Cultura general

Cultura yaqui: historia, ubicación, artesanías, costumbres


La cultura yaqui es la más representativa entre los pueblos indígenas que habitan el estado de Sonora (México). El nombre que los yaquis se dan a sí mismos es “yoreme”, que significa gente, en contraposición con los hombres blancos que eran denominados “yoris”, ya que no respetaban las leyes tradicionales.

A partir de la llegada de los conquistadores españoles, los yaquis protagonizaron varias rebeliones para mantener su territorio y su autogobierno. Después de la independencia, este pueblo continuó con su lucha, que fue especialmente sangrienta durante el último tercio del siglo XIX, durante las llamadas Guerra del Yaqui.

Hoy en día, la cultura yaqui está organizada alrededor de sus ocho pueblos tradicionales, con la localidad de Vícam como cabecera. Cada uno de ellos representa una unidad militar, religiosa y política. Según los últimos datos, su población alcanza los 32 000 habitantes.

Los yaquis, después del establecimiento de misiones católicas en su zona, mantuvieron algunos de los rasgos característicos de sus creencias tradicionales. Su religiosidad impregna a muchas de sus actividades, como a la artesanía, en la que casi toda su producción está destinada a fines ceremoniales.

Índice del artículo

Historia

Algunas fuentes sostienen que el pueblo yaqui tiene un origen que entronca con las primeras migraciones desde el estrecho de Bering. No obstante, lo que se conoce a ciencia cierta es que algo antes de la llegada de los españoles, los yaquis construyeron sus asentamientos a lo largo del río Yaqui, en Sonora (México).

A partir de entonces desarrollaron una economía basada en la recolección, la caza, la pesca y la agricultura. Cuando los conquistadores españoles llegaron a la zona, la vida de esta cultura cambió por completo.

Leyenda tradicional

La leyenda yaqui sobre su origen explica los primeros habitantes de su territorio fueron una especie de seres de poca estatura, con barba, muy inteligentes y con una vida muy larga: los surem. Un día, un árbol de mezquite les habló, pero ellos no entendieron su lenguaje. Solo una mujer, Yamomuli, fue capaz de traducir lo que el árbol había dicho.

El mensaje del mezquite había sido una advertencia: iban a llegar extraños de lejanas tierras que les darían dos opciones. La primera, convertirse al cristianismo y abandonar su identidad; y la segunda, dejarlos seguir siendo surem pero fuera de su territorio.

Tras discutirlo durante mucho tiempo, aquellos que decidieron adoptar el cristianismo se convirtieron en humanos grandes y fuertes, pero susceptibles a padecer enfermedades. Aquellos que no quisieron cambiar sus creencias se transformaron en animales como lagartijas, hormigas o peces y se adentraron en el bosque.

Los yaquis nunca olvidaron a sus antepasados surem y los tienen presentes en sus ceremonias.

Primer contacto con los españoles

El primer contacto entre yaquis y españoles se produjo en 1533. En octubre de ese año, una expedición comandada por Diego de Guzmán, alcanzó la orilla del río Yaqui. Los indígenas los recibieron con hostilidad y varios españoles y yaquis resultaron muertos en el enfrentamiento que tuvo lugar.

Más adelante, en 1607, Diego Martínez de Hurdaide llegó al territorio yaqui cuando perseguía a unos indios mayo. Los españoles intentaron someter a los yaquis, pero estos consiguieron acorralar a sus enemigos, que finalmente tuvieron que huir.

Misioneros jesuitas

En 1610, los yaqui y los yori (los blancos españoles) llegaron a un acuerdo de paz. Una vez acabado el conflicto, el pueblo indígena aceptó la llegada de misioneros jesuitas a la zona.

En esa época la población yaqui fue concentrada en ocho pueblos, una organización territorial que aún continúa vigente. Esas poblaciones eran Cócorit , Bácum , Vícam , Pótam (topos), Tórim , Huirivis, Rahum y Belem.

Los misioneros introdujeron cultivos provenientes de Europa, como la vid, las legumbres o el trigo. Igualmente, enseñaron a los indígenas algunas técnicas agrícolas novedosas. La organización de trabajo dentro de las misiones estaba perfectamente reglamentada y los yaqui debían dedicar 3 días semanales a los asuntos de la misión, otros tres a sus propias tierras y el domingo al culto.

Primera rebelión yaqui

A pesar de que el régimen establecido por los misioneros había funcionado bastante bien, los españoles estaban decididos a apoderarse del territorio yaqui.

La tensión resultante acabó provocando una rebelión indígena en 1741. Los caciques yaqui consiguieron que los españoles firmaran un tratado que reconocía su derecho a conservar sus tradiciones y gobierno, así como la posesión de sus tierras y el derecho a tener armas.

La expulsión de los jesuítas en 1767, provocó un fuerte descontento entre el pueblo indígena, que rompió el tratado de paz. Para sustituir a los jesuítas llegaron misioneros franciscanos, pero el cambio no fue aceptado por los yaquis. Además, los españoles seguían intentando hacerse con los terrenos de la comunidad.

Guerra de Independencia y nuevas rebeliones

El último tercio del siglo XIX fue el escenario de la llamada Guerra del Yaqui. En ella, los indígenas lucharon como respuesta a la convocatoria del gobierno mexicano para colonizar sus tierras, así como las del pueblo mayo.

Una de las batallas decisivas fue la de Mazocoba, en 1900. Los yaquis fueron derrotados por las tropas del gobierno de Porfirio Díaz. Cientos de guerreros indígenas resultaron muertos y el ejército mexicano tomó a 300 mujeres y niños como prisioneros.

Porfirio decretó que miles yaquis fueran deportados a Yucatán, un castigo que se mantuvo hasta el final de la primera década del siglo XX. Su destino forzoso era trabajar en las haciendas de la zona, cuya dureza provocó una gran mortalidad.

Se calcula que fueron deportados uno 6 500 yaquis y solo 3 500 pudieron regresar a sus tierras a partir de 1911.

Revolución mexicana

Al contrario de lo ocurrido en 1810, los yaquis sí participaron activamente en la Revolución mexicana. Los revolucionarios les habían prometido devolverles su territorio, pero, después de la guerra, Alvaro Obregón no cumplió con lo pactado. Esto dio lugar a nuevos levantamientos.

Acuerdos con Lázaro Cárdenas

En 1937, bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas, el pueblo yaqui y el gobierno mexicano llegaron a una serie de acuerdos. Mediante estos, México reconoció a los indígenas el dominio sobre sus tierras y las incorporó al sistema nacional de ejidos. Igualmente, reconoció la legitimidad de las autoridades tradicionales yaqui.

Según el acuerdo, al los yaquis “se le concede toda la extensión de tierra laborable ubicada sobre la margen derecha del río Yaqui, con el agua necesaria para riegos, de la presa en construcción de La Angostura, así como toda la sierra conocida por “Sierra del Yaqui”. También recogía que se dotaría de recursos a sus componentes para que aprovecharan mejor sus tierras.

El 30 de septiembre de 1940, a punto de finalizar el periodo presidencial de Cárdenas, se dictó la “Resolución que titula definitivamente y precisa la ubicación de los terrenos que se restituyen a la Comunidad Indígena Yaqui, del Estado de Sonora”

A pesar de esos acuerdos, todavía hubo épocas en las que aumentó el descontento yaqui. Esto ocurrió, por ejemplo, cuando se construyeron las presas de la Angostura y la del Oviachic, a principios de los años 40. Esto provocó que las tierras indígenas se quedaran sin agua. A pesar de que se intentó resolver el problema mediante canales, muchos yaquis debieron emigrar.

Época actual

El pueblo yaqui no ha cesado en su lucha por la defensa de sus tierras y sus sistemas de gobierno tradicionales, aunque dentro del marco constitucional mexicano.

En 1997, con Ernesto Zedillo como presidente, volvieron a surgir problemas por una cuestión de límites territoriales. En 2004, Vicente Fox calificó a la zona yaqui como “foco rojo”. Un año después, los yaquis denunciaron a Fox ante la ONU.

Ubicación

El territorio tradicional del pueblo yaqui se extendía por una amplia franja costera al sureste del estado mexicano de Sonora. Este terreno abarcaba desde la orilla sur del río Yaqui hasta el cerro Tetakawi.

Tras la llegada de los misioneros jesuitas, la población se concentró en ocho localidades a lo largo del valle del Yaqui.

Después de firmarse los acuerdos de 1937, su territorio quedó limitado al llamado distrito de riego número 18. Este comprende tres zonas: la serrana (sierra de Bacatete), la costera (los pueblos vecinos de Bahía de Lobos y Guásimas), y el valle.

Como se ha señalado, sus ocho poblados tradicionales son, de sur a norte, los siguientes: Loma de Guamúchil, Loma de Bácum, Tórim, Vícam, Pótam, Rahum, Huirivis y Belem. El centro político es Vícam, lugar en el que residente las autoridades de los ocho pueblos.

Artesanías

La artesanía tradicional de la cultura yaqui está destinada a sus ceremonias religiosas e incluye los instrumentos musicales y la ropa utilizada durante las mismas.

Además, también elaboran máscaras de madera, collares de piedras marinas y conchas y cinturones realizados con pezuña de venado. Por otra parte, algunas familias se encargan de fabricar canastas, petates y coronas de carrizo.

Otras piezas bastante típicas son los platos y las tazas de barro. Estos utensilios estás también destinados a las fiestas y se destruyen tras las celebraciones.

Una de las pocas excepciones al uso ceremonial de las artesanías son las muñecas de trapo elaboradas por las mujeres. Su destino es ser comercializadas.

Piezas de artesanía representativas

– Los cinturones de los danzantes: estos cinturones forman parte de la vestimenta de los bailarines durante los bailes rituales. Están fabricados con tiras de cuero y pezuñas de venado. Estas últimas, que cuelgan sobre la cinta de cuero principal, tienen la función de generar un sonido que represente el nerviosismo del animal durante la danza.

– Esculturas de madera: suelen reflejar elementos de la naturaleza. Un ejemplo son las tallas que hacen alusión a tortugas, delfines, liebres o águilas, entre otros.

– Muñecas: son fabricadas a mano, con varios tipos de tela. Estas muñecas, de unos 30 centímetros de altura, representan a la mujer yaqui con su traje tradicional.

– Máscaras: los yaquis suelen llevar máscaras de madera en muchos de sus bailes tradicionales, como la de pascola, usaba durante la danza del venado. En ocasiones, los danzantes se ponen una cabeza de venado.

Costumbres y tradiciones

La cultura yaqui ha mantenido gran parte de su cultura tradicional. En este sentido, uno de los aspectos que más han intentado preservar es su dialecto cahita, compuesto por tres lenguas: mayo, yaqui y tehueco. Desafortunadamente este último ha desaparecido.

Por otra parte, una de las características de todas sus actividades tradicionales es el gran sentido de religiosidad de este pueblo.

Mestizaje cultural

Los rituales yaqui están organizados según el calendario litúrgico cristiano, aunque está separado en dos periodos. El primero, que coincide con la Cuaresma, es sacrificial, mientras que el segundo está relacionado con los rituales agrícolas y con el cambio de las estaciones.

Los yaquis celebran algunas de las fiestas más tradicionales de México, como el Día de los Muertos. Al mismo tiempo, también han mantenido algunas celebraciones propias, como la danza del venado o la danza de la pascola.

Tradiciones principales

Dentro de las tradiciones yaqui destacan sus bailes. Entre ellos se encuentran la danza de la pascola, en el que tres hombres sin camisa bailan mientras hacen sonar cascarones de orugas secas.

Otra danza propia de esta cultura es la del venado. Al igual que la anterior, la música es a base de violín y arpa. El baile representa el rito de la cacería y los bailarines imitan los movimientos de los venados.

La tradición de los fariseos se celebra durante la Semana Santa. Durante su celebración, los yaquis recorren la región llevando una máscara de cuero de cabra y madera con rasgos españoles. Los participantes van cubiertos con cobijas y mantos. El propósito es obtener un milagro o el favor la divinidad.

Por otra parte, los yaquis dan una gran importancia a la muerte y, por consiguiente, a los funerales. Durante estos se realizan rezos y se entonan cánticos religiosos. Además, también es común bailar o, incluso, beber.

Lengua

La lengua yaqui pertenece al sistema lingüístico cahita, de la familia uto-azteca. Además del yaqui, el cahita está compuesto por otros dos dialectos: el mayo y el tehueco, este último desaparecido.

Dentro de México existen otras lenguas pertenecientes al grupo uto-azteca, como el guajiro, el cora, el tarahumara o el nahua.

En la actualidad, la población yaqui sigue hablando el cahita como lengua materna, aunque son todos bilingües. Su cahita moderno ha recibido préstamos del náhuatl y del español.

Religión

Los yaqui fueron convertidos al catolicismo tras la conquista española. Sin embargo, como ocurrió con otros pueblos indígenas, mezclaron algunas de sus creencias originales con las que les enseñaron los misioneros.

De esta forma, la Virgen María fue identificada con Itom Aye, una figura que representaba a la madre creadora. Jesucristo, por su parte, se superpuso a Itom Achai (nuestro padre). Igualmente, figuras como la Virgen de Guadalupe o San José cobraron mucha importancia, tal y como ocurrió con los patronos adoptados por cada pueblo.

Los yaquis han convertido a Jesús en una figura heroica para su cultura. Según sus creencias, fue el fundador de danzas como Venado, Coyote o Pascola. Por su parte, la Virgen María sería la creadora de la danza de los Matachines, que funciona como una oración para obtener indulgencia.

En la zona habitada por los yaquis se ha producido un aumento de creyentes protestantes o de los testigos de Jehová. Sin embargo, ese crecimiento se ha producido entre los yori, mientras que los yaquis apenas han adoptado estas creencias.

Mito fundador

Como se relató anteriormente, los yaquis tienen un mito fundador que se remonta a la época anterior a la conquista. La historia cuenta como un árbol habló a los primeros habitantes de sus tierras, los surem, sin que estos pudieran entenderle. Una mujer fue la única capaz de traducir el mensaje.

El mito describe la división entre los que aceptaron ser bautizados al catolicismo y aquellos que se negaron. Estos últimos huyeron a la naturaleza con el fin de preservar la relación de los indígenas con el mundo, un concepto llamado yoania.

Acerca de la muerte

La muerte era considerado algo natural para la cultura yaqui. Además, pensaban que se trataba de una etapa transitoria, ya que, para ellos, el alma era inmortal.

Los funerales actuales mezclan la danza, los festejos y los actos rituales, con diferencias dependiendo de la jerarquía del fallecido.

También existen algunos aspectos que los yaquis deben tener en cuenta durante el luto. En esa etapa existen tabúes de limpieza y alimentación, así como ceremonias dedicadas a recordar a los difuntos en las que se realizan ofrendas y abunda la comida, la bebida y la música.

La única excepción se presenta cuando alguien muere durante la Cuaresma. En ese caso, los eventos fúnebres no pueden contener elementos festivos hasta que no pase esa época. Solo entonces el alma puede encontrar su camino para volver a la casa del Itom Achai.

Organización social

El pueblo yaqui está organizado alrededor de sus ocho pueblos tradicionales. Cada uno de ellos tiene su propia administración política, religiosa y militar. La cabecera de la tribu se encuentra en Vícam, una de esas ocho localidades.

Su organización político-religiosa está dividida en cinco grupos. El primero está formado por las autoridades civiles y su función se complementa por la representación del Consejo de Ancianos mediante el Pueblo Mayor.

Tras las autoridades civiles se encuentran las militares, las de fiestas, las eclesiásticas y las aduaneras de Semana Santa.

Anteriormente, durante sus continuos enfrentamientos por sus tierras, existía un ejército de reserva, hoy sustituido por las autoridades militares. Estos tienen unas funciones más ceremoniales que guerreras.

Los fiesteros son los responsables de que se cumpla el ciclo ritual. Se trata de un organismo compuesto por ocho hombre y ocho mujeres con un mandato de un año. Por su parte, la autoridad religiosa es la depositaria del conocimiento sobre los rituales y la liturgia.

Por último se encuentra la cofradía de Matachines, quienes ejercen su autoridad durante la Semana Santa.

Organización política

La autoridad política en cada una de las localidades yaqui la ejercen cinco gobernadores electos, denominados cobanaos. Estos se organizan jerárquicamente y se complementan con un Consejo de Ancianos.

Los gobernadores tienen como funciones la administración económica y las relaciones con otras autoridades, incluidas las del gobierno de México.

En ocasiones, cuando se deben tratar aspectos que atañen a todo el pueblo yaqui y de sus aliados, los gobernadores de las ocho ciudades se reúnen para tomar decisiones conjuntas.

Economía

La agricultura es la actividad económica más importante para el pueblo yaqui. La propiedad de la tierra, tras los acuerdos con el gobierno mexicano, puede presentarse en tres modelos diferentes: el ejido, la pequeña propiedad y la propiedad comunal.

Además, los yaquis también practican la ganadería, la pesca en Puerto Lobos y la artesanía.

Actividades económicas

El 95% de los yaquis residentes en las ocho ciudades tradicionales se dedican a la agricultura. Los productos más típicos del valle son la soya, la alfalfa, la naranja, el chile, el chícharo, el cártamo y las hortalizas. La gran mayoría de la cosecha se destina al mercado nacional.

A partir de la segunda mitad del siglo XX, los yaquis han tenido serios problemas relacionados con el agua. Un ejemplo fue lo ocurrido con el río Yaqui, que regaba las tierras bajas, y que se secó en 1950 al construirse unas presas.

Por otra parte, el gobierno mexicano impulsó la fundación de una cooperativa pesquera en 1958. En un primer momento, la cooperativa contó con 150 socios, que se trasladaron al pueblo nuevo de Guásimas. En la actualidad, los pescadores yaquis se organizan en grupos de 15 hombres y el trabajo de cada grupo depende del consejo de la cooperativa.

En los últimos tiempos, la ganadería ha cobrado una creciente importancia en la economía de este pueblo. Los yaquis disponen hoy en día de una zona de pastos que abarca unas 15 000 hectáreas y se han creado una docena de sociedades ganaderas en la sierra.

Gastronomía

La gastronomía de los yaquis está estrechamente relacionada con sus actividades económicas. Así, la base de su alimentación era, y sigue siendo, el maíz, los frijoles y la calabaza, mientras que la carne procedía de lo que los hombres cazaban.

La pesca aportaba los productos del mar a la dieta y las mujeres se dedicaban a recolectar nueces, hierbas y frutas.

Alimentos típicos

En una comida tradicional yaqui rara vez faltaban la sopa y el maíz. Algunos de sus platos típicos son los siguientes.

– Wakabaki: el wakabaki o guayacayaqui es uno de los platos más típicos de este pueblo. Se trata de un caldo elaborado con costilla de res y que incluye papas, zanahorias, calabazas y garbanzos. Se suele preparar en el exterior, con carbón o leña. En ocasiones incluye chile picante para realzar el sabor.

– Tortillas de maíz: las tradicionales tortillas de maíz mexicanas son también parte fundamental de la cocina yaqui.

– Aves y mamíferos pequeños: es bastante común encontrar en sus recetas platillos elaborados con aves del desierto que ellos mismo cazas. Igualmente, también abundan recetas con liebre, conejo o tejón. Esta última se toma asada o frita.

Referencias

  1. EcuRed. Yaqui (etnia de México). Obtenido de ecured.cu
  2. Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. Etnografía del pueblo yaqui de Sonora. Obtenido de gob.mx
  3. Nájar, Alberto. Yaquis: los combatientes de la primera guerra del agua en México. Obtenido de bbc.com
  4. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Yaqui. Obtenido de britannica.com
  5. Pascua Yaqui Tribe. Culture. Obtenido de pascuayaqui-nsn.gov
  6. New World Encyclopedia. Yaqui. Obtenido de newworldencyclopedia.org
  7. Caje.me. Yaquis. Obtenido de caje.me