¿Qué son los componentes culturales?
Los componentes culturales son el conjunto de prácticas, formas de expresión sociales, artísticas y políticas, tradiciones, costumbres y regionalismos que caracterizan una sociedad y la distinguen de otras. Como todo un entramado que forma parte de la cultura de sociedad, estos componentes se van desarrollando a lo largo de la historia y evolución.
Si se define la cultura como “todo lo que el hombre hace, dice o piensa”, entonces se puede determinar que los componentes culturales están claramente sujetos a las acciones del hombre y sus iguales en un espacio físico determinado, los cuales se desarrollaran y marcarán su identidad de manera cada vez más clara.
Para el hombre, la comunicación no es posible sin el uso del lenguaje, tanto verbal como no verbal. Desde que el hombre ha tenido la capacidad de comunicarse entre iguales, se han comenzado a desarrollar los primeros componentes culturales. El idioma puede considerarse el principal gatillo forjador de la cultura en el mundo.
El espacio físico donde el hombre decidiera asentarse también influye de gran manera en el desarrollo cultural de las primeras sociedades.
Los procesos de mestizaje que se vivieron con el descubrimiento de América también causaron una especie de renacimiento en las estructuras y modelos culturales para ese entonces.
Si ese nuevo paso fue la mezcla entre culturas milenarias, hoy existe un nuevo fenómeno que afecta los componentes culturales en todo el mundo: la globalización.
Componentes culturales principales
– Políticos y cívicos
Una vez establecida una sociedad, la creación de ciertos símbolos incentiva la noción de identidad de sus miembros.
En las naciones de hoy en día, los principales componentes culturales que las representan son símbolos como la bandera, el escudo y el himno nacional.
De igual forma, los sistemas políticos y de gobierno adoptado por las naciones ponen de manifiesto los valores culturales de sus miembros.
A nivel ciudadano, las relaciones y confianza generadas entre estos y los estratos de poder a lo largo de la historia determinan posiciones y reacciones generacionales frente a cualquier cambio, o incluso a la ausencia de este.
Un ejemplo de esto puede considerarse el sistema político implementado por los Estados Unidos desde su independencia, el cual durante más de 200 años ha mantenido su funcionamiento sin pervertirse por ambiciones personalistas, como ha ocurrido con muchas naciones en América Latina.
Este tipo de conductas políticas por parte de los gobernantes y los gobernados se deben al bagaje cultural.
Ejemplo
La bandera y escudo son un componente cultural político de índole internacional. Desde la Edad Media, los Estado-nación han ido evolucionando su bandera en función a los contextos socio-políticos que mejor representaran a su población.
– Historia y costumbres
La historia es parte fundamental de la identidad de una sociedad; es conocer de dónde vienen y cómo han llegado a ser lo que son ahora.
El nivel de arraigo de una cultura puede depender en gran parte del sentido de identidad que tengan con su propia historia.
De la historia y las generaciones surgen las costumbres y tradiciones: prácticas que continúan hasta la actualidad (algunas con mayor integridad que otras), y que mantienen vivo ciertos valores dentro de un entorno étnico y social.
Estas tradiciones suelen tener forma de celebraciones religiosas o paganas, con diferencias regionales dentro de una misma nación.
La celebración de fechas históricas características también es otra forma de celebración y evocación cultural. El mestizaje y el intercambio cultural han modificado en casi todo el mundo la integridad de estas prácticas.
Esto no debe considerarse de forma negativa, ya que son los mismos individuos quienes asimilan cambios en sus actividades hasta volverlos propios nuevamente.
Ejemplo
Los británicos suelen tomar té, siendo una de sus tradiciones más populares. El origen de esta costumbre tiene un componente histórico, ya que corresponde a cuando los ingleses empezaron a cosechar té robado de China en el siglo XVIII.
Por aquel entonces, tomar té era considera un ritual propio de la alta sociedad, por lo que pronto se expandió su consumo entre el resto de la población.
– Prácticas artísticas y conjunto de conocimientos
La música, las artes plásticas, la literatura, el cine y el teatro son formas expresivas que pueden brindar una percepción bastante clara de la identidad de una sociedad; no solo eso, sino también pueden brindar un abordaje hacia las problemáticas que enfrentan en su presente, cómo se ven ante el resto del mundo y cómo los percibe el mundo a ellos.
Por esta razón los primeros soportes artísticos, como la pintura, la música, la poesía y la literatura han estado presente en durante todo el desarrollo histórico de una nación, brindando miradas ilustradas, y hasta críticas, sobre las distintas etapas vividas.
Hoy en día muchas naciones invierten en la producción artística para garantizar un registro cultural y de identidad imperecedero. De igual manera, el arte siempre ha servido como una alternativa crítica en períodos de crisis y opresión en la historia.
Otros conjuntos de conocimiento, como la gastronomía, pueden ser considerados un componente cultural de alta importancia, ya que en un entorno globalizado como el de hoy, sirve de carta de presentación ante el resto del mundo, y su integridad no está condicionada por límites territoriales.
Las conductas frente a factores culturales como las bellas artes, el deporte, la gastronomía, e incluso ramas especializadas como las ciencias, la investigación y el urbanismo son todos resultados del carácter cultural del individuo dentro de la sociedad; y al mismo tiempo son productores de mayor identidad cultural.
No es de sorprender que ciertas sociedades, al reprimir o prohibir el acceso de sus ciudadanos a ciertas actividades o conocimientos, generen apatía en estos frente a nuevas alternativas que podrían ser explotadas con fines productivos y beneficiosos.
Ejemplo
El flamenco es parte de la identidad de lo español y sobre todo de lo andaluz. Este género musical nace de la mezcla de varias culturas como la árabe, judía o gitana y su popularidad se mantiene hasta nuestros días, en gran parte por la evolución constante que experimenta.
– El idioma y el dialecto
Como se mencionó al principio, el lenguaje es parte fundamental de la cultura en general, y de este no solo los idiomas que existen hasta el día de hoy, sino los dialectos y coloquialismos que nacen dentro de cada entorno donde se habla.
Este componente tiene gran importancia, y es lo que distingue, por ejemplo, que el inglés (su acento y sus expresiones) sea tan distinto en Estados Unidos, Inglaterra, Irlanda y Nueva Zelanda; así como las distintas variantes del español que existen en América Latina en comparación con España.
El dialecto es una forma de identificación cultural propia y ajena, y es la que poco a poco contribuye al continuo desarrollo de la cultural en un entorno determinado.
En el presente globalizado, incluso los idiomas se han visto influenciados por discursos “universales”, y han debido adaptarse a estos nuevos elementos de manera tal que quien pronuncie unas pocas frases, se sienta identificado con cada palabra y punto de vista que decide expresar.
Ejemplo
El idioma árabe está extendido por África y parte de Asia, habiendo también otros países en los que se habla debido a la inmigración como España o Francia.
De este idioma existe una variedad estándar que deriva del árabe clásico, pero cada región luego aplica ciertas diferencias léxicas y fonológicas. Esto es fruto de la identidad cultural de cada país.
Referencias
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- Kaufman, S. (1981). Cultural Components of Identity in Old Age. Ethos, 51-87.
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