Biología

Sistema nervioso entérico: características, partes, funciones


El sistema nervioso entérico es una red intrínseca de neuronas del sistema autónomo que se distribuye en las paredes del intestino y que tiene funciones semi-independientes. La cantidad de neuronas de la pared del intestino (100 millones) es casi tan numerosa como las de la médula espinal.

El sistema nervioso entérico es considerado frecuentemente como la tercera división del sistema autónomo y recibe, por ello, el nombre de “división entérica del sistema autónomo”. Otros autores lo consideran como un desplazamiento del sistema nervioso central (SNC) para la regulación del sistema gastrointestinal.

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Esta división entérica funciona de manera relativamente independiente, pero se conecta con el sistema nervioso central a través del sistema simpático y parasimpático. Su función es la de controlar la motilidad intestinal, la secreción y la absorción de nutrientes.

Incluye neuronas sensoriales que detectan cambios químicos, dolor y distensión del tubo digestivo; neuronas motoras que coordinan la actividad del músculo liso intestinal e interneuronas que integran la actividad intrínseca y que reciben señales de las divisiones simpáticas y parasimpáticas.

Si bien la función del sistema nervioso entérico es autónoma, está regulada y controlada por la inervación extrínseca del sistema digestivo, constituida por la división simpática y parasimpática del sistema nervioso autónomo.

Índice del artículo

Características del sistema nervioso entérico

Doble inervación

El sistema digestivo posee una doble inervación, una intrínseca y una extrínseca. El sistema nervioso entérico es el sistema de inervación intrínseco del sistema digestivo, mientras que la inervación extrínseca está representada por el sistema autónomo con su división simpática y parasimpática.

Regulado por el sistema nervioso autónomo

El sistema nervioso entérico actúa con bastante independencia, pero es regulado por el sistema nervioso autónomo, que es el sistema de inervación extrínseca del tubo digestivo.

Un ejemplo de esta doble inervación es la inervación de los vasos sanguíneos que nutren al aparato digestivo. Estos están inervados por el sistema intrínseco o sistema nervioso entérico y por el sistema extrínseco a través de la división simpática.

Aún se desconoce si existe alguna inervación parasimpática colinérgica (por acetilcolina) del sistema vascular entérico.

El sistema nervioso entérico inerva estos vasos sanguíneos y a través de los neurotransmisores óxido nítrico (NO) y péptido vasoactivo (VIP) causa la hiperemia o aumento del flujo sanguíneo por vasodilatación, que acompaña a la digestión.

Por otro lado, estos vasos entéricos están inervados por el sistema nervioso simpático por medio de las fibras postganglionares simpáticas que liberan noradrenalina (noradrenérgicas). Cuando este sistema es estimulado se produce vasoconstricción y disminuye el flujo sanguíneo en la zona.

Efectos antagónicos

Los efectos simpáticos y parasimpáticos para la función del sistema digestivo son antagónicos. La estimulación simpática disminuye la motilidad, la secreción, la absorción y el flujo sanguíneo digestivo.

La parasimpática aumenta la motilidad, la absorción y la secreción. La estimulación simpática aumenta el tono de los esfínteres del sistema gastrointestinal entretanto la estimulación parasimpática lo disminuye.

Partes del sistema nervioso entérico

El sistema nervioso entérico se organiza formando dos grandes grupos extendidos de neuronas y fibras nerviosas interconectadas que se denominan plexos.

Estos plexos se distribuyen entre las diferentes capas que componen la pared del tubo digestivo y se conocen como el plexo de Auerbach y el de Meissner.

Descripción del tubo digestivo

Las capas de la pared del tubo digestivo son similares a lo largo de todo el tubo, pero muestran características particulares en cada segmento.

Estas son cuatro capas concéntricas que, de adentro hacia afuera, son: la mucosa, la submucosa, la muscular externa y la serosa o adventicia. Las cuatro se encuentran en todo el tubo digestivo.

– La mucosa está compuesta por un epitelio, una lámina propia y la muscularis mucosae con dos capas musculares lisas. También contiene glándulas, vasos linfáticos y nódulos linfoides.

– La submucosa es una capa de tejido laxo que solo posee glándulas en el esófago y el duodeno.

– La capa muscular externa está compuesta por dos capas de músculo liso, una dispuesta longitudinalmente en la parte externa y otra dispuesta circularmente en la parte interna.

– La serosa o adventicia es una capa delgada de tejido conectivo y es la capa más externa de la pared del tubo.

Distribución de los plexos entéricos

En la capa muscular externa del tubo digestivo, entre la capa circular y la longitudinal, se encuentra el plexo de Auerbach, también denominado plexo Mientérico. Este plexo inerva ambas capas de músculo liso y es el responsable del peristaltismo.

Distribuidas en el entorno del plexo de Auerbach también se encuentran las fibras de las neuronas simpáticas y parasimpáticas.

En la capa submucosa se encuentra distribuido a lo largo de todo el tubo digestivo el plexo de Meissner o plexo submucoso del sistema nervioso entérico. En esta zona también existen fibras del sistema nervioso parasimpático.

El plexo submucoso de Meissner inerva el epitelio glandular, las células endocrinas intestinales y los vasos sanguíneos de la submucosa. Este plexo regula la función secretoria, los movimientos de la mucosa y el flujo sanguíneo local.

Distribuidas en la pared del tubo digestivo se encuentran muchas fibras sensoriales que llevan información directamente acerca del contenido luminal y del estado secretorio y muscular locales a los plexos cercanos y distantes.

Esta información sensorial también es transmitida al sistema nervioso central a través del sistema autónomo.

Organización anatómica de la inervación del sistema digestivo

La organización general del sistema nervioso entérico y del sistema autónomo que inerva el tubo digestivo es compleja e interconectada.

En líneas generales, la mayor parte de las fibras parasimpáticas se conectan con las células ganglionares de los plexos entéricos y no directamente sobre las células de músculo liso o las glándulas.

Las fibras parasimpáticas llegan al tracto digestivo a través de los nervios vagos y pélvicos y la estimulación parasimpática aumenta la motilidad y la actividad secretora del intestino.

Los plexos celíacos, mesentérico superior e inferior y el plexo hipogástrico proporcionan la inervación simpática del intestino. La mayoría de estas fibras terminan en los plexos de Auerbach y de Meissner.

La activación simpática disminuye la actividad motora, reduce las secreciones y produce vasoconstricción local. Algunas fibras terminan directamente en las capas musculares externas, en la muscularis mucosae y en algunos esfínteres.

En las capas musculares externas, el simpático disminuye la actividad motora actuando a través del plexo Mientérico que está en contacto con las células musculares externas. En la muscularismucosae y en los esfínteres la actividad simpática provoca su contracción.

La contracción de la muscularis mucosae genera los pliegues y las criptas de la mucosa.

Existen fibras aferentes que forman parte de reflejos locales y centrales. Para los reflejos centrales las fibras aferentes son las que se dirigen y se conectan con neuronas situadas en el sistema nervioso central.

Estas fibras aferentes envían información detectada por quimiorreceptores, mecanorreceptores y de otros receptores sensitivos.

Los reflejos locales se establecen mediante conexiones directas de las fibras sensitivas con las células nerviosas de los plexos Mientérico y submucoso, quienes envían una respuesta que puede estar dirigida a la actividad de la capa muscular externa, las glándulas, las células endocrinas, los vasos sanguíneos o la muscularis mucosae.

Funciones de sistema nervioso entérico

Los dos plexos del sistema nervioso entérico cumplen funciones diferentes. El plexo de Auerbach está relacionado con el peristaltismo, con las contracciones destinadas a la mezcla del quimo y con el tono de la musculatura lisa.

El plexo de Meissner se asocia con las funciones secretoras locales, con algunas secreciones hormonales y con la regulación local del flujo sanguíneo.

Peristaltismo y actividad de la musculatura externa

El peristaltismo se puede definir como una respuesta refleja que se inicia por la distensión que ocurre en la pared del tubo digestivo cuando entra el bolo alimenticio. Dicha reacción se presenta a lo largo de todo el tubo digestivo, desde el esófago hasta el recto.

Inicialmente, la distensión o elongación del tubo genera una contracción circular de la zona anterior, es decir, la que está situada detrás del estímulo (bolo alimenticio o contenido luminal) y una zona de relajación frontal o por delante del estímulo.

El estiramiento que ocurre en la pared del tubo digestivo cuando ingresa el bolo alimenticio activa a las neuronas sensitivas que, a su vez, activan a las neuronas del plexo Mientérico. Las neuronas colinérgicas de la zona se encuentran distribuidas en direcciones opuestas.

Unas neuronas emiten fibras colinérgicas en dirección anterógrada y otras lo hacen en dirección retrógrada. Es decir, unas se dirigen en sentido caudal (hacia el recto) y otras en sentido oral (hacia la boca).

Las que se dirigen hacia arriba generan contracción del músculo liso y las que se dirigen hacia abajo generan relajación del músculo liso.

Esta zona de contracción y relajación alrededor del bolo alimenticio genera una onda de contracción que propulsa el contenido luminal y lo dirige caudalmente en el tubo.

Actividad eléctrica basal

Además de esta actividad peristáltica, el tubo digestivo exhibe una actividad eléctrica básica que permite regular la motilidad del sistema. Esta actividad eléctrica se origina en unas células especializadas llamadas células estrelladas de Cajal o células marcapaso.

Las células estrelladas de Cajal se encuentran en la capa muscular circular interna de músculo liso, cerca del plexo Mientérico. El esófago y la parte inicial superior del estómago no poseen este tipo de células.

La actividad eléctrica rítmica se inicia en las células de Cajal que desencadenan una despolarización espontánea del potencial de membrana, denominado ritmo eléctrico básico (REB) que, por lo general, no produce sacudidas musculares por sí solo, sino ondas de despolarización.

La función del REB es la de coordinar y regular el peristaltismo y otras actividades motoras propias del sistema, regulan también el tono del músculo liso de las paredes del tubo digestivo.

Neurotransmisores del sistema nervioso entérico

Los neurotransmisores del sistema digestivo son muchos. En primera instancia están los neurotransmisores de las fibras postganglionares simpáticas y parasimpáticas como son la noradrenalina y la acetilcolina, respectivamente.

Para el sistema nervioso entérico existe una larga lista de neurotransmisores y neuromoduladores con una gran variedad de receptores que determinan la función de la activación local de dicho sistema.

acetilcolina

Entre estos, los más importantes son la acetilcolina, la noradrenalina, la serotonina, la dopamina, la glicina, el GABA (ácido γ-aminobutírico), el NO, el CO, el ATP (adenosina trifosfato), la CCK (colecistoquinina), el VIP y el péptido YY, etc.

Muchas de las descripciones de cada una de las vías, conexiones y mecanismos intracelulares están en estudio y aún no se han dilucidado completamente.

Enfermedades

Existen múltiples patologías relacionadas con alteraciones del sistema nervioso entérico, ejemplo de las mismas son:

Acalasia

Es una enfermedad que afecta la motilidad del esófago y que impide un vaciado eficiente del mismo, como consecuencia los alimentos se acumulan y el esófago se dilata. Se debe a un incremento del tono del esfínter esofágico inferior, por lo que este no se relaja completamente después de la deglución.

En esta patología existe una alteración del plexo Mientérico en el esfínter esofágico inferior con una alteración en la liberación de VIP y NO.

Reflujo gastroesofágico

Es una disfunción esofágica que ocurre cuando el esfínter esofágico inferior se vuelve incompetente, es decir, no se cierra bien y ello ocasiona reflujo gastroesofágico.

En otras palabras, parte del contenido estomacal regresa hacia el esófago, provocando irritación de la mucosa, acidez y úlceras esofágicas.

Íleo paralítico

Otra disfunción de la motilidad del intestino es el llamado “íleo paralítico o adinámico”. En esta patología por trauma directo de los intestinos o por intervenciones quirúrgicas abdominales, se produce una inhibición difusa del peristaltismo, sobre todo en el intestino delgado.

La reducción del peristaltismo de la zona evita el vaciado intestinal en el colon, por lo que el intestino delgado se distiende, se llena de líquido y de gases. La actividad peristáltica del intestino delgado regresa en unas 6 u 8 horas y la del colon después de unos 2 o 3 días.

Megacolon aganglionar y diarrea crónica

La ausencia congénita de células ganglionares de los plexos Mientéricos y submucosos en las porciones distales del colon genera lo que se denomina “megacolon aganglionar” o enfermedad de Hirschsprung. Se acompaña de intenso estreñimiento y distensión abdominal y del colon.

Las diarreas crónicas con más de dos semanas de duración acompañan el síndrome de intestino irritable, una enfermedad que afecta la función del colon.

Puede ocurrir por aumento de las contracciones musculares de la pared del colon por alteraciones en la coordinación funcional entre el sistema nervioso central y del sistema nervioso entérico.

Referencias

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