Cinturón de Fuego del Pacífico: localización, características, principales volcanes
El cinturón de fuego o anillo de fuego del Pacífico hace referencia a la actividad volcánica y sísmica que ocurre en el perímetro del océano Pacífico. Esto es debido a los desplazamientos de las placas litosféricas que conforman la corteza terrestre en esa región del planeta.
El fondo del océano Pacífico constituye una de las placas más grandes en que está dividida la litosfera terrestre. A su vez, la placa del Pacífico interactúa con otra serie de placas litosféricas generando rupturas y desplazamientos.
En el caso de la placa del Pacífico, se trata de una placa tectónica oceánica, por tanto es más densa que la corteza continental. Esto es por estar constituida por silicatos de hierro y magnesio, a diferencia de las placas continentales de silicatos de sodio, potasio y aluminio.
En este sentido, al entrar en contacto con placas continentales se produce la subducción, es decir la corteza oceánica se sumerge bajo la placa continental. Además en el Pacífico se producen procesos de divergencia entre placas, originando nuevo suelo oceánico en las llamadas dorsales oceánicas del Pacífico.
Esto genera fuerte actividad volcánica en dichas áreas, ya que en esos puntos la corteza terrestre se rompe, aflorando el magma (basalto fundido). Igualmente, al interactuar las otras placas presentes en el área del Pacífico se producen procesos de subducción en algunas zonas y de obducción en otras.
De esa intensa actividad tectónica de placas y de la actividad volcánica y sísmica derivada, surge el nombre de cinturón o anillo de fuego. Aunque más que un anillo, se trata de una herradura, ya que la actividad preponderante ocurre en los límites este, norte y oeste.
La costa pacífica de América es una de las áreas más activas, presentándose gran actividad volcánica en países como México, Colombia, Perú, Argentina y Chile.
Índice del artículo
- 1 Localización
- 2 Características del cinturón de fuego
- 3 Principales volcanes del cinturón de fuego
- 4 Referencias
El cinturón de fuego o anillo de fuego del Pacífico se localiza en todo el perímetro del océano Pacífico, por alrededor de 40.000 Km. Dicho perímetro consiste en la secuencia de frentes de interacción de las diversas placas del área del océano Pacífico con la placa oceánica del Pacífico.
Igualmente, contempla las líneas de contacto de estas otras placas entre sí como las de Norteamérica, Juan Fusco, Diego Rivera, Cocos y Nazca al este, así como una serie de microplacas.
Mientras que al norte limita igualmente con la placa Norteamericana y la placa de Okhotsk, y al sur con la placa Antártica. En tanto al oeste los límites van desde la placa Australiana, pasando por la Kermadec, Tonga, Carolina, Mar de Filipinas, Mariana, hasta la de Ojotsk (Rusia).
Asimismo, una cantidad importante de pequeñas placas interactúan con la zona noreste de la placa litosférica Australiana. Esto incluye casi toda la costa del Pacífico americana, la de Asia continental y del sureste asiático, y Oceanía (Australia, Nueva Zelanda e islas relacionadas).
La corteza terrestre no es continúa, se divide en gran cantidad de placas llamadas placas litosféricas o placas tectónicas. Estas placas surgen al fragmentarse la litosfera o capa superior de la Tierra debido al movimiento de la astenosfera.
La astenosfera es la capa superior del manto y está ubicada inmediatamente debajo de la litosfera y se compone de basalto fundido. Su fluidez se debe al movimiento circulatorio que generan las diferencias de temperatura.
El movimiento de estas placas entre sí, produce tensiones estructurales que generan rupturas en el fondo oceánico donde la corteza es más delgada. Esto forma las denominadas dorsales oceánicas en las que hay una gran actividad volcánica.
A través de esas grietas aflora el basalto fundido, el cual forma nuevo suelo oceánico empujando a las viejas capas de suelo de forma divergente.
Ese suelo submarino empujado, al entrar en contacto con el límite de una placa continental se sumerge bajo la misma (subducción). Esto ocurre debido a que la corteza oceánica es menos densa que la continental.
Si por el contrario chocan dos placas continentales ocurre la obducción, es decir la integración de ambas placas elevando la corteza (cordillera montañosa). Otro tipo de interacción entre placas es la transformante, referida a cuando dos placas se rozan lateralmente al desplazarse en direcciones contrarias.
La placa litosférica del Pacífico es divergente en su límite con las placas de Cocos, Nazca y la placa Antártica. Es decir que es un área de formación de nuevo fondo marino, llamada la dorsal del Pacífico.
Esto empuja la placa del Pacífico hacia el norte, noreste y al este, donde choca con otras placas y produce subducción. Esta subducción se produce al chocar con la placa Norteamericana al noreste y las placas del Pacífico occidental, la Australiana y la del Mar de Filipinas.
Al mismo tiempo la placa de Nazca crece a partir de la dorsal oceánica que forma en el límite con la placa del Pacífico. Por tanto, es empujada hacia el este y choca con la placa Sudamericana y se subduce en ella.
En todas estas líneas de choque se han formado volcanes submarinos, emergentes y terrestres.
Los movimientos de las placas litosféricas producen tensiones y desgarres que generan movimientos sísmicos (temblores y terremotos). Por ejemplo, entre 1970 y 2014 se produjeron un promedio de 223 temblores anuales en el perímetro del Pacífico.
Estos movimientos sísmicos fueron de magnitud entre 6 y 7 en la escala de Richter y por tanto considerados fuertes.
Por otra parte, los desgarres de la corteza permite el surgimiento de vías de afloramiento del magma formándose volcanes. Debido a la gran actividad tectónica de las placas del océano Pacífico, se presenta una gran actividad volcánica en toda su periferia.
Este perímetro donde hay eventos regulares de erupciones volcánicas tanto superficiales como submarinas, es lo que se denomina Cinturón o Anillo de Fuego del Pacífico. Aunque más que un anillo es una herradura, ya que la mayor actividad volcánica se concentra en las áreas oeste, norte y este.
En la línea de divergencia entre la placa del Pacífico y la placa Antártica la actividad volcánica es menor. Aunque se encuentran volcanes inactivos como es el caso del Sidley de 4.285 msnm y el Erebus de 3.794 msnm.
Este Cinturón de Fuego incluye más de 4.000 volcanes distribuidos en 24 regiones o arcos volcánicos discontinuos, donde al menos hay 400 volcanes principales. Esto representa cerca del 75% de los volcanes del planeta.
En esta dinámica de movimiento de placas y actividad volcánica, en el Pacífico se forman tanto arcos de islas volcánicas, como arcos volcánicos continentales. El primer caso es producto del choque de placas oceánicas, mientras que el segundo es producto del choque de una placa oceánica con una continental.
Un ejemplo de arco de islas volcánicas es el de las Nuevas Hébridas, las Aleutianas y el archipiélago de Bismarck, ambos en el Pacífico occidental. Mientras que ejemplos de arcos volcánicos continentales son el enorme Cinturón volcánico de los Andes y el Eje Neovolcánico de México.
Este país tiene costa en el Pacífico al oeste, con geología influenciada por la interacción de las placas Norteamericana, Cocos, Caribe y Diego Rivera. Es por ello que México es un área activa del Cinturón de Fuego del Pacífico.
Como ejemplo, destaca la interacción entre las placas Norteamericana y Caribe en el centro de México, lo que produjo el Eje Neovolcánico transversal. Este es un arco volcánico continental que atraviesa a México de oeste a este.
En México existen unos 566 volcanes, con al menos 14 activos, entre ellos el volcán Colima o Volcán de Fuego que hizo erupción en 2017. Así como también el Popocatépetl en el centro de México que hizo erupción en 2019.
Por otra parte, la montaña más elevada de México es un volcán, el Pico de Orizaba o Citlaltépetl, cerca de la ciudad capital y su última erupción fue en 1846.
Además el choque de la placa del Pacífico con la placa Norteamericana provocó el surgimiento de un arco de islas volcánicas en aguas mexicanas; el archipiélago de Revillagigedo, donde se localiza el volcán Bárcena.
La geología del territorio colombiano está influenciada por la interacción de las placas de Nazca, Caribe, Sudamericana y la microplaca del Norte de los Andes. El choque entre la placa de Nazca y la de Sudamérica levantó a la cordillera de los Andes, cuyas estribaciones más noroccidentales están en Colombia.
La actividad tectónica en los límites de estas placas ha generado el surgimiento de volcanes. El volcán con mayor actividad es el Galeras, ubicado al sur del país en el departamento de Nariño en la cordillera Central Andina.
El volcán Galeras tiene una altitud de 4.276 msnm y tuvo su última erupción en 2010. Otro volcán activo es el Nevado del Ruiz o Mesa de Herveo, el volcán del cinturón volcánico de los Andes localizado más al norte.
La erupción de este volcán en 1985 causó la tragedia de Armero, donde este pueblo quedó sepultado, muriendo 31.000 personas. En marzo de 2020 el Nevado del Ruiz manifestó actividad emitiendo nubes de ceniza.
Por otra parte, el punto más elevado de la cordillera andina central colombiana, es el volcán Nevado del Huila con 5.364 msnm.
La subducción de la placa oceánica de Nazca bajo la placa continental Sudamericana ha provocado la fosa oceánica del Perú de 8.050 metros de profundidad. En contrapartida se generó el levantamiento de los Andes peruanos a lo largo de la costa del Pacífico.
En este proceso la actividad volcánica ha sido enorme, por lo que Perú cuenta con cerca de 400 volcanes, formando el Arco volcánico del Perú. De estos, alrededor de 17 volcanes se consideran activos, entre ellos el Ubinas, que tuvo una fuerte actividad reciente.
El Ubinas hizo erupción en 2019 obligando a una evacuación de los alrededores, desplazando a 1.000 personas en Perú y cerca de 2.000 en Bolivia. Otros volcanes son el Sabancaya que hizo erupción en 2016 y el Tungurahua que hizo erupción en el 2011.
Mientras que el complejo estratovolcánico de Coropuna es el más alto del país con 6.425 msnm, ubicado al sur de Perú.
La actividad tectónica producto de la subducción de la placa de Nazca bajo la Sudamericana formó los Andes argentinos y genera su actividad volcánica. En este país se localizan alrededor de 57 volcanes, de los cuales cerca de 37 están activos.
Por ejemplo, el Tuzgle es un estratovolcán con 5.486 msnm, ubicado al extremo norte de Argentina cuya última erupción fue hace 10.000 años. También se consideran activo el campo volcánico de Palei-Aike a solo 300 msnm en el extremo sur.
El volcán Ojos del Salado, en Catamarca es compartido con Chile y es el volcán más alto del mundo con 6.879 m. Otro volcán fronterizo es el Copahue, que ha venido teniendo erupciones desde el 2012, siendo la última en 2018.
Mientras que en la provincia de Mendoza, en la frontera con Chile está el complejo volcánico Planchón-Peteroa, con actividad en 1991, 1998, 2010 y 2011. Este complejo está formado por el extinto volcán Azufre, el volcán Peteroa, y el volcán Planchón formándose sobre los anteriores.
En Chile la actividad orogénica y volcánica es producto de la interacción de la placa Sudamericana con las placas de Nazca, Antártica y Escocesa (Scotia). Siendo Chile el territorio con la segunda cadena volcánica más grande y activa en el planeta, después de Indonesia.
Se trata de cerca de 2.000 volcanes, de los cuales alrededor de 500 están geológicamente activos. De estos, 36 volcanes han tenido actividad histórica, es decir que se cuenta registro documentado.
Entre los activos está el Quizapú o Cerro Azul, al norte de los Andes chilenos y el Chaitén al sur en la región de Los Lagos. Este último entró en erupción en 2008, obligando a evacuar a la población de Chaitén y otras cercanas y en 2015 hicieron erupción los volcanes Villarica y Calbuco.
Por su parte, del volcán Lascar se han registrado 32 erupciones desde 1848 hasta 2013, siendo un volcán de erupciones explosivas. Otro volcán muy activo es el Lonquimay, que hizo erupción en 1988 con un alto contenido de flúor en las cenizas, el cual al diluirse en el agua causó envenenamiento al ganado.
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