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Loa loa: características, morfología, ciclo biológico


Loa loa es una especie de gusano redondo que pertenece al filo Nematoda. Es un parásito que afecta al ser humano, causando una enfermedad conocida como loasis, la cual es también es conocida como filariasis subcutánea.

Recibe ese nombre porque el parásito se aloja en los tejidos subcutáneos del huésped. Aparte de Loa loa también hay otros nematodos causantes de filariasis, como por ejemplo Onchocerca volvulus.

Loa loa es un parásito endémico del continente africano, específicamente en el oeste. Es nativo de Etiopía. Un gran porcentaje de la población de esta región se encuentra infectada por el gusano, pero no presentan síntomas. Quienes experimentan cuadros clínicos más graves son aquellos que adquieren la infección al visitar las zonas en las que es endémica.

Índice del artículo

Características

Loa loa es un animal que pertenece al dominio Eukarya y por lo tanto es un organismo pluricelular. Su ADN se encuentra empaquetado dentro de un núcleo celular, constituyendo a los cromosomas.

Igualmente, desde el punto de vista de su desarrollo embrionario, es un animal triblástico, porque posee las tres capas germinativas: ectodermo, mesodermo y endodermo. A partir de estas capas se diferencian las distintas células que conformarán los tejidos de cada órgano del animal.

Loa loa también es un animal que se caracteriza por su simetría bilateral, lo que quiere decir que está conformado por dos mitades exactamente iguales, unidas en el plano longitudinal del cuerpo del parásito.

Estos parásitos se reproducen de forma exclusivamente sexual y son vivíparos, con desarrollo indirecto. Esto implica que luego de que ocurra la fecundación, la hembra libera al medio las larvas que deben experimentar un proceso de metamorfosis para alcanzar la morfología del adulto.

Como se ha dicho anteriormente, Loa loa es un parásito, lo cual quiere decir que para poder desarrollarse obligatoriamente debe estar en el interior de algún huésped o vector. Su huésped definitivo es el ser humano, en tanto que su vector es una mosca.

Taxonomía

La clasificación taxonómica de Loa loa es la siguiente:

-Dominio: Eukaria

-Reino: Animalia

-Subreino: Eumetazoa

-Filo: Nematoda

-Clase: Secermentea

-Orden: Spirurida

-Familia: Onchocercidae

-Género: Loa

-Especie: Loa loa.

Morfología

Loa loa es un gusano nematodo y como tal tiene una forma cilíndrica y alargada. Son dioicos, lo que quiere decir que los sexos se encuentran separados. Además presentan dimorfismo sexual, por lo que la hembra y el varón tienen ciertas diferencias que permiten distinguirlos.

El cuerpo de estos gusanos están divididos en tres áreas o zonas: una cabeza simple, un cuerpo y una cola que termina en punta roma. Además, se componen de una especie de cubierta protectora que está constituida principalmente por colágeno.

En lo referente al color, son mayormente pálidos, de un color blanquecino.

Hembra

Tal como ocurre con mucho parásitos, las hembras de Loa loa son de mayor tamaño que los machos. Pueden llegar a medir hasta 8 cm de longitud. Su cola es recta.

Internamente, su aparato reproductor se encuentra conformado por dos ovarios, a partir de los cuales salen dos oviductos que se comunican con el útero, el cual desemboca en el poro genital.

Macho

Los machos son de menor tamaño que las hembras. Miden hasta 3 cm. Su cola desarrolla una curvatura ventral característica. Además tienen dos espículas.

Su aparato reproductor está integrado por un testículo que desemboca en la vesícula seminal. De esta sale el conducto eyaculador, el cual se abre hacia el exterior del animal en la cloaca.

Ciclo biológico

Como es bien conocido, los parásitos requieren de ciertas condiciones y elementos para que su ciclo de vida se desarrolle de manera exitosa. Entre esos elementos son de vital importancia un huésped y un vector. Pues Loa loa no es la excepción.

En el caso particular de este parásito, el vector está representado por un insecto, una mosca perteneciente al género Chysops. Esta es hematófoga, es decir, se alimenta de la sangre que obtiene a través de la picadura a individuos como el ser humano. Este constituye el huésped por excelencia de este parásito.

Este parásito tiene tres formas larvarias: microfilarias (L1), labditiformes (L2) y filariformes (L3). Las microfilarias se producen en el interior del ser humano y posteriormente experimenta su metamorfosis dentro de la mosca.

Una vez aclarado esto, el ciclo biológico de Loa loa trata de que los seres humanos que se encuentran infectados por el parásito, tienen microfilarias circulando por su torrente sanguíneo. Cuando una mosca lo pica y chupa su sangre, también succiona esas microfilarias.

En el tubo digestivo de la mosca, la microfilaria pierde su cápsula protectora y se desplaza hacia sus músculos torácicos. Allí sufre un proceso de metamorfosis, atravesando el estadio L2 (labditiformes) y L3 (filariformes).

Las larvas L3 se desplazan desde los músculos del tórax hacia la probóscide de la mosca. La probóscide es un órgano alargado que utilizan algunos invertebrados para succionar. En el caso de las moscas, lo usan para succionar la sangre de los animales a los que pican.

Una vez pican a un ser humano sano las larvas filariformes (L3) aprovechan la herida hecha por el insecto para ingresar al organismo del huésped.

En el interior del cuerpo humano, la larva se desplaza a los tejidos subcutáneos. Allí experimentan una nueva metamorfosis y se transforman en un individuo adulto.

Los adultos se aparean y son capaces de producir microfilarias (L1). En las personas infectadas se han recolectado microfilarias en el líquido cefalorraquídeo, la orina y el pulmón. También circulan en la sangre durante el día.

Cuando una mosca pica a una persona infectada, adquiere las larvas L1, dando inicio nuevamente al ciclo.

Transmisión

Como ya se ha explicado en la descripción del ciclo biológico de Loa loa, este parásito se transmite a través de la picadura de las moscas del género Chysops. Esto ocurre porque ellas al picar a la persona, depositan las larvas del parásito allí y estás aprovechan de ingresar al torrente sanguíneo.

No se han registrado casos de transmisión directa de un ser humano al otro, por lo que este mecanismo de transmisión está totalmente descartado.

Síntomas de infección

La enfermedad que causa Loa loa se conoce con el nombre de loasis. Esta es una infección que afecta principalmente a los tejidos subcutáneos del cuerpo, ya que allí es donde se reproduce el parásito.

El período de incubación es de unos tres meses aproximadamente. Al cabo de este tiempo, la persona infectada comienza a manifestar ciertos síntomas y signos.

Entre los signos más característicos de esta infección está el llamado edema de Calabar. Este se caracteriza por ser una zona en la que hay edema (inflamación) sin enrojecimientos. Esa inflamación es subcutánea y muy extensa, pudiendo llegar a medir hasta 20 cm.

Además, antes de que aparezca el edema, se puede experimentar prurito (picazón), ardor y dolor. El edema de Calabar se desarrolla principalmente en el rostro, muñecas y tobillos, específicamente a nivel de las articulaciones. Su duración es variable, desde horas hasta incluso semanas. Cuando desaparece el edema, es muy factible que reaparezca pero en otra localización.

A nivel sanguíneo, la persona afectada sufre eosinofilia. Esto quiere decir que los eosinófilos (tipo de célula sanguínea), incrementa su concentración en la sangre. Esto ocurre porque estas células tienen, entre una de sus muchas funciones, combatir las infecciones por parásitos.

Así mismo, las formas adultas del parásito tienden a ocasionar ciertas reacciones locales en el sitio en el que se encuentran. Uno de los tejidos predilectos de estos gusanos es la conjuntiva ocular. Cuando esto ocurre, la persona experimenta lagrimeo, hormigueo y sensación de cuerpo extraño.

Cuando la infección progresa, es factible que se presenten complicaciones a nivel renal, neurológico, pulmonar y cardiacas.

La gravedad de la infección depende principalmente del estado del sistema inmunológico de la persona afectada y del grado de inmunidad al parásito. Por ejemplo, en las regiones en las cuales la loasis es endémica, es posible encontrar microfilarias en la sangre de sus habitantes, sin que estos presenten síntomas o signos.

Diagnóstico

El diagnóstico de la loasis se puede dar a través de varios mecanismos:

Observación directa del gusano

El doctor puede observar a la forma adulta del gusano en la conjuntiva del paciente o en la piel.

Examen de sangre

Este es el examen más utilizado para diagnosticar a la infección por Loa loa. Para llevarlo a cab, es necesario tomar una muestra de sangre del paciente. Esto debe realizarse en el lapso de tiempo entre las 10:00 am y las 2:00 pm, ya que es el momento en el que hay mayor concentración de microfilarias en la sangre.

Reacción en cadena de la Polimerasa (PCR)

Este es un examen altamente especializado de diagnóstico molecular. Gracias a ello se logra detectar directamente el ADN del parásito, así como también cuantificar la cantidad de parásitos que hay. Este es un examen sumamente costoso que debe realizarse en centros especializados. No es común que se realice para diagnosticar la infección.

Tratamiento

El fármaco que se utiliza para tratar las infecciones por Loa loa es la dietilcarbamizina. Este no es más que un antihelmíntico (antiparasitario) que se utiliza para tratar infecciones producidas por algunos nematodos como Loa loa.

Sin embargo, el esquema de tratamiento de la loasis es un tanto complejo, ya que la conducta a seguir, depende de varios factores.

El factor más importante es la cantidad de parásitos que hay por mililitro de sangre. En pacientes cuya concentración es superior a 8.000 microfilarias por cada mililitro, no es recomendable comenzar directamente el tratamiento con la dietilcarbamizina.

Esto se debe a que los parásitos, cuando son atacados, liberan ciertas sustancias que pueden desencadenar terribles reacciones en el paciente, tales como una encefalopatía.

En pacientes con un elevado nivel de microfilarias en sangre, es común someterlos a un tratamiento con albendazol por un período de 21 días con la finalidad de reducir el número de parásitos.

Una vez que la carga parasitaria ha llegado a niveles más manejables, entonces se aplica el tratamiento con la dietilcarbamizina, siempre con el cuidado y el monitoreo requerido.

Referencias

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