Medicina

Lavado Quirúrgico de Manos: Objetivo y Procedimiento


El lavado quirúrgico de las manos es una rutina obligatoria desde hace menos de 150 años. Este lavado busca eliminar la mayor cantidad de microorganismos perjudiciales presentes en manos y antebrazos antes de realizar una operación quirúrgica. Hasta mediados del siglo XIX el lavado de las manos no era una práctica de rutina.

Incluso algunas personas indicaban que podía ser fuente de complicaciones. No fue considerado de gran importancia hasta las observaciones del doctor húngaro Ignác Semmelweis, quien logró disminuir las tasas de fiebre puerperal dramáticamente tan solo con el lavado de las manos. 

Sin embargo, este gran descubrimiento sería desdeñado por la comunidad científica de la época por “carecer de sustento científico”, por lo que tendrían que pasar varios años más hasta que se describieran las bases microbiológicas que respaldaban los hallazgos de Semmelweis.

Mucho se ha avanzado desde entonces y en la actualidad el lavado de las manos es una rutina obligatoria en todas las salas de operaciones del mundo.

Índice del artículo

Objetivo del lavado de las manos quirúrgico 

El principal objetivo del lavado quirúrgico de las manos es la disminución al máximo posible de la carga de gérmenes (en especial bacterias) que puedan encontrarse en la piel de las manos y brazos del equipo quirúrgico.

Algunas personas se cuestionan la importancia del lavado de manos dado que los cirujanos utilizan guantes. Sin embargo, estos guantes de látex son frágiles y en ocasiones pueden presentar poros microscópicos que, si bien no permiten el paso de sangre y otros fluidos, constituyen una gran puerta de salida para los gérmenes que viven en la piel del cirujano.

Además, existe el riesgo de ruptura de un guante por cualquier causa: desde defectos de fabricación hasta cortes accidentales con material filoso.

Debido a lo anterior, el lavado de las manos quirúrgico no solo es importante, sino que también constituye la primera línea de defensa en la lucha contra las infecciones postoperatorias.

Es ampliamente conocido el hecho de que en la piel viven microorganismos saprófitos, pero en el caso del personal sanitario también pueden encontrarse bacterias y hongos patógenos (capaces de producir infecciones) que, aunque no los afectan directamente, pueden transmitirse a los enfermos.

De allí la importancia del lavado de las manos antes y después de evaluar a los pacientes, siendo particularmente importante en el caso de los procedimientos invasivos como una cirugía.

Implementos necesarios

A pesar de su importancia, el lavado de las manos quirúrgico es un procedimiento bastante simple que no ha variado sustancialmente respecto a sus primeras descripciones y para el cual no es necesario contar con materiales o implementos de alta tecnología; en su lugar unos pocos elementos de uso común son suficientes:

– Lavabo con control de flujo de agua con elemento accionador de pie, pierna o infrarrojo.

– Cepillo quirúrgico.

– Solución antiséptica.

– Adecuado conocimiento de la técnica de lavado de las manos quirúrgico.

Lavabo

Quizás este sea el elemento con más complejidad, ya que debe cumplir con ciertas características para poder ser instalado en el área de quirófano.

Dado que el personal que toma parte de una cirugía no puede tener contacto con ninguna superficie una vez que se ha lavado las manos, los lavabos deben tener unas dimensiones tales que permitan lavar las manos y antebrazos sin que tocar ni el grifo ni las paredes del lavabo.

Además el grifo debe ser cuello de cisne, de manera que el agua caiga desde arriba y exista suficiente espacio para lavar sin entrar en contacto con el mismo. Además, es necesario que el flujo de agua se pueda regular con un interruptor de pierna o pie, ya que las manos no pueden tocar ningún tipo de manilla.

En los centros donde se dispone de tecnología de última generación, los lavabos cuentan con un sensor que abre y cierra el flujo de agua automáticamente una vez que se colocan las manos cerca del grifo.

En cualquier caso, los interruptores y sensores especiales no son una limitante ya que siempre se puede contar con el apoyo de un asistente que abra y cierre el agua. 

Cepillo quirúrgico

Los cepillos quirúrgicos son dispositivos plásticos estériles diseñados especialmente para el lavado quirúrgico de las manos.

Los mismos cuentan con dos partes: una esponja y un cepillo. La esponja se usa para lavar las zonas de piel más delgada y delicada como los antebrazos, mientras que el cepillo se emplea para frotar las palmas y dorsos de las manos, así como para limpiar el área bajo las uñas.

Algunos cepillos tienen un dispositivo especial para retirar la suciedad que se acumula bajo las uñas, aunque no es indispensable ya que el cepillado adecuado es suficiente para eliminar cualquier rastro de suciedad que pueda haberse acumulado en esa zona.

Los cepillos quirúrgicos pueden ser secos (no tienen ningún antiséptico) o estar embebidos en alguna solución antiséptica aprobada para el uso en quirófano. 

Soluciones antisépticas

Bien sea que estén embebidas en el cepillo quirúrgico o se tomen de un dispensador (con bomba de pie), el lavado de las manos quirúrgicos debe realizarse con algún tipo de solución antiséptica a fin de combinar el efecto mecánico del cepillado con el efecto físico-químico del antiséptico.

En este sentido, las soluciones jabonosas de iodo-povidona suelen ser muy populares debido a su alta efectividad y bajo costo. También hay disponibles compuestos de clorhexidina, una alternativa muy útil en los casos donde algunos de los integrantes del equipo quirúrgico es alérgico al iodo.

Conocimiento de la técnica

No importa si el lavabo es correcto, la solución antiséptica efectiva y el cepillo de óptima calidad; si no se respeta la técnica correcta de lavado de las manos quirúrgico, la reducción de la carga bacteriana no será óptimo.

Por ello se hace tanto hincapié no solo en aprender la técnica, sino en practicarla hasta el cansancio de manera que su ejecución sea automática y sistemática, sin saltarse ningún paso, a fin de garantizar su ejecución correcta.

Procedimiento

El lavado de las manos quirúrgico debe tomar cerca de 5 minutos. Está estandarizado y debe realizarse siempre de la misma forma y siguiendo la misma secuencia. A continuación se describe paso a paso el procedimiento para el lavado de las manos quirúrgico:

– Abrir el cepillo quirúrgico.

– Embeberlo en solución antiséptica (si el cepillo ya no viene embebido en ella).

– Abrir el agua.

– Colocar las manos bajo el grifo con la punta de los dedos hacia el techo y los codos hacia el fondo del lavabo.

– Dejar correr el agua para humedecer toda la piel de dedos, manos y antebrazos; el agua debe escurrir desde los dedos hasta los codos.

– Con el cepillo quirúrgico comenzar a cepillar el área bajo las uñas durante al menos un minuto. La mano derecha cepilla a la izquierda y viceversa.

– Aún con el cepillo, limpiar la cara interna de todos los dedos durante al menos 15 segundos cada uno; una vez más, la mano derecha lava la izquierda y viceversa.

– Repetir la operación anterior, pero en esta ocasión limpiando la cara externa de los dedos.

– Proceder como se ha descrito hasta el momento, pero esta vez limpiando el dorso de los dedos por al menos 15 segundos cada uno.

– Una vez completado el dorso de los dedos, cepillar el dorso de la mano durante 30 segundos de manera circular, siempre limpiando una mano con la otra.

– Proceder a continuación a limpiar la cara ventral de los dedos, como se ha descrito hasta el momento.

– Una vez completa la cara ventral de los dedos, proceder a lavar la palma de la mano, cepillando enérgicamente con movimientos circulares.

– A continuación, empleando la esponja, lavar los antebrazos por delante y por detrás, desde las muñecas hasta el codos.

– En todo momento las manos deben permanecer en la posición inicial, dedos hacia arriba, codos hacia abajo.

– Completado todo el proceso abrir de nuevo el agua y dejar escurrir el chorro desde la punta de los dedos hasta los codos. La solución antiséptica se debe eliminar por presión de agua y gravedad. Nunca se deben estrujar las manos entre sí.

– Una vez retirada la solución antiséptica, cerrar el agua y dirigirse al área de secado. A partir de este momento las manos se mantienen con los dedos hacia arriba, los codos hacia abajo, los brazos semiflexionados frente al torso y las palmas apuntando hacia la cara del cirujano.

– En el área de secado se debe proceder a secar con una compresa estéril las manos, siguiendo la misma secuencia descrita para el lavado. Se seca la mano izquierda con una cara de la compresa, y con la otra cara se seca la derecha.

– Descartar la compresa y evitar contacto con cualquier superficie. Importante mantener siempre la posición correcta.

– Proceder a colocarse la bata estéril con la ayuda de un asistente, si está disponible.

– Colocar guantes estériles; de aquí en más siempre las manos deben estar sobre el campo estéril o, en su defecto, en la posición inicial durante el lavado.

Referencias

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