¿Qué es el Conocimiento Tecnológico?
El conocimiento tecnológico se refiere a un conjunto de saberes dirigido a la creación, manipulación y evaluación de artefactos tecnológicos. Es una forma de conocimiento que va más allá de la observación de los fenómenos existentes. Su interés está puesto en la creación de nuevos artefactos o sistemas y en la solución de problemas o necesidades a través de nuevos instrumentos tecnológicos.
El conocimiento tecnológico lo tienen las personas. Por ejemplo, alguien puede saber cómo fabricar una radio, una brújula o una televisión. Sin embargo, los conocimientos tecnológicos más avanzados suelen estar en posesión de grandes empresas o gobiernos. Por ejemplo, el conocimiento para hacer coches eléctricos, para fabricar armas, cohetes, chips, sensores, etc.
Tiene como fundamento la inventiva y la innovación, ya que, está orientado a la fabricación de cosas que no existen. Artefactos posibles que están basados en principios naturales y científicos pero que requieren de la chispa creativa para volverse realidad.
Este tipo de conocimiento nace de la curiosidad, de un problema para resolver o una necesidad que requiere satisfacción. Por eso es fundamental en el desarrollo de la sociedad y tiene un gran impacto sobre ella.
Grandes hitos históricos han comenzado con el desarrollo de un dispositivo tecnológico. Una muestra de ello es la Revolución Industrial, cuando las máquinas llegaron para agilizar los procesos de producción, pero también para transformar toda la organización de la sociedad.
Conocimiento tecnológico: base científica de la tecnología
El conocimiento tecnológico depende de la inventiva y de los saberes técnicos, sin embargo, no puede entenderse simplemente como un “saber hacer”.
Para poder desarrollar un conocimiento tecnológico es necesario tener como base un conocimiento científico. Por ejemplo, el diseño y fabricación de aviones depende de una base científica llamada aerodinámica, que a su vez es una rama de la física.
Sin embargo, las teorías científicas no son la única base. También existen teorías de base tecnológica que han surgido precisamente de la creación de nuevos artefactos.
Un ejemplo de estos conocimientos es la aeronáutica, que reúne las leyes para el diseño y fabricación de aviones. Entre estas teorías tecnológicas también se encuentran la cibernética, la hidrodinámica y la teoría de redes.
A su vez, existen dos tipos de teorías tecnológicas: las substantiva y las operativas.
Las teorías substantivas explican las leyes de un fenómeno tecnológico. Por ejemplo, pueden describir cuál es el mecanismo que hace que los aviones puedan volar.
A su vez, las teorías operativas explican las acciones que dependen del funcionamiento de un artefacto. Por ejemplo, pueden describir los métodos para organizar el tráfico aéreo.
Características del conocimiento tecnológico
El conocimiento tecnológico goza de una serie de características que lo diferencian del conocimiento científico y el conocimiento empírico:
Es codificable
Todo el conocimiento tecnológico puede ser traducido de forma precisa en dibujos, fórmulas matemáticas, números o descripciones verbales. Gracias a ello es posible consignarlo, explicarlo y transmitirlo.
Por ejemplo, el funcionamiento de un avión puede codificarse a través de un dibujo o un diseño visual que explica el funcionamiento de la máquina, combinado con las fórmulas físicas que explican su funcionamiento.
Es transmisible
El conocimiento tecnológico tiene la posibilidad de ser transmitido, comunicado o explicado a otras personas. Esta característica está directamente relacionada con la codificación: entre más codificable sea un conocimiento, es más fácil de transmitir.
Gracias a esta característica, es posible lograr que una invención pueda pasar de generación en generación y sea aplicada por otros y mejorada cada vez más.
Es observable
El conocimiento tecnológico es observable. Incluso cuando se trata de tecnologías microscópicas o virtuales, al ser mecanismos creados por el ser humano, siempre hay una forma de observar su funcionamiento.
Es dependiente
Cualquier conocimiento tecnológico depende siempre de otros saberes que pueden ser científicos o empíricos. Esto significa que para poder comprender el funcionamiento de cualquier mecanismo, es necesario tener siempre alguna información previa.
Los conocimientos previos no siempre tienen que ser complejos: por ejemplo, para comprender el mecanismo de un avión, hace falta entender algunas leyes físicas.
Sin embargo, para comprender el funcionamiento de la rueda, basta con la observación empírica.
Es verificable
Cualquier conocimiento tecnológico está orientado a crear o entender el funcionamiento de algún artefacto, por eso es siempre verificable. Es decir que todas las teorías se pueden comprobar gracias a la observación o el uso de un artefacto dado.
Diferencias con el conocimiento científico
El conocimiento tecnológico no es simplemente la aplicación del conocimiento científico. Como prueba de ello, existen obras humanas complejas que se atribuyen a un proceso tecnológico muy elaborado, pero cuya creación no estuvo apoyada en teorías científicas.
Es el caso de las pirámides de Egipto y los acueductos romanos. Edificaciones muy sofisticadas que fueron construidas antes del desarrollo de la ciencia moderna.
También existen casos de invenciones que fueron desarrolladas sin la participación de la ciencia, pero que incluso contribuyeron después al desarrollo de nuevas teorías científicas.
Un ejemplo de ellas es la eolípila, la primera máquina de vapor creada en el siglo I por Herón de Alejandría. Este artefacto no fue resultado de teorías científicas pero sí contribuyó en el desarrollo de la termodinámica.
Por otra parte, el conocimiento tecnológico requiere de un valor del que el conocimiento científico carece: la inventiva.
No basta con la ciencia pura para poder crear nuevos instrumentos, es necesaria también una capacidad de deducción que permita intuir de qué forma se pueden usar la naturaleza para crear nuevos artefactos.
Finalmente, otra diferencia fundamental, es la intención. La finalidad del conocimiento científico consiste en observar y comprender las leyes de los fenómenos naturales. En cambio, la finalidad de la tecnología es formular nuevas leyes para crear fenómenos artificiales.
En este sentido, el conocimiento tecnológico debe enfrentarse a problemas relacionados con la creación como: la relación costo-beneficio, la factibilidad, la responsabilidad social, el costo ambiental y otros dilemas éticos.
El impacto social del conocimiento tecnológico
El conocimiento tecnológico ha sido el desencadenante de grandes cambios sociales en los últimos siglos. Esto se debe a que la tecnología es una creación del ser humano que busca dar respuesta a necesidades diferente tipo.
Cuando aparece una nueva tecnología destinada a satisfacer una necesidad determinada, no solo cambia la forma de hacer las cosas, sino todas las dinámicas sociales que la rodean.
Existen muchos ejemplos claros de ello. El telar industrial, por ejemplo, permitió que la producción textil fuera más ágil, pero la realidad social fue mucho más allá. Este artefacto fue el disparador de la industria y a la vez de la revolución industrial.
El mundo contemporáneo ha sido moldeado en muchas formas por la tecnología. Las industrias, los medios de transporte, las computadoras e internet, son sólo algunas de las muestras de cómo el conocimiento tecnológico transforma toda la forma de vida de la humanidad.
Referencias
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- Nieto, M. (2006). Características del conocimiento tecnológico y mecanismos de apropiación de innovaciones. Recuperado de: redaedem.org.