Pensamiento sistémico: características aplicaciones y ejemplos
El pensamiento sistémico es la habilidad de resolver problemas dentro de un sistema complejo. Se basa en el estudio multidisciplinar de los sistemas; entidades formadas por partes interrelacionadas e interdependientes que crean algo distinto a la simple suma de las mismas.
El pensamiento sistémico apareció de manera formal hace aproximadamente cinco décadas. Está basado sobre todo en el trabajo del biólogo Ludwig von Bertalanffy. Actualmente, se utiliza tanto en ciencia como en ámbitos más aplicados, como por ejemplo el desarrollo personal o la gestión de empresas.
La principal característica del pensamiento sistémico es que, al contrario que ocurre con el método científico tradicional, no intenta aislar cada variable de una situación y estudiarla por separado. En lugar de ello, entiende que cada parte de un conjunto influye en las demás, por lo que trata de entenderlas como un todo.
El uso del pensamiento sistémico puede ser muy beneficioso tanto para individuos que lo aplican en su propia vida, como para mejorar la productividad de grupos de trabajo, empresas o proyectos. En este artículo hablaremos de cuáles son sus principios más importantes, y cómo se puede aplicar en distintas situaciones.
Índice del artículo
Características
Está basado en la teoría de sistemas
La teoría de sistemas es el estudio interdisciplinar de entidades formadas por diferentes partes interdependientes entre sí, ya sean naturales o creadas por el hombre. Cada una de estas entidades es conocida como “sistema”, y generalmente se describen en función de sus límites, su propósito o su manera de funcionar.
La teoría sistémica dice que cada una de estas entidades es mayor que la simple suma de sus partes. Esto se debe a efectos como la sinergia o el comportamiento emergente.
Como tal, esta disciplina argumenta que es imposible entender cómo funciona un sistema sin comprender antes cuáles son sus componentes y cómo se relacionan entre sí.
Debido a ello, el propósito general de la teoría de sistemas es descubrir cuáles son los límites, dinámicas, condiciones, propósito y relaciones que se esconden detrás de cada una de estas entidades.
Puede ser aplicada a prácticamente cualquier ámbito, y actualmente se usa en temas tan variados como la filosofía, la gestión de empresas o la ciencia.
El pensamiento sistémico, partiendo de esta teoría, es una forma de razonamiento que trata de entender las partes que forman un conjunto y cuál es su relación entre sí. Este tipo de análisis ayuda a encontrar las causas subyacentes de una situación, dándole poder luego a una persona para cambiarla.
Va de lo particular a lo general
El pensamiento sistémico utiliza un procedimiento muy concreto para analizar un conjunto o una situación determinada. En un principio, se examinan los datos objetivos con los que se cuentan en cada momento, como los resultados observables o la situación de la que se parte. Después, se intentan buscar las causas subyacentes y extrapolarlas a otros ámbitos.
Generalmente, la manera en la que pensamos es muy distinta a esto. Habitualmente, cuando tenemos un problema concreto, buscamos las causas en el pasado reciente y en las situaciones más cercanas; y al tratar de resolverlo, nos centramos en soluciones que funcionan a corto plazo y no nos preocupamos por el futuro lejano.
Por el contrario, el pensamiento sistémico trata de encontrar todas las causas de una situación y todos los elementos que pueden haber influido en ella, sin importar lo lejanos que estén en el tiempo y el espacio.
Además, las soluciones que propone pueden extrapolarse a otras situaciones similares. Por otra parte, tienen en cuenta tanto la eficacia a corto plazo como los posibles riesgos en el futuro lejano. Esto solo puede hacerse comprendiendo en profundidad todos los elementos que influyen en un escenario concreto.
Utiliza herramientas y técnicas para ayudar a reflexionar de manera distinta
El pensamiento sistémico es una habilidad que la mayoría de personas no tienen muy desarrollada de serie. Para ayudar a realizar este proceso de forma más sencilla, los teóricos de la teoría de sistemas han creado un gran número de herramientas y procedimientos que pueden asistirnos a la hora de aplicarlo.
Estas herramientas están basadas en las reglas que rigen el pensamiento sistémico. Su principal objetivo es ayudarnos a observar una situación desde un ángulo distinto.
Así, en lugar de centrarse en el presente y en el escenario concreto que se tiene entre manos, estas técnicas permiten encontrar con mayor facilidad los componentes de un sistema.
Las herramientas concretas utilizadas por el pensamiento sistémico varían en función del ámbito de aplicación. Es posible encontrar conjuntos de técnicas para la gestión de empresas, el pensamiento crítico o el desarrollo personal. De hecho, en los últimos años han surgido formaciones especializadas en cada uno de estos temas.
Permite actuar de manera más eficaz sobre un problema
El principal beneficio del pensamiento sistémico es que nos permite comprender por completo las causas que han llevado a una situación determinada.
Además, también nos ayuda a entender todos los elementos que están provocando que la misma se mantenga. Estas dos características son clave a la hora de modificar un escenario que no nos gusta.
Al comprender por completo las causas de una situación y sus componentes, es posible desarrollar una solución que sea eficaz tanto a corto como a largo plazo.
De esta manera, el pensamiento sistémico, a pesar de ser complejo de aplicar en ocasiones, produce grandes beneficios en las áreas en las que se aplica.
Principios del pensamiento sistémico
Como ya hemos visto, el pensamiento sistémico está basado en la teoría de sistemas. Debido a ello, su principio fundamental es la construcción de un modelo universal en el que se estudien todos los elementos que forman una situación, así como sus consecuencias.
A partir de este principio, se extrae una metodología de cuatro pasos que se aplica en todos los ámbitos en los que es aplicable el pensamiento sistémico. Los pasos pueden variar ligeramente en función del tema del que se esté hablando, pero su funcionamiento básico es siempre el mismo.
Los cuatro principios fundamentales del pensamiento sistémico son los siguientes: adquisición de una visión global, reconocimiento de los sistemas existentes y sus relaciones, reconocimiento de los elementos que los forman, y estudio de posibles soluciones y sus efectos a corto y largo plazo.
Adquisición de una visión global
El primer paso necesario para aplicar el pensamiento sistémico a una situación es tomar perspectiva respecto a la misma. A menudo, las consecuencias más inmediatas de un escenario nos impiden ver el todo.
Por eso, antes de comenzar con el análisis del mismo, es necesario preguntarnos qué es lo que estamos pasando por alto a primera vista.
Para ello, existen una serie de herramientas que nos ayudan a examinar las posibles causas subyacentes de una situación, así como todos los elementos que pueden estar influyendo en la misma.
De esta manera, se consigue adquirir una nueva perspectiva y se puede empezar a analizar el escenario de forma más eficaz.
Reconocimiento de los sistemas existentes y sus relaciones
Una vez que hemos sido capaces de sustraernos de las consecuencias más inmediatas de la situación que estamos estudiando, el siguiente paso es encontrar todos los sistemas que forman parte de la misma.
Esto puede incluir tanto sistemas humanos (grupos de trabajo, relaciones familiares…) como de elementos inanimados o incluso intangibles.
Así, por ejemplo, en un problema laboral uno de los sistemas implicados es la propia empresa, y los grupos de trabajadores de la misma; pero también lo son por ejemplo el sistema informático de la misma, las creencias de las personas que pertenecen a la compañía, o la situación financiera de la empresa.
Encontrar todos los sistemas implicados en una situación y entender cómo se influyen mutuamente es algo fundamental antes de empezar a buscar soluciones concretas a un problema.
Reconocimiento de los elementos que los forman
El siguiente paso después de identificar todos los sistemas que influyen en una situación es encontrar los elementos que forman cada uno de ellos. Además, al igual que en el punto anterior, es necesario comprender cómo se influyen entre sí, al igual que las sinergias y propiedades emergentes que provocan.
Por ejemplo, en un problema de empresa no basta con identificar que el conjunto de empleados de la misma es uno de los sistemas que influyen en la situación. Es necesario llevar el análisis un paso más allá y tratar de entender las posiciones de cada uno de ellos.
Esto hace que el pensamiento sistémico sea bastante complicado de aplicar. Sin embargo, también permite que las soluciones que se apliquen sean mucho más efectivas a la hora de mejorar la situación de cada uno de los participantes.
Estudio de posibles soluciones y sus efectos
Por último, una vez que se han identificado tanto los sistemas que influyen en una situación y los elementos que forman cada uno de ellos, el paso final es el que se encarga de buscar una solución al problema planteado al principio del análisis. Gracias a los pasos previos, es mucho más sencillo encontrar una alternativa satisfactoria para todas las partes.
Sin embargo, en este paso no sirve con adoptar la primera idea que surja después del análisis. Para evitar futuros problemas, es necesario identificar los efectos tanto a corto como a largo plazo de cada una de las soluciones propuestas. Solo así se podrá escoger la que vaya a ser más eficaz para todas las partes implicadas.
Aplicaciones
El pensamiento sistémico puede utilizarse en prácticamente cualquier ámbito, ya que la mayor parte de las situaciones en las que nos vemos implicados son complejas y tienen distintos elementos que influyen en ellas. Sin embargo, existen varios temas en los que los beneficios de esta metodología son mayores de lo normal.
El primero de ellos es el mundo de la empresa. Crear y desarrollar un negocio, o resolver los problemas que surgen en el mismo, requiere de una gran capacidad de análisis y la habilidad para encontrar todos los factores que influyen en una situación. Por eso, el pensamiento sistémico cada vez se aplica más en la gestión de empresas.
Por otra parte, el campo de la psicología (especialmente aplicada) también se beneficia enormemente del pensamiento sistémico. La mente humana es uno de los sistemas más complejos que existen en el mundo, y cada fenómeno psicológico está provocado por múltiples causas interrelacionadas.
Por último, en el mundo del desarrollo personal también ha habido un incremento del uso de estrategias relacionadas con el pensamiento sistémico. Para mejorar la situación en la que se encuentra una persona, a menudo es necesario recurrir a un análisis profundo de las causas y soluciones relacionadas con la misma.
Ejemplo
Uno de los ejemplos clásicos de los problemas que surgen de no aplicar el pensamiento sistémico es el caso de People’s Express, una aerolínea de bajo coste que fue muy popular en la década de los 80.
Durante este periodo, los viajes en avión se estaban volviendo cada vez más populares; y esta compañía fue una de las que más dinero ganó.
El crecimiento de People’s Express se debía sobre todo a su bajo coste. Los precios de los billetes eran muy inferiores a los de otras compañías similares, debido a la manera en la que pagaban a sus empleados. En lugar de hacerlo totalmente en metálico, los trabajadores recibían parte de su compensación en forma de acciones de la empresa.
Esta estrategia funcionó muy bien durante unos años, ya que las acciones de la compañía no dejaban de crecer debido a la popularidad de los viajes aéreos. Sin embargo, lo que los directivos no fueron capaces de prever fue que este sistema no podía funcionar a largo plazo.
Así, unos cuantos años después las acciones de la compañía se estancaron, y por lo tanto los empleados de la misma empezaron a recibir una compensación cada vez menor.
Debido a ello, sus servicios empeoraron, y rápidamente la empresa sufrió un gran declive. En 1987, ya sin apenas valor, fue adquirida por Continental Airlines.
Si los directivos de People’s Express hubiesen utilizado el pensamiento sistémico, se habrían dado cuenta de que la satisfacción de sus empleados, y por tanto los servicios que estos prestaban, estaban estrechamente relacionados con el crecimiento continuado de las acciones de la empresa.
Por lo tanto, su estrategia no podía funcionar para siempre; y la falta de visión de los dirigentes de la compañía acabó provocando el fracaso de la misma.
Referencias
- “Systems thinking: what, why, when, where, and how?” en: Systems Thinker. Recuperado en: 25 Enero 2019 de Systems Thinker: thesystemsthinker.com.
- “Qué es el pensamiento sistémico y por qué lo necesitas” en: Facile Things. Recuperado en: 25 Enero 2019 de Facile Things: facilethings.com.
- “Significado de pensamiento sistémico” en: Significados. Recuperado en: 25 Enero 2019 de Significados: significados.com.
- “Pensamiento sistémico” en: Ecured. Recuperado en: 25 Enero 2019 de Ecured: ecured.cu.
- “Systems theory” en: Wikipedia. Recuperado en: 25 Enero 2019 de Wikipedia: en.wikipedia.org.