Anatomía y fisiología

Trabéculas: función, importancia, consideraciones clínicas


Las trabéculas son pequeñas láminas que se encuentran en un tipo de tejido óseo llamado hueso esponjoso hueso trabecular o areolar. Las trabéculas están dispuestas irregularmente, creando tabiques y espacios, adoptando la forma de la superficie de una esponja.

A pesar de que el término es usado con frecuencia para referirse al tejido óseo, su uso no es exclusivo para referirse a los huesos. La importancia de la red trabecular en el hueso es que en los espacios que se forman entre los tabiques trabeculares se encuentra la médula ósea.

La médula ósea es una estructura especializada que se encuentra en los huesos largos. Desde el tejido esponjoso óseo comienza la formación de eritrocitos, leucocitos y plaquetas, que son las principales células que componen la sangre.

El proceso de elaboración de células sanguíneas a partir del tejido de la médula ósea se denomina hematopoyesis.

El hueso esponjoso de la pelvis es el sitio donde se toman muestras de médula ósea para diagnosticar enfermedades malignas como la leucemia. La osteoporosis es una de las principales patologías que afectan este tipo de tejido óseo, ocasionando un deterioro significativo en la superficie de trabéculas.

Índice del artículo

Función e importancia de las trabéculas del hueso esponjoso

Los espacios formados por las trabéculas en el hueso esponjoso contienen la médula ósea, que es la estructura del organismo encarga de elaborar células sanguíneas indiferenciadas, permitir su diferenciación y depositarlas en la circulación. Este proceso se denomina hematopoyesis.

En el adulto, la hematopoyesis solo ocurre en la médula ósea. Contrariamente, durante la etapa fetal la ubicación de células madre varía y, por lo tanto, varía también el sitio en el que se lleva a cabo la hematopoyesis.

Durante el primer trimestre ocurre en el saco vitelino; en el hígado y el bazo hacia el segundo trimestre y, finalmente, en la médula ósea hacia el final de la gestación.

La pared que contiene la médula ósea está formada por trabéculas finas y lisas con amplios espacios. Estos espacios se comunican por contigüidad o a través de delicados canales formados por la unión entre trabéculas.

La hematopoyesis comienza con la célula multipotencial llamada célula madre. El término multipotencial se utiliza ya que son células que tienen la capacidad de diferenciarse en cualquiera de los tipos celulares sanguíneos.

Los eritrocitos, los leucocitos y las plaquetas son las principales células sanguíneas que se forman a partir de las células madre. Cada línea celular se desarrolla dependiendo del espacio trabecular en el cual se encuentre.

Entonces, la ubicación de las células madre dentro del hueso esponjoso determina el tipo de célula en la cual se va a diferenciar.

Los vasos sanguíneos penetran hasta los espacios trabeculares, lo que permite el intercambio celular y de nutrientes del hueso con el torrente sanguíneo.

Tejido óseo

Los huesos están conformados por un tipo de tejido especial compuesto de calcio que se conoce como tejido óseo.

El conjunto de huesos unidos por cartílagos y ligamentos forma el esqueleto humano, que cumple funciones de movimiento, mantenimiento de la postura, contención y protección de los órganos.

Además, los huesos son el principal lugar de almacenamiento de calcio y fosfato del cuerpo; tienen una importante reserva de células grasas y algunos contienen espacios en los cuales se encuentran células sanguíneas inmaduras que continuamente desarrollan e incorporan a la circulación nuevos componentes esenciales de la sangre.

Cada hueso tiene una estructura compleja constituida por células que se restituyen cada cierto tiempo, a través de la formación y eliminación de tejido óseo. Estas células se denominan osteoblastos y osteoclastos respectivamente.

El proceso a través del cual las células óseas maduras fabrican y reabsorben tejido óseo se conoce como remodelado óseo.

El hueso es el único tejido del cuerpo que tiene la capacidad de regenerarse con una estructura exactamente igual a la original y no con un tejido cicatricial. Cuando un individuo sufre una fractura, las células óseas se encargan de formar nuevo tejido que termina de unir los extremos de la parte fracturada.

El equilibrio del funcionamiento de los osteoblastos y los osteoclastos es fundamental para el buen mantenimiento de este tejido. Si alguna de estas células falla en su trabajo, hay un aumento del metabolismo en el hueso que puede llevar a su desgaste o a su crecimiento anormal.

Por ejemplo, cuando hay un aumento de la reabsorción ósea por parte de los osteoclastos, sin la correspondiente formación de nuevas células, habrá pérdida del tejido óseo. Esta patología se conoce como osteoporosis.

Tipos de tejido óseo

En general se distinguen dos tipos de tejido óseo que se encuentra en todos los huesos pero distribuido de manera diferente en cada uno. Estos son el tejido compacto y el tejido esponjoso.

A pesar de que ambos comparten características esenciales, sus estructuras y funciones así como su respuesta ante el traumatismo, son completamente diferentes.

Tejido compacto

El hueso compacto es una estructura dura y densa, muy resistente a la compresión, que se ubica principalmente en el cuerpo de los huesos. Está organizado en varias capas de tejido concéntrico que se encuentra alrededor de un canal principal que le suministra sangre. Esta zona se denomina canal de Havers.

Este tipo de tejido contiene un sistema vascular especializado además de receptores hormonales que regulan el almacenamiento y la distribución de calcio y fosfato.

El conjunto que forman el canal principal de Havers con la complicada red de canales, conductillos y espacios por los que se nutre el hueso, se denomina osteona o sistema de Havers. Se considera la osteona como la unidad estructural del hueso compacto.

Tejido esponjoso

El hueso esponjoso no contiene osteones sino que cuenta con espacios huecos que forman una estructura elástica y resistente que amortigua bien el peso. Su nombre proviene de la forma que adquiere, parecida a una esponja.

Se encuentra ubicado principalmente en las extremidades superiores e inferiores de los huesos largos y en el interior del resto de los huesos.

Dentro de este tipo de tejido hay laminillas dispuestas de manera organizada que se denominan trabéculas.

Las trabéculas forman pequeños tabiques que crean espacios en el interior del hueso. Dependiendo de la disposición de estos tabiques se distinguen hasta tres tipos diferentes de hueso esponjoso.

En el interior de los espacios trabeculares se encuentra la médula ósea, que es un tejido que forma parte del sistema sanguíneo y que se ocupa de formar los elementos precursores de las células sanguíneas.

Consideraciones clínicas

Hueso esponjoso

El tejido óseo esponjoso tiene una superficie mayor de recambio celular y de regeneración que el tejido compacto. Además, contiene la médula ósea. Por estos motivos, las patologías óseas pueden observarse con frecuencia en esta parte del tejido.

La osteoporosis es una enfermedad frecuente sobre todo en mujeres postmenopáusicas y ancianos, en la cual hay un desequilibrio entre la formación y la reabsorción del hueso en el cual predomina la reabsorción.

Los primeros signos radiológicos se observan en el tejido esponjoso de los extremos de los huesos largos, como el fémur pero a medida que pasa el tiempo el hueso compacto también se ve afectado.

Puede evidenciarse en la radiografía un área más clara de lo normal a nivel de las articulaciones de la cadera. Este signo significa que esa parte del hueso está menos denso y por lo tanto, más frágil.

En el microscopio de un hueso esponjoso con osteoporosis se observa disminución en el tamaño y el número de trabéculas de la superficie ósea.

La gran mayoría de las fracturas que se observan en ancianos son llamadas fracturas patológicas y ocurren por esta enfermedad.

El término fractura patológica se utiliza en toda aquella fractura con ausencia de traumatismo o en la cual la intensidad del trauma no tiene relación con la gravedad de la lesión. Por ejemplo, una fractura con desplazamiento de los huesos en un paciente que se tropezó con una mesa.

Médula ósea

Las células madre de la médula ósea pueden sufrir mutaciones que las hacen desarrollarse de manera anormal causando enfermedades malignas como la leucemia, el linfoma y el mieloma.

Los pacientes que sufren este tipo de patologías deben recibir tratamientos estrictos de quimioterapia y, en algunos casos, de radioterapia. Una vez que se determine que el tratamiento hizo efecto, ese paciente puede plantearse para la realización de un trasplante de médula ósea.

Este tipo de trasplante es un procedimiento a través del cual se busca reemplazar las células medulares defectuosas por células sanas.

La técnica de recolección de médula ósea se realiza en los huesos de la pelvis del donante, los cuales son accesibles para este procedimiento, aunque también puede tomarse el tejido de otros huesos.

Consiste en tomar una cantidad suficiente de médula ósea de los huesos ilíacos a través de grandes cánulas. La cantidad se calcula según el peso del paciente receptor.

Después de algunas semanas, a través de exámenes de laboratorio, se determina si el organismo del paciente aceptó adecuadamente el trasplante y si su médula ósea transplantada se encuentra funcionando.

El trasplante de médula ósea es un procedimiento complejo que puede tener complicaciones. Por esto se requiere el perfecto estudio tanto del donante como del receptor, así como un equipo especializado de profesionales sanitarios que los guíen en todo el proceso.

Referencias

  1. El Sayed, S.A; Nezwek, T.A; Varacallo, M. (2019). Physiology, Bone. StatPearls, Treasure Island (FL). Tomado de: ncbi.nlm.nih.gov
  2. Singh, I. (1978). The architecture of cancellous bone. Journal of anatomy. Tomado de: ncbi.nlm.nih.gov
  3. Florencio-Silva, R; Sasso, G. R; Sasso-Cerri, E; Simões, M. J; Cerri, P. S. (2015). Biology of Bone Tissue: Structure, Function, and Factors That Influence Bone Cells. BioMed research international. Tomado de: ncbi.nlm.nih.gov
  4. Chapman, J; Zhang, Y. (2019). Histology, Hematopoiesis. StatPearls, Treasure Island (FL). Tomado de: ncbi.nlm.nih.gov
  5. Fernández-Tresguerres Hernández-Gil, I; Alobera Gracia, M. A; Canto Pingarrón, M; Blanco Jerez, L. (2006). Bases fisiológicas de la regeneración ósea I: Histología y fisiología del tejido óseo. Medicina Oral, Patología Oral y Cirugía Bucal. Tomado de: scielo.isciii.es