Psicología educativa

Respeto en la escuela: cómo aplicarlo y consecuencias


El respeto en la escuela es uno es uno de los valores más importantes a enseñar; la falta de respeto en la escuela puede ser extremadamente perjudicial para el objetivo de enseñanza que se quiere alcanzar, dañando tanto el aprendizaje de los alumnos como el bienestar de los profesores.

En los últimos años, ciertos cambios culturales han provocado que el respeto esté cada vez más ausente en las aulas. Antiguamente, los profesores gozaban de niveles muy altos de autoridad; pero ahora mismo, los intentos de cambiar el paradigma educativo han provocado que muchos educadores no sean capaces de hacerse tratar correctamente.

Por otro lado, también es bastante frecuente escuchar historias de profesores que abusan de su poder y no respetan adecuadamente a sus alumnos. Debido a ello, en tiempos recientes han surgido varias iniciativas que intentan restablecer este valor tan fundamental en todos los ámbitos del sistema educativo.

A pesar de que el respeto no depende exclusivamente de lo que suceda en las aulas, es posible fomentar el aprendizaje de esta actitud desde dentro del sistema educativo. En este artículo veremos cómo se puede conseguir, y por qué es importante hacerlo.

Índice del artículo

¿Cómo aplicar y fomentar el respeto?

No se sabe qué provoca exactamente que haya o no respeto en la escuela. Lejos de existir un único factor, existen varios relacionados entre sí que hacen más probable la aparición de este valor. Los más importantes son la educación que reciben los niños en casa, la actitud del profesor, y el trabajo directo sobre este área.

Educación en la familia

Un gran número de expertos coinciden en que el factor más importante a la hora de determinar si existirá respeto en la escuela o no es la educación que reciban los niños en casa.

En función de los mensajes que transmitan los padres a sus hijos sobre sus profesores y compañeros, será más o menos fácil que estos respeten a sus educadores.

Antiguamente, el mensaje predominante en nuestra cultura era el de que los profesores siempre tenían la razón. Si un niño suspendía un examen, por ejemplo, generalmente los padres asumían que había un buen motivo para ello y la culpa se le echaba al pequeño. De esta manera, los niños aprendían que los educadores eran la autoridad en la escuela.

Hoy en día, el mensaje es normalmente el opuesto: cuando un alumno tiene malas notas, los padres tienden a echarle la culpa al profesor, convencidos de que su hijo es perfecto y no puede equivocarse. Esto le manda una idea equivocada a los niños, aumentando su ego y haciendo que no respeten a sus educadores.

Algo similar ocurre en el caso del respeto por otros compañeros. Si en casa se le enseña a los niños desde pequeños que es necesario aceptar a todo el mundo sin importar cómo sea, será mucho menos probable que aparezcan faltas de respeto o actitudes de acoso hacia otros compañeros.

Actitud del profesor

Dentro del área del respeto hacia los profesores, la actitud y comportamiento de cada educador tiene un papel fundamental. Dentro de un mismo colegio, un grupo de alumnos puede tratar con la máxima deferencia hacia uno de sus profesores, y de manera totalmente inadecuada a otro.

De manera natural, los niños tienden a buscar los límites que les imponen otras personas y a intentar superarlos. Según numerosas investigaciones sobre el tema, el respeto se consigue cuando se tienen límites claros y se rechazan todos los intentos de los pequeños de sobrepasarlos.

Así, un profesor tiene que aprender a imponer su autoridad de una manera no violenta a fin de conseguir el máximo nivel de respeto posible. Esto puede ser bastante complicado, aunque existen numerosos programas de intervención que pueden ayudar a los educadores a adquirir esta habilidad.

Algo similar ocurre en el caso de los niños cuyos compañeros no les respetan; aunque en este sentido, debido a que todos los alumnos parten de un nivel de autoridad similar, es mucho más complicado conseguir que se respeten los límites que se traten de imponer.

¡Trabajo directo sobre el respeto

Algunos expertos consideran que una de las maneras más eficaces de fomentar el respeto en la escuela es trabajando directamente sobre este valor con los alumnos. La idea es ayudar a los niños a desarrollar habilidades como la empatía, la escucha y la gestión emocional para que sean capaces de ponerse en el lugar de los otros.

Teóricamente, cuando esto se consigue, los niños dejan de faltar al respeto a sus profesores y compañeros porque entienden el daño que les están haciendo. En la práctica, sin embargo, es necesario combinar este enfoque con los dos elementos vistos anteriormente para que funcione de verdad.

Consecuencias de la falta de respeto

La falta de respeto en la escuela puede provocar todo tipo de consecuencias negativas, tanto a nivel de aprendizaje como de convivencia. En función de quién sea la persona a la que no se está tratando correctamente, los efectos pueden variar bastante.

Si la persona a la que no se respeta es el profesor, puede ser sencillamente imposible conseguir una enseñanza efectiva. Un educador que no sea capaz de imponerse no podrá transmitir los conocimientos sobre los que tiene que trabajar. Además, en casos muy extremos esta situación puede desembocar en problemas emocionales para el adulto.

Por otro lado, cuando la víctima de las faltas de respeto es otro alumno, las consecuencias pueden ser mucho más graves. En muchas ocasiones, estas situaciones pueden acabar desembocando en situaciones de acoso o bullying, que pueden llevar a generar problemas emocionales muy serios.

Ejemplos de situaciones de respeto en la escuela

dinámicas de inteligencia emocional

El respeto o la falta del mismo juegan un papel muy importante en muchas situaciones distintas dentro del sistema educativo. A continuación veremos dos ejemplos para entender mejor dónde es necesario fomentar este valor.

Profesor con problemas del habla

Imaginemos que un nuevo profesor de la escuela tartamudea al hablar, por lo que es difícil entenderle. Los alumnos encuentran cómica su manera de comunicarse. Si se les ha educado en el respeto, trabajarán junto con el educador para que las clases se desarrollen de la mejor manera posible.

Sin embargo, si los niños no han aprendido a respetar a sus profesores de manera adecuada, lo más probable es que no le traten bien, por lo que será muy difícil que las clases se lleven a cabo con normalidad y el educador podría sentirse atacado.

Alumno con características diferentes

Dentro de la mayoría de las clases, algunos niños tendrán características que no serán habituales entre los niños de su edad. Puede que uno de ellos tenga sobrepeso, o que sea homosexual, o simplemente que sea muy alto, bajo o lleve gafas.

Los niños, de manera natural, tienden a atacar a aquellos que son diferentes. Sin embargo, si se les ha enseñado a respetar a otros sin importar su condición, estas diferencias no tienen por qué suponer un problema y se puede conseguir una convivencia adecuada en el aula.

Referencias

  1. “Teaching guide: respecting others” en: Good Character. Recuperado en: 31 Marzo 2019 de Good Character: goodcharacter.com.
  2. “The Value of Promoting Respect in Schools” en: Thought Co. Recuperado en: 31 Marzo 2019 de Thought Co: thoughtco.com.
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  4. “Teaching respect in the modern classroom” en: Proud to be Primary. Recuperado en: 31 Marzo 2019 de Proud to be Primary: proudtobeprimary.com.
  5. “Cómo promover el respeto a los compañeros desde el aula” en: Guía Infantil. Recuperado en: 31 Marzo 2019 de Guía Infantil: guiainfantil.com.