Cosmopolitismo: concepto, orígenes, visión de Kant, sociedad
El cosmopolitismo es una ideología en la cual se establece que los seres humanos en su totalidad pertenecen a una misma comunidad. De esta forma, por ejemplo, en la política, se plantea que todas las personas poseen las mismas consideraciones y el mismo respeto sin importar su lugar de procedencia, su ciudadanía o estatus.
Los primeros postulantes del cosmopolitismo se remontan a la Antigua Grecia con la escuela del estoicismo y la escuela cínica. De aquí nace el concepto de “cosmopolita” o “ciudadano del mundo” como una forma de establecer que una persona no puede ser definida por su ciudad de origen. De esta forma, se oponían a la costumbre tradicional de los hombres griegos con respecto a la división de las personas de acuerdo a su procedencia.
El cosmopolitismo también se refiere a un acumulado de ideas y escuelas de pensamiento que se orientan en la búsqueda del orden natural del universo, a lo que suelen referirse como “cosmos”.
Está cargado de una moral política y filosófica que sitúa al individuo como miembro del mundo y no como un ciudadano particular de una nación. De esta forma, el cosmopolitismo se opone al arraigo de una persona a un determinado lugar, a una costumbre específica o a una sola cultura.
Índice del artículo
- 1 Orígenes del cosmopolitismo
- 2 Cosmopolitismo de Kant
- 3 La sociedad cosmopolita y la globalización
- 4 Referencias
Orígenes del cosmopolitismo
La historia del ideal cosmopolita proviene de los griegos. En un principio, las culturas de la Antigüedad identificaban a los hombres como ciudadanos vinculados a una “polis” o ciudad en específico. Esta identificación demarcaba ante qué instituciones y grupo de personas debía su lealtad.
Fue durante el siglo IV a. C. cuando Diógenes de Sinope, llamado también “el cínico”, le dio una forma más explícita al concepto de “cosmopolitismo”, haciéndose llamar a sí mismo “ciudadano del mundo”. Identificarse de esta forma no solo planteaba una ideología, sino una oposición a la lealtad y al servicio de una ciudad.
Por otra parte, los estoicos de esta época también se opusieron a la tradicional distinción entre griegos y bárbaros. Ser cosmopolita se refería a establecer que el cosmos era una especie de verdadera polis a la cual ellos pertenecían. El mundo entero como una sola ciudad-estado.
Ser cosmopolita también implicaba un comportamiento distinto. Dentro del estoicismo se implementaron ciertos principios a seguir como los actos de amabilidad extendidos incluso para los esclavos o enemigos.
También surge la exhortación del amor hacia sí mismo, como el inicio de un ciclo que parte del ser para llegar a los demás círculos como la familia, los amigos y como fin último, la humanidad.
La idea de los estoicos con respecto al cosmopolitismo se extendió a través del tiempo, siendo un gran elemento persuasivo dentro de la conformación del mundo greco-romano. También sirvió como gran aporte para las conexiones entre ciudades que permitieron la cohesión de poder político del Imperio romano.
Cosmopolitismo de Kant
La huella del cosmopolitismo siguió visible durante la Ilustración y fue un elemento relevante para la cultura occidental. Dentro de las grandes reflexiones con respecto al tema, se hallan las concepciones de Kant en cuanto al orden universal.
Immanuel Kant, uno de los filósofos más influyentes de la Ilustración, planteó una idea de cosmopolitismo que se refiere al establecimiento de una matriz donde todas las capacidades inherentes al ser humano puedan ser desarrolladas. Dicha matriz puede ser vista como un entorno ambiental de carácter global en donde cada persona puede cultivar sus capacidades.
Kant también trató los acuerdos entre naciones. En algunos de sus trabajos como la Metafísica de las Costumbres o Idea para una historia desde el punto de vista cosmopolita, se reflejan muchas de sus ideas con respecto al tema.
Kant hablaba a partir del pensamiento de que en un “estado natural”, los deseos particulares de cada individuo son capaces de generar conflictos. Sin embargo, se apoya en el uso de “la razón” como el camino para establecer el orden y por sobre todo el desarrollo de la moral como una de las capacidades más importantes.
Dentro de sus trabajos, Kant también describe algunas ideas que rigen u orientan al humano hacia el ideal cosmopolita, “obra de modo que la máxima de tu voluntad pueda, al mismo tiempo, valer siempre como principio de una legislación universal”.
Si bien Kant no procura que los cumplimientos de sus ideas se sigan a la perfección, valora la búsqueda constante hacia el progreso. Esta actitud de perseverancia es vista como “la virtud” y figura como la meta más alta que puede alcanzarse a través del uso y práctica de la razón.
De esta forma, el cosmopolita puede verse como un ser imperfecto pero capaz de reconocerse en sus errores y, al mismo tiempo, en su intento por cumplir con los principios de la universalidad que amerita el ser un “ciudadano del mundo”.
La sociedad cosmopolita y la globalización
En la actualidad, la globalización ha traído consigo un incremento de las relaciones humanas llevándola a planos transnacionales. De esta forma, la humanidad se encuentra más conectada en un mundo donde la cultura local y global son más cercanas. Es aquí donde el pensamiento cosmopolita puede relacionarse con la tendencia actual hacia lo global.
Una sociedad cosmopolita se apoya en la moralidad, las relaciones económicas compartidas y sistemas políticos que sean capaces de incluir distintas naciones. Es así como dentro de una cosmópolis, los individuos de diferentes procedencias pueden establecer relaciones de igualdad y respeto mutuo.
Dentro del pensamiento estoico, la idea del “cosmopolita” se relaciona con dos aspectos: la identidad y la responsabilidad. En cuanto a la identidad, se hace referencia al cosmopolita como una persona que es influenciada por una amplia gama de culturas.
Por otra parte, la idea de responsabilidad parte del hecho de que el individuo actúa como miembro de la sociedad global de seres humanos y cada acción proviene de su responsabilidad para con los demás.
Siguiendo las ideas de Kant, para la conformación de una sociedad orientada hacia el cosmopolitismo, la educación figura como la base fundamental. También aseguró que la educación es uno de los principales elementos problemáticos para el hombre, pero es la única forma en la que el ser humano puede “ser”.
Referencias
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