Trabajo

Líder autocrático: características, ventajas e inconvenientes


El liderazgo autocrático o autoritario es un tipo de liderazgo en la que los líderes de la organización tienen el poder absoluto sobre sus trabajadores o los equipos que dirigen. Este estilo caracteriza al líder que no permite participar a los miembros del grupo en las decisiones, de manera que acaba dominando e induciendo respuestas sumisas por parte de los miembros.

Procede del griego auto (uno mismo) y kratos (gobierno o poder), de manera que es un sistema de gobierno donde la voluntad de un individuo, en este caso el líder, es la ley, dado que la autoridad recae solo sobre él.

De este modo, los propios miembros de la organización no tienen oportunidades (o estas son muy limitadas) para sugerir cosas, incluso aunque estas vayan en beneficio de la propia organización.

El líder autocrático indica a los subordinados lo que espera de ellos, especifica el trabajo que ha de realizarse y las metas que deben alcanzarse y guía de manera específica sobre cómo lograrlo.

Uno de los autores, Richard Shell, de la Universidad de Ohio, planteó que existen cuatro estilos básicos de liderazgo: el autocrático, el burocrático, el liberal y el democrático.

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Características del líder autocrático

Dentro del liderazgo autocrático, encontramos distintas características, entre las que destacamos:

Es quien marca todo dentro de la organización

En este tipo de liderazgo, es el líder el encargado de establecerlo todo dentro de la organización (establece los objetivos, la manera de proceder, etcétera).

No cree en la iniciativa del resto del grupo, por lo que tampoco la estimula. Considera que él es el único competente y que los demás no son capaces de dirigirse a ellos mismos.

El líder es un vigilante que lo sabe todo y está por encima de todas las iniciativas del resto de personas.

Centralización

El líder tiene centralizada toda la autoridad y se basa en un poder legítimo para poder aplicar tanto recompensas como poder coercitivo. Está orientado hacia el interior.

El líder centraliza las decisiones para ordenar de manera eficaz a los equipos de trabajo y de este modo conseguir los objetivos propuestos por la organización.

Obediencia

Espera que todo el mundo dentro de la organización le obedezca. Este líder pide a los subordinados que obedezcan y que se adhieran a sus decisiones.

Dogmatismo

Es dogmático. Además, es el centro de atención. Los resultados de algunas investigaciones establecen que centran el poder en ellos mismos e imponen su punto de vista sobre el del grupo.

Asume toda la responsabilidad en la toma de decisiones

Todas las decisiones recaen sobre él, quien de manera unilateral decide todo aquello que hace referencia a la organización, limitando la participación de todos los subordinados.

Hace que todas las decisiones de la organización estén centradas en el control y en la autoridad.

Otorga recompensas o castigos a sus subordinados

Basándose en el poder legítimo, es quien otorga recompensas y castigos a los subordinados.

La coerción es una de las características principales de este liderazgo y hace referencia al ejercicio de poder del líder sobre los subordinados, dado que el líder es la autoridad.

Énfasis en el mando y el control

Este tipo de líderes enfatizan el control. Suelen ser solitarios y especializados en ciertas áreas.

Son líderes que supervisan todas las actividades que realiza el trabajador, de modo que cumplan unos estándares que han sido prefijados de antemano.

Gran conocimiento de la organización

Suelen ser grandes conocedores de la organización, les preocupan los competidores y están centrados en controlar la organización a todo detalle.

Les preocupa la organización a largo plazo.

Inicia las acciones, dirige y controla a los subordinados

El líder autocrático es quien dirige a los subordinados, dado que considera que él es el más competente a la hora de dirigir y tomar todas las decisiones.

Observa a sus subordinados para evitar que se desvíen de las directrices que él ha propuesto.

Sensible a los objetivos organizacionales

Siguiendo el liderazgo organizacional y la tipología de los dirigentes de Blake y Mouton, los líderes autócratas serían aquellos que son poco sensibles a las personas pero por el contrario son muy sensibles a los objetivos de la organización.

Es decir, están poco orientados a las personas pero muy orientados hacia los resultados de la organización.

Motivación por poder personal

Los líderes autocráticos se caracterizan por buscar prestigio y por una fuerte motivación de poder personal.

Ventajas del líder autocrático

Alto desempeño con el líder presente

Uno de los primeros estudios acerca del liderazgo se realizó por Kurt Lewin en la Universidad de Iowa y comparó líderes autocráticos con otros más democráticos. Este experimento mostró que aquellos grupos con líderes autocráticos tuvieron un alto desempeño cuando el líder estaba presente.

Sin embargo, este estudio demostró que los líderes democráticos también encontraban un buen desempeño y no mostraban tantos inconvenientes.

Al parecer los resultados obtenidos pueden ser buenos al iniciar las tareas pero al pasar el tiempo el ambiente acaba siendo tenso y con consecuencias perjudiciales.

Los miembros no tienen responsabilidades

La principal ventaja de trabajar con un líder autocrático es que los subordinados saben que es el líder quien tomará las decisiones y ellos únicamente deben obedecer lo que éste les marca.

Ellos únicamente deben escucharlo y llevar a cabo el trabajo que les ha sido asignado, por lo que ante las posibles dificultades tampoco tienen que pensar soluciones para resolverlas.

Se pueden conseguir resultados eficaces

Los tiempos establecidos para realizar las actividades son cumplidos, dado el control que ejerce el líder.

Las entregas diarias suelen cumplirse dado que los trabajadores priorizan lo que demanda el líder para alcanzar las metas propuestas y así no tener represalias.

Es adecuado cuando los trabajadores no tienen iniciativa o son inmaduros

Los líderes autocráticos pueden ser importantes en determinadas organizaciones dado que cumplen con lo que la empresa requiere según las políticas que tienen establecidas.

Algunos trabajadores no tienen iniciativa propia, y en estos casos tener una autoridad que los supervise y dirija puede conducir a que trabajen mejor, sobre todo en aquellos casos donde se maneja una gran cantidad de dinero y los errores pueden costar muy caros.

Puede ser adecuado en situaciones de emergencia

Un liderazgo de tipo autocrático puede ser adecuado en situaciones de emergencia donde se debe resolver un problema de manera rápida y eficiente.

El líder ordena sin consulta y se pretende el cumplimiento de la orden de manera dogmática y firme. También puede resultar adecuado en situaciones donde se requiere una decisión bajo presión o alto estrés.

Simplificación del trabajo

Otra de las ventajas del liderazgo autocrático es que está simplificado, todo pasa por una persona que controla todo el proceso.

Además, se supervisa en todo momento a los trabajadores, lo que disminuye la probabilidad de que se equivoquen o hagan mal el trabajo.

Inconvenientes del líder autocrático

Descontento de los miembros

Uno de los inconvenientes del liderazgo autoritario es que los miembros de la organización pueden sentirse resentidos, ninguneados o incómodos por el trato que reciben.

El mismo estudio realizado por Kurt Lewin en relación al estilo autocrático demostró que los miembros del grupo se encontraban hostiles. El sentido de responsabilidad queda evaporado, porque no son capaces de actuar por iniciativa propia.

Al no comunicarse con los miembros del grupo y solo hacerlo cuando hay algún problema, puede resultar muy frustrante para ellos.

Absentismo laboral o rotación del personal

Se puede encontrar grandes niveles de absentismo laboral, de rotación del personal en la empresa dado que los trabajadores no están cómodos en este tipo de liderazgo.

Además, se debe manejar adecuadamente el clima, porque si no los trabajadores pueden cansarse del autoritarismo de la organización y marcharse, llevándose el conocimiento adquirido a otra empresa.

Falta de creatividad e innovación en los miembros

Dado que la responsabilidad es baja y la capacidad de tomar decisiones también, en este tipo de liderazgo el subordinado tiene limitada la capacidad de ser creativo e innovador.

Dado que no son ellos quienes resuelven los problemas, tampoco ponen en marcha soluciones creativas para resolverlos.

No se tienen en cuenta a los empleados ni las capacidades que tienen, dado que no se exploran ni se tienen en cuenta. La falta de comunicación acaba también perjudicando a ello.

Las decisiones del líder inhiben las nuevas ideas, de modo que las ideas tampoco se dicen porque se sabe que no serán tomadas en consideración.

Estrés en los subordinados

Se puede generar, mediante este tipo de liderazgo, una fuente importante de estrés que acaba contribuyendo al deterioro de la salud tanto mental como física de los miembros del grupo y que acaba perjudicando también al ambiente laboral.

No se sienten parte de la organización

Los miembros del grupo no se sienten miembros de la organización, de modo que se acaba viendo afectado su sentido de pertenencia.

Las personas sienten que no son importantes en la organización y que sus labores tampoco lo son. No se sienten valoradas porque el líder no las toma en cuenta en las decisiones que atañen a la organización.

Afectación en el clima organizacional

El líder autocrático mantiene una comunicación con sus subordinados que puede generar problemas en los miembros.

Los líderes autoritarios suelen ser impulsivos, dicen a los subordinados lo que piensan o sienten y a menudo estos se sienten tratados injustamente, lo que acaba repercutiendo en ocasiones en su trabajo.

Acaba afectando también al clima de la organización, de modo que los subordinados acaban teniendo miedo de dirigirse al líder.

Una persona feliz acaba siendo más productiva, se siente a gusto en la empresa, con los principios de esta, los valores que transmite y el líder que la dirige y por tanto, acaba beneficiando a la organización.

Baja productividad

En ocasiones, y relacionándolo con lo anterior, cuando las personas no se sienten a gusto en la organización y se sienten presionadas, la productividad puede acabar siendo menor.

La productividad mejora cuando hay buenas relaciones entre los miembros, los líderes se preocupan por sus miembros (tanto en lo laboral como en lo personal).

El éxito o el fracaso dependen de la eficacia del líder

Dado que todo acaba dirigiéndolo el líder, el éxito o el fracaso dependen de él.

De este modo, aunque puedan acabar la tarea rápido, otros estilos de liderazgo como el democrático, aunque tardan más en realizar las tareas, el resultado final suele ser de mayor creatividad y originalidad, además de no necesitar al líder para terminar la tarea.

Algunos ejemplos de líderes autocráticos

Algunos ejemplos de líderes autocráticos famosos los encontramos en Margaret Thatcher o en Steve Jobs, por ejemplo.

Son líderes que pretendían tener todo bajo su control y donde todas las decisiones pasaban por ellos mismos.

Es importante que el líder sepa dirigir al equipo en el que se mueve, debe ser disciplinado y comprometido, pero debe también conocer y tener en cuenta a los miembros del grupo.

Debe saber cuáles son sus opiniones y sus necesidades, dado que tenerles en cuenta puede favorecer también a toda la organización.

¿Y tú, qué piensas de los líderes autocráticos?

Referencias

  1. Ayala, M. (2015). El liderazgo autocrático y el clima laboral. ¿Cómo un estilo de liderazgo autocrático incide en el clima laboral de las organizaciones en el sector financiero del área de operaciones en Colombia? Universidad Militar Nueva Granada.
  2. Becerra, M. (2011). El liderazgo en las organizaciones inteligentes. Revista científica digital del centro de investigación y estudios gerenciales.
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  4. Cuadrado, B. (2009). El profesorado como líder grupal. Innovación y experiencias educativas.
  5. González, O. Y González, L. (2012). Estilos de liderazgo del docente universitario. Multiciencias, 12(1), 35-44.
  6. Semprún-Perich, R. y Fuenmayor-Romero, J. (2007). Un genuino estilo de liderazgo educativo: ¿una realidad o una ficción institucional? Laurus, 13(23), 350-380.