Lengua y literatura

5 pastorelas cómicas con narrador (originales)


¿Qué son las pastorelas cómicas?

Las pastorelas cómicas son representaciones teatrales elaboradas en época navideña, con diálogos graciosos y sencillos. Son mayormente escenificadas por niños y niñas, y describen relatos de los acontecimientos previos al nacimiento de Jesús. En ellos participan personajes como María y José, ángeles, arcángeles, pastores y Satanás.

Este tipo de obras tienen origen europeo, pero desde la llegada a América en el siglo XVI, han tenido gran aceptación en México. Tras su incursión al país azteca se crearon varias representaciones, entre ellas destaca: La Adoración a los Reyes Magos, escrita en náhuatl. Las pastorelas de esa época tenían un lenguaje culto, pero tiempo después ha tomado un tono cómico y rebelde.

Actualmente, es común las pastorelas cómicas en colegios e inclusive en anfiteatros, con temáticas entretenidas de las versiones originales. Son presentadas con variedad de participantes y fondo musical alegre con tonadas tradicionales, e inclusive mariachis. Suelen complementarse con dramatizaciones de batallas, bailes y danzas.

El pastorcito perdido (Juan Ortiz)

Personajes

– Pastorcito

– Arcángel

– Jesús

– María

– José

Escenografía

A gusto de los organizadores.

Vestuario

El típico usado durante estas manifestaciones religiosas.

Inicio

El escenario está despejado y suena música alegre de fondo. Por el lado derecho viene trotando y tarareando el pastorcito hasta que llega al centro y empieza a mirar al público, extrañado.

Pastorcito:

Qué extraño este lugar,

no recuerdo haberlo visto,

no está el pasto de mi lar,

ni mis árboles, insisto.

(Hace una pausa y continúa).

Ya debía haber llegado

donde Jesús y sus padres,

pero se armó aquél desmadre,

esa fiesta, justo al lado

de mi casa, y con agrado,

fui y comí y me trasnoché;

cómo me hace falta un té

para hacer la digestión,

ojalá algún corazón

bueno y noble pase y diga:

“Pastorcito, venga, siga,

por aquí está el Redentor”;

¡ay, ayúdame, Señor!,

que me siento muy perdido,

quiero hallar hoy a tu hijo

para darle este incienso,

pues así en su comienzo

honro por Divino al niño.

(Se escuchan trompetas y aparece el Arcángel)

Arcángel:

¡Oh, pequeño Pastorcito!,

Dios a ti te ha escuchado,

y con mucho amor y agrado

me ha enviado a este sitio.

Pastorcito: (Asombrado)

¡Un arcángel ha llegado!,

¡que me asusto y me asombro!,

tiene pies y tiene hombros,

y además, ¡no tiene rabo!

Así que Dios me ha escuchado,

me siento muy bendecido,

gracias a ti, ser divino,

por venir a mi encuentro,

a ver, echa bien el cuento,

¿cómo encuentro yo este niño?

Arcángel: (aclarando su garganta)

Pastorcito, oye atento,

no estás lejos del pesebre,

estás a mil saltos de liebre

a tu izquierda y mil al centro.

Pastorcito: (confundido)

¿Mil al centro y como liebre?,

¿qué es el centro?, ¿norte o sur?

Arcángel:

No, sin brincos, oye, tú

de seguro tienes fiebre,

caminando hasta el pesebre

llegarás muy, muy tranquilo,

y cuando el centro yo te digo,

te hablo de tu corazón,

canta, canta la canción

con tus ojos bien cerrados:

“Niño lindo, niño amado,

mi querido Redentor,

escúchame, oh, sí, Señor,

quiero estar hoy a tu lado”,

si la cantas con agrado,

bien adentro de tu ser,

a Jesús tú vas a ver,

a José y a María,

y sentirás la alegría

en tu pecho arder.

(El Arcángel desaparece y el Pastorcito se queda pensativo, después mira al público, encoge sus hombros y se va brincando hacia el lado derecho —recordemos que su izquierda es la derecha del público— contando cada brinco. Luego aparece del lado izquierdo, y al ubicarse al centro del escenario, llega su cuenta hasta 1000).

Pastorcito:

Sí, aquí justo debe ser

donde el Arcángel dijo

y yo cantaré, les digo,

hasta que al Niño pueda ver.

“Niño lindo, niño amado,

mi querido Redentor,

escúchame, oh, sí, Señor,

quiero estar hoy a tu lado”.

(Las luces bajan en intensidad, se pone música navideña suave y comienzan a acercarse José, María y el Niño Jesús y crean un arco al lado del Pastorcito. Fin).

El cuarto rey mago (Juan Ortiz)

Personajes

– El rey Chapur

– Paloma parlanchina

– Los tres Reyes Magos

Escenografía

A gusto de los organizadores.

Vestuario

El típico usado durante estas manifestaciones religiosas.

Inicio

Todo está en calma en escena, suena música de Navidad, arriba una luz brilla como si fuera la estrella de Belén, y aparecen los tres Reyes Magos en silencio caminando lentamente del lado izquierdo al derecho y se pierden de vista. Segundos después aparece el cuarto rey mago, Chapur.

Rey mago Chapur: (dirigiéndose al mundo)

¿Dónde están los otros reyes?,

se me hizo tarde anoche,

había yo alquilado un coche

y lo chocaron unos bueyes.

(De repente aparece la Paloma parlanchina)

Paloma parlanchina: (dirigiéndose a Chapur)

Así que un cuarto rey mago,

cosa extraña la que veo,

sin embargo, yo le creo,

pues parece bueno y sano.

Rey mago Chapur:

¿Un ave con voz?, ¡qué raro!

Chapur me llamo, criatura,

Justo ahora me tortura

El no hallar a mis hermanos.

 

Por favor, oh, parlanchina,

a ver, dime, ¿dónde fueron

los reyes?, ¿adónde siguieron?,

¿están cerca o en la China?

Paloma parlanchina:

Están cerca, rey Chapur,

apresure, pues, su paso,

si camina usté hacia el sur

les alcanza en el ocaso.

Dicho esto, el rey Chapur le hizo un ademán de agradecimiento a la paloma y fue hacia el sur, contento. Se va tras escena, aparecen los tres reyes nuevamente en el escenario caminando, y poco después les llega Chapur y les alcanza por detrás. Se miran, se abrazan, se alegran y siguen su paso.

El burro que quería ser rey mago (Juan Ortiz)

Personajes

– Burro (protagonista del monólogo)

– Personajes de fondo

Escenografía

A gusto de los organizadores.

Vestuario

Un disfraz de burro y el típico usado durante estas manifestaciones religiosas.

Inicio

En el fondo del escenario, sin hablar, solo imitando la escena de la llegada de los Reyes Magos al pesebre, están José, María, Jesús y los Reyes Magos. Luego, llega por el lado izquierdo de la escena el burro y comienza su discurso:

Burro:

Hoy les vengo a protestar,

pues deseo ser rey mago,

soy un burro, y estoy claro,

pero yo puedo ayudar.

Bendiciones puedo dar,

ya que tengo a montones,

sanas, bellas, las mejores,

pues vienen del corazón

de un animal bonachón

que además sabe canciones.

(Después de esto, entona la siguiente cuarteta, cantando)

“Alabo y canto a ese Niño,

a nuestro gran Redentor,

aquel cuyo inmenso amor

viene a darnos con cariño”.

(Luego prosigue con su discurso)

Como ven, talento tengo,

no mirra, incienso ni oro,

pero al Padre siempre imploro

por los niños en su templo.

Por eso y más, hoy vengo

solicitando mi inclusión,

respiro y tengo corazón,

al igual que el ser humano,

soy leal con mis hermanos

y además tengo buen son.

 

María, José, Reyes Magos,

espero, pues, su respuesta,

aceptarme, nada cuesta,

más sí trae gran ganancia,

en mí tienen la prestancia

de las nobles criaturas,

esas almas sabias, puras,

que el creador les trajo aquí,

un rey mago, sí que sí,

y en el marketing, ¡figura!

El rey mago rapero (Juan Ortiz)

Personajes

– Melchor rapero

– Gaspar

– Baltasar

Escenografía

A gusto de los organizadores.

Vestuario

El típico usado durante estas manifestaciones religiosas, salvo Melchor, que va vestido de rapero.

Inicio

En el escenario despejado, entra Melchor, con vestuario actualizado, medio rapero, y dirigiéndose al público.

Melchor:

Me conocen por Melchor,

uno de los Reyes Magos,

llevo mirra en mis manos,

y en mi verbo resplandor.

Ahora rapero, sí señor,

me he arrimado al swing,

tengo líricas sin fin,

pa’ cantar en Navidades,

para todas las edades,

para la profe y pa ti.

(Entra Baltasar a escena)

Baltasar: (extrañado, observa bien a Melchor y luego le habla)

Estimado Melchor, veo que continúas con tu idea de ser rapero. Hermano, se acerca el día de la venida del Redentor, y debemos enfocarnos en ir presentables, pero tú insistes en vestir y actuar de esa manera.

(Justo al terminar de hablar Baltasar, Gaspar entra a escena; observa bien a Melchor y luego le habla)

Gaspar:

No puedo creer, hermano, que insistas, y menos faltando tan poco. Vamos, Melchor, que está aquí, muy pronto se viene el día. Requerimos Baltasar y yo que cambies tu vestimenta, y tu extraña manera de hablar, y nos encaminemos al norte hasta llegar a Belén.

(Melchor mira a ambos Reyes Magos, un poco indignado, y les dice):

Melchor:

Sigo siendo el mismo rey,

solo que ahora hablo en rima,

lo hago aquí y en la cocina,

hasta hablando con mi buey.

¿Qué hay de malo en eso, weys?,

cumplo con mis donaciones,

además, mis oraciones

ahora tienen más sentido,

yo les hablo con estilo,

con grandes innovaciones.

Gaspar: no es normal cómo te expresas.

Baltasar: cierto, hermano, basta ya. Hablar normal, por favor, y prepárate para irnos.

Melchor:

Me juzgan por mi estilo,

por hacer yo poesía

y abrazar la alegría,

porque ahora soy festivo.

Pues, si no me aceptan, les digo

que iré a Belén por mi cuenta,

frente a Dios haré presencia

y que sea Él quien me diga

si vale mi mirra sencilla

aunque rapee con mis letras.

(Gaspar y Baltasar lo miran, asustados)

Gaspar: no, rey, hermano, y amigo, ven, te ruego, con nosotros. Perdona si te hemos juzgado, es solo que no es común oír a alguien hablar así.

Baltasar: perdón te digo, igualmente, Melchor, compañero. Sabes que ambos te apreciamos, pero no entendíamos este nuevo gusto. Por favor, vamos todos juntos a ver al Niño Jesús.

Melchor: (Alegre)

Sus palabras me han llegado,

su perdón me ha convencido,

al final siempre hemos sido

un equipo abnegado.

Iremos juntos, hermanos,

a ver al Niño sincero,

sigamos, pues, el lucero,

vamos rumbo a Belén,

sé que Jesús verá con bien

a Melchor, el rey rapero.

Lo que pensaban la Mula y el Buey (Juan Ortiz)

Personajes

– Mula

– Buey

– José

– María

– Jesús

– Los Reyes Magos

Escenografía

Un pesebre a gusto de los organizadores.

Vestuario

El típico usado durante estas manifestaciones religiosas. Los disfraces de los animales.

Inicio

Están José, María y el niño en el pesebre, y la Mula y el Buey detrás. De repente, los dos animales se van al frente del escenario y empiezan una charla.

Mula:

Quien diría, amigo Buey,

que estaríamos aquí,

donde el Rey más grande, sí,

llegaría al mundo, ¡qué wey!

Buey:

Así es, querida Mula,

somos muy afortunados,

mucho más que otro ganado,

de eso no hay duda alguna.

Mula:

Lo único que me incomoda,

y no lo digo con deploro,

solo hay paja, no hay ni un trozo

de manzana o chirimoya.

Buey:

A mí también se me antoja,

no te sientas mal, mi Mula,

digo, es el Rey, quizá alguna

fruta rica, fresa roja

debía haber en la espera,

pero no, no hay ni una pera

y eso, en sí, sí que acongoja.

Mula:

Buey querido, y ni hablar

del frío que pega en el pesebre,

menos mal no tengo fiebre,

pero me podría dar.

Buey:

Dios nos libre de ese mal,

nos escuche y traiga comida,

digo, pues, si nuestra vida

fue importante para este hecho,

merecemos dulces helechos,

melocotones y patillas.

Mula:

También ropa, Buey, no olvides,

que ese frío es muy canijo,

además, nadie nos dijo

cuanto tiempo aquí estaremos.

Buey:

Cierto, Mula, duraremos

muy poquito sin abrigo,

trae, Diosito, algo de lino,

y también puré de papas,

al final esto se trata

de la fiesta más bonita,

pues María, la bendita,

trajo a Jesús al mundo,

ojalá el ruego rotundo

legue a tu trono bendito,

y la Mula y yo, un poquito,

también la pasemos bueno,

disculpa el poco freno

de nuestra sinceridad,

tengan feliz Navidad,

público amable, ameno.

(Dicho esto, vuelven a su lugar, suena música de Navidad referente a los reyes y aparecen estos por el lado derecho y se acercan al pesebre. Fin).

Temas de interés

Pastorelas cortas para Navidad