Organismos

Bordetella pertussis: qué es, características, morfología, patogenia


¿Qué es Bordetella pertussis?

Bordetella pertussis es una bacteria cocobacilar gramnegativa causante de la tos ferina, tos convulsa o coqueluche. Se caracteriza por ser una patología de las vías respiratorias muy contagiosa en todas las etapas de la enfermedad.

No existe inmunidad pasiva de la madre al recién nacido, por lo que los bebés son susceptibles desde el nacimiento. Esta enfermedad afortunadamente es prevenible con vacuna y gracias a ello la prevalencia es baja en países desarrollados.

Sin embargo, en países subdesarrollados es la principal enfermedad prevenible con vacuna que causa más morbi-mortalidad. La tos ferina es más frecuente en niños menores de 7 años, pero las muertes se pueden dar en cualquier grupo etario no vacunado o con vacunación incompleta.

Cada año 48,5 millones de personas son afectadas a nivel mundial. Puede haber portadores asintomáticos, pero es poco frecuente.

El nombre “tos ferina” proviene del aullido respiratorio que parece el de una fiera. Este aullido se escucha en los pacientes después de sufrir una agotadora serie de toses paroxísticas. Por paroxística se entiende que la tos es de inicio y final brusco.

Características de Bordetella pertussis

– Bordetella pertussis tiene como único huésped al humano. No se le conoce reservorio animal y sobrevive con dificultad en el ambiente.

– Son microorganismos aerobios obligados, se desarrollan bien a 35 -37 °C, no utilizan los carbohidratos y son inactivos a la mayoría de las pruebas bioquímicas.

– Es una bacteria inmóvil y muy exigente desde el punto de vista nutricional.

Produce un sideróforo llamado alcaligina, idéntico al producido por Alcalígenes dentrificans, de allí que el género Bordetella pertenezca a la familia Alcaligenaceae.

Morfología

– Se presenta como un cocobacilo pequeño gramnegativo, principalmente en los cultivos primarios, pero en subcultivos se vuelve pleomorfa.

– Mide alrededor de 0,3-0,5 μm de ancho y entre 1,0 y 1,5 μm de largo.

– No posee flagelos, por lo que es inmóvil.

– No forma esporas y es encapsulada.

– Las colonias de B. pertussis en el medio especial se asemejan a gotas de mercurio, pues son pequeñas, brillantes, lisas, de bordes regulares, convexas y de color perlado.

Contagio

La patología que produce Bordetella pertussis es altamente contagiosa, se transmite a través de las gotitas de saliva que salen de la boca cuando hablamos, reímos o tosemos, denominadas gotitas de Fludge.

La enfermedad ataca a las personas no inmunizadas, es decir, es más común en niños no vacunados o con esquemas de vacunación incompletos.

También puede atacar a adultos que fueron inmunizados en la infancia y que pueden sufrir una atenuación de la memoria inmunológica, conduciendo a padecer la enfermedad, pero modificada, es decir, menos severa.

Patogenia

La bacteria tiene gran tropismo por el epitelio respiratorio ciliado de la nasofarínge y la traqueal, adhiriéndose a ellos a través de la hemaglutinina fimbrial, los pilis, la pertactina y las subunidades de enlace de la toxina pertussis. 

Una vez fijada, sobreviven a las defensas innatas del huésped y se multiplican localmente.

La bacteria inmoviliza los cilios y poco a poco las células se destruyen y se descaman. Este efecto de daño local es producido por la citotoxina traqueal. De esta manera, las vías aéreas quedan desprovistas de la cubierta ciliar, mecanismo natural de defensa contra elementos extraños.

Por otra parte, la acción combinada de la toxina pertussis y la adenilatociclasa actúan sobre las principales células del sistema inmunitario (neutrófilos, linfocitos y macrófagos), paralizándolos e induciendo su muerte.

A nivel bronquial se produce una inflamación considerable con exudados locales, sin embargo, B. pertussis no invade tejidos profundos.

En los casos más graves, especialmente en lactantes, las bacterias se diseminan a los pulmones y causan bronquiolitis necrotizante, hemorragia intraalveolar y edema fibrinoso. Esto puede llevar a insuficiencia respiratoria y a la muerte.

Diagnóstico

Debe sospecharse de tos ferina en aquellos pacientes que tengan más de dos semanas con tos paroxística, con estridor inspiratorio y vómitos tras los accesos de tos.

La muestra ideal para el cultivo es el hisopado nasofaríngeo, tomada en la etapa catarral (ideal) o al principio de la etapa paroxística.

El medio de cultivo especial para Bordetella pertussis es el Bordet-Gengou (agar-sangre-glicerina-patata). Crece muy lentamente, entre 3 a 7 días de incubación, en atmósfera húmeda.

La confirmación diagnóstica de B. pertussis se realiza por inmunofluorescencia con anticuerpos policlonales o monoclonales. También por aglutinación con antisueros específicos de esta cepa bacteriana.

Otras técnicas diagnósticas que se pueden utilizar son: la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), la inmunofluorescencia directa (IFD) y los métodos serológicos como la determinación de anticuerpos por el método de ELISA.

Tratamiento

Se emplea eritromicina o claritromicina preferiblemente, aunque también es útil clotrimoxazol o trimetropim-sulfametoxazol, siendo este último más empleado en bebés.

Cabe destacar que el tratamiento es más para prevenir las complicaciones e infecciones secundarias que el efecto en sí que tienen los antibióticos sobre la bacteria Bordetella pertussis.

Esto es debido a que el tratamiento generalmente se administra en la etapa tardía de la enfermedad, donde ya las toxinas de la bacteria han hecho estragos.

Prevención

La tos ferina o coqueluche es prevenible por la colocación de la vacuna.

Existe la vacuna completa con bacilos muertos, pero esta posee efectos secundarios, y la vacuna acelular, que son preparaciones purificadas más seguras.

La vacuna de la tos ferina está presente en la triple bacteriana y en la pentavalente. Es recomendable colocar la vacuna pentavalente a partir del segundo mes de vida.

La vacuna pentavalente, además de contener toxoide pertussis o bacilos muertos de Bordetella pertussis, contiene toxoide tetánico, toxoide diftérico, antígeno de superficie del virus de la hepatitis B y polisacárido capsular de Haemophilus influenzae.

Se recomiendan 3 dosis de 0,5 cc cada 6 a 8 semanas, luego un refuerzo a los 18 meses con triple bacteriana. En ocasiones es necesario un segundo refuerzo en la etapa de adulto, ya que la inmunidad generada por la vacuna parece no ser completa, ni duradera en el tiempo.

En el caso de que se tenga un paciente enfermo, el mismo debe ser aislado y deben descontaminarse todos los objetos contaminados con secreciones del paciente.

El paciente debe recibir tratamiento para minimizar el contagio a los familiares y evitar complicaciones. Mientras más temprano se inicie el tratamiento mejor es para contrarrestar la enfermedad.

Los familiares más cercanos al paciente deben recibir tratamiento preventivo con antibióticos, estén vacunados o no.

Referencias

  1. Ulloa T. Bordetella pertussis. Rev. Chil Infect.
  2. Melvin JA, Scheller EV, Miller JF, Cotter PA. Bordetella pertussis pathogenesis: current and future challenges. Nat. Rev. Microbiol. 
  3. Bordetella pertussis: new concepts in pathogenesis and treatment. Curr Opin Infect Dis.