Boudica, la reina guerrera de los icenos
Boudica, conocida como la reina guerrera (murió c. 61 d. C.), fue una monarca de los icenos, una tribu britona del noreste de Inglaterra, en el actual condado de Norfolk. Aunque su reino no duró mucho, quedó registrado como uno de los mayores levantamientos contra el dominio romano en la isla británica. Después del fallecimiento de Prasutago, en el año 59 o 60, fue que Boudica ascendió al poder.
El regente había mantenido a su pueblo como estado clientelar de Roma, pero los oficiales romanos decidieron anexar el reino y confiscar todas las propiedades de la aristocracia icena.
Boudica encabezó una coalición de pueblos britones que, cansados de los abusos sufridos por los oficiales del emperador en la isla, se levantaron en armas e hicieron que Nerón considerara el retiro del territorio insular.
Poco se sabe de la vida de la reina guerrera, y solo hay recuentos de los cronistas romanos desde que ascendió al poder hasta su muerte menos de un año después. Las causas de su deceso nunca fueron establecidas formalmente en los registros históricos.
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Nombre y figura
Dado que el nombre Boudica es una transliteración hecha por los romanos del nombre de la reina, han aparecido diversas versiones de su grafía.
Tácito deletreaba su nombre como Boudicca, mientras que Dion Casio podía optar por, al menos, tres versiones del nombre: Bodouika, Boudouica y Boundouika. Posiblemente debido a un error de transcripción en la Edad Media, también es conocida como Boadicea.
En el siglo XX, el lingüista Kenneth Jackson concluyó que el nombre correcto debía ser Boudica, ya que provenía del adjetivo femenino boudīkā o “victoriosa” en proto-celta.
Según el académico Sir Joh Rys, especializado en estudios celtas, la mejor traducción a un nombre latino debe ser “Victorina”.
Descripción de Dion Casio
Posiblemente todas las imágenes de Boudica que se encuentren en la pintura o en la escultura, han tomado como referencia la descripción que de ella da Dion Casio.
Se da por hecho que era descendiente de una familia noble icena, y el historiador romano la describió como una mujer alta, que tenía el cabello castaño rojizo largo hasta la cintura, de voz dura y mirada penetrante.
Describió también su indumentaria, resaltando el torques de oro que llevaba al cuello, una colorida túnica y una gruesa capa ajustada con un broche.
Biografía
Boudica fue la esposa del rey Prasutago de los icenos. Según Tácito, Prasutago reinó durante “largo tiempo” y los historiadores concuerdan que pudo haber sido desde los años 40 del siglo I.
El regente había mantenido a los icenos como un estado clientelar de Roma, por lo que ellos pagaban impuestos al Imperio, enlistaban a la población local en el ejército romano y colaboraban con la conquista de las tribus beligerantes.
Alrededor del año 60 d.C., Prasutargo falleció y en su última voluntad dejó dicho que tanto su fortuna como el reino quedaría compartido a mitades entre sus hijas y el emperador Nerón.
Sin embargo, el procurador romano a cargo, Cato Deciano, siguiendo la ley romana no aceptó la sucesión de mujeres a la regencia.
Además, previendo la inestabilidad de la región tras la muerte del rey aliado, los prestamistas romanos solicitaron que les fuesen pagados los préstamos realizados a los icenos de inmediato y con tasas de interés exhorbitantes.
Boudica, reina regente hasta que sus hijas fuesen mayores de edad, manifestó su malestar ante la situación. Tanto las clases altas del pueblo iceno como las tribus cercanas, muchas de las cuales habían sido maltratadas por los romanos, se hicieron eco de la injusticia.
La afrenta romana y la furia de Boudica
Cato Deciano ordenó anexar el reino iceno como provincia romana. Los centuriones romanos saquearon las tierras, arrebatándoles a los jefes de las familias más poderosas sus posesiones ancestrales.
Aunque todos los miembros de la casa real fueron sometidos a la esclavitud, para Boudica y sus hijas el castigo fue más severo. La reina fue atada a un poste en el centro del pueblo, posiblemente Venta Incenorum, y fue azotada mientras los soldados se turnaban para violar a sus hijas.
Tras el retiro romano de la zona, Boudica alzó al pueblo en armas. Conspiró con los trinovantes, una tribu vecina a quienes los romanos habían despojado de sus casas y los trataban como sirvientes.
Otras tribus también se unieron a la reina, quien fue elegida para encabezar el ejército.
Tácito añadió que frente a las tropas, compuestas por hombres y mujeres, Boudica iba sobre una carroza junto a sus hijas. Este historiador posiblemente tuvo información de primera mano de los hechos y narra cómo Boudica daba ánimos al ejército:
“No me dirijo a ustedes como una mujer de noble descendencia, sino como una del pueblo que toma venganza por la libertad perdida, por el cuerpo azotado y por la castidad violentada de mis hijas”.
La gobernante britona continuó con las siguientes palabras: “Esta es la voluntad de una mujer; y los hombres pueden vivir y ser esclavos si lo desean.”
Asalto a Camulodunum
Boudica aprovechó que el gobernador de Britania, Cayo Suetonio Paulino, había dejado su plaza y ella avanzó con unas 120.000 tropas hacia Camulodunum, hoy conocida como Colchester.
El romano salió en campaña con el grueso del su ejército para dominar la insurgencia britona en la isla de Mona, actual Anglesey.
Este poblado era la antigua capital del pueblo trinovante, pero habían sido desplazados a la fuerza por colonos romanos. A la población remanente se le obligaba a servir y a adorar a un deificado emperador Claudio cuyo templo fue pagado por los locales.
A lo largo del camino otras tribus britonas se unían a las filas de Boudica, algunos estaban de camino y a otros les había llegado voz del levantamiento.
El desarme al que habían sido sometidos unos años antes le daba a los britones una desventaja en equipamiento, pero sus números eran impresionantes.
Cato Deciano envió solo doscientos auxiliares, infantería ligera compuesta por residentes de territorio romano pero no ciudadanos.
La ciudad sin fortificaciones fue arrasada por los britones, que sitiaron durante dos días a los últimos defensores refugiados en el templo del antiguo emperador Claudio.
Tanto los romanos presentes como los simpatizantes que se encontraban en la ciudad fueron masacrados. Además, la estatua de bronce de Claudio fue decapitada y el altar a Victoria fue destruido: Camulodunum fue saqueada e incendiada en su totalidad.
La destrucción de Londinium
Los britones, enardecidos por la victoria, aplastaron a la IX Legión ibérica, bajo el mando de Quinto Petilio Cerial, que había venido en ayuda de los defensores. Cerial solo pudo escapar con un puñado de caballería, gracias a un campamento fortificado que se encontraba cerca.
Por su parte, el procurador Cato Deciano prefirió huir hacia la provincia gala, en el continente, antes que enfrentarse a la población crecientemente hostil de la isla.
Suetonio marchó con sus tropas hacia Londinium, la actual Londres, que había sido fundada apenas veinte años antes de esos eventos. En la época servía como un centro de intercambio comercial tanto interno como externo.
La inferioridad numérica de sus tropas y la dura derrota sufrida por Cerial, fueron los argumentos que lo llevaron a dar la orden de evacuar la ciudad.
Londinium fue abandonada, salvo por unas pocas personas que no podían desplazarse por su avanzada edad, porque padecían enfermedades o porque no querían dejar sus posesiones.
Suetonio sumó a las filas de sus tropas a todos aquellos pobladores que quisieran unirse para presentar batalla otro día.
Boudica y los britones cayeron sobre Londinium, que fue quemada por completo y toda la población que decidió permanecer dentro de la ciudad fue asesinada.
Verulamium
Tras Londres Boudica dirigió a su ejército, ya de unas 400.000 tropas según Tácito, hacia Verulamium, que estaba ubicada cerca de la actual St. Albans, hoy parte del condado de Hertfordshire.
Aunque originalmente era britona y parte del territorio de los catuvellaunos, Verulamium se trataba junto a Londinium y Camulodunum de uno de los poblados más importantes de los romanos en la zona.
Las fortificaciones que rodeaban la ciudad no consiguieron desempeñar un rol decisivo en la defensa de la ciudad. Los atacantes no desperdiciaron su tiempo ni sus recursos y se dedicaron a destruir la ciudad por completo, pues no buscaban capturarla.
Encontraron los puntos débiles y atacaron los sitios que podían saquear con mayor facilidad. Todos los pobladores, romanos o britones simpatizantes, fueron asesinados y Verulanium también fue convertida en cenizas.
Mientras tanto, Suetonio había organizado a la XIV Legión, a la cual se habían unido los veteranos de la XX y una gran cantidad de tropas auxiliares. En total cerca de 10 mil hombres apertrechados con armas y armaduras romanas.
El gobernador romano eligió cuidadosamente el terreno en el que se enfrentaría a Boudica, posiblemente cerca de Lactodurum, en el actual condado de Northamptonshire. Ahí congregó a sus hombres y según Tácito, su discurso fue pragmático.
Aunque los números eran la gran fortaleza de los britones, los romanos contaban con un ejército profesional que, además, estaba bien equipado.
La derrota de Boudica
Aunque posiblemente, como suele ser costumbre en los historiadores romanos, Tácito haya inflado los números de los britones, las cuentas modernas dan no menos de 200.000 personas, lo que hacía que superaran a los romanos en una proporción de 20 a 1.
Sin embargo, las tropas romanas prevalecieron, Tácito cuenta unos 80.000 muertos entre las filas de Boudica. Hombres, mujeres, animales de carga, incluso los niños que acompañaban a los combatientes. Solo unas 400 bajas del lado romano.
Muerte
Boudica, la reina guerrera, murió aproximadamente en el año 61 de nuestra era. Se cree que pudo escapar de la masacre que ocurrió en la batalla de Watling Street, pero nada se sabe acerca de sus hijas.
Mientras Tácito afirmó que se suicidó y la causa de su fallecimiento fue la ingesta de veneno, Dion Casio dijo que fue a causa de una enfermedad y que tuvo un magnífico funeral.
Referencias
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