Biografías de personajes históricos

Axayácatl: biografía


Axayácatl (1449-1481) fue un Huey Tlatoani mexica, uno de los grandes gobernantes al frente del Valle de México y soberano de Tenochtitlán. Sucedió en la línea de mando a Moctezuma Ilhuicamina, su abuelo materno, convirtiéndose en el sexto emperador azteca y el más joven en alcanzar esta posición de alto rango.

Comandó varias conquistas importantes de la tribu mexica a lo largo de la región central mexicana entre 1469 y 1481, cumpliendo entre 12 y 13 años de mandato en los que rápidamente se hizo fama de jefe militar impecable, dominante y agresivo.

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Biografía 

Nacimiento

Aunque no se puede determinar con exactitud la fecha de nacimiento de Axayácatl, diversos historiadores concluyen que data de aproximadamente el año 1449. Lo que sí es incuestionable es que tuvo una corta vida, pues siempre fue descrito por los cronistas de la época como “mozo y de poca edad”.

Su nombre significa en náhuatl “rostro de agua”, en referencia a una cara de la que brota gran cantidad de líquido que podría atribuirse a su rostro transpirado, lleno de sudor.

Linaje de poder 

Su padre Tezozómoc era hijo de Itzcóatl, cuarto Huey Tlatoani, evidenciando un linaje familiar muy poderoso que más tarde se confirmaría con sus hijos Moctezuma Xocoyotzin, noveno emperador mexica y Cuitláhuac, décimo y penúltimo Huey Tlatoani.

El tercer hijo de Axayácatl, Tezozomoctli Acolnahuacatl fue el único que no ejerció un cargo de gobernante.

Tezozómoc no fue nunca emperador, pero tres de sus hijos sí lo fueron: Axayácatl y sus dos hermanos, Tízoc y Ahuítzotl.

Curiosamente Axayácatl era el menor de los tres y aún así fue el elegido para comandar las fuerzas militares como Huey Tlatoani por encima y primero que sus hermanos mayores. Esto fue una muestra contundente de su liderazgo innato.

Señor de la guerra

Victorias trascendentales

Como señor de Tenochtitlán libró muchas batallas, entre ellas una de las más importantes: La primera y más trascendental, la guerra con Tlatelolco, región vecina de Tenochtitlán.

Cuenta la historia que el disparador del conflicto fue el desprecio de Moquihuix, Huey Tlatoani de Tlatelolco hacia su esposa Chalchiuhnenetzin, quien era hermana de Axayácatl.

Moquihuix encontraba insoportable la compañía de su mujer, por lo que se refugió descaradamente en todas las demás concubinas con las que contaba, generando inconformidad y malestar en su esposa.

Ella le hacía llegar a su hermano emperador constantes quejas que acelerarían el clímax del conflicto entre las regiones vecinas.

Pero más allá del motivo que desató la violencia, ya estaba entre los planes del Huey Tlatoani conquistar dicha región.

Finalmente en 1473 se desató un enfrentamiento muy sangriento en el que los mexicas de Tenochtitlán dominaron el territorio Tlatelolco bajo el mando de Axayácatl, quien se apoderó de la zona de forma rápida y relativamente fácil.

Impusieron un gobierno liderado por un mexica y se apoderaron del importante mercado en auge de Tlatelolco aplicando el pago de tributos.

La importancia de esta victoria se debe al momento en que sucedió. Para entonces se había modificado drásticamente una alianza tripartita que dominaba el despliegue militar de los mexicas entre el gobierno de Tenochtitlán junto con Nezahualcóyotl de Tetzcoco y Totoquihuaztli de Tacuba.

La misma había llegado a su fin con las muertes de Nezahualcóyotl y Totoquihuaztli, por lo que el triunfo en la guerra civil contra Tlatelolco significó una consolidación en el poder, un renacer entre las cenizas.

Luego de la batalla, los nobles que habían apoyado la rebelión que antes provocó la separación de Tlatelolco y Tenochtitlán fueron asesinados y en su lugar se ubicaron otros nobles que manejaban perfectas relaciones de comercio y poder con los mexicas.

Acto seguido, Axayácatl comandó la conquista de la zona central del Matlatzinco de Toluca entre 1476 y 1477. Su objetivo: dominar el territorio que lo conducía a apoderarse del objetivo principal, el imperio tarasco.

Debacle y única derrota

Como se anticipaba, la campaña del Matlatzinco fue exitosa. El imperio del Huey Tlatoani de Tenochtitlán seguía en expansión, solo que esta ocasión tuvo un revés que significaría el principio del fin de Axayácatl.

Durante una de las disputas en Xiquipilco, Axayácatl fue retado por un guerrero conocido como Tlilcuetzpallin. En el duelo, el soberano de Tenochtitlán fue herido gravemente en una pierna.

Sin embargo la conquista se consumó y tomaron el poder de la zona en la provincia de Matlatzinco, para luego avanzar hacia Xalatlaco y Tzinacantepec.

Para la referida gran disputa por el poder hegemónico, Axayácatl avanzó con un ejército de 24 mil hombres hacia occidente con destino a Michoacán. La sorpresa que encontró no la había podido anticipar: los purépechas de Michoacán los doblaban en cantidad de soldados.

La derrota se mostró inminente. Los cronistas de la época afirman que los mexicas de Axayácatl “cayeron como moscas al agua” ante la arremetida de los purépechas de Michoacán, los dominantes de tarasco.

No tuvieron más opción que retirar las tropas y volver inundados de tristeza y decepción a Tenochtitlán. Los funerales masivos de guerreros caídos marcaron los días posteriores.

Axayácatl fue consolado por nobles y sacerdotes en su tierra, quienes le dieron la fuerza necesaria para seguir.

Es por eso que esta experiencia negativa terminó siendo parte imprescindible de su éxito, pues mediante la estrategia de ataque e inteligencia militar característica de Axayácatl, logró levantarse y salir adelante, avanzando con pequeñas victorias por otras regiones de oriente.

Pero de aquella derrota nunca pudo recuperarse por completo, y poco tiempo después enfermó gravemente. Al cabo de un año, hacia 1481, su hegemonía como líder llegó a su fin.

Axayácatl viajó a las peñas de Chapultepec a apreciar las efigies de su abuelo, Moctezuma Ilhuicamina, y la suya propia que había ordenado esculpir.

De regreso a casa, su estado de salud le impidió completar el camino y murió joven y mozo, como se le recuerda.

Logros en las artes

Sus dotes de guerrero y líder curiosamente no eran los atributos más interesantes y particulares de Axayácatl. Historiadores coinciden en que era un gobernante muy interesado en el arte y la poesía.

Se le atribuye el tallado del monolito que se conoce hoy como Piedra del Sol, objeto que contiene inscripciones sobre los ciclos del sol y el culto que se le hacía al astro rey en la época, popularmente conocido como el calendario azteca.

Durante su gestión como Huey Tlatoani, Axayácatl dedicaba su tiempo fuera de las batallas a las ciencias del calendario, ordenando y supervisando la labor de los canteros que esculpían la referida Piedra del Sol.

También se le reconoce como poeta y forjador de cantos. De sus poemas existen dos en particular que se conservan como joyas de la historia azteca, definidos como cantos de recordación.

En el primero hace referencia a sus ancestros, mientras que el segundo, titulado “Canto de los ancianos” plasma su pesar por la derrota de su ejército ante los purépechas de Michoacán, que escribió ayudado por un poeta anciano.

Su segunda obra es profunda y melancólica, mostrando el sufrimiento que impregnó su alma al fracasar en el campo de batalla, donde le causó mucho malestar la muerte de guerreros y capitanes que le acompañaron en sus conquistas épicas.

Así quedó marcado para siempre Axayácatl con una derrota inminente, la misma que terminó cobrando su vida a cuenta gotas.

Referencias 

  1. Quince poetas del mundo náhuatl, Miguel León-Portilla (2015).
  2. En torno a la historia de Mesoamérica, Universidad Nacional Autónoma de México, obra de Miguel León-Portilla (2004).
  3. Del señorío a la república de indios, el caso de Toluca: 1500-1600, serie Estudios del Ministerio de Agricultura, Margarita Menegus Bornemann (1991).
  4. Las conquistas de Moctezuma Xocoyotzin, Estudios de cultura náhuatl, 49, 209-221. Barlow, Robert (2015).
  5. Linajes Mexicas, Arqueología Mexicana, Vol. XVII, número 98, Federico Navarrete (2009).