Neurociencia

Nociceptores: estructura, funciones, tipos


Los nociceptores, también conocidos como receptores de dolor, se definen como unas neuronas distribuidas a lo largo del cuerpo que son especialmente sensibles a estímulos nocivos o a estímulos que, si se prolongan demasiado, resultan nocivos.

El fisiólogo Sir Charles Sherrington, en 1906, fue el primero en introducir el concepto de nociceptor, y lo empleó para describir a las neuronas aferentes primarias encargadas de procesar la información de los estímulos “amenazantes” en sus animales experimentales.

Hoy en día se sabe que estos “receptores” están formados por los terminales nerviosos de un conjunto de fibras nerviosas aferentes, mielinizadas o no, especializadas en la conducción de señales “nocivas” desde los tejidos somáticos y viscerales hacia la médula espinal, que forma parte del sistema nervioso central.

Índice del artículo

Estructura de los nociceptores

La estructura de los nociceptores consiste en un soma o cuerpo celular, localizado en ganglios periféricos o en alguna raíz de la médula espinal, desde el cual se emiten proyecciones distales y proximales hacia los tejidos que inervan, como si se tratase de las raíces de un árbol.

La membrana plasmática de la región terminal de cada una de dichas proyecciones contiene receptores de membrana y canales iónicos que funcionan en la traducción las señales nocivas “entrantes” en cambios de potencial de membrana, los cuales disparan la propagación de los impulsos nerviosos en forma de potenciales de acción.

La función principal de estos receptores es, por lo tanto, percibir estímulos “dañinos” o potencialmente nocivos en distintas partes del cuerpo y transmitir la información hacia el sistema nervioso central, es decir el encéfalo y la médula espinal, disparando una respuesta de alejamiento.

Funciones de los nociceptores

Los nociceptores o receptores de dolor son un grupo muy heterogéneo de receptores que están formados por los terminales nerviosos de unas neuronas pertenecientes al sistema nervioso periférico que se especializan en la recepción de estímulos “nocivos” o “peligrosos”.

La principal función de los nociceptores consiste en la inducción de los llamados reflejos nocifensivos o nociceptivos, que provocan la “retirada” de la región del cuerpo “herida” o activada por el estímulo nocivo o peligroso.

Así mismo, estos receptores disparan la acción de los reflejos motores nociceptivos y algunas reacciones del sistema nervioso autónomo relacionadas con el dolor, como el incremento de la presión sanguínea, del ritmo cardíaco y la respiración, etc.

El funcionamiento de estos receptores, que están ampliamente distribuidos por nuestro cuerpo, nos “alerta” al respecto de estímulos potencialmente peligrosos, principalmente en la superficie de la piel. Entre estos estímulos están la temperatura, la presión mecánica y la presencia de algunas sustancias químicas.

¿Cómo funcionan los nociceptores?

Los nociceptores son especialmente abundantes en la piel, donde pueden percibir los diferentes estímulos a los que responden.

La función de percepción y conducción de estos receptores depende de la presencia de ciertas moléculas en la membrana plasmática de los terminales axónicos, entre las cuales se incluyen:

– Canales iónicos.

– Receptores metabotrópicos acoplados a proteína G.

– Receptores para neurotrofinas o citoquinas.

Estos receptores membranales se encargan de recibir y transformar la información de los estímulos, externos o internos, en potenciales de acción, es decir, en rápidas “olas” de despolarización de la membrana plasmática, que se traducen en estas células como impulsos nerviosos.

Sin embargo, es importante aclarar que la respuesta nerviosa a estos estímulos no depende únicamente de la información recogida y transportada por los nociceptores, pues la percepción del dolor depende también de otros elementos nerviosos superiores, es decir, del sistema nervioso central, ya que también tiene elementos conscientes.

Tipos de nociceptores

Clasificación de acuerdo con la velocidad de conducción

Los nociceptores pueden clasificarse según lo “rápido” que transmiten la información sensorial hacia el sistema nervioso central y esta velocidad depende de las características de los axones que forman las fibras nerviosas de dichos receptores. Están los axones tipo A y los tipo C:

Axones tipo A: forman las fibras nerviosas “mielinizadas”, pues están cubiertas por una capa o cubierta protectora conocida como mielina, que permite la conducción rápida de los impulsos nerviosos, es decir, de los potenciales de acción.

Axones tipo C: comprenden a las fibras nerviosas “no mielinizadas”, pues se trata de axones desnudos, desprovistos de la capa de mielina característica de los axones tipo A. La transmisión de los impulsos nerviosos por los nervios formados por estos axones es más lenta que con los de tipo A. Muchos autores los describen como axones de diámetro pequeño.

La mayor parte de los nociceptores están formados por fibras de tipo C, cuya velocidad de conducción se estima entre los 0.4 y 1.4 metros por segundo. Los axones nociceptores con axones de tipo A, en cambio, tienen velocidades variables entre los 5 y los 30 metros por segundo, por lo que son considerablemente más “rápidos”.

Clasificación de acuerdo con el estímulo

Los nociceptores, además, pueden clasificarse de acuerdo con el tipo de estímulo al que responden, por lo que se conocen las siguientes clases:

Nociceptores térmicos: aquellos que responden a temperaturas extremas, bien sea frías o calientes. Son los que nos permiten darnos cuenta, por ejemplo, de que estamos muy cerca de una olla caliente, estimulando nuestro sistema nervioso para que desencadene un reflejo de alejamiento.

Nociceptores mecánicos: que responden a estímulos relacionados con la presión mecánica o el estiramiento excesivo en los músculos, por ejemplo. Hay muchos de estos nociceptores que están formados por fibras con axones de tipo A.

Nociceptores químicos: aquellos que responden a ciertas moléculas químicas que se liberan cuando un tejido es dañado por diferentes motivos, así como a químicos aplicados exógenamente.

Nociceptores silentes: son los nociceptores que deben ser activados por las señales correspondientes a la inflamación de los tejidos antes de que puedan responder a cualquier estímulo, bien sea mecánico, térmico o químico. Los nociceptores viscerales casi siempre son nociceptores silentes.

Nociceptores polimodales: responden a estímulos de distintos tipos, por lo que no son clasificados como térmicos, mecánicos o químicos.

Nociceptores mecano-térmicos: los nociceptores que responden tanto a estímulos mecánicos como térmicos y están formados por fibras con axones de tipo A, es decir, de conducción rápida.

Referencias

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  3. Jacques, E. 2020. What are Nociceptors? (On-line), VeryWell Health, Accessed August 23, 2020 at www.verywellhealth.com/what-are-nociceptors-2564616
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