Depresión: qué es, tipos, síntomas, causas, tratamientos
¿Qué es la depresión?
La depresión es una enfermedad que se caracteriza por un estado de ánimo donde predomina la tristeza, la infelicidad y la sensación de vacío. Existe una visión negativa o desesperanza sobre el futuro o sobre el pasado.
La tristeza y el abatimiento no son pasajeros, y las personas no se recuperan fácil o rápidamente; en muchos casos requieren de un tratamiento a mediano o largo plazo. Los tratamientos principales son la psicoterapia, fármacos y cambios en el estilo de vida.
La depresión puede convertirse en un problema realmente serio que causa gran sufrimiento a quien lo padece, alterando sus actividades laborales, escolares y familiares. En casos graves puede llevar al suicidio.
Tipos de trastornos del estado de ánimo
Hay diferentes tipologías en los trastornos relacionados con el estado de ánimo.
- El trastorno depresivode un solo episodio es cuando la persona que experimenta la depresión pasa por este padecimiento una única vez.
- El trastorno depresivo recurrente se establece cuando la persona ha sufrido por lo menos dos episodios depresivos.
- El trastorno de depresión mayor ocurre cuando la persona siente tristeza, ansiedad, infelicidad, frustración o ira durante varias semanas, o más tiempo.
- El trastorno depresivo persistente es cuando estos sentimientos se prolongan por un periodo de al menos dos años, durante los que se alternan lapsos de depresión mayor y otros con síntomas más suaves.
- El trastorno bipolar implica que la persona sufre de estados depresivos intercalados con episodios de euforia y mayor actividad o energía, que se conocen como episodios maníacos.
- La depresión posparto ocurre en algunas mujeres luego de dar a luz. Muchas veces incluye síntomas de depresión mayor y, en los casos más graves, se llega al suicidio.
Síntomas de la depresión
Los síntomas de la depresión varían en cada persona, hay quienes solo experimentan una parte de los síntomas característicos, mientras que otras padecen muchos síntomas a la vez.
Algunas de las señales más comunes de la depresión son:
– Sentirse triste de manera continua; sentir ansiedad o un sentimiento de vacío permanente.
– Tener sentimientos de culpa sin razón.
– Niveles bajos o nulos de concentración, así como problemas para memorizar.
– Dificultad en la toma de decisiones.
– Sentirse sin energía o muy débil la mayor parte del día.
– Sufrir de trastornos del sueño, ya sea insomnio o dormir demasiado.
– Problemas con el apetito: perderlo o, por el contrario, querer comer todo el tiempo.
– Presentar un estado de ánimo bajo o irritable la mayor parte del tiempo.
– Desinterés y pérdida de placer en las actividades que antes resultaban placenteras.
– Pensamientos reiterativos de desesperanza o de odio hacia sí mismo.
– Pensamientos recurrentes en torno a la muerte o al suicidio.
Causas de la depresión
Hay distintas razones por las que una persona puede sufrir una depresión. En algunos casos, se debe a un acontecimiento relacionado con una pérdida, ya sea de un trabajo, terminar una relación importante o el fallecimiento de un ser querido.
Cuando hay antecedentes de depresión en la familia, existe el doble de posibilidades de pasar por un episodio depresivo. También hay algunos medicamentos que pueden causar una depresión clínica como efecto secundario.
En ocasiones, la depresión se desencadena después del diagnóstico de otras enfermedades como Alzheimer, diabetes, cáncer, afecciones del corazón, desórdenes hormonales, mal de Parkinson o trombosis. También puede ir acompañada de trastornos mentales como ansiedad o trastornos de la alimentación.
En el caso del abuso de alcohol o drogas, hay mayor probabilidad de desarrollar una depresión mayor. Y en los casos de los adultos mayores, el aislamiento social puede desencadenar una depresión.
Tratamiento de la depresión
Para poder atender la depresión es importante acudir a un especialista. La primera opción es asistir a psicoterapia, donde se podrá ofrecer apoyo emocional y se trabajará con el paciente en las causas de la depresión, ofrecerá seguridad y confianza y podrá brindar herramientas para trabajar consigo mismo y asimilar de otra manera la situación que se atraviesa.
En ciertas ocasiones, es necesario recurrir al uso de fármacos antidepresivos, ansiolíticos o distintos medicamentos de apoyo, cuando se trata de una depresión severa que impide llevar a cabo las actividades normales. Solamente un especialista puede indicar si es necesario recurrir al uso de medicamentos.
Tipos de terapia para la depresión
Hay diferentes alternativas para llevar una terapia en casos de depresión. A continuación explicamos tres de las opciones que brindan mejores resultados.
Terapia cognitivo-conductual
Ayuda a las personas a cambiar sus patrones de pensamiento y de conducta, para mejorar sus sentimientos depresivos y ansiosos. Este tipo de terapias también se pueden enfocar en tratar síntomas específicos, como el insomnio.
Terapia interpersonal
La idea es centrarse en acontecimientos personales que generaron algún impacto en el estado de ánimo.
La finalidad de este tipo de terapia es ayudar a las personas a mejorar sus destrezas de comunicación en las relaciones personales, establecer redes de apoyo y fijar expectativas realistas para ayudarles a sobrellevar crisis y otro tipo de problemas cotidianos.
Psicoanálisis
Es otra de las alternativas para tratar la depresión y puede traer resultados muy rápidos, pues se centra en la historia particular de cada paciente, brindándole la posibilidad de encontrar la felicidad en sus propios términos y dejar atrás los sentimientos de impotencia y de dolor por aquello que no pudo lograr en el pasado.
Cómo prevenir la depresión
Hay aspectos en el estilo de vida que al cambiarlos pueden ayudar a prevenir la depresión. Lo primero es que hay que dedicar tiempo suficiente a cultivar las relaciones personales y mantener un vínculo cercano con al menos dos personas.
También es muy importante desarrollar alguna actividad física, de preferencia al aire libre, así como llevar una buena alimentación que aporte ácidos grados omega-3 y todos los nutrientes necesarios. El ejercicio hace que el cerebro segregue endorfinas.
Cultivar la mente a través de la lectura o de la meditación son actividades que incrementan la densidad neuronal de la corteza cerebral, sobre todo en los lóbulos prefrontales, la parte del cerebro que más se atrofia cuando hay un estado depresivo.
Otro aspecto crucial es mejorar las actitudes y respuestas frente al estrés y la tensión emocional.
Y acercarse a un profesional de la salud y mantenerse cerca de familiares y amigos puede ser decisivo para no sufrir el trastorno de depresión.