Biología

Anatomía vegetal: historia, objeto de estudio, métodos


La anatomía de las plantas en un sentido estricto, es la base fundamental para el estudio de una gran variedad de tejidos vegetales, siendo una herramienta de gran importancia en la botánica y en las ciencias biológicas en general. Esta disciplina se enfoca principalmente en el estudio celular de los tejidos mediante microscopía desde su origen hasta su desarrollo.

A menudo son excluidos todos los tejidos reproductivos que se estudian en conjunto en el campo de la embriología vegetal y la palinología. La forma en que las células se juntan y ordenan entre sí, es de gran interés en la anatomía vegetal.

La anatomía vegetal se encuentra íntimamente relacionada con otras áreas como la fisiología de las plantas y su morfología. Las características observadas en la mayoría de los casos son diferenciales entre grupos de plantas y son empelados para establecer relaciones filogenéticas.

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Historia

En sus inicios, la anatomía vegetal incluía también el estudio de la morfología de las plantas y sus características externas. Sin embargo, desde la mitad del siglo XX los estudios de anatomía se restringen exclusivamente al estudio de los órganos internos y tejidos internos constituyendo la morfología una disciplina separada.

Los primeros trabajos de anatomía vegetal y de botánica, realizados con ayuda del microscopio, se deben a Marcello Malpighi y Nehemiah Grew. Para el año 1675 Malpighi había publicado su obra Anatome plantarum, donde describe a través de ilustraciones algunas estructuras vegetales como los estomas de las hojas.

Por su parte, para el año 1682 Grew publica una obra con ilustraciones muy confiables sobre los tejidos vegetales, que demuestran la exactitud de sus observaciones. Dicha obra tuvo por título The anatomy of plants.

A partir de la década de los 60 el desarrollo de la microscopia supuso un gran avance en todas las áreas de la anatomía vegetal.

Microscopía y su uso en la anatomía vegetal

El estudio de las estructuras vegetales ha tenido un desarrollo íntimamente relacionado con la creación y evolución de la microscopia. Desde su invención en el siglo XVII, los microscopios se han desarrollado convirtiéndose en la herramienta intelectual que les dio forma a muchas áreas de la ciencia biológica.

Una de las primeras áreas en verse favorecida con el desarrollo de la microscopia fue la botánica, sobretodo en el estudio anatómico. Los científicos experimentales Robert Hooke y Leeuwenhoek se han reconocido por ser unos de los primeros en observar al microscopio y describir diversas estructuras durante el siglo XVII.

En los trabajos de Malpighi y Grew, la microscopía tuvo un papel fundamental, permitiendo el desarrollo de estas dos valiosas obras botánicas, convirtiendo a estos importantes científicos del siglo XVII en los pioneros de la anatomía de las plantas y la micrografía botánica.

A partir de entonces, el estudio de la anatomía vegetal se ha desarrollado junto a la microscopía. Esta última fue evolucionando de acuerdo a las necesidades de conocimientos del hombre.

La microscopía es en el presente una herramienta imprescindible en el estudio de las estructuras vegetales, donde se hace uso desde sencillas lupas hasta microscopios electrónicos de avanzada tecnología.

¿Qué estudia la anatomía vegetal?

La anatomía vegetal se encarga del estudio de todas los tejidos y formas de organización de los mismos, presentes en las plantas. Esto indica que evalúa tanto los tejidos y organización celular interna como el estudio de las estructuras externas.

Dentro de las estructuras evaluadas se encuentran: hojas, tallos, cortezas, raíces, ápices de tallos y raíces, meristemas y tejidos luego de la diferenciación celular, disposición celular en los órganos, entre otros.

Métodos y técnicas

Las técnicas aplicadas al estudio de la anatomía de las plantas son muy variadas. Cada una de ellas dependerá del tejido u órgano que se esté estudiando.

En general las preparaciones permanentes para estudios microscópicos son indispensables como una fuente de información elemental tanto en la investigación como en la enseñanza. Sin embargo, para la fijación de muestras de diversos tejidos anatómicos deben ejecutarse una serie de técnicas básicas para su posterior observación.

Estas últimas se aplican debido a que los tejidos y sus componentes son difíciles de diferenciar de una manera clara con observaciones directas.

Todas las plantas están formadas por los mismos tejidos básicos, dérmicos, fundamentales y vasculares. Dentro de estos tejidos, la manera en que están organizadas las células difiere notoriamente entre las plantas y, por ello, los métodos anatómicos para procesarlas son distintos.

En general, el material botánico a estudiar debe cumplir con ciertas características, por ejemplo, que las estructuras estén completamente sanas y desarrolladas. Además de esto no deben tener daños estructurales externos o internos y su coloración sea propia de las especies estudiadas y que el ejemplar del que se extraigan las muestras sea representativo.

Fijación

El proceso de fijación busca conservar los tejidos y sus características morfológicas los más similar posible a cuando el tejido estaba vivo. Esto es posible lograrlo bien sea con fijadores físicos o químicos. Los más ampliamente utilizados son los fijadores simples como el etanol, metanol o acetona, los cuales fijan por deshidratación.

Funcionan muy bien para muestras pequeñas e incluso pueden conservar la pigmentación de los tejidos. También se pueden usar aldehídos como el formaldehido, glutaraldehído y acroleína. Otros fijadores coagulantes incluyen al etanol, el ácido pícrico, cloruro de mercurio y el trióxido de cromo.

También se usan mezclas fijadoras de las cuales existen más de 2000 formulas publicadas, siendo las más frecuentes FAA, fijadores con ácido crómico, Mezclas de Farmer y Carnoy entre otras.

Siempre durante este proceso se debe tener especial cuidado con el tiempo de fijación y la temperatura a la cual se hace la misma, pues se pueden acelerar procesos como la autolisis.

Por lo que se recomienda realizar a temperaturas bajas y a un pH cercano al fisiológico del tejido para evitar la formación de artefactos en los tejidos que se presten a malinterpretaciones anatómicas.

Deshidratación

Consiste en la eliminación del contenido del agua de los tejidos vegetales previamente fijados. Esto a menudo se realiza con un gradiente en incremento de agentes deshidratantes que pueden ser solvente de la parafina o no, siendo la parafina unos de los principales agentes para incluir.

La deshidratación con lo solventes de la parafina se realiza principalmente con etanol en una serie de 30, 50, 70 y 95%.

Luego de este proceso, los tejidos se transfieren a un agente deshidratador solvente de la parafina. En general estos agentes hacen translucidos a los tejidos. Los agentes más comunes son el xileno y el cloroformo. También se usa una serie de concentración para esto reactivos.

Infiltración/inclusión de los tejidos en parafina

Esta operación se realiza con el fin de sustituir el medio de deshidratación con el medio de infiltración/inclusión. Esto otorga al tejido la suficiente rigidez como para realizar cortes delgados y firmes, debido al endurecimiento temporal de los tejidos y cavidades que presenta el mismo. El material más utilizado es la parafina histológica.

Microtomía

Las muestras incluidas en bloques de parafina son seccionadas con la ayuda de un micrótomo, el cual hace cortes los suficientemente delgados como para poder observarlos al microscopio. Todas las estructuras morfológicas se conservan luego de realizar el corte de manera tal que el estudio del tejido se ve facilitado.

En general, los cortes tienen un grosor de 1 a 30 micrómetros. Son varios los tipos de micrótomos que se usan con frecuencia, entre ellos se encuentran el micrótomo de mesa, de congelación, criostato, de rotación de deslizamiento y el ultramicrotomo. Algunos de ellos con cuchillas especializadas con diamante o vidrio.

Tinción

Los cortes histológicos son teñidos para facilitar la observación y análisis de los diferentes componentes celulares.

Los colorantes y técnicas de tinción se aplican dependiendo de que estructuras se quieren observar con mayor facilidad. Los colorantes más comunes usados en botánica son la safranina “O”, verde rápido FCF, hematoxilina, Orange G, azul de anilina y azul de toluidina. La selección de un colorante u otro depende de la afinidad iónica del colorante con la estructura a teñir.

También se pueden usar coloraciones de contraste como la combinación de safranina “O” y verde rápido FCF. La safranina tiñe de rojo cutina, paredes lignificadas, nucléolos, cromatina y taninos condensados, y de pardo rojizo, la suberina. Mientras que el FCF tiñe verse azuloso a las paredes celulósicas y un tono verde violáceo al citoplasma.

Por otro lado, los tejidos teñidos con azul de toluidina varían de azul oscuro/rojizo a azul ligero/rosa.

Pruebas histoquímicas

Las pruebas histoquímicas se emplean para poner de manifiesto moléculas o familias de moléculas presentes en el tejido estudiado y evaluar su distribución tisular “in situ”.

Estas pruebas pueden realizarse mediante reacciones químicas para detectar hidratos de carbono libres o conjugados y pruebas de histoquímica enzimática en la que se detecta actividad enzimática celular incluso luego de la fijación química del tejido.

El producto final de este conjunto de técnicas finaliza con la evaluación del corte histológico preparado con herramientas de microscopia. Se pueden emplear microscopios ópticos o electrónicos bien sean de barrido o de transmisión. Muchos de estos caracteres son muy pequeños (ultraestructurales o micromorfológicos).

Otras técnicas incluyen la maceración de los tejidos vegetales para separar sus componentes y observarlos de manera individual. Un ejemplo de esto es la maceración de tejidos como la madera, lo cual facilita la observación de elementos traqueales y otras estructuras y hacer un análisis detallado de los mismos.

Referencias

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