Lonomia: características, especies, nutrición, reproducción
Lonomia es un género de lepidópteros originarios de Suramérica. Las especies que lo conforman son conocidas porque algunas de sus orugas son altamente venenosas, en especial las de Lonomia obliqua y Lonomia achelous.
Las larvas, llamadas taturanas, nacen de los huevos que fueron depositados en las hojas de los árboles. Estas se caracterizan por sus numerosas espinas dorsales, en cuyo extremo tienen unas glándulas que segregan un veneno muy poderoso. Solo basta rozarlas para que esta sustancia tóxica sea liberada.
Las mariposas son de color marrón y cuando extienden sus alas, parecen hojas secas. Tienen una longevidad de aproximadamente siete días, pudiendo desovar en ese tiempo hasta 122 huevos.
Los accidentes ocurren cuando las personas manejan troncos, ramas o follaje, donde se encuentran las taturanas. De esta manera, el veneno entra al torrente sanguíneo y puede ocasionar daños al organismo.
Las pequeñas cantidades de este pudiera provocar inflamación en la zona afectada, urticaria y quemadura en la piel. Sin embargo, en grandes proporciones podría ocasionar graves daños, como hemólisis, hemorragias internas e insuficiencia renal, inclusive la muerte.
Índice del artículo
Las larvas de este género miden entre 6 y 7 centímetros de longitud. Su coloración es marrón, con matices verdosos y ocres. Longitudinalmente tienen estrías de un tono marrón oscuro. Además, en el área dorsal del tercer segmento del tórax tienen una pequeña mancha blanca.
Sus hábitos son gregarios. Durante la noche suelen alimentarse, consumiendo las hojas de las plantas donde habita. En el día, forman grupos, generalmente en el tronco de los árboles. Cuando se desplazan, lo hacen en bloque.
Espinas
Las larvas tienen espinas puntiagudas y ramificadas, de color verde pardusco, que se encuentran presentes en los diferentes estados larvales. Dichas cerdas son evaginaciones duras de la cutícula que se distribuyen dorsalmente a lo largo del cuerpo, de una manera simétrica.
En la punta de estas se encuentra una glándula especial, que produce el veneno que caracteriza al género Lonomia. Las investigaciones confirman que una vez que el veneno es producido, queda almacenado en el extremo de las espinas.
Solo es necesario un pequeño roce para que la punta se rompa y se libere la sustancia tóxica. Sin embargo, no todas las cerdas tienen veneno. Algunas poseen y liberan hemolinfa, que es un fluido de color verdoso responsable de transportar los nutrientes a través del cuerpo del animal.
Los machos son más pequeños que las hembras y tienen antenas cuadripectinadas. Con relación a las alas, la cara dorsal es de color amarillo, con líneas transversales oscuras. Contrariamente, la cara ventral es de un tono amarillo claro, con algunos pocos oscuros.
Por otra parte, las alas de las hembras tienen la cara dorsal de color castaño grisáceo, delimitadas por rayas oscuras. La parte ventral es castaño amarillento, con manchas de color ceniza claro. Las antenas de las hembras son filamentosas.
El veneno
Esta sustancia está compuesta de toxinas, como los activadores de los factores de coagulación II, de la protrombina y del factor X. Además, tiene fibrogenasas, serpinas y hialuronidasas. En la especie L. achelous están presentes sustancias tóxicas como lonomin, de los tipos II, III, IV, V, VI, VII.
Las especies del género Lonomia se encuentran distribuidas en toda América del sur, Centroamérica y en México.
La Lonomia achelous se localiza fundamentalmente en la Guyana Francesa y en Venezuela, aunque existen reportes que informan de su presencia en Perú, Paraguay, Colombia y Ecuador.
Con relación a la Lonomia obliqua, habita en Paraguay, Uruguay, Argentina y al sur de Brasil, en los estados Paraná, Rio Grande do Sul y Santa Catalina.
En Colombia, en los departamentos de la Amazonia y Casanare, existen casos clínicos atribuidos a L. descimoni. Así mismo, la Lonomia occidentalis, se encuentra en los departamentos colombianos de Antioquia y Caldas y la Lonomia inexpectata, en Villavicencio y Cundinamarca.
Las orugas de fuego, como se les llama a las de este género, se desarrollan a temperaturas que se encuentren alrededor de los 13 y 24ºC, y en zonas con humedades altas, entre el 64 y 92%.
Las larvas de Lonomia viven en diversos árboles, como el cedro, higuera del monte, ipe y el aguacate. También en el plátano y en el gomero, entre otros.
Otras de las plantas huéspedes son los árboles silvestres, como el aroeira y el arctium. Además, habita en los árboles frutales como el peral, el durazno, el ciruelo y la palta.
Expansión del hábitat
Algunas de las especies de este género, especialmente la Lonomia obiqua, se han extendido a otras regiones, diferentes a los que naturalmente se desarrolla.
Generalmente habitan en bosques, formando comunidades en los árboles altos. Sin embargo, en los últimos años se han reportado casos de accidentes en diversas áreas urbanas, donde incluso algunos pacientes han muerto.
Uno de los factores que pudiera estar desencadenando esta expansión territorial es la deforestación. Extensas áreas de los bosques fueron taladas para ser utilizadas en plantaciones y en la construcción de ciudades.
Cuando el hábitat natural de la Lonomia varió, debido a la desaparición de algunos de sus alimentos fundamentales, como la aroeira y el cedro, este insecto se trasladó hacia los árboles frutales de las casas.
Lonomia achelous
Lonomia serrano
Lonomia camox
Lonomia belizonensis
Lonomia columbiana
Lonomia diabolus
Lonomia descimoni
Lonomia francescae
Lonomia venezuelensis
Lonomia electra
Lonomia frankae
Lonomia pseudobliqua
Lonomia obliqua
Lonomia rufescens
Las larvas de la taturana viven principalmente en los árboles frutales, cuyas hojas se convierten en su alimento. Las orugas más grandes devoran las hojas por sus bordes, dejando las nervaduras más gruesas. Contrariamente, las larvas pequeñas hacen pequeños agujeros en el limbo, dejando así el esqueleto intacto.
Las ninfas se alimentan de las plantas, entre las que se encuentran el aguacate, guayaba, mango, melocotón, café y algunos cítricos. Durante la fase de alimentación, almacenan energía en su cuerpo.
Esto es debido a que, a partir de la fase de pupa, las especies del género Lonomia no se alimentan. La manera de obtener los nutrientes para vivir es a través de esa grasa acumulada.
La misma situación ocurre en las mariposas adultas, ya que sus piezas bucales están reducidas, estando imposibilitadas para nutrirse por esa vía. Por esta razón, la vida útil de este insecto es corta, entre 7 y 10 días. Sin embargo, la energía le permite a la mariposa aparearse y poner los huevos.
Lonomia es un lepidóptero ovíparo, con una metamorfosis completa. Por esto, su desarrollo ocurre en varios estadios, diferenciados morfológicamente. El tiempo de desarrollo pudiera variar en cada especie.
Sin embargo, existen factores, como la disponibilidad de alimento y la temperatura del ambiente, que pueden influenciar en dicho proceso. El ciclo de vida comprende 4 fases: huevo, larva, crisálida o pupa y mariposa.
Las hembras adultas depositan los huevos, generalmente en grupos de hasta 70 de estos, en las hojas de la planta huésped, que posteriormente servirá de alimentos a las ninfas. Los huevos tienen forma de elipse y eclosionan aproximadamente a los 17 días.
Estas viven en grupo y se mantienen en esta fase de 3 a 6 meses. Este amplio rango es debido a las características propias de cada especie y a la influencia de variables ambientales, como la humedad y la temperatura.
Cuando nacen, devoran la cáscara de su huevo, que contiene elementos importantes para su desarrollo. Posteriormente, se alimentan de hojas, consumiéndolas en la noche.
Durante esta etapa realizan alrededor de seis mudas, para luego transformarse en pupas. Cuando se acerca ese momento, suelen ubicarse en la base del tronco, cerca del suelo. Además, construyen un capullo que protege a la crisálida.
La pupa puede medir alrededor de 3 centímetros y es de un tono marrón oscuro, con franjas dorsales en sentido longitudinal. Cuando las larvas se convierten en crisálida lo hacen en el suelo, sobre las hojas. Estas permanecen en estado de latencia hasta que se transforman en mariposas.
Al final de la fase de pupa, el animal bombea hemolinfa a todas las extremidades, con la finalidad de expandir el cuerpo y romper la crisálida. Tras esto, su cuerpo está blando y las alas están arrugadas. Tiempo después, su piel se endurece.
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