Cultura general

Taironas: qué son, características, urbanismo, arte, costumbres


¿Quiénes fueron los taironas?

Los taironas fueron un pueblo indígena de filiación chibcha que habitó en varios asentamientos colombianos durante más de 2.000 años. Ubicada al norte del territorio colombiano, la cultura tairona, en la Sierra Nevada de Santa Marta, comprendía las zonas de tres departamentos: Cesar, Magdalena y Guajira, con la cuenca de los ríos Guachaca, Don Diego y Buritaca.

No se conoce demasiado acerca de los taironas. Ciudad Perdida, también conocida como Teyuna o Buritaca-200, fue la ciudad fundada por esta cultura en el 800 y habitada hasta 1600. 

El terreno montañoso y escarpado de la Sierra Nevada de Santa Marta propició que las tribus habitaran en terrenos pequeños y grandes, lo que facilitó la formación de los cacicazgos, lugares donde mandaba el cacique.

Este pueblo desconocía la escritura y utilizaron la rueda y los animales para desplazarse. Hablaban chibcha y los hombres practicaban la poligamia y la exogamia, es decir, podían buscar pareja con miembros de diferentes tribus.

Características de los taironas

– Fue un grupo de filiación chibcha, un amplio grupo de lenguas amerindias habladas desde el noreste de Honduras hasta el norte de Colombia y el oeste de Venezuela.

– Se caracterizaron por elaborar cerámica y orfebrería muy finas.

– Construyeron vías de piedra para la comunicación entre los asentamientos, así como canalizaciones para el agua. Sus construcciones eran de piedra y adobe.

– Fue un pueblo agrícola, pero también pescaban.

– Practicaban la exogamia: buscaban pareja en grupos distintos.

– Practicaban el trueque y el intercambio de productos.

Economía

La economía se basaba en la agricultura, específicamente en cultivos de maíz, calabaza, frijol, arracach o yuca. También cultivaban guanábana, piña, guayaba y aguacate.

Consumían frecuentemente carne de pescado, de cabra o de roedores para las celebraciones o días especiales. Pero la pesca tuvo mayor importancia que la caza de animales.

En general, estas comunidades practicaron el intercambio de productos. Por ejemplo, los habitantes de las tierras cálidas producían sal, algodón, pescado y caracoles, que intercambiaban por coca, maíz y fruta a las tribus de las tierras medias, y por patata y otros productos a los grupos de las zonas frías.

Obras de arquitectura e ingeniería

Entre las construcciones más destacadas están los muros de contención de piedra y adobe en las montañas, los cuales tienen una altura de hasta 9 metros. Normalmente, servían de soporte a las terrazas, marcaban los caminos, canalizaban los flujos de agua y evitaban la erosión.

Las formas de las terrazas circulares, semicirculares u ovales, variaban de acuerdo con la ubicación y el uso que se les daba. Las ovales se construían en las partes más altas. En general, el tamaño estaba entre los 50 y los 880 m².

Sobre las terrazas construyeron viviendas circulares. Las paredes cilíndricas eran reforzadas con caña y entretejidas con esteras y el techo cónico era de paja. No tenían ventanas.

Hicieron canalizaciones para dirigir el agua de las montañas y de lluvia a las viviendas. El sistema de irrigación contó con canales especiales que evitaban la erosión en zonas desérticas. Los canales subterráneos que se construyeron aún continúan funcionando.

Las vías de comunicación unieron los caminos principales, de piedra, con los de los cultos religiosos, así como los de las familias de la tribu con el lugar donde se realizaban los cultivos.

Urbanismo

Los taironas alcanzaron un alto grado urbanístico, entendido como el conjunto de normas técnicas, administrativas, sociales y económicas que reglamentan el funcionamiento y el desarrollo armónico, racional y humano de una región.

Lograron una integración perfecta con el medio ambiente, y se adaptaron a él tal y como lo encontraban, una vez elegido un lugar como asentamiento.

Ese esquema urbanístico era una unidad: terraza de vivienda –grupo familiar– zona de producción aledaña, individual o comunitaria. Ese gráfico se repetía y multiplicaba, conservando siempre la relación hábitat-producción.

El tamaño de la vivienda se correspondía con la importancia de su dueño.

Orfebrería, cerámica, tejidos e instrumentos musicales

Los taironas desarrollaron una orfebrería extraordinaria que destacó por encima de la de otros pueblos. La mayoría de estos objetos se utilizaban para adornar el cuerpo.

Los pectorales anchos, en oro martillado, con figuras de soles, animales y hombres, representaban los dioses que adoraban: el sol, la luna, la tierra, el jaguar y la serpiente. Las narigueras, orejeras y adornos sublabiales representaban animales, cuyas propiedades eran asumidas por la persona que los llevaba puesto.

En cuanto a la iconografía, los artistas del grupo combinaban lo humano con lo animal para hacer piezas de hueso y cerámica. En algunos de estos objetos, se destaca además el trabajo con la cera fundida y la filigrana.

Los hombres y las mujeres realizaban tejidos en los que plasmaban su sentir, pensar y actuar. Desarrollaron toda una industria textil y utilizaron plumas coloridas, y con los huesos de los enemigos muertos en combate hicieron flautas.

Teyuna, centro espiritual y comercial

Adentrándose en la región, por el valle del río Buritaca, se encuentran los 1.200 peldaños construidos que dan acceso a Teyuna, la Ciudad Perdida de los taironas, y la más importante por ser el centro espiritual y comercial de la población.

Allí, a 1.200 msnm, se pueden apreciar las primeras viviendas construidas sobre terrazas encerradas en muros de piedra. Hasta su descubrimiento, en 1973, Teyuna, que en chibcha significa Origen de los pueblos de la tierra, permaneció olvidada.

Presionados por la llegada de los españoles a las costas de Santa Marta, en 1525, los indígenas se fueron concentrando cada vez más al interior de la Sierra y se refugiaron en Teyuna hacia 1540. Además, el grupo construyó dos cabañas en cada terraza para un total de 280 viviendas, por lo que se estima que unas 1.500 personas conformaron su población.

Teyuna, también denominada Buritaca 200 por el número de hallazgos arqueológicos encontrados en la Sierra, fue abandonada alrededor de 1600, al parecer por brotes de epidemias que obligaron a sus habitantes a dejar las tierras.

Este territorio permaneció desolado por más de tres siglos, por lo que los indígenas se establecieron en pequeños asentamientos a lo largo del valle, de difícil acceso para los conquistadores.

Pese a que los nativos dejaron de visitar Teyuna, sus descendientes, los kogui, conocían y guardaban la ubicación exacta de esta ciudad. Pero no fue hasta 1970 cuando los campesinos que colonizaron la parte baja de la Sierra vieron la posibilidad de encontrar los tesoros.

Así comenzó el saqueo de las tumbas, actividad ilegal conocida como guaquería y a los que ejercieron este oficio se denominaron guaqueros, quienes llegaron a matarse entre sí, en la lucha por el tesoro. Muchos de estos hallazgos fueron revendidos en el comercio internacional y perdidos para siempre.

En 1976 una expedición científica del gobierno colombiano llegó a Teyuna e inició el proceso de revaloración, restauración y conservación de los hallazgos y de las terrazas. Entre los descubrimientos encontrados había joyas de oro y vasos de cerámica finamente tallados.

También se encontraron algunas espadas, de las cuales se desconoce si están allí porque los españoles lograron llegar a la Ciudad Perdida o porque fueron enterradas por los indígenas en las tumbas como trofeo de guerra.

Otras costumbres y tradiciones

Los taironas vestían mantas de telar pintadas de colores variados, orejeras, gargantillas, coronas, bezotes, moquillos de oro, pedrerías finas y bien labradas. Llevaban abanicos de plumas y palma, pues criaban papagayos y guacamayos por su vistoso colorido.

Se bañaban en las quebradas, en sitios destinados específicamente para ello. Hilaban aprisa y muy delgado, y tejían despacio. Preparaban la miel en ollas grandes, o múcuras. Realizaban fiestas y bailes y también había espacio para la limpieza y la ociosidad, ya que con muy poco trabajo tenían alimento y vestido para varios días.

Identidad cultural

Para algunos, la identidad cultural de los taironas no está tan clara, se trata, según ellos, de grupos humanos autónomos con ciertos rasgos socioeconómicos e ideológicos comunes, unidos por las relaciones de intercambio comercial y económico.

Las diferencias estarían entre los habitantes de la sierra y de la costa, que habrían mantenido un grado de autonomía muy similar a la existente en los kogui de la actualidad, con lazos de dependencia económica y cultural.

Hay quienes comparten la posible existencia de un estado cuyo propósito era la conquista y la dominación, aunque para otros las circunstancias sociopolíticas apuntaban a una posible confederación (pacto) entre las distintas aldeas.

Los kogui, descendientes de los taironas

Los indígenas kogui siguen las tradiciones ancestrales de los taironas y aún hoy continúan hablando chibcha como sus antepasados. Lingüísticamente, pertenecen a la familia macrochibcha y se agrupan en los valles de los ríos Garavito, San Miguel, Palomino, Don Diego, Guatapurí y en las cabeceras de los ríos Ranchería y Sevilla.

Actualmente, el desmonte, la tala y la quema son la principal técnica de trabajo agrícola en las tierras de la Sierra Nevada, donde probablemente el 80% presenta algún grado de erosión, causado, según los expertos, por el colono. Sin embargo, los nativos también tienen que ver con este deterioro, pese a su estrecha relación con la naturaleza.

Referencias

  1. Some aspects of the Tayronas economy along the coast adjacent to Cienaga (Magdalena), Carl Henrik Langebaek, archaeologist.
  2. Explorations in the slope North of the Sierra Nevada of Santa Marta. Bernardo Valderrama Andrade and Guillermo Fonseca.