva tanto el ala de la nariz como la comisura de la boca.

Elevador del labio superior

También en número par, el elevador del labio superior es un músculo delgado que se ubica por fuera y por detrás del precedente (elevador superficial del ala de la nariz y el labio superior).

Su inserción proximal es el borde inferior de la órbita, mientras la distal es el labio superior, el cual eleva cuando se contrae.

Músculo canino

Conocido también como elevador del ángulo de la boca, este pequeño músculo se inserta en la fosita canina del maxilar superior, extendiéndose hasta la piel de la comisura labial.

Al contraerse eleva el ángulo de la boca.

Músculo buccinador

Se trata de un músculo par ubicado entre el orbicular de los labios por delante y el masetero por detrás. Sus inserciones distales se encuentran en el borde alveolar de los maxilares tanto superior como inferior, mientras que sus inserciones distales están en el espesor de la mucosa bucal.

Al contraerse amplía el diámetro transversal de la boca. Se considera un músculo indispensable para poder silbar, dado que al contraerse permite expulsar el aire a presión a través de la boca.

Músculos cigomáticos mayor y menor

Se trata de un par de músculos acintados, paralelos (dos de cada lado de la cara), que discurren desde el pómulo hasta la comisura labial.

El músculo cigomático menor va por dentro y el mayor por fuera, siendo este un poco más prominente que el primero. Al contraerse los músculos cigomáticos, la comisura labial se eleva.

Músculo triangular de los labios

Conocido también como depresor del ángulo de la boca, en número par este músculo toma inserción proximal en los tegumentos adyacentes a las comisuras labiales, mientras la distal se encuentra en el maxilar inferior.

Su efecto es antagónico al de los cigomáticos, por lo que al contraerse se deprime la comisura labial.

Músculo risorio

Se trata de dos músculos triangulares (uno a cada lado de la cara) cuyas inserciones distales se encuentran en el espesor del tejido celular subcutáneo de la región parotídea. Desde allí, sus fibras convergen en forma de abanico para terminar en la inserción proximal ubicada en la comisura de los labios.

Debido a su disposición casi horizontal, cuando ambos músculos risorios se contraen al unísono aumenta el diámetro transversal de la boca, y las comisuras se elevan discretamente. Esto provoca el gesto típico de la sonrisa, lo que le ha valido el nombre a este músculo.

Orbicular de los labios

Es el músculo más grande y poderoso de la boca. De forma elíptica, es un músculo impar que rodea el orificio bucal. Su contracción frunce los labios, y dependiendo de los fascículos que se contraen, los proyecta hacia adelante o hacia atrás.

Músculos de los oídos

Son remanentes musculares atrofiados en más del 80% de las personas. De hecho, son escasos los individuos que aún conservan movimiento del pabellón auricular. Sin embargo aunque atrofiados, aún es posible identificar tres músculos en el pabellón auricular:

– Músculo auricular anterior.

– Músculo auricular posterior.

– Músculo auricular superior.

Se consideran vestigios de músculos funcionales que una vez tuvieron la responsabilidad de abrir el conducto auditivo externo y orientar el pabellón auricular, funciones que ya no existen en el humano moderno.

Músculos del mentón

Son músculos que toman inserción en las estructuras óseas del mentón y la piel adyacente a los labios.

Músculo cuadrado del mentón

Se trata de un pequeño músculo impar localizado por debajo del labio inferior, por dentro de los músculos triangulares de los labios. Toma inserción en el maxilar inferior (distal) y el espesor del labio inferior (proximal). Su contracción genera depresión del labio inferior.

Músculo mentoniano

Se trata de un músculo par, muy pequeño y cónico, que toma su inserción proximal en el maxilar inferior, justo por debajo de las encías, y su inserción distal en la piel del mentón. La contracción del músculo mentoniano eleva la piel del mentón, así como el labio superior.

Referencias 

  1. Rubin, L. R., Mishriki, Y., & Lee, G. (1989). Anatomy of the nasolabial fold: the keystone of the smiling mechanism. Plastic and reconstructive surgery83(1), 1-10.
  2. Gassner, H. G., Rafii, A., Young, A., Murakami, C., Moe, K. S., & Larrabee, W. F. (2008). Surgical anatomy of the face: implications for modern face-lift techniques. Archives of facial plastic surgery10(1), 9-19.
  3. Levet, Y. (1987). Comparative anatomy of cutaneous muscles of the face. Aesthetic plastic surgery11(1), 177-179.
  4. Larrabee, W. F., Makielski, K. H., & Henderson, J. L. (Eds.). (2004). Surgical anatomy of the face. Lippincott Williams & Wilkins.
  5. Abramo, A. C. (1995). Anatomy of the forehead muscles: the basis for the videoendoscopic approach in forehead rhytidoplasty. Plastic and reconstructive surgery95(7), 1170-1177.
  6. Happak, W., Burggasser, G., Liu, J., Gruber, H., & Freilinger, G. (1994). Anatomy and histology of the mimic muscles and the supplying facial nerve. In The Facial Nerve (pp. 85-86). Springer, Berlin, Heidelberg.
  7. Kligman, A. M., Zheng, P., & Lavker, R. M. (1985). The anatomy and pathogenesis of wrinkles. British Journal of Dermatology113(1), 37-42.