José María Iglesias: biografía, gobierno, aportes
José María Iglesias fue un político, periodista, abogado y profesor nacido en Ciudad de México en 1823. De ideología liberal, ocupó la presidencia del país de manera interina entre octubre de 1876 y enero de 1877, aunque su mandato no fue oficialmente reconocido en su época.
Aunque con anterioridad ya había ocupado algunos cargos políticos y había destacado por su oposición al régimen de Santa Anna, la carrera de Iglesias estuvo estrechamente ligada a la figura de Benito Juárez. Durante la intervención francesa y la Guerra de Reforma, este político permaneció al lado del líder liberal y formó parte de sus distintos gobiernos.
Tras la muerte de Benito Juárez en 1872, la presidencia de México recayó en Sebastián Lerdo de Tejada. El intento de este de seguir en el cargo en 1876 llevó a José María Iglesias, entonces al frente de la Suprema Corte, a proclamarse presidente provisional apoyándose en dos artículos de la Constitución de 1857.
Su breve etapa en la presidencia no permitió que dejara aportes significativos. Sin embargo, durante los gobiernos liberales anteriores, Iglesias había dado nombre a una de las leyes de Reforma. En concreto, la Ley Iglesias buscaba regular los enormes ingresos que la Iglesia obtenía en esa época.
Índice del artículo
Biografía
José María Iglesias Inzáurraga nació en Ciudad de México, el 5 de enero de 1823, en el seno de una familia adinerada. Sin embargo, su padre falleció cuando el futuro político tenía solo 12 años y su madre solo cinco años más tarde. Por ese motivo, pasó a estar a cargo de su tío materno, Manuel Inzáurraga.
El joven Iglesias estudió en el Colegio de San Gregorio para estudiar leyes. Al mismo tiempo, trabajó como profesor de idiomas del Colegio de San Ildefonso. En 1845, recibió su título de abogado.
Inicio de su carrera política
Iglesias siempre tuvo ideas liberales y se opuso al gobierno conservador de Antonio López de Santa Anna.
En 1846, se convirtió en regidor de Ciudad de México. Al año siguiente, durante la invasión estadounidense, se trasladó a Querétaro, donde el presidente Pedro María Anaya lo nombró ministro letrado del Tribunal de Guerra.
También en estos años, ejerció como secretario particular del Jefe del Ejecutivo y como Auditor del Ejército de Oriente.
Al acabar la guerra, el nuevo presidente del país, Mariano Arista, le ofreció un importante cargo en el Departamento del Tesoro: funcionario de la Junta de Crédito.
Periodista y escritor
Aparte de su labor como político, Iglesias comenzó en 1848 a colaborar con Guillermo Prieto y Manuel Payno en la elaboración de la obra Apuntes para la historia entre México y los Estados Unidos.
El político se mostró contrario al Tratado de Guadalupe Hidalgo y reflejó su posición desde su puesto de jefe de redacción del periódico El Siglo Diez y Nueve y en sus colaboraciones en otras publicaciones como el Monitor Republicano, El Diario Oficial y La Chinaca.
En 1852, Iglesias fue elegido como miembro del Congreso de México. Su elocuencia y su buen manejo del idioma hicieron que pronto destacara sobre el resto de los diputados.
La vuelta al poder de Antonio López de Santa Anna, en 1853, representó la instauración de un sistema dictatorial. El dictador, muy molesto por las críticas hacia él que aparecían en los Apuntes para la historia de la guerra entre México y los Estados Unidos, destituyó de sus puestos a los autores, incluido Iglesias.
Sin poder ejercer ningún cargo público, Iglesias se dedicó a su profesión hasta que Santa Anna fue derrocado por la Revolución de Ayutla, en 1855.
Leyes de Reforma
Con la caída del gobierno de Su Alteza Serenísima, sobrenombre que se había impuesto el propio Santa Anna, Iglesias volvió a ocupar algunos cargos importantes.
Durante el gobierno interino de Juan N. Álvarez, colaboró en el ministerio de Hacienda y, el 25 de junio de 1856, los ministros Manuel Payno y Miguel Lerdo de Tejada le pidieron que llevara a cabo la instrumentación de la ley sobre la desamortización de los bienes eclesiásticos.
Cuando Ignacio Comonfort, de ideología liberal, accedió a la presidencia, Iglesias fue nombrado jefe del Departamento del Tesoro y, después, secretario de Justicia.
Las leyes de Reforma que se estaban promulgando hicieron que Iglesias ganara notoriedad. El político recibió el encargo de redactar una ley que permitiera reducir el dinero que ingresaba la Iglesia católica, que pasó a la historia como la Ley Iglesias.
Además, Iglesias impulsó la aprobación de otras leyes, como la de sucesiones por testamento o la de procedimientos en los tribunales y juzgados del Distrito y territorios federales.
Su trabajo le valió ser nombrado ministro de Hacienda en la última etapa de periodo presidencial de Comonfort.
Guerra de Reforma e invasión francesa
La reacción conservadora a las Leyes de Reforma se concretó en el Plan de Tacubaya, proclamado por Félix María Zuloaga, y que desconocía la Constitución de 1857.
Comonfort se adhirió en un primer momento al Plan, pero fue Zuloaga quien se hizo con la presidencia.
La Constitución de 1857 establecía que el presidente de la Suprema Corte de Justicia debía asumir la presidencia provisional en caso de que quedara vacante por algún motivo. En esos momentos, el puesto estaba en manos de Benito Juárez, quien no dudo de defender la vigencia del texto constitucional y se proclamó presidente.
El enfrentamiento entre liberales y conservadores recibió el nombre de Guerra de Reforma. Iglesias, entonces magistrado de la Suprema Corte, apoyó a Juárez y se negó a reconocer el gobierno conservador.
En 1860, tras tres años de guerra, los liberales recuperaron el gobierno, con Juárez de presidente. Iglesias fue nombrado, primero, administrador general de rentas y, en enero de 1861, Oficial Mayor del ministerio de Hacienda.
La Segunda Intervención Francesa de México obligó al gobierno de Juárez a abandonar la capital y a formar un ejecutivo itinerante del que Iglesias formó parte. Entre otros cargos, fue visitador de la Administración de Rentas de la capital del estado de San Luis Potosí, ministro de Justicia y ministro de Hacienda.
Final de la guerra y regreso a Ciudad de México
Después de derrotar a las tropas del Segundo Imperio mexicano, los liberales restauraron la república. Juárez, de nuevo en la presidencia, ratificó en 1867 a Iglesias como ministro de Hacienda.
Ese mismo año, Iglesias fue elegido como miembro del Congreso, así como presidente de la cámara. En septiembre de 1868, además de continuar como diputado, Iglesias fue nombrado ministro de Gobernación y, a comienzos de 1869, ministro de Justicia e Instrucción Pública.
Su etapa en el gobierno continuó hasta 1871, cuando Juárez fue reelegido. Iglesias, posiblemente por problemas de salud, prefirió regresar a la actividad privada hasta 1873.
Muerte de Juárez y gobierno de Lerdo de Tejada
El fallecimiento de Benito Juárez, ocurrido el 18 de julio de 1872, obligó a que se celebraran unas nuevas elecciones presidenciales. El vencedor fue Sebastián Lerdo de Tejada.
Iglesias regresó a la política al año siguiente, cuando se presentó a la elección a presidente de la Suprema Corte de Justicia. En las votaciones derrotó a sus rivales, Vicente Riva y Porfirio Díaz e inició un mandato durante el que redactó el llamado Estudio constitucional sobre facultades de la Corte de Justicia.
El contenido del texto encontró una oposición muy fuerte por parte del gobierno, que promulgó una ley para disminuir las atribuciones de la Suprema Corte, en mayo de 1875. Esta nueva legislación fue mal recibida por Iglesias, ya que concedía a Lerdo de Tejada una gran injerencia en el poder Legislativo.
Presidencia y Revolución de Tuxtepec
Sebastián Lerdo de Tejada decidió volver a competir en las elecciones presidenciales celebradas en 1876. El anuncio de su nueva candidatura provocó que Porfirio Díaz proclamara su Plan de Tuxtepec e iniciara un levantamiento armado para evitar que Lerdo volviera a ser presidente.
Aunque resultó vencedor en las elecciones, sus adversarios denunciaron que se había producido un claro fraude electoral
Iglesias calificó el desarrollo de los comicios como “auténtico golpe de Estado” y desconoció a Lerdo de Tejada como presidente. Ante esto, afirmó que de acuerdo a la Constitución, la presidencia debía ser asumida por el presidente de la Corte Suprema, el propio José María Iglesias.
Lerdo de Tejada reaccionó arrestando varios seguidores de Iglesias. Este, ante el asedio al que fue sometido, tuvo que huir a Guanajuato.
Derrota y exilio
Aunque consiguió el apoyo de los gobernadores de varios estados, Iglesias no pudo hacer frente al avance de las tropas de Porfirio Díaz.
Díaz derrotó a los partidarios de Lerdo en Puebla y, después, consiguió tomar la capital. Al mismo tiempo, persiguió a las fuerzas de Iglesias, quien tuvo que refugiarse en Mazatlán. Desde allí partió al exilio en los Estados Unidos.
Durante su exilio, Iglesias residió en San Francisco y en Nueva Orleans. A finales de 1877, decidió regresar a México e, incluso, recibió algunas ofertas para unirse al gobierno de Díaz, aunque prefirió rechazarlas.
Fallecimiento
A pesar de su derrota, Iglesias nunca dejó de defender sus ideas liberales y la Constitución de 1857, aunque no volvió a dedicarse a la política.
Sus últimos años los pasó en Ciudad de México, donde falleció el 17 de diciembre de 1891. Solo los periódicos más liberales se hicieron eco de su muerte, mientras que el gobierno de Díaz intentó que su figura fuera olvidada.
Gobierno de José María Iglesias
José María Iglesias fue presidente interino de México durante solo unos meses. Según el Centro de Documentación, Información y Análisis del gobierno mexicano, su mandato se prolongó desde el 26 octubre de 1876 al 15 de marzo de 1877.
Iglesias fue llamado “presidente legalista”, ya que proclamó su derecho a ocupar la presidencia apoyándose en los artículos 79 y 82 de la Constitución de 1875.
Ascenso a la presidencia
Las elecciones de 1876, que representaron la reelección de Lerdo de Tejada, recibieron acusaciones de fraude por sus opositores. Antes de eso, en enero de ese mismo año, Porfirio Díaz se había levantado en armas contra el gobierno cuando Lerdo había anunciado su intención de volver a presentar su candidatura.
José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte de Justicia, denunció los resultados electorales y desconoció en público a Lerdo de Tejada como mandatario electo.
Las palabras de Iglesias fueron “O soy el representante de la legalidad, o no soy ni quiero ser nada”. Su postura era muy clara: como representante del máximo tribunal del país se negaba a reconocer la reelección de Lerdo, ni tampoco a un gobierno que surgiera del Plan de Tuxtepec proclamado por Porfirio Díaz.
Según la postura de Iglesias, la Constitución de 1857 le facultaba para asumir la presidencia interinamente hasta poder convocar unas nuevas elecciones. Eso, además de derrotar la insurrección de Díaz, era el único modo de mantener el orden constitucional.
Sin embargo, la represión desatada por Lerdo de Tejada lo obligó a buscar refugio en Guanajuato.
Convenio de Acatlán y Plan de Salamanca
Desde Salamanca, en Guanajuato, Iglesias calificó la postura de Lerdo de Tejada como “el mayor ultraje a la soberanía popular”.
Mientras, el avance de las tropas de Porfirio Díaz continuaba imparable. El 16 de noviembre de 1876, sus hombres derrotaron al ejército de Lerdo de Tejada en Tecoac, Puebla, una batalla que determinó la caída del gobierno.
Iglesias había establecido su propio gobierno en Salamanca, donde había encontrado el apoyo del gobernador de Guanajuato, Florencia Antillón.
Porfirio Díaz había intentado, sin éxito, que Iglesias aceptara el llamado Convenio de Acatlán, un acuerdo que incluía la toma del poder por la fuerza desconociendo a los tres poderes del gobierno.
Iglesias, tras rechazar la propuesta de Díaz, redactó el Plan de Salamanca, cuyo objetivo era formar un gobierno provisional y la convocatoria de nuevas elecciones. El documento, además, establecía que ninguno de los participantes en la contienda podía presentarse como candidato, incluido el mismo.
Derrota
Para finales del año 1873, Iglesias contaba con el apoyo de los gobernadores de Guanajuato, Querétaro, Colima, Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco, Sinaloa y Sonora.
Cuando Díaz supo sobre esos apoyos, dejó el gobierno en manos del general Juan N. Méndez y se puso al frente de un ejército con intención de derrotar a Iglesias.
El 25 de enero de 1877, Iglesias nombró un gobierno provisional en Guadalajar y se dispuso a hacer frente a Díaz.
Sin embargo, la superioridad militar de Díaz era aplastante. Iglesias y los suyos fueron derrotados con facilidad en Los Adobes (“un simulacro de combate”, según algunos historiadores) y replegarse hacia Colima. Las tropas de Díaz continuaron presionando sus posiciones hasta que Iglesias debió marcharse a Estados Unidos.
Aportes de José María Iglesias
José María Iglesias participó en la aprobación de varias leyes liberales durante su etapa en varios gobiernos.
La más importante fue la que lleva su nombre, la Ley Iglesias, pero también tuvo un papel importante en la creación de otras que configuraron las llamadas Leyes de Reforma
La Ley Iglesias
La Ley Iglesias, cuyo nombre oficial fue Ley de Obvenciones Parroquiales, fue promovida por el político entre enero y mayo de 1857, durante la presidencia de Ignacio Comonfort. Cuando comenzó a preparar la ley que llevó su nombre, ocupaba el cargo de ministro de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública.
La normativa formaba parte del conjunto de leyes que intentaban reformar la relación entre el estado mexicano y la Iglesia católica. Además, pretendían reducir el poder de algunos sectores hasta entonces privilegiados.
El objetivo de la ley era regular el cobro de los derechos parroquiales con el fin de impedir que fueran demasiado elevados para los sectores más pobres de la población. Igualmente, se establecían castigos para los miembros del clero que no la obedecieran.
Con la promulgación de esta ley, los servicios ofrecidos por la Iglesia debían ser gratuitos para buena parte de la población. De esta forma, el clero no podía cobrar por celebrar matrimonios, bautizos y otras ceremonias.
Otras leyes
En junio de 1856, como miembro del gobierno liberal, Iglesias recibió el encargo del ministro de Hacienda, Miguel Lerdo de Tejada, de buscar la aprobación de la Ley de Amortización de los Bienes Eclesiásticos del 25 de junio de 1856.
En 1863, cuando formó parte del gobierno itinerante de Juárez, creó la Administración de Bienes Nacionalizados. Igualmente, fue el responsable de la Ley que fijaba las reglas de la denuncia, adjudicación, redención o cobro de los bienes de la Iglesia.
Carrera como escritor
Además de su faceta como político, Iglesias nunca dejó de ejercer como periodista y escritor. Entre otros trabajos, fue jefe de redacción de varias publicaciones importantes, así como autor de dos libros de historia de gran prestigio.
Iglesias fue coautor de Apuntes para la historia de la guerra entre México y los Estados Unidos, cuyo contenido le costó tener que partir al exilio durante la presidencia de Santa Anna.
Después, entre 1862 y 1866, escribió Revistas Históricas sobre la Intervención Francesa, una obra realizada después de que Manuel Doblado (ministro de Relaciones Exteriores) le sugiriera tratar sobre ese tema.
José María Iglesias fue también el autor de La cuestión presidencial de 1876 y redactor jefe de El Siglo Diez y Nueve, además de colaborador en otros periódicos.
Referencias
- Díaz Flores, Gerardo. José María Iglesias. Obtenido de relatosehistorias.mx
- WikiMéxico. José María Iglesias. Obtenido de wikimexico.com
- Carmona Dávila, Doralicia. José María Iglesias publica un Manifiesto de Iglesias en el que señala que: “el triunfo militar de Díaz no constituirá una victoria política”. Obtenido de memoriapoliticademexico.org
- Encyclopedia of Latin American History and Culture. Iglesias, José María (1823–1891). Obtenido de encyclopedia.com
- Historica Wiki. Jose Maria Iglesias. Obtenido de historica.fandom.com
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. La Reforma. Obtenido de britannica.com
- Encyclopedia of Latin American History and Culture. Ley Iglesias. Obtenido de encyclopedia.com