Historia

Helenismo: qué es, historia, características, filósofos destacados


¿Qué es el helenismo?

El helenismo, o periodo helenístico, es un período histórico y cultural que abarca desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) hasta el suicidio de Cleopatra VII de Egipto (31 a.C.), en el que la cultura griega se difundió por todos los territorios conquistados por Alejandro.

El instante final del período helénico coincide con la anexión definitiva de los territorios griegos al Imperio romano.

A pesar de que este momento significó un cierto declive en cuanto a la cultura clásica, se produjo una enorme expansión cultural de lo heleno. Esto también implicó un cierto influjo de aspectos orientales hacia lo griego.

La palabra Helenismo, según algunos historiadores, viene del griego hellenizen, que significa “hablar griego”, y serían helénicos o helenísticos quienes asumieran este idioma y las prácticas culturales asociadas (religión, costumbres, etc.).

En los Hechos de los apóstoles, uno de los libros del Nuevo Testamento, aparece esta palabra en alusión a los griegos, pero fue el historiador alemán Johann Gustav Droysen (1808-1884) quien designó con este nombre el periodo histórico que tratamos.

Historia del helenismo

Para entender el período helenístico hay que tomar en cuenta las características del territorio que abarcó dicha cultura. Hay varios factores que determinaron su aparición. Las ciudades estado griegas se hallaban en una suerte de decadencia. Esto facilitó que se impusiera la influencia predominante de Macedonia con Alejandro Magno.

Entre las conquistas de este se contaban el antiguo Imperio persa, el Imperio medo y los territorios griegos en sí. Las zonas conquistadas llegaron en su momento de plenitud a abarcar desde el río Sri Daria hasta Egipto y desde el río Indo hasta el Danubio.

La gran variedad de culturas y reinos en este vasto territorio dificultaba un gobierno central. Alejandro, en pos de la gobernabilidad, procuró incorporar la clase dirigente persa a la estructura de poder macedónica. Asimismo, intentó la comunión entre las culturas macedónicas, persas y griegas.

Luchas tras la muerte de Alejandro Magno

La prematura muerte de Alejandro a los 32 años complicó los problemas de gobernabilidad. De este modo, los generales de este (también llamados diádocos) asumieron labores de gobierno, debido a que los hijos de Alejandro se hallaban muy pequeños para asumir funciones públicas.

Esta situación trajo consigo que se produjesen guerras entre los distintos generales por la primacía del gobierno. Así, por un lapso que duró desde el 323 hasta el 281 a.C. hubo una gran actividad bélica, donde se enfrentaron los generales Seleuco, Ptolomeo, Casandro, Antígono, Lisímaco y Pérdicas.

División del imperio

La lucha entre estos generales produjo el desmembramiento de áreas orientales del imperio. La lucha fratricida entre estos grupos solo concluyó hacia el siglo III a.C., cuando se impusieron tres dinastías principales.

Los territorios de Grecia y Macedonia quedaron en manos de los descendientes de Antígono. Las áreas de Persia, Siria, Mesopotamia y Asia Menor quedaron para los descendientes de Seleuco y la zona comprendida por Egipto, Sicilia y Chipre para los de Ptolomeo.

Adicionalmente, existieron reinos menores que se encontraban aparte de estos centros de poder. También hubo dos ligas de ciudades estado griegas que se oponían a estas hegemonías: la Liga Etolia y la Liga Aquea.

En definitiva, hacia finales del siglo II se produjo la anexión definitiva de estos territorios al poder romano. La debilidad de estos reinos, producto de las constantes guerras, en definitiva condujo a que Roma tomara el control.

Características del helenismo

Monarquía

El modelo político que predominó fue el de la monarquía. Tenía carácter personalista y se accedía al poder por la capacidad bélica de cada caudillo. Debido a esto no había un esquema de sucesión nítido.

Se hizo práctica común el culto a la personalidad del monarca. De algún modo, estos monarcas eran deificados. A pesar de eso, algunas ciudades podían tener un esquema administrativo propio.

Expansión de la cultura griega

Por otro lado, la cultura griega tuvo una enorme expansión a través de los vastos territorios de signo helénico. Sin embargo, Atenas sufrió una disminución de su actividad comercial, lo que trajo consigo un cierto descalabro de la población.

A pesar de esto, se mantuvieron rituales característicos como las fiestas dionisiacas y los misterios de Eleusis. La actividad teatral y los teatros en general se expandieron, así como el idioma, que se hablaba en todo el imperio.

Enriquecimiento cultural

En la Grecia Insular hubo un gran florecimiento de manifestaciones artísticas y culturales. Hubo importantes escuelas filosóficas y proliferaron maestros de retórica. Entre estos es importante mencionar a Esquines, Eratóstenes, Euclides y Arquímedes.

Estas circunstancias culturales convirtieron a la cultura helénica en un foco de atracción de habitantes de otras áreas. Así, muchos jóvenes romanos se dirigían a Grecia para entrar en contacto con tal refinamiento cultural.

Arquitectura

Arquitectónicamente, se impuso el estilo de los pórticos que ejerció gran influencia posterior en el Imperio romano. El ágora, por su parte, asumió un carácter novedoso muy distinguido. Este se basó en el trazado en forma de ángulos rectos. Por último, la proliferación de gimnasios fue otra característica de esa era.

Los gimnasios eran los sitios donde los hombres iban a practicar educación física (que se hacía desnudo), donde se iba a estudiar y donde se encontraban los baños públicos.

Avances científicos

Se produjeron importantes avances a nivel científico, como la medición de la circunferencia de la Tierra por parte de Eratóstenes.

Entre las obras más destacadas se cuentan el Apolo de Belvedere, la Diana Cazadora y la Venus de Milo. El Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría también son de esa época.

Filósofos destacados

El auge que tuvieron las academias y las escuelas filosóficas en general trajo consigo la aparición de relevantes figuras individuales. Las escuelas tradicionales, como la platónica, perduraron en este período en el contexto de la academia.

Sin embargo, se produjo una suerte de desmembramiento en distintas tendencias filosóficas. Estas abarcaban las diferentes áreas del saber, al tiempo que permitían asumir posturas singulares en torno a la existencia.

Muchas de estas escuelas filosóficas tenían el carácter de sectas. Entre ellas es importante mencionar a las escuelas estoica, epicúrea, la cínica y la escéptica.

Epicuro

Epicuro, quien vivió entre el 341 y el 270 a.C., fue una figura fundamental que justamente fundó la escuela epicúrea. Esta buscaba hallar un camino de vida acorde con la felicidad.

Zenón de Citio

La escuela estoica fue creada por Zenón de Citio, personaje que vivió entre el 335 y el 263 a.C. Esta escuela procuraba asumir con autocontrol los rigores de la vida.

Otros pensadores que formaron parte de esta tendencia fueron Cleantes de Aso, Diógenes de Babilonia, Panecio de Rodas y Posidonio de Apamea.

Sin lugar a dudas, la contribución a las artes y la filosofía en este período fue muy significativa para la civilización humana. Todo ello a pesar de que en lo político significó más bien una regresión.

Referencias

  1. Annas, J. E. (1994). Hellenistic Philosophy of Mind. Berkeley and Los Angeles: University of California Press.
  2. Bagnall, R., & Derow, P. (2004). The Hellenistic Period: Historical Sources in Translation. Oxford: Blackwell Publishing.
  3. Beazley, J., & Ashmole, B. (1932). Greek Sculpture and Painting: To the End of the Hellenistic Period. Cambridge : Cambridge University Press.
  4. Long, A. (1986). Hellenistic Philosophy: Stoics, Epicureans, Sceptics. Berkeley and Los Angeles: University of California Press.
  5. Powell, A. (1997). The Greek World. New York: Routledge.