Felicidad

Las 22 actitudes negativas más frecuentes en las personas


¿Qué son las actitudes negativas? 

Las actitudes negativas son disposiciones y comportamientos negativos que un ser humano muestra de forma temporal o constante. Es decir, si una persona tiene una actitud negativa, tenderá a mostrar comportamientos que la perjudican tanto a ella misma, como a los demás.

Estas características se muestran en la vida en general, de pareja, con hijos, amigos, trabajo, etc. Las actitudes del ser humano ante los demás pueden ser, por tanto, beneficiosas o perjudiciales. 

En la vida, a menudo lo más importante es la voluntad y evitar las actitudes negativas. Cuando el ser humano tiene una mejor actitud, cualidades positivas, fuerza de voluntad y capacidad de sacrificio siempre va a salir hacia delante y va a adelantar a cualquiera que se esté quejando.

La formación e inteligencia son importantes, aunque la actitud y el trabajo siempre lo superarán. Luego también está la suerte, pero en realidad se busca, no llega nunca sola.

Lista de 22 actitudes negativas

Las actitudes negativas se suelen mostrar en el trabajo, en la escuela y en la vida cotidiana. A continuación te mostramos algunas de las más frecuentes.

1. Hablarse negativamente

¿Si te insultan por la calle te molesta, verdad? ¿Te preocuparías si te levantas y encuentras en el buzón de tu casa/apartamento un folio diciendo que te queda un día de vida?

Tal es el poder del lenguaje. Úsalo por tanto a tu favor, háblate a ti mismo de forma amable y animada.

2. Percibir lo negativo de cualquier situación

Hay gente que cuando llueve dice que qué mal tiempo hace. Luego hay sol y dice que vaya calor desagradable.

En realidad, la situación no importa tanto como la interpretación que tú haces de ella. Un día lluvioso puede ser excelente para descansar o disfrutar de la lluvia y un día caluroso también puede ser excelente para descansar y disfrutar del sol. Todo depende de tu interpretación.

3. Compararse con los demás y siempre salir malparado

La comparación con otros tiene normalmente como consecuencia el malestar; puede provocar estrés, depresión o ansiedad.

4. Pensar demasiado en el pasado… y no aprender

Pensamos que es mucho más adecuado reflexionar para aprender, actuar y asentar en el comportamiento lo aprendido, que arrepentirse continuamente pensando sobre el pasado.

5. Decir que es difícil y no intentarlo

Como decía Nelson Mandela: “Parece imposible hasta que se hace“. Y aunque no se haga, también merece la pena intentarlo. Lo peor es no intentarlo porque es difícil. 

6. Culpar a otros de tus desgracias

Culpar a otros de las desgracias propias es una de las actitudes negativas más comunes, especialmente en personas inmaduras y con menos experiencia vital.

7. Decir a los demás que no pueden

Esta podría ser la peor de todas, pues de alguna manera se le corta las alas a las personas, o se frenan las posibilidades ajenas.

Esto va en los dos sentidos. No hay que decir a los demás que no pueden hacer algo, mucho menos si tienen ganas de conseguirlo, pero -mucho más importante- no hay que decirse a uno mismo que no se puede lograr algo.

8. No ser agradecido

A todo el mundo le gusta que le traten bien y no hay que olvidarse de ser agradecidos. 

Al fin y al cabo, nadie está obligado a comportarse amablemente con alguien, así que lo mínimo es un “gracias” y una actitud positiva. Tampoco estaría mal no olvidarse de los favores que algunas personas hacen.

9. Despreciar a los demás

En realidad despreciar a alguien es un síntoma de baja autoestima. Se desprecia a alguien para sentirse por encima suyo y elevar de esa forma el ego, aunque en realidad se estaría construyendo una autoestima con pies de barro.

Hay que quererse a uno mismo, pero sin despreciar a la gente.

10. Tenerlo todo y aún así quejarse

El máximo representante de esto es el típico “niño de papá” que lo tiene todo, pero siempre se queja. El problema es que eso se extiende en algunos caso hasta casi los 30 años o más.

Es posible que en muchos casos es responsabilidad de los padres, aunque a partir de determinada edad los adultos son responsables al 100% de sí mismos.

11. Criticar a los que te superan en algo

¿No es más inteligente admirar a alguien que criticarlo? Si quieres ser diseñador/a, ¿no es más inteligente admirar a los grandes de la moda? De esa forma aprenderías de ellos.

No caigas en esta trampa y no te dejes llevar por lo que otra gente suele hacer. Admira a la gente que ha conseguido lo que a ti te gustaría y aprenderás de ellos.

12. Creer que los demás te deben algo

La realidad es que nadie te debe nada (a menos que hayas prestado algo). No tienes por qué esperar que alguien te sonría o te pregunte cómo estás. Quizás no tenga ganas, esté triste o sea así, aunque en cualquier caso no tiene por qué hacerlo.

Por tanto, es mejor olvidarse de pensar mal en estos casos. Luego tú mismo decidirás si tú “das algo” con buena actitud o no, pero tampoco estás obligado.

13. Contagiar la mala actitud 

Se sabe científicamente que los estados de ánimo se contagian. Es cierto que esto no está completamente en control de uno, aunque hasta cierto punto se puede evitar “contagiar a otros”.

Si tienes que comer, y has tenido un día pésimo, puede que no te “salga” hablar demasiado, aunque no es necesario desahogarse con tu compañero de comida.

14. Comentar lo negativo y nunca lo positivo

¿No te parece desagradable que alguien te diga algo negativo sobre tu personalidad o comportamiento y nunca diga algo positivo?

Seguro que te ha ocurrido, es algo que pasa muy a menudo porque estamos acostumbrados a quejarnos, pero no a comunicar lo positivo de los demás. Como si lo positivo estuviese dado por sentado.

15. No respetar y hablar de forma maleducada

Esta también es de muy mal gusto. Resulta muy desagradable escuchar a alguien que habla en mal tono, con voz excesivamente alta o en tono insultante.

Sin embargo, es algo que se puede ver fácilmente en la TV en muchos canales. Pero eso no quiere decir que caigas tú también.

16. Querer que los demás sean como tú

No tienes por qué ser como los demás, ni mucho menos agradar a los demás, pero los demás no tienen por qué ser como tú.

Cada persona tiene el derecho de ser como quiera, siempre y cuando no haga mal a nadie, claro.

17. Burlarse

Esto es una actitud negativa, aunque hacia los demás, lo cual puede ser aún peor.

18. Querer agradar siempre

Buscar la aprobación es también una mala actitud de la que es difícil darnos cuenta. 

Es negativa porque te hará sentir mal, porque vivirás para los demás en lugar de para ti. Está muy bien descrita en el libro de Wayne Dyer.

19. No hacer lo que quieres

Al igual que la anterior, también es difícil de descubrir porque no solemos darnos cuenta de ello.

¿Y qué peor que no hacer algo que quieres por pereza o simplemente por no saber qué ocurrirá cuando conlleva un riesgo mínimo?

20. Dejar de hablarle a la persona con quien has discutido

Esta es una actitud muy frecuente en las familias, sobre todo entre hermanos: cuando discuten o pelean dejan de hablarse durante un tiempo, hasta que la rabia se les pasa.

El problema es que esta actitud refuerza sentimientos como el rencor, y genera en la otra persona resentimiento. Lo mejor es disculparse y entender que cada uno tiene sus propias opiniones, y aceptar las ajenas.

21. Estar siempre malhumorado

El malhumor es una elección. Como ya comentamos, los hechos adquieren la importancia que uno les da. La política, por ejemplo, la situación económica o cualquier tema que afecta a los países pueden poner de malhumor a cualquiera, es verdad.

Pero elegir estar siempre enojado produce a la larga que el cerebro libere ciertas sustancias que, en cantidades grandes y por un tiempo prolongado, pueden resultar tóxicas y generar, por ejemplo, gastritis. Además de que quienes te rodean procurarán alejarse de ti.

22. Ser pesimista

Es cierto que hay ocasiones en que debemos ver el panorama sin romanticismos ni con un pensamiento positivo exagerado. Es decir, hay que ser realistas y aceptar las cosas como son.

Por ejemplo, si andamos en coche y caemos en una zanja y se han reventado las llantas, hay que aceptar la situación y comenzar a ver cómo salir de ella. Pero el pesimismo no es ser realistas, es ver, pensar y esperar siempre lo malo de cualquier situación. No es raro que a las personas pesimistas les pasen cosas no deseadas.