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56 frases de Max Lucado sobre la vidal, la fe y Dios


Max Lucado (1955) es un predicador evangélico y escritor estadounidense. Pertenece a la Iglesia de Oak Hills, de Texas, y es autor de alrededor de 50 libros, con más de 80 millones de ejemplares vendidos.

Fue nombrado como el “pastor de América” por la revista Christianity Today y en 2005 como el mejor predicador de América por el Reader’s Digest. Sus libros usualmente aparecen en la lista de los más vendidos de The New York Times.

A continuación, dejamos una lista con las mejores frases de Max Lucado sobre Dios, el amor, la vida y la fe. Entre sus obras están En manos de la gracia, Como Jesús, Saldrás de esta, Ansiosos por nada o En el ojo de la tormenta.

Las mejores frases de Max Lucado

-Para dirigir la orquesta, tienes que dar la espalda a la multitud.

-Cambias tu vida cambiando tu corazón.

-¿Puedes imaginar una vida sin miedos? ¿Qué pasaría si la fe, no el miedo, fuese tu reacción por defecto a las amenazas?

-El único error es no arriesgarse a cometer uno.

-Encuentra la alegría en lo ordinario.

-La gente mira la forma en que actuamos más que escucha lo que decimos.

-La fe es la firmeza del alma que le aporta osadía a los sueños.

-Un poco de lluvia puede cambiar el tallo de una flor. Un poco de amor puede cambiar una vida.

-Al comienzo de cada acto de fe, hay a menudo una semilla de miedo.

-La mejor forma de animarte a ti mismo es animar a alguien más.

-Poder es 100 veces más importante que el coeficiente intelectual.

-Amor, alegría, paz, amabilidad, fe, bondad y autocontrol. A ellos comprometo mi día.

-No dejes que los obstáculos de la carrera te impidan disfrutar de la ceremonia de premios al final.

-Nadie puede hacer todo, pero todos pueden hacer algo.

-Las personas que marcan una diferencia no son las que tienen credenciales, sino las que se preocupan por ello.

-El pasado no tiene que ser tu prisión. Tienes una voz en tu destino. Tienes algo que decir en tu vida. Tienes una elección en el camino que tomes.

-Alimenta tus miedos, y tu fe morirá de hambre. Alimenta tu fe y morirán tus miedos.

-La clave es esta: aborda los problemas de hoy con la fuerza de hoy. No comiences a abordar los problemas de mañana hasta mañana. No tienes la fuerza de mañana aún. Tienes suficiente por hoy.

-El conflicto es inevitable, pero el combate es opcional.

-Todo cambia cuando nos abrimos a la posibilidad de que la historia de Dios sea realmente nuestra historia también.

-No se trata de ganar o perder, sino de amor y respeto.

-Baja tus expectativas en la tierra. Este no es el cielo, no esperes que lo sea.

-La preocupación divide la mente.

-Dios es Dios. Sabe lo que hace. Cuando no puedas darle la mano, confía en su corazón.

-No hay forma de que nuestras pequeñas mentes entiendan el amor de Dios. Pero eso no hace que él no nos llegue.

-El corazón de una mujer debería estar tan escondido en Dios que un hombre tuviera que buscar en Dios solo para encontrarla.

-Ten calma, Dios permite las tormentas para luego transformarlas en bendición.

-Mientras más nos enfocamos allá arriba, más inspiración tenemos aquí abajo.

-Nadie puede rezar y quejarse al mismo tiempo.

-Perdona y da como si fuese la última oportunidad. Ama como si no hubiese un mañana, y si el mañana llega, ama de nuevo.

-Nos ama a cada uno de nosotros como si solo hubiese uno para amar.

-La fe no es solo la creencia de que Dios hará lo que tú quieras. Es la creencia de que Dios hará lo correcto.

-Una nación está bendecida cuando tiene líderes piadosos.

-Nada fomenta el coraje como la comprensión de la gracia y nada fomenta el miedo como la ignorancia de la misericordia.

-Unas pocas canciones con él podrían cambiar la forma en que cantas. Para siempre.

-No midas el tamaño de la montaña, habla con el que la puede mover.

-Aunque no podamos ver su propósito y su plan, el Señor de los cielos está en su trono y en firme control del universo y de nuestras vidas.

-El perdón es abrir una puerta para liberar a alguien y darse cuenta de que tú eras el prisionero.

-Recuerda, eres especial porque yo te hice. Y yo no cometo errores.

-Se nos olvida que “imposible” es una de las palabras favoritas de Dios.

-El miedo crea una forma de amnesia espiritual.

-La gratitud eleva nuestra mirada, nos quita los ojos de las cosas que nos faltan para que podamos ver las bendiciones que poseemos. Nada acaba con el frío invernal del día, como la brisa de la gratitud.

-No te preocupes por tener las palabras correctas; preocúpate por tener el corazón correcto. Él no busca la elocuencia, solo la honestidad.

-Hemos considerado nuestro sufrimiento de manera diferente. “Mi dolor demuestra la ausencia de Dios” quedaría sustituido por: “Mi dolor amplía el propósito de Dios”.

-No fuiste un accidente. No fuiste producido en masa. No eres un producto ensamblado en masa. Fuiste planeado deliberadamente, dotado específicamente y posicionado en la tierra por el maestro artesano.

-Si Dios tuviera un frigorífico, tu cara estaría en él. Si tuviese una cartera, tu foto estaría en ella. Te envía flores cada primavera y un amanecer cada mañana.

-Dios te ama como eres, pero se niega a dejarte como estás. Quiere que seas como Jesús.

-Aunque no puedas ver nada, él está actuando.

-Sé un niño de nuevo. Ríe. Come galletas. Toma una siesta. Pide perdón si dañas a alguien. Persigue una mariposa. Sé un niño de nuevo.

-La gente puede ser difícil de amar. Ámalos de todas maneras.

-Incluso si no entiendes cómo funciona Dios, sabes que lo hace.

-Adán acusó a Eva. Caín mató a su hermano menor. Abraham mintió con respecto a Sara. Rebeca favoreció a Jacob. Jacob trampeó a Esaú y enseguida dio origen a una manga de rufianes. El libro de Génesis está lleno de desastres familiares.

-Hay un antídoto para el miedo: la confianza. Si confiáramos más en Dios, podríamos tener menos miedo.

-Los filósofos pueden debatir el significado de la vida, pero tú necesitas un Señor que pueda declarar el significado de la vida.

-A Dios le interesa la restauración. La sanidad del corazón implica la sanidad del pasado. 

-Los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, ni siquiera son como los nuestros. Ni siquiera estamos en el mismo vecindario. Nosotros pensamos: protege el cuerpo; él piensa: salva el alma. Nosotros soñamos con un aumento de sueldo; él sueña con levantar a un muerto. Nosotros evitamos el dolor y buscamos la paz. Dios usa el dolor para traer paz. Nosotros decidimos: “Voy a vivir antes de morir”. Él nos ordena: “Muere para que puedas vivir”. Nosotros amamos lo que se corrompe. Él ama lo que perdura. Nosotros nos gozamos en nuestros logros. Él se goza en nuestras confesiones. Nosotros le mostramos a nuestros hijos la estrella de Nike y le decimos con una sonrisa millonaria: “Sé como Mike”. Dios nos señala al hijo del carpintero crucificado con labios ensangrentados y costado traspasado y dice: “Sé como Cristo”.