Medicina

Ritmos desfibrilables: fibrilación ventricular, TVSP, ritmos no desfibrilables


Los ritmos desfibrilables son aquellas taquiarritmias (arritmias de alta frecuencia) caracterizadas por una hiperactividad, desordenada o no, del tejido miocárdico ventricular. Esto genera que no se permita una contracción efectiva y una expulsión adecuada de sangre, lo cual se traduce en una reducción peligrosa del gasto cardíaco.

El término “desfibrilación” hace referencia básicamente a la reversión mediante choques eléctricos de la condición clínica conocida como fibrilación ventricular (FV), pero se usa también en la taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) que es clínicamente equivalente a la fibrilación ventricular y a veces la precede.

La fibrilación ventricular y la taquicardia ventricular sin pulso son dos de las causas básicas del llamado paro cardiorrespiratorio. Se incluyen también aquí la asistolia ventricular y la actividad eléctrica sin pulso, de las cuales se dice que son no desfibrilables (cuando la desfibrilación carece de efecto).

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Fibrilación ventricular

Es una alteración de la actividad eléctrica ventricular en la cual desaparecen los complejos QRS bien definidos, siendo sustituidos por ondulaciones irregulares y rápidas, de amplitudes, contornos y frecuencias variables en las cuales no se reconocen las sístoles ni las diástoles (contracción y relajación cardíacas).

Esta actividad eléctrica rápida y desordenada no permite una contracción ventricular efectiva que logre expulsar un volumen de sangre (volumen sistólico) suficiente con cada latido, y que permita a su vez mantener un gasto cardíaco y una presión arterial adecuada para mantener la circulación.

La aparición de este tipo de arritmia, con los trastornos hemodinámicos que la caracterizan, es rápidamente seguida de pérdida de la conciencia y hasta de la vida de no mediar una terapia que revierta la alteración eléctrica. La terapia más apropiada es precisamente la desfibrilación.

Taquicardia ventricular sin pulso (TVSP)

Se trata también, en este caso, de una alteración del ritmo originado en los ventrículos y caracterizada electrocardiográficamente por la presencia de complejos QRS de larga duración (anchos), pero de una elevada frecuencia (por encima de los 200 ciclos por minuto).

Debido a esta elevada frecuencia, se acorta mucho el ciclo cardíaco y el corazón no tiene tiempo suficiente para llenarse ni para expulsar un volumen sistólico adecuado, por lo cual, la onda del pulso producida por este volumen entrando al sistema arterial se atenúa y no hay pulso palpable.

Las consecuencias hemodinámicas son similares a las de la fibrilación ventricular y pueden llevar a la muerte. La TVSP puede originarse por una sístole ventricular prematura y ella puede desembocar en una fibrilación ventricular.

Aunque no se trate propiamente de una fibrilación ventricular, responde a la desfibrilación y esta la previene.

¿Por qué hablar de ritmos desfibrilables y no desfibrilables?

La terapia utilizando choques eléctricos aplicados a la superficie torácica está destinada a suprimir ciertas taquiarritmias cardíacas, las cuales ocasionan inestabilidad hemodinámica en grados variables y que pueden llevar a la supresión del gasto cardíaco, a la hipotensión arterial y a la muerte.

El objetivo, en estos casos, es producir una despolarización completa del tejido miocárdico y un estado de refractariedad temporal que haga desaparecer toda actividad arrítmica anormal. El objeitov es que posibilite el que se pueda restablecer un ritmo más regular y con más eficiencia hemodinámica.

El procedimiento recibió el nombre de desfibrilación y se empleó en casos de taquicardias supraventriculares (de complejos QRS estrechos), fibrilación y aleteo auricular, fibrilación y taquicardia ventricular. Las descargas se aplicaban al azar en cualquier momento del ciclo cardíaco.

Haciéndolo así, se corría el riesgo de que la estimulación eléctrica cayera en la fase de repolarización final del potencial de acción miocárdico, cuando son más probables despolarizaciones peligrosas que desencadenen una fibrilación ventricular en casos en los que esta arritmia letal estuviese ausente.

Como la despolarización miocárdica se inicia con el complejo QRS y su repolarización coincide con la onda T, para prevenir que la estimulación coincidiera con esta onda se ideó sincronizar la descarga eléctrica con la onda R y se le cambió el nombre al procedimiento por el de cardioversión.

Cardioversión

La cardioversión es la aplicación de una descarga eléctrica sincronizada con la onda R de la despolarización ventricular. Sirve para revertir una arritmia hemodinámicamente inestable como la fibrilación o el aleteo auricular y las taquicardias supraventriculares, evitando el riesgo de FV.

Desfibrilación

Sería la aplicación de la descarga eléctrica sin tomar en cuenta el momento del ciclo cardíaco debido a que, al temerse la afección (fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso), hay que actuar con rapidez.

De lo anteriormente expuesto, se entiende que bajo la condición de ritmos desfibrilables, se incluyen solamente la fibrilación ventricular y la taquicardia ventricular sin pulso en donde no tiene sentido preocuparse de la sincronización. En estos casos se usaría  desfibrilación en vez de cardioversión.

Ritmos no desfibrilables

Todas las arritmias cardíacas distintas a las dos mencionadas anteriormente son, en principio, no desfibrilables. Lo primero que hay que considerar es que la descarga eléctrica crea las condiciones para que se restablezca un ritmo normal, pero ella no produce ese ritmo normal.

La terapia eléctrica es útil en ciertas formas de taquiarritmias, pero no en todas. Es inefectiva, por ejemplo, en las bradicardias o las taquicardias de origen sinusal. En alteraciones como la fibrilación y el aleteo auriculares o la taquicardia supraventricular se usa cardioversión y no desfibrilación.

A su vez, la asistolia ventricular y la actividad eléctrica sin pulso se agrupan junto con la fibrilación ventricular y la taquicardia ventricular sin pulso entre las causas de paro cardiorrespiratorio potencialmente letal. Ambas son arritmias no desfibrilables.

Asistolia ventricular

Es la forma más frecuente de presentarse el paro cardíaco en niños. Desde el punto de vista del electrocardiograma, este se caracteriza por un registro plano, sin ondas cardíacas, o con la presencia de tan solo ondas P. La desfibrilación no va a reiniciar la sístole ventricular y hay que recurrir a otra terapia.

Actividad eléctrica sin pulso

Muestra una actividad eléctrica cardíaca de ritmo aparentemente normal, pero no se detecta pulso porque no hay un gasto cardíaco efectivo, la presión arterial está muy baja y es también indetectable. Tampoco aquí tiene sentido una desfibrilación si el ritmo eléctrico es normal.

Referencias

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