Psicología

Daniel Kahneman: biografía y principales teorías


Daniel Kahneman (Israel, 1934) es un psicólogo de origen israelí nacionalizado como estadounidense, reconocido por su brillante trayectoria. Su trabajo más relevante ha sido el de integrar el análisis psicológico de la conducta humana a la ciencia económica.

De hecho, fueron sus investigaciones respecto al juicio humano y la toma de decisiones, los que le valieron para ganar en 2002 el Premio Nobel de Economía, junto a Vernon Smith, a pesar de no ser economista.

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Los trabajos de Daniel Kahneman sobre la forma de pensar de los seres humanos han influenciado muchísimos campos e incluso han abierto el camino para otro tipo de disciplinas como la neurociencia, un campo que busca explicar que el cerebro guiado por un instinto más irracional es el responsable de los vaivenes financieros.

Además de haber sido galardonado con el premio Nobel de Economía y de ser el fundador de la economía conductual, Kahneman es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, de la Sociedad Filosófica, de la American Psychological Society, de la American Psychological Association, de la Sociedad de Psicólogos Experimentales y de la Econometric Society.

En el año 2012, Daniel Kahneman ingresó como académico en la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España y fue incluido en la lista de los 100 pensadores globales más influyentes, nombrados por la revista Foreign Policy.

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Nacimiento e infancia

Hijo de padres judíos de origen lituano, Kahneman nació en Tel Aviv en 1934, mientras su madre visitaba unos familiares. Su domicilio era París, Francia, lugar a donde sus padres habían emigrado a principios de 1920. Su padre trabajaba como jefe de investigación en una gran fábrica de productos químicos.

Kahneman vivió el terror de la Segunda Guerra Mundial. Su padre fue detenido durante la primera gran redada que se hizo en la ciudad contra los judíos en 1942. Estuvo prisionero durante seis semanas en Drancy, una estación de paso para los campos de exterminio.

Sin embargo, fue liberado tras la intervención de la compañía donde trabajaba, ya que –según supo Kahneman mucho tiempo después- dicha firma era dirigida por el pilar financiero del movimiento fascista antisemita en Francia.

Después de aquella experiencia, la familia escapó y se mudó a la Francia de Vichy. En aquel lugar estuvieron relativamente seguros, hasta que una vez más llegaron los alemanes y tuvieron que huir al centro de Francia.

En 1944, el padre de Kahneman murió como consecuencia de no haber sido tratada adecuadamente su diabetes, a pocas semanas del Día D. Tras la victoria de los Aliados, su madre, su hermana y él se reunieron con el resto de su familia en Palestina.

Los inicios de su carrera

Daniel Kahneman comenzó a interesarse por la psicología desde su adolescencia. Sin embargo, las preguntas que le interesaban en aquella época estaban más orientadas al mundo filosófico, preguntas como, cuál era el significado de la vida, la existencia de Dios y las razones para no portarse mal. Pero pronto sus intereses cambiaron.

Ya no le importaba mucho saber si Dios existía, sino más bien entender qué era lo que hacía que las personas creyeran en él. También le interesaba descubrir los orígenes de las convicciones de las personas sobre lo que está bien o lo que está mal, y no aprender sobre ética. Finalmente cuando fue a la orientación profesional, la primera recomendación fue psicología.

Kahneman se graduó como Licenciado en Psicología con una especialidad en Matemáticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén en 1954. Tras finalizar sus estudios, ingresó al servicio militar en el recién instaurado Estado de Israel. Allí realizó investigaciones sobre un sistema de entrevistas de reclutamiento, el cual se mantuvo vigente durante varias décadas.

En 1956 se mudó a Estados Unidos, gracias a una beca que le otorgaron en la Universidad Hebrea para realizar un doctorado y así poder dar clases en el Departamento de Psicología. En 1961 obtuvo su título en la Universidad de Berkeley, en California, y ese mismo año se integró como docente en Psicología en la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde ocupó diversos puestos.

En el año 1978 se trasladó a Canadá para ocupar el cargo de profesor de Psicología en la Universidad de British Columbia. Trabajó allí hasta 1986, cuando se unió al equipo docente de la Universidad de Berkeley, donde estuvo hasta 1994. Hoy día Kahneman es profesor e investigador en el Departamento de Psicología de la Universidad de Princeton.

Teoría de las perspectivas

Daniel Kahneman es considerado como uno de los pioneros del análisis del comportamiento humano ante la toma de decisiones en entornos de incertidumbre, un postulado que se aparta de los principios básicos de la probabilidad.

Este trabajo, que más tarde sería la base para hacerse acreedor del Premio Nobel en Economía, fue fruto de una investigación en conjunto con Amos Tversky, psicólogo cognitivo y matemático de origen israelí, precursor de la ciencia cognitiva.

En 1979, Kahneman y Tversky desarrollaron la Prospect Theory o Teoría de las Perspectivas, en la cual explicaban el proceso de la toma de decisiones de los individuos. La teoría describe la forma en la que las personas toman sus decisiones cuando se encuentran en situaciones donde deben decidir entre alternativas que involucran riesgo, tal como las decisiones financieras.

Teoría de la utilidad

Hasta aquella época los economistas explicaban las decisiones de las personas a través de la teoría de la utilidad, un postulado que trabaja con una versión simplista del ser humano.

Según esta teoría, una persona, en su toma de decisiones, es racional, egoísta y no cambia de preferencias. Para Kahneman, como psicólogo, esta era una teoría que no tenía sentido, por ello trabajó en formular una teoría que explicara mejor esa realidad.

Desde el punto de vista de la psicología, está claro que el ser humano no es perfectamente racional ni es completamente egoísta. Tampoco es cierto que no cambia de preferencias, ya que de hecho lo hace muy a menudo.

Los atajos heurísticos

A diferencia de lo que sostiene la teoría de la utilidad sobre la toma de decisiones, Kahneman afirma que las personas no siempre eligen de forma objetiva. Además, indica que las personas no solo no son racionales en todas las ocasiones, sino que también hay emociones como el miedo, el odio y el afecto que las alejan de la racionalidad.

En su teoría de las perspectivas, Kahneman y Tversky llamaron a estas decisiones atajos heurísticos. En psicología, un heurístico es una regla que se sigue de forma inconsciente para que, a través de la reformulación, se pueda simplificar un problema planteado y así resolverlo.

Esta teoría se basa en tres principios básicos: la aversión a perder, las preferencias de riesgo asimétricas y la estimación errónea de probabilidades.

  • El primer principio tiene que ver con el hecho de que el dolor por una pérdida es mayor que la alegría que se siente por una ganancia.
  • El segundo se basa en el hecho de que las personas prefieren no apostar cuando están ganando, pero contrariamente arriesgan más cuando están perdiendo.
  • Y la última se apoya en el pensamiento de que algunos sucesos tienen mayor posibilidad de ocurrir de la que en realidad tienen.

Thinking, Fast and slow: un cerebro con dos sistemas

Thinking, Fast and Slow o Pensar rápido, pensar despacio en español, ha sido la obra con la que Daniel Kahneman ha sintetizado cinco décadas de estudio como psicólogo experimental sobre el comportamiento intuitivo y racional del ser humano.

En este libro el autor se enfoca en el estudio de las ilusiones cognitivas, es decir, de aquellas falsas creencias que las personas aceptan intuitivamente como ciertas.

Kahneman afirma que si bien tenemos un solo cerebro, contamos con dos sistemas de pensamiento. El Sistema 1 es rápido, intuitivo y emocional, es capaz de proporcionar conclusiones de forma automática. El Sistema 2, por su parte, es más lento, esforzado y racional, es el de las respuestas conscientes.

Las teorías de Kahneman han influido en lo que se conoce como economía conductual, que no es más que una corriente que trata de demostrar que el mundo de las finanzas no es tan predecible como parece.

Aunque para las teorías clásicas de la economía los agentes económicos actúan siempre de forma racional, los estudios conductuales han demostrado que no es así. Los juicios de las personas están cognitiva, emocional y socialmente condicionados, y esto pasa sin que se sea consciente de ello.

Sistema 1 y 2 e influencia en el comportamiento

En lo referente al Sistema 1 y al Sistema 2, es difícil saber cuándo ha sido uno u otro el que ha tomado las riendas del comportamiento.

En el día a día de una persona, la mayoría de los juicios que hace provienen del Sistema 1, ya que ocurren de forma intuitiva, automática y con un componente emocional. El problema está en que no todo el tiempo se puede pensar con este sistema, ya que a pesar de que nos  permite desenvolvernos de forma razonable, también genera todo tipo de intuiciones erróneas.

El Sistema 2, es el único que permite resolver problemas difíciles, pero para ello se debe aprender a postergar las sugerencias del sistema emocional e invertir un gran esfuerzo cognitivo.

De no hacerlo y pensar más con el Sistema 1 (preparado para creer y no para dudar), se puede caer en uno de los tantos errores cognitivos. El autor explica que las personas tienden a tener mucha confianza en juicios que hacen en base a muy poca información.

Es por esto que ocurren uno de los errores cognitivos más comunes, el efecto halo. Se trata de la atribución de características excesivamente negativas o positivas a una persona basándose solo en pistas parciales. Un ejemplo de esto es el amor irracional que tienen algunas personas hacia los cantantes o estrellas de cine.

Para Kahneman esta confianza y creencia es uno de los aspectos más importantes de la cognición. Si bien es maravilloso que se sea capaz de generar interpretaciones rápidas, eso hace que se sea inconsciente de lo que no se conoce.

La experiencia frente a la memoria: la percepción de la felicidad

Pensar rápido, pensar despacio es un tomo que presenta los principales hallazgos de Daniel Kahneman sobre la manera de pensar de los seres humanos.

El razonamiento humano es un proceso intrincado que lleva a evaluar y analizar muchos aspectos de la vida. Y más que hablar de las dos formas de pensar, el psicólogo también ha hablado en este libro sobre los hallazgos que la psicología ha aportado al concepto de la felicidad.

Hoy día la felicidad es algo que todos buscan descifrar. Existen muchos libros que hablan de ella y de cómo encontrarla. Sin embargo, Kahneman explica en esta obra la importancia de no confundir la experiencia y la memoria, ya que hacerlo puede causar un entendimiento erróneo de lo que es la felicidad.

Experiencias y recuerdos

Daniel Kahneman afirma que se debe aprender a distinguir las experiencias vividas de los recuerdos que se tiene de esas experiencias. Se trata de dos entidades distintas, y confundirlas es parte del problema que se tiene de la noción de felicidad.

Las experiencias son los momentos que forman parte del presente, que tan solo duran pocos segundos. Y los recuerdos no son más que las formas cómo evaluamos dichas experiencias.

Por ello, para diferenciar estos elementos el autor propone pensar en dos yos, que son el “yo que tiene experiencias” y el “yo que recuerda”. Aunque ambas entidades son importantes para juzgar la felicidad, cada una la percibe de forma diferente.

Mientras que el “yo que tiene experiencias” es el responsable de registrar las sensaciones que se tienen, el “yo que recuerda” es el encargado de darle sentido a esas experiencias.

A veces lo que se experimenta en cada momento puede ser muy diferente a lo que se recuerda, ya que el “yo que recuerda” puede verse afectado por elementos como, la duración o la intensidad de los momentos vividos. Por lo que el autor afirma que los dos yos plantean nociones de felicidad distintas.