Trastornos mentales/Psicopatología

Síndrome de piernas inquietas: síntomas, causas, tratamientos


El síndrome de las piernas inquietas (SPI), acromelalgia o enfermedad de Willis-Ekbom, es un trastorno de tipo neurológico sensitivo-motor, caracterizado por una necesidad incontrolable de mover las extremidades inferiores debido a la presencia de sensaciones molestas y desagradables (Baos Vicente et al., 2008).

Las personas suelen describir estas sensaciones molestas como quemantes, irritantes, punzantes o dolorosas (National Institute of Neurologial Disorders and Stroke, 2015). Estos síntomas se producen principalmente cuando el individuo se encuentra relajado (AESPI, 2015). Así, suelen empeorar en estado de reposo o durante la noche, y mejoran con el movimiento (Fraguas Herráez el al., 2006).

Este tipo de síndrome se suele asociar con trastornos del sueño, especialmente insomnio de conciliación (Fraguas Herráez el al., 2006), ya que la mayoría de las personas presentan dificultad para conciliar y mantener el sueño (Martínez García, 2008). También se puede presentar asociado a trastornos depresivos o ansiosos (Fraguas Herráez el al., 2006).

Los síntomas del síndrome de piernas inquietas va a afectar en gran medida a la calidad de vida de las personas que lo padecen, ya que influyen tanto en la vida profesional como familiar e incluso en su estado de ánimo (AESPI, 2015).

Muchos individuos que padecen este síndrome ofrecen quejas subjetivas acerca de la afectación de su trabajo, sus relaciones personales y las actividades diarias como consecuencia del cansancio. También suelen mostrar dificultades de concentración, déficits de memoria o ineficacia en la relación de las tareas diarias (National Institute of Neurologial Disorders and Stroke, 2015).

Índice del artículo

Síntomas del síndrome de las piernas inquietas

Deseo irresistible de mover las piernas

El síndrome de las piernas inquietas se trata de un trastorno neurológico del movimiento que se caracteriza por la necesidad o el deseo irresistible de mover las piernas debido a la presencia de sensaciones desagradables en las extremidades inferiores, generalmente muy molestas, y que algunos pacientes describen como dolorosa (AESPI, 2015).

Diversas sensaciones

Los individuos suelen presentar una sensación quemante, dolorosa, punzante o como si algo se deslizara por sus piernas. Los pacientes a menudo describen los síntomas como sensaciones muy molestas de hormigueo, ardores, picores, dolor, burbujeo, sensación de agua corriendo o gusanos por las piernas (Martínez García, 2008).

Las sensaciones que perciben los individuos, se suelen llamar parestesias (sensaciones anormales) o disestesias (sensaciones anormales de tipo desagradable), y varían tanto en la gravedad de presentación como en el grado de irritabilidad y/o dolor (National Institute of Neurologial Disorders and Stroke, 2015).

La mayoría de las veces estas sensaciones molestas tienden a disminuir o desaparecer con el movimiento voluntario de la zona, al menos mientras el movimiento está siendo ejecutado. El alivio puede ser parcial o completo y es más probable que se produzca al comienzo del movimiento (AESPI, 2015).

Empeoramiento con el descanso

Las sensaciones molestas y el dolor suelen empeorar cuando el paciente se encuentra descansando y en una situación de reposo (Baos Vicente et al., 2008). Los síntomas tienen a empeorar al acostarse o al tratar de relajarse; aparecen solo en reposo y no tienen relación con actividades previas(Martínez García, 2008).

Más frecuente durante tarde y noche

Las sensaciones suelen predominar en una etapa vespertina o nocturna, por lo que los movimientos periódicos de las extremidades van a provocar tanto dificultad para conciliar el sueño como frecuentes “micro-despertares” que van a perjudicar la capacidad de mantenimiento del sueño (Baos Vicente et al., 2008).

Mioclonías nocturnas

Los movimientos periódicos de las piernas que van a provocar los “micro-despertares” se denominan miclonías nocturnas. Los individuos van a realizar movimientos de flexión de las piernas a la altura de la rodilla y el tobillo, con una extensión de los dedos pulgares.

Los movimientos se presentan de forma organizada y repetitiva en intervalos de 20 a 40 segundas y suelen durar entre 0, 5 y 5 segundos (Martínez García, 2008).

De forma resumida, los principaless síntomas del síndrome de las piernas inquietas son:

  • Necesidad o el deseo irresistible de mover las piernas debido a la presencia de sensaciones desagradables y molestas.
  • La mayoría de las veces estas sensaciones molestas tienden a disminuir o desaparecer con el movimiento voluntario de la zona.
  • Las sensaciones molestas y el dolor suelen empeorar cuando el paciente se encuentra descansando y en una situación de reposo
  • Las sensaciones suelen predominar en una etapa vespertina o nocturna.

Causas

La investigación actual sobre la determinación de las causas del síndrome de las piernas inquietas es limitada por lo que existen escasas evidencias experimentales concluyentes. Se dice que este síndrome es de tipo idiopático, es decir, no presenta una causa conocida (AESPI, 2015). Así, la mayoría de los casos se consideran idiopáticos, sobre todo los de inicio temprano (Fraguas Herráez el al., 2006).

Sin embargo, aproximadamente en el 50% de los casos, existe una historia familiar relacionada con el trastorno (National Institute of Neurologial Disorders and Stroke, 2015). Así, el síndrome de las piernas inquietas puede presentar un componente hereditario o genético, en este caso es primario o familiar (AESPI, 2015).

Generalmente, las personas que presentan un síndrome de las piernas inquietas de tipo hereditario suelen ser más jóvenes en el momento de aparición de la sintomatología y presentan una progresión más ralentizada de la enfermedad (National Institute of Neurologial Disorders and Stroke, 2015).

Por otro lado, el síndrome de las piernas inquietas también se puede relacionar con otro tipo de enfermedades, que dan lugar a su presentación o empeoramiento, se conoce como SPI secundario (AESPI, 2015).

Factores asociados

El National Institute of Neurologial Disorders and Stroke (2015), relaciona los siguientes factores o condiciones con el síndrome de las piernas inquietas:

  • Niveles bajos de hierro o anemia.
  • Enfermedades crónicas como el fallo renal, diabetes, enfermedad de Parkinson o la neuropatía periférica.
  • Embarazo. Particularmente durante los últimos meses, hasta el 20% de las mujeres pueden presentar síntomas del SPI, que tienen a desaparecer tras el parto (AESPI, 2015).
  • Algunos medicamentos para la prevención de nauseas, convulsiones, antipsicóticos o fármacos para el catarro o la alergia pueden agravar los síntomas.
  • Consumo de cafeína, alcohol o tabaco pueden agravar o provocar los síntomas en pacientes con predisposición al SPI.

De entre estas, la causa más importante y más frecuente es la deficiencia de hierro (Fraguas Herráez el al., 2006). El hierro es un componente esencial de los receptores dopaminérgicos (D2), que se encuentran ampliamente localizados en los ganglios de la base. Su carencia puede interferir en la función de estos receptores y provocar este tipo de trastorno del movimiento (Martínez García, 2008).

La alteración del metabolismo cerebral de hierro va a conducir a una disfunción dopaminérgica en un grupo de neuronas que proyecta desde el cerebro medio hasta el médula espinal, el sistema límbico y la corteza cerebral (Fraguas Herráez el al., 2006).

Las concentraciones de hierro inferiores a 45µg/l pueden incrementar los síntomas del síndrome de las piernas inquietas. Además la administración de fármacos dopaminérgicos generalmente mejoran los síntomas.

Todo esto hace pensar que tanto el hierro como la dopamina están implicados en la aparición de este cuadro clínico y que se relacione con una hipo-función dopaminérgica (Martínez García, 2008).

Consecuencias

La principal consecuencia del padecimiento del síndrome de las piernas inquietas es la alteración de los patrones normales y regulares de sueño.

Insomnio

El insomnio es la principal consecuencia de este síndrome. Aproximadamente el 80%  de pacientes experimentan movimientos periódicos de las extremidades inferiores durante el sueño (AESPI, 2015).

Una cantidad importante de pacientes refieren perturbaciones o alteraciones del sueño como insomnio de conciliación y/o de mantenimiento y somnolencia diurna. A menudo, se produce un incremento de la latencia del sueño y una disminución notable de la eficacia debido a la presencia de micro-despertarse sucesivos (Martínez García, 2008).

Además, la presencia de un sueño poco satisfactorio o reparador va a incidir negativamente en la funcionalidad del paciente y en las actividades diarias. La somnolencia diurna va a provocar deficiencia en la ejecución de tareas laborales o cotidianas.

Alteraciones cognitivas

Por otro lado, la falta de sueño puede tener una repercusión importante en el componente cognitivo de la persona. Se podrán presentar alteraciones de memoria, de atención, dificultad de concentración, en las funciones ejecutivas, etc.

Esto en su conjunto va a tener importantes consecuencias en la vida de la persona que lo padece. Un estudio realizado por Baos Vicente y compañeros (2008), muestra que aproximadamente el 25% de los pacientes con síndrome de las piernas inquietas refieren que sus síntomas tiene un efecto negativo y perjudicial para la persona con quien comparten la cama, afectando a la necesidad de arreglos especiales para dormir en un 73% de los casos o afectando a la relación de pareja en un 20% (Baos Vicente et al., 2008).

En general, la privación continua o crónica del sueño y sus consecuencias en la capacidad de concentración, pueden afectar a la capacidad de trabajo y a la capacidad de participar en actividades sociales y de ocio. Asimismo, puede causar cambios de humor que afectan a las relaciones personales (AESPI, 2015).

Diagnóstico

En la actualidad no podemos encontrar una prueba diagnóstica específica para el síndrome de las piernas inquietas. Esta patología se diagnóstica de forma clínica realizando una integración tanto de la historia del paciente como de los síntomas que refiere y presenta (National Institute of Neurologial Disorders and Stroke, 2015).

De forma generalizada, se suelen emplear los criterios diagnósticos descritos por el Grupo Internacional de Estudio sobre el Síndrome de Piernas inquietas (IRLSSG):

Criterios esenciales

  1. Deseo de mover las piernas acompañado por lo general de sensaciones desagradables o molestas.
  2. Necesidad de mover las piernas, que se inicia o empeora durante los periodos de inactividad o reposo (tumbado o sentado).
  3. Mejoría parcial o total de la sintomatología con la actividad.
  4. Empeoramiento de las sensaciones desagradables en las piernas por la tarde y por la noche.
  5. Las sensaciones desagradables en las piernas no son atribuibles a ninguna otra enfermedad (insuficiencia venosa, edemas, mialgias, artritis, calambres en las piernas, mala postura, neuropatía periférica, ansiedad, mialgias y/o miopatía, lesiónlocal en las piernas, acatisia por fármacos, mielopatía, claudicación vascular o neurológica, temblor ortostático o dolor en las piernas).

Pruebas

Además de estos criterios, también se pueden emplear algunas pruebas de labotario para descartar otras enfermedades y apoyar el diagnóstico del síndrome de las piernas inquietas según describe el National Institute of Neurologial Disorders and Stroke (2015), de la siguiente forma:

Se deben realizar exámenes de sangre para excluir la anemia, el almacenamiento reducido del hierro, la diabetes, y la disfunción renal.

También se pueden recomendar una electromiografía y estudios de conducción nerviosa para medir la actividad eléctrica en los músculos y los nervios, y se puede utilizar una ultrasonografía Doppler para evaluar la actividad muscular en las piernas.

Estas pruebas pueden documentar cualquier daño colateral o enfermedad en los nervios y las raíces de los nervios (como la neuropatía periférica y la radiculopatía) u otros trastornos de movimientos relacionados con las piernas. Los resultados negativos de estas pruebas pueden indicar que el diagnóstico es de RLS.

En algunos casos, se realizan estudios del sueño como una polisomnografía (una prueba que registra las ondas cerebrales, el ritmo cardiaco y la respiración del paciente durante toda una noche) para identificar la presencia del PLMD.

Tratamiento

Estilo de vida

El tratamiento del síndrome de las piernas inquietas es sintomático generalmente, no etiológico. Para las condiciones leves, con síntomas moderado que en la mayoría de los casos tienen a desaparecer con el movimiento, muchos especialistas recomiendan cambios en el estilo de vida y en las actividades diarias (National Institute of Neurologial Disorders and Stroke, 2015).

Así, la Asociación Española de Síndrome de Piernas Inquietas (2015), recomienda los siguientes cambios de estilo de vida:

  • Eliminar sustancias que favorecen la aparición de los síntomas (cafeína, alcohol, tabaco), ingerir suplementos vitamínicos y minerales necesarios (hierro, folato o magnesio), y ocuparse en actividad autodirrigidas (caminar, estirarse, tomar baños con cambios de temperatura, etc.)
  • Programas de higiene del sueño (acostarse y levantarse regularmente a la misma hora en horarios con síntomas o tener un sueño tranquilo y cómodo).

Medicamentos

Por otro lado, los médicos también pueden prescribir una variedad de medicamentos para el tratamiento del síndrome de las piernas inquietas (National Institute of Neurologial Disorders and Stroke, 2015).

Agentes dopaminérgicos agonistas receptores de dopamina, como son el pramipexol y el ropirinol. Suelen recetarse en dosis bajas e incrementándose muy lentamente para así disminuir posibles los efectos secundarios, como son las náuseas, y la hipotensión (AESPI, 2015).

Sedantes: se suelen emplear para paliar los síntomas que aparecen de forma agravada durante la noche. No se suele emplear de forma continuada ya que pueden producir sedición diurna y problemas cognitivos (AESPI, 2015).

Analgésicos: se emplean en personas con síntomas de inquietud graves. Su utilización es controvertida ya que presentan posibilidad de adicción(AESPI, 2015).

Anticonvulsionantes: son particularmente efectivos para el tratamiento de los síntomas dolorosos que no responden a los fármacos de tipo dopaminérgicos (AESPI, 2015).

Intervención neuropsicológica

Por otro lado, debido a la consecuencias que la falta de sueño y el dolor crónico puede tener sobre el funcionamiento cognitivo de muchos individuos que padecen síndrome de las piernas inquietas, es probable que en muchos casos se requiera algún tipo de intervención neuropsicológica.

La intervención sobre la memoria, la atención y las funciones ejecutivas a través del desarrollo y potenciación de las capacidades y la compensación de los déficits puede tener un impacto positivo importante en la calidad de vida de los pacientes.

¿Cómo saber si tienes el síndrome de las piernas inquietas?

Primero, fíjate en estos cuatro criterios básicos para el diagnóstico:

  1. Sientes un deseo irrefrenable de mover las piernas que aparece cuando tienes sensaciones extrañas como de arrastre, hormigueo o tirones.
  2. Los síntomas aparecen o empeoran cuando estás en reposo: acostado o sentado.
  3. Los síntomas empeoran por la noche.
  4. Mueves las piernas todo el tiempo para que las sensaciones se vayan.

Si te sientes identificado con esta descripción, entonces debes consultar al médico. No existe una prueba que pueda realizar el diagnóstico, el médico debe guiarse por los síntomas que tú le relatas.

Te preguntará cuán frecuentes son, su duración e intensidad y si te impiden dormir correctamente de noche. Es probable que el médico te indique algunos estudios para descartar otras posibles causas.

Es importante que realices la consulta médica. No pienses que tus síntomas son demasiado leves o que no tienen solución. Algunos médicos piensan erróneamente que los síntomas se deben al nerviosismo, al estrés, al insomnio o a los calambres musculares, pero no te des por vencido.

Si tienes el síndrome de las piernas inquietas, tus síntomas pueden encontrar alivio.

5 claves para controlar el síndrome y descansar mejor

Cambia tu estilo de vida para favorecer el sueño

En primer lugar, lo que debes hacer es favorecer un buen descanso nocturno. Si disminuyes el consumo de cafeína, alcohol y tabaco, es posible que los síntomas se alivien y puedas descansar mejor.

Por otro lado, si te acuestas y te levantas siempre a la misma hora, esto también puede ayudarte a dormir mejor por la noche.

Visita este artículo para recibir otros consejos para combatir el insomnio.

Alivia las sensaciones con compresas frías o calientes

Algunas personas con síndrome de las piernas inquietas han podido aliviar las sensaciones extrañas en sus piernas aplicando compresas frías o calientes antes de ir a dormir.

Puedes hacerlo aplicando una bolsa de agua caliente o una bolsa de hielo en tus piernas, un rato antes de ir a la cama.

Tomar una ducha bien caliente y hacerte masajes en las piernas también puede ayudar.

Realiza ejercicio moderado para mejorar la circulación

Es posible que el hecho de realizar ejercicios leves o moderados, especialmente aquellos que fortalecen la parte baja de las piernas, pueda ayudar a reducir las molestas sensaciones.

Pero debes tener cuidado, el ejercicio excesivo puede ser contraproducente y empeorar los síntomas en lugar de aliviarlos.

Dispositivos de compresión y terapia con luz infrarroja también pueden ser útiles

Si con estas medidas sencillas tus síntomas no se alivian, no te preocupes. Aún hay muchos otros tratamientos que puedes seguir para controlar el síndrome.

Por ejemplo, las medias elásticas de compresión pueden ser útiles para eliminar la sensación de hormigueo o arrastre. Están hechas de material elástico fuerte, que comprimirá suavemente tus piernas y estimulará la circulación sanguínea, al mismo tiempo que evita las sensaciones extrañas.

Otra buena opción pueden ser los dispositivos de compresión neumática. Son cubiertas para las piernas que se inflan mediante una pequeña bomba para comprimir las piernas.

Este es un tratamiento que puede ser muy eficaz para eliminar las sensaciones y para que puedas dejar tus piernas quietas. Así podrás descansar bien durante la noche. También existen datos que indican que la terapia con luz infrarroja puede ayudar.

Un aparato de luz infrarroja aplicado en las piernas ayuda a mejorar la circulación y puede ser que también sea eficaz para evitar los síntomas de las piernas inquietas, aunque aún se necesita más investigación para demostrar qué tan efectivo es. De todas maneras, nada pierdes con probar.

Medicamentos para controlar los síntomas

Si no has podido evitar las sensaciones con los tratamientos anteriores, no te desesperes, el médico puede recetarte algunos medicamentos para aliviar las molestas sensaciones en tus piernas y ayudarte a dormir mejor.

Sin embargo, no todos los medicamentos son igualmente efectivos en todos los pacientes y es probable que tengas que intentar con diferentes medicamentos antes de encontrar el tratamiento más efectivo para ti.

Medicamentos agonistas de la dopamina

Se utilizan habitualmente para la enfermedad de Parkinson, pero también pueden ser útiles para aliviar las piernas inquietas.

Se ha demostrado que tanto el pramipexol, el ropinirol como los parches de rotigotina para la piel pueden ser efectivos, pues alivian los síntomas, mejoran la calidad de vida del paciente y mejoran el sueño.

En general, estos son los medicamentos que se recomiendan como tratamiento inicial de preferencia, en los pacientes que no han podido aliviar sus piernas cambiando su estilo de vida o aplicando otras terapias sin medicación.

Medicamentos anticonvulsivos

No es necesario que sufras convulsiones para que el médico te recete este tipo de medicamentos.

Se ha visto que la pregabalina, la gabapentina y el enacarbilo de gabapentina también son capaces de mejorar los síntomas y el descanso nocturno del paciente, lo cual mejora por supuesto su calidad de vida.

Benzodiacepinas

Son medicamentos que te ayudarán a dormir mejor. No es que alivien exactamente los síntomas de las piernas inquietas, pero relajarán tus músculos y podrás descansar adecuadamente.

El clonazepan, el diazepam, el oxazepam y el temazepam son algunos ejemplos de esta clase de medicamentos. Si los tomas por la noche, es posible que te sientas un poco aletargado al día siguiente.

Si tienes apnea del sueño, entonces este tipo de medicamentos no te conviene, pues los síntomas se pueden agravar.

Opioides

Si los síntomas de las piernas inquietas son intensos y no se alivian fácilmente, es posible que el médico te recete analgésicos potentes para que puedas descansar por la noche, como por ejemplo, los opioides.

La oxicodona, la codeína y la morfina son algunos ejemplos. Lo malo es que pueden causar síntomas adversos, como mareos, náuseas y dependencia o adicción.

Tratamiento con hierro

Está indicado sólo para quienes tienen bajos niveles de hierro en su organismo. Como habrás leído al principio, el hecho de tener poco hierro puede desencadenar los síntomas de las piernas inquietas.

Por eso, un tratamiento con hierro intravenoso o con pastillas de hierro puede ser efectivo en estos casos.

Referencias

  1. AESPI. (2015). Asociación Española de Síndrome de Piernas Inquietas. Obtenido de aespi.net
  2. Baos Vicente, V., Grandas Pérez, F., Kulisevsky Bojarski, J., Lahuerta Dal-Ré, & Luquin Piudo, R. (2009). El síndrome de piernas inquietas: detección,
    diagnóstico, consecuencias sobre la salud y utilización de recursos sanitarios. Rev Clin Esp., 209(8), 371-381.
  3. Fraguas Herráez, D., Terán Sedano, S., Carazo Gimenez, S., & Rodríguez Solano, J. (2006). A case of retless legs syndrme: importance of diagnosis. Psiq. Biol, 13(4), 145-7.
  4. Martínez Garcia, M. (2008). Una revisión del síndrome de piernas inquietas. SEMERGEN, 34(2), 80-6.
  5. NIH. (2015). National Instute of Neurological Disorders and Stroke. Obtenido de Retless Legs Syndrome