Geografía

Paisaje humanizado: características, ejemplos


Un paisaje humanizado hace referencia a aquellos espacios o terrenos que han sido transformados por la intervención de la mano del hombre. Estos cambios generalmente son causados para satisfacer sus necesidades básicas y mejorar sus condiciones de vida.

Esta transformación son consecuencia de la evolución y la modernización de las sociedades a través de los años, lo que ha dado lugar a situaciones positivas y negativas para el medio ambiente.

La ocupación territorial desarrollada por el hombre incluye la construcción de caminos y viviendas, la explotación de bosques y minas, la práctica de la ganadería y la agricultura, la edificación de ciudades y mucho más.

Este proceso de transformación ha provocado un daño preocupante en el entorno, que hoy presenta grandes áreas erosionadas y desgastadas, altos niveles de contaminación y cambios climáticos impredecibles, como consecuencia de la emisión de gases tóxicos. 

Ello ha influido en el desarrollo natural de la flora y la fauna, los cuales también se han visto afectados de manera negativa.

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Características del paisaje humanizado

El concepto de paisaje hace alusión a una extensión o parte de un territorio que puede ser observada desde un determinado punto o lugar.

El geógrafo francés Georges Bertrand lo define como “el resultado de la combinación dinámica, por lo tanto inestable, de elementos físicos, biológicos y antrópicos, que reaccionan dialécticamente los unos sobre los otros y forman un conjunto único e indisociable en continua evolución”.

Esta idea incluye al hombre como un elemento transformador, pero que a su vez también es transformado por el entorno. De esta manera, la principal característica del paisaje humanizado es la presencia de una población, entendida como el conjunto de personas que ocupan un espacio definido.

Como parte de su desarrollo, los miembros de estas comunidades realizan actividades como arar la tierra, talar árboles, desviar ríos y explotar recursos naturales, que afectan al área en la que viven y la modifican.

Distintas clasificaciones

El término paisaje humanizado suele utilizarse en la geografía, la biología, la ecología, la antropología y la sociología, entre otras ciencias y campos de estudio. Además, también se lo emplea en el mundo de las artes.

Muchos autores clasifican estos paisajes teniendo en cuenta las características en que la intervención del hombre se produce.

Por ejemplo, esta puede ser catalogada entre “espontánea” o “planificada”; en “racional” o “irracional” de acuerdo al uso que se le da a los recursos naturales; o en “repentina” o paulatina”, en base al lapso de tiempo en que esta ocurre.

Ejemplos de paisaje humanizado

Existen muchos ejemplos de cambios que los hombres pueden realizar en un terreno para convertirlo en un paisaje humanizado.

Uno de ellos es el caso de la agricultura, en donde el cultivo y la labranza de la tierra modifican el ambiente natural. Otros casos similares son los de la ganadería y la pesca, en los que la crianza de animales para su consumo y aprovechamiento, y la extracción de los peces del agua alteran el entorno.

Lo mismo ocurre con la explotación forestal, con la tala de árboles y la quema de bosques y selvas; así como el desarrollo de las redes viales, con la construcción de carreteras, calles y vías de tren.

También la minería y la industria, que utilizan y extraen recursos naturales y generan toda clase de residuos, y el turismo, cuya explotación de los lugares suele dejar su huella.

A su vez, cada ciudad existente en el mundo es otro ejemplo de paisaje humanizado.

La mano del hombre y la tecnología

El desarrollo de la tecnología también ha incrementado la capacidad del ser humano para transformar los paisajes.

Un caso concreto es el del mar del Norte, en los Países Bajos, donde el agua fue bombeada en ciertas áreas y se descubrió que debajo de ella había suelo fértil. Tras ello se construyeron diques y presas y esa tierra ganada al mar ahora es utilizada para la agricultura y otros fines.

Del mismo modo, en China el flujo del río Yangtsé fue alterado de manera permanente para que riegue determinadas zonas y, en la actualidad, allí funciona la planta de energía eléctrica más grande del mundo.

Diferencias entre paisaje humanizado y natural

Los paisajes humanizados se distinguen de los naturales en que estos últimos son aquellos espacios y terrenos que no han sido transformados por la acción del ser humano.

Entre ellos se encuentran el Polo Norte y el Polo Sur, algunas montañas, bosques, selvas, llanuras, valles y desiertos que por sus características climáticas o físicas son inhabitables o de difícil acceso, o no cuentan con materias primas que puedan ser explotadas.

Otra diferencia entre los paisajes naturales y humanizados es que en los primeros los cambios suelen producirse de forma gradual, producto de la erosión del viento o de las aguas, la acción de la temperatura, la evolución de la vegetación, la modificación de los cursos fluviales o la renovación de las especies.

Por el contrario, cuando el hombre interviene en un terreno, las transformaciones se dan con mayor rapidez y en muchos casos son inmediatas.

Otros ejemplos de paisajes naturales

También se consideran paisajes naturales a aquellos lugares que, si bien pueden estar habitados o contener estructuras humanas, no fueron alterados o modificados por su mano.

Es el caso del Gran Cañón del Colorado en los Estados Unidos; las cataratas del Iguazú en Argentina, Brasil y Paraguay; el río Amazonas en Perú y Brasil; el fiordo de Milford Sound en Nueva Zelanda; la selva Negra en Alemania; el monte Vesubio en Italia; la formación rocosa Uluru y la Gran Barrera de Coral en Australia; y las Islas Galápagos en Ecuador.

Otros ejemplos son los parques o reservas naturales y demás espacios protegidos para garantizar su preservación y el desarrollo de su flora y fauna.

Referencias

  1. Bertrand, Georges (1968). Paysage et géographie physique globales: esquisse methodologique. Révue de Géographie des Pyrenées et Sud-Ouest. Toulouse.
  2. National Geographic. Landscape. Resource Library.
  3. Atkins, Peter, Ian Simmons, and Brian Roberts (1998). People, Land and Time: An Historical Introduction to the Relations between Landscape, Culture and Environment. London.
  4. Horton, John, and Peter Kraftl (2014). Cultural Geographies: An Introduction. London, Routledge.
  5. Wettstein, G., (1972), Hacia una tipología de los paisajes humanizados. Revista geográfica de Mérida, Venezuela. Vol. XIII, No. 28.
  6. Culture landscape. Wikipedia. Disponible en: es.wikipedia.org