Rosa canina: características, hábitat, cuidados, enfermedades
La Rosa canina es la especie de rosal arbustivo silvestre fácilmente reconocible en la naturaleza. Pertenece a la familia Rosaceae y tiene una complicada taxonomía en cuanto a sus variedades y subespecies debido a su polimorfismo. Se conoce comúnmente como rosal silvestre, escaramujo, rosal perruno, zarzarrosa, garambullo, trompetillo, trompillo, uña de gato, rosa cimarrona y agavanzo.
Se trata de un arbusto de unos 2 a 5 m de alto, cuyos tallos son cilíndricos y puede trepar sobre especies vecinas. Las hojas son caducas, compuestas, imparipinnadas, brillantes y con el borde dentado. Las flores son de un tierno color blanco o rosado, formadas por cinco pétalos, y el fruto (conocido como escaramujo) tiene propiedades medicinales y culinarias.
El nombre canina hace alusión a lo similar de las agujas o espinas de esta planta con los colmillos de los perros, además de porque esta planta se usaba antiguamente para curar la rabia padecida por los cánidos.
La rosa canina se usa para preparar mermeladas, agua de rosas, aceite de rosas, así como otros productos del área cosmética y ornamental, etc. Se propaga por medio de semillas, esquejes o injertos. Esta planta puede ser atacada por enfermedades como la roya, el tizón, el moho gris, y por algunas plagas como la araña roja, pulgones y nemátodos.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Hábitat y distribución
- 3 Taxonomía y subespecies
- 4 Propiedades
- 5 Usos
- 6 Cuidados
- 7 Enfermedades
- 8 Referencias
Es un arbusto silvestre enmarañado de unos 2 a 5 metros de altura. Tiene tallos cilíndricos, retorcidos y trepadores sobre otras plantas vecinas.
Tanto los tallos como las ramas son de color verde y están provistos de espinas gruesas o púas, fuertes y curvadas.
Las hojas de esta especie caen en ciertos momentos del año (caducas), son compuestas e imparipinnadas y están formadas por unas 5 o 7 hojas más pequeñas de forma aovada. Son brillantes, anchas y el margen está dispuesto en dientes que terminan en glándulas.
Estas hojas compuestas tienen dos o tres pares de hojas serradas. En la base de sus hojas se encuentra un par de estípulas.
Las flores de la especie de rosa silvestre pueden ser blancas o rosadas y están dispuestas de forma solitaria o en racimos (corimbos) de máximo cuatro flores, sostenidas de pedúnculos desprovistos de pubescencia. Las flores son hermafroditas y actinomorfas.
Sus flores comprenden una corola integrada por cinco pétalos provistos de una escotadura en su borde, y el color varía de colores rosados intensos a blancos. Las flores tienen una base elipsoidal formada por cinco sépalos triangulares curvados hacia atrás, y con lóbulos largos en el margen.
Las flores miden de 4 a 5 cm de diámetro y poseen muchos estambres y sépalos que no se mantienen en la flor luego de la fecundación del óvulo.
El cáliz muestra una base grande y carnosa que se torna roja a medida que pasa el tiempo de maduración de las semillas en su interior, las cuales adquieren una consistencia dura como huesos pequeñitos.
La polinización de la rosa silvestre es realizada por insectos.
El fruto de la rosa canina se llama escaramujo y se forma a medida que madura el hipantio y se va tornando de color rojo y volviendo carnoso. Mide alrededor de 1,5 cm de ancho y presenta pubescencia.
Esta es la estructura de mayor aprovechamiento para el hombre gracias a su alto contenido de vitaminas, carotenos, vitamina C y además propiedades astringentes. La rosa canina normalmente fructifica en mayo.
Las raíces y hojas de la rosa silvestre contienen taninos, las hojas además tienen pectina, sustancia que les proporciona una actividad astringente.
Los pétalos también contienen taninos pero además ácidos orgánicos como el ácido cítrico y el ácido málico, algunas sustancias gomosas y una pequeña cantidad de esencia.
El fruto por su parte, contiene un colorante anaranjado conocido como carotina, alrededor de un 15 % de azúcares y al igual que los pétalos tienen ácidos orgánicos. Los escaramujos deshidratados contienen vanilina, lectina, azúcares, aceite, ácido málico, ácido tartárico, ácido succínico, y flobafeno, entre otros.
Las semillas contienen multiflorita, un glucósido con propiedades laxantes.
Un dato interesante es que el fruto de la rosa canina tiene un alto contenido de ácido ascórbico (500 – 2000 mg / 100 gramos), es decir, entre 20 y 40 veces más que otros frutos conocidos por su contenido de vitamina C, como las naranjas, el kiwi, fresas y limones.
La rosa silvestre tiene una distribución muy amplia, ya que se encuentran en cualquier tipo de suelos pero con preferencia en suelos montañosos. Sin embargo, es una especie originaria de Europa.
Este arbusto se encuentra asociado a otras rosáceas espinosas, en matorrales, al sotobosque de bosques caducifolios tipo quejigares, en orillas de parcelas y barrancos. Además se puede encontrar en setos y a los lados de los caminos.
La rosa canina se puede encontrar en numerosos lugares como Albania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Suiza, Holanda, España, Hungría, Italia, Portugal, Polonia, Rumania, Suecia, Rusia, Armenia, Australia, Turquía, Perú, Argentina, Irán, Iraq, Israel, Siria, Pakistán, Estados Unidos, Canadá, entre otros.
-Reino: Plantae
-Filo: Tracheophyta
-Clase: Magnoliopsida
-Orden: Rosales
-Familia: Rosaceae
-Género: Rosa
-Especie: Rosa canina
La Rosa canina tiene numerosos sinónimos tales como Crepinia aciphylla, Crepinia andegavensis, Crepinia canina, Crepinia psilophylla, Rosa achburensis, Rosa aciphylla, Rosa actinodroma, Rosa adenocalyx, Rosa adscrita, Rosa afzeliana, Rosa agraria, Rosa albolutescens, Rosa amansii, Rosa ambigua, Rosa analoga, Rosa arguta, Rosa armata, Rosa armoricana, Rosa aspratilis, Rosa biebersteiniana, Rosa bujedana, Rosa calvatostyla, Rosa calycina, Rosa caucasea, Rosa caucasica, Rosa chaboissaei, Rosa cladoleia, Rosa communis, Rosa controversa, Rosa curticola, Rosa desvauxii, Rosa didoensis, Rosa dilucida, Rosa disparilis, Rosa dollineriana, Rosa dolosa, Rosa dumosa, Rosa exilis, entre muchos otros.
La rosa silvestre tiene una taxonomía muy compleja debido a su polimorfismo. Más que hablar de subespecies, se puede tratar de grupos derivados de la Rosa canina, y una de las clasificaciones conocida es:
Plantas tomentosas, hojuelas con dientes simples, regulares o irregulares, y pedicelos glandulosos.
Comprende plantas igualmente tomentosas cuyas hojuelas tienen denticulación doble, regular, y pedicelos sin glándulas.
Son plantas tomentosas con hojuelas o folíolos de dientes simples, regulares o irregulares y con pedicelos no glandulares.
Son plantas desprovistas de pubescencia, con hojuelas de denticulación doble, tanto regular como irregular, y pedicelos glandulosos.
Son plantas sin pubescencia, folíolos con dientes marginales dobles, regulares o irregulares, y pedicelos sin glándulas.
Plantas no pubescentes, con pedicelos glandulosos y denticulación simple, regular o irregular.
Esta especie posee propiedades medicinales como digestivas, antiinflamatorias, tranquilizante, laxantes, astringente, y estimulante sexual.
De acuerdo a estudios experimentales, la rosa canina junto con otras especies silvestres de Turquía, producen un efecto antioxidante. Esos efectos se han demostrado en el tratamiento de dolores de espalda, artritis reumatoide y enfermedades de la piel.
Estudios han demostrado que el extracto del fruto o escaramujo puede inhibir la oxidación de lípidos en condiciones in vitro y puede disminuir el quimiotactismo, y la quimioluminiscencia de leucocitos. Asimismo, es capaz de reducir los síntomas físicos de pacientes con osteroartritis. Posiblemente, estos efectos se deben al contenido de flavonoides.
La actividad antiinflamatoria y analgésica del escaramujo ha sido adjudicada a la presencia de un galactolípido aislado de frutos secos y molidos de la rosa canina, ya que se ha probado que inhibe el quimiotactismo de los neutrófilos periféricos en la sangre de humanos en condiciones in vitro.
La rosa canina puede influir sobre la actividad antiulcerógena de subespecies usadas como medicina popular en Turquía. Los extractos usados de rosa canina y Phlomis grandiflora realizaron una acción gastroprotectora, corroborada con estudios histopatológicos.
Este efecto es realizado principalmente por las semillas, de las cuales sus extractos muestran actividad inhibitoria de bacterias patógenas. Igualmente, esta acción se debe a la presencia de beta-lactamasas sobre el estafilococo áureo en un extracto de rosa canina conocido como tellimagradin.
El aceite de la rosa silvestre es considerado como de alto valor alimenticio, gracias a su alto contenido de ácidos grasos no saturados, y minerales. Estos ácidos grasos han sido reconocidos como palmítico, esteárico, oleico, araquídico y linoleico.
Algunas de las preparaciones de esta especie son mermeladas, vino de escaramujos, tónico y vitamínico, jarabe de escaramujos tonificante, decocción de escaramujos antidiarreicos y contra el resfriado, vinagre de rosa silvestre, infusión de hojas y flores, tintura madre, tofu en sirope de escaramujo, sopa de escaramujo, jalea, y cocción de malva y escaramujo.
La rosa canina sirve para elaborar mermeladas, ya que el fruto se puede consumir directamente y sirve para fabricar productos farmacéuticos. Los frutos también son útiles para preparar licor.
Las hojas se pueden usar para preparar una infusión de rosa, la cual también funciona si se hierven los frutos en vez de las hojas.
Por otro lado, los frutos cocidos y sin pubescencia sirven para hacer frutos confitados con cierto sabor ácido. El fruto también es útil para elaborar salsas.
De esta planta se extrae un aceite esencial que sirve como estimulante y relajante. Este aceite de rosa silvestre elimina la tensión, es emoliente, acondicionador de la piel, disminuye el estrés y se considera como afrodisiaco.
La rosa silvestre tiene muchas características culinarias además del uso directo de su fruto, los pétalos sirven para decorar tortas, se pueden confitar, mezclar con miel y con ellos también hacer exquisitas gelatinas. En Suecia se prepara una sopa de escaramujos como consumo cotidiano.
Además, la rosa canina junto a Symphoricarpos microphyllus sirven para realizar artesanías en navidad, especialmente formas de venado muy útiles para adornar los hogares en la época decembrina.
Otro de sus usos es el ornamental, siendo que la rosa silvestre se cultiva en jardines. Por ejemplo, en los de estética romana predomina la Rosa gallica, y en jardines medievales aparece la Rosa gallica y Rosa rubiginosa.
El agua de rosas es uno de los productos más comercializados de la rosa silvestre, y de los más usados en el área cosmética. También se prepara pomada de rosas, jarabe de rosas y miel rosada de pétalos.
La semilla debe extraerse a través del despulpado del fruto, lavado, secado, y el proceso de cribado y aventado, del cual se obtiene un rendimiento del 11%. Posteriormente debe almacenarse en frío y ambiente seco.
Generalmente, las semillas de las rosas presentan letargo o dormancia. Para eliminarla se deben realizar tratamientos pregerminativos como la estratificación de las semillas con arena o vermiculita por 6 meses a una temperatura de 5 °C.
Las plántulas miden unos 2 o 3 cm y muestran dos cotiledones con forma elipsoidal, y posee tres hojas verdades con tres folíolos ovados.
La siembra se realiza preferiblemente en otoño y primavera, ya que las semillas no germinan uniformemente. Las plántulas se trasplantan en bolsas de polietileno negras con capacidad de 300 cm cúbicos para tener plantas de 15 a 30 cm de alto, para luego trasplantarlas a tierra de jardín.
La multiplicación de la rosa silvestre también puede ser asexual a partir de estacas e injertos. En este caso, a partir de estacas se deben tomar estas a partir de vástagos que ya hayan desarrollado flor, esto para garantizar la variedad escogida para propagar.
En la propagación por injerto se puede usar el método de injerto de yema, y el injerto de vareta. La elección del patrón para el injerto va a depender de las condiciones de cultivo y de la variedad que se quiere propagar. Es importante que las plantas que servirán como patrones deben ser sometidas a calor para descartar riesgo de enfermedades.
Es recomendable podar las rosas silvestres luego de la cosecha de frutos. Esta se realiza sobre la segunda o tercera hoja de cinco folíolos contando desde la base del tallo.
El riego debe ser frecuente pero de corto tiempo, para evitar el encharcamiento, el cual provoca la caída de las hojas y la clorosis. Las condiciones de sequía pueden ocasionar brotes con menos vigor, hojas más pequeñas, síntomas de deficiencia nutricional o por exceso de sales en el suelo.
Las enfermedades más comunes que atacan a la rosa canina son el Mildiu velloso o también conocido como tizón (Peronospora sparsa), el oídio (Sphaerotheca pannosa), la roya (Phragmidium disciflorum), el moho gris (Botrytis cinerea) y las agallas o tumores producidas por Agrobacterium tumefaciens.
Asimismo, las rosas pueden ser afectadas por virus que producen mosaicos foliares.
En la rosa canina también se conocen además de las enfermedades mencionadas, ciertas plagas como la araña roja (Tetranychus urticae), el pulgón (Macrosiphum rosae), los trips (Frankliniellaoccidentalis), y nemátodos como Meloidogyne sp., Pratylenchus sp., y Xiphinema sp.
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