Filosofía

Contractualismo: origen, teoría, representantes y sus ideas


El contractualismo es una corriente del derecho y de la filosofía política que plantea que las sociedades se originaron a partir de un contrato primigenio (es decir, el primer contrato de todos). En él se ofrecía el establecimiento de leyes a cambio de limitar las libertades individuales.

En otras palabras, las personas limitaron su libertad con el fin de obtener leyes que mantuvieran el orden social y garantizaran la supervivencia de la especie humana. A partir de esta premisa se pudo construir el concepto de Estado, que se trata de una organización política que controla y dirige la forma de vida en un territorio determinado.

El Estado como entidad política ha tenido sus cambios a lo largo de la historia; por ejemplo, anteriormente el Estado estaba encabezado por un rey y los habitantes no tenían derecho al voto. En cambio, actualmente las personas pueden elegir a sus representantes mediante el voto, aunque existen países que todavía conservan su monarquía.

A pesar de que la organización del Estado puede cambiar (es distinta en cada país y evoluciona con el tiempo), los contractualistas defienden que el orden social se sigue rigiendo por el contrato primigenio, ya que las personas siguen renunciando a ciertas libertades para acatar las leyes que mantienen el funcionamiento del mundo.

Por ejemplo: cuando una persona adquiere un automóvil, se compromete a cumplir las leyes de tránsito que están impuestas en su región. Por lo tanto, dicha persona no puede conducir de la forma que desee, pues tiene que respetar los carteles y los semáforos.

Como se puede apreciar, esta persona renunció a conducir su vehículo de manera arbitraria (es decir, sin seguir el reglamento) con la finalidad de mantener el orden social. Esto sucede en todos los países y en cualquier aspecto de la vida; los seres humanos aceptan cumplir las normas impuestas por el Estado para poder convivir de forma civilizada. Esta aceptación de las leyes es el contrato implícito que defienden los contractualistas.

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Origen

El contractualismo como corriente filosófica nació a raíz de un cambio en el pensamiento de las sociedades; antes del siglo XVII se justificaba la existencia del poder argumentando que se trataba de un mandamiento religioso. Esto quiere decir que las personas pensaban que una entidad superior había colocado a los gobernantes para que guiaran a los demás.

También se consideraba que las personas eran de tal forma por su naturaleza; por ejemplo, Aristóteles creía que los esclavos lo eran porque ese era su estado natural; lo mismo sucedía con los nobles y con la gente común.

Desde mucho antes del XVII las personas ya se habían empezado a cuestionar sobre el origen de este orden social; así se aprecia en los sofistas, unos filósofos griegos que consideraban que todo era relativo y que las normas eran convenciones impuestas por las personas. Sin embargo, fue a partir de la modernidad que este cuestionamiento sobre las figuras de poder alcanzó más popularidad.

– Contexto histórico

Se puede establecer que el contractualismo se originó básicamente por los siguientes acontecimientos:

La llegada de la Ilustración

Con la llegada de los pensamientos ilustrados se inició un movimiento racionalista, el cual defendía el método científico y el uso de la razón bajo cualquier circunstancia.

A partir de la ilustración las personas cuestionaron el concepto de súbdito (que se usa para denotar sumisión o devoción hacia los monarcas) y decidieron sustituirlo por el concepto de ciudadano, que establece que todas las personas están dotadas de razón y tienen derechos.

Cambios políticos

En la Edad Media la sociedad estaba distribuida en dos figuras principales: el vasallo y el señor; este tipo de estructura se conoce como feudalismo. Se puede decir que el vasallo era el campesino que recibía protección y trabajo a cambio de ofrecerle lealtad a su rey o señor.

No obstante, con la llegada de la burguesía (una nueva clase social con mayor independencia económica) comenzaron a gestarse una serie de cambios; los burgueses se dieron cuenta de que deseaban mayor libertad política, lo que desencadenó en la famosa Revolución Francesa de 1789.

Sustitución de las monarquías

Tras la Revolución Francesa los países americanos comenzaron a independizarse, por lo que dejaron de ser colonias para convertirse en naciones. Todo esto influyó en la creación de un nuevo modelo político, el cual estaría constituido por un presidente que sería electo mediante el voto. De esta forma se empezó a sustituir a las monarquías por gobiernos modernos.

Todos estos sucesos, combinados con los avances científicos y tecnológicos, influyeron en el nacimiento de la corriente contractualista. Esto ocurrió porque los pensadores de la época se dieron cuenta de que los sistemas de poder, aunque sufrieran ciertas modificaciones, se regían siempre bajo el contrato de protección y orden a cambio de renunciar a determinadas libertades del individuo.

Teoría contractualista del Estado

Esta teoría fue ideada por el filósofo Thomas Hobbes, aunque luego sufrió ciertas modificaciones por parte de otros pensadores como John Locke.

– Teoría de Hobbes

La teoría de Hobbes básicamente propone la siguiente estructura:

Estado de naturaleza

De acuerdo con Hobbes, los seres humanos son criaturas dominadas por sus pasiones; por ello recurren a la violencia. En consecuencia, antes de la creación de las sociedades el ser humano vivía en una especie de “todos contra todos”, pues no existían ni las leyes ni la justicia. Esto hacía que la vida humana fuera breve y precaria.

Pacto (o contrato original)

Aunque estaban regidos por la violencia, los seres humanos ya habían desarrollado una inteligencia notable. La especie se dio cuenta de que, si realizaban un pacto entre ellos, podrían mantener no solo el orden, sino también la paz.

De esta forma se le entregó toda la libertad individual a un representante, que en este caso podría ser un soberano (rey o noble) o una corporación (una institución, como por ejemplo una iglesia). Esta entidad tenía como finalidad mantener el equilibrio dentro de una sociedad.

Vale resaltar que −según Hobbes− este pacto es irrevocable, lo que quiere decir que no puede ser eliminado. Por ello se mantiene a lo largo de la historia.

Estado de sociedad

Tras realizar el pacto se construye el Estado, lo que implica que las personas renuncian al “derecho a todo” a cambio de instaurar las leyes (las cuales para Hobbes constituyen los límites sociales).

En líneas generales, se puede decir que el ser humano voluntariamente decidió cambiar su estado natural salvaje (estado de naturaleza) por el estado de sociedad con el objetivo de extender y proteger la existencia humana a partir del orden y las leyes.

– Teoría contractualista según Locke

John Locke mantuvo la estructura de Hobbes, sin embargo, le añadió otras interpretaciones: para Locke, el pacto no es irrevocable (es decir, se puede cambiar), lo que implica que es válido realizar rebeliones esporádicas si el gobernante no cumple con las expectativas del pueblo.

Así mismo, los individuos tienen derecho a elegir a sus gobernantes de forma regular con el objetivo de mantener satisfechas las demandas de la mayoría; así se garantiza una vida pacífica y digna.

Como se puede apreciar, Hobbes enfocaba su teoría desde una perspectiva monárquica, mientras que Locke comienza a introducir una perspectiva democrática (el pueblo es quien decide).

Representantes y sus ideas

Thomas Hobbes (1588-1679)

Fue un famoso filósofo inglés conocido por ser el fundador de la filosofía política y moderna. Su obra más popular es el Leviatán (1651), donde estableció los principios de la teoría contractualista.

Hobbes se enfocó en analizar las monarquías y el absolutismo (es decir, todo el poder está concentrado en una sola persona: el rey). Por su forma de pensar se mantuvo enemistado con la Iglesia de Inglaterra y con otras autoridades.

Vale resaltar que este pensador consideraba que las personas eran propensas a dejarse llevar por sus pasiones, por lo que siempre necesitarían de una entidad que las gobernara y controlara.

John Locke (1632-1704)

Fue un reconocido médico y filósofo inglés, considerado como uno de los pensadores más influyentes de occidente.

Los estudiosos afirman que su mayor aporte fue su Teoría de la mente, la cual establecía que los seres humanos al momento de nacer tenían la mente como una pizarra en blanco; dicha pizarra se iba llenando de conocimientos con el transcurso de la vida.

En cuanto a la teoría del contrato social, Locke proponía que el ser humano necesitaba de una autoridad que resolviera los posibles conflictos; esto con el objetivo de sustituir las carencias que tenían las personas cuando vivían en un estado natural (es decir, antes de las sociedades).

Por el contrario a Hobbes, Locke mantuvo una perspectiva optimista: consideraba que el contrato social le permitía a los seres humanos alcanzar un estado civilizado enfocado en el bienestar colectivo.

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778)

Una de las personalidades más importantes de su época; Rousseau fue filósofo, músico, naturalista y escritor, por lo que en la actualidad se le considera como un auténtico hombre ilustrado.

Uno de sus aportes más importantes fue su obra El contrato social, donde hizo una interpretación de la estructura de Hobbes pero desde un enfoque totalmente distinto: para Rousseau, el estado de naturaleza no era violento ni lleno de guerras, pues el hombre era bondadoso y libre; se trataba de una inocencia originaria que fue corrompida con la llegada de la sociedad.

En consecuencia, para Rousseau el pacto o contrato social es la supresión del egoísmo individual con el fin de obtener el bienestar colectivo. Al igual que Locke, Rousseau percibe la teoría contractualista de una forma más optimista.

Referencias

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