Cuerpos celestes: definición, características y tipos
¿Qué son los cuerpos celestes?
Los cuerpos celestes son todos aquellos objetos naturales que pertenecen al universo, tienen tamaño mensurable y poseen masa, por ello son capaces de interactuar gravitatoriamente unos con otros. Designar a los objetos astronómicos como cuerpos celestes deriva del hecho de que pueden ser vistos desde de la Tierra, ocupando distintas posiciones en el cielo.
Algunos autores consideran que un cuerpo celeste es una entidad o cuerpo individual, distinta de un objeto astronómico. Otros incluso afirman que los cuerpos celestes son únicamente aquellos que pertenecen al sistema solar. En este caso, solo una estrella sería considerada un cuerpo celeste: el Sol, las demás no.
En este sentido, el hermoso cúmulo de las Pléyades (las Siete Cabritas o las Siete Hermanas) no sería un cuerpo celeste, aunque podamos verlo desde la Tierra. Pero una estrella individual del cúmulo si sería un cuerpo celeste, a menos que nos limitemos al sistema solar.
A lo largo de este artículo consideraremos como cuerpos celestes a aquellos que se puedan distinguir a simple vista, con instrumentos o son detectados por sus efectos en otros cuerpos conocidos, que tengan carácter individual y que además posean las características descritas al principio: tener masa y tamaño mensurable. Con la masa viene la capacidad de interactuar gravitatoriamente con otros cuerpos celestes.
Tipos de cuerpos celestes
Clasificaremos los cuerpos celestes en dos grandes grupos:
- Aquellos que emiten luz propia.
- Los que reflejan la luz emitida por otros astros.
En el primer grupo tenemos a las estrellas, mientras que en el segundo hay una gran variedad de cuerpos que incluye: planetas, satélites naturales, planetas enanos, asteroides, meteoroides, cometas y objetos transneptunianos.
Exceptuando a los planetas, los satélites y los planetas enanos, los demás objetos se clasifican como cuerpos menores del sistema solar.
Estrellas
Son gigantescas bolas de gas, fundamentalmente hidrógeno y helio, los elementos más livianos que existen, en cuyo interior hay un reactor nuclear que continuamente los transforma en elementos más pesados.
Gracias a estas reacciones, la estrella desprende enormes cantidades de energía, en forma de luz y calor.
Durante su vida, las estrellas permanecen en equilibrio gracias a la acción de la fuerza de gravedad que las comprime, y la presión de los gases constituyentes, que tiende a expandirlas.
Hay toda clase de estrellas, desde supergigantes hasta enanas, así como colores, que vienen determinados por la temperatura de la atmósfera estelar.
La vida de las estrellas depende de su masa inicial: las estrellas más pequeñas, cuya masa es semejante o menor que la de nuestro Sol, son estables y tienen vidas más largas. Las estrellas muy masivas en cambio, tienen vidas cortas y suelen terminar en eventos catastróficos de tipo supernova.
Planetas
Los planetas son cuerpos que carecen de luz propia, puesto que no poseen un reactor de fusión en su centro. Ellos orbitan alrededor de la estrella central, que en el caso del sistema solar es el Sol.
Los planetas del sistema solar se dividen en dos categorías: los planetas rocosos de tipo terrestre y los planetas gigantes, también llamados planetas jovianos, por ser Júpiter el prototipo. Los primeros son densos y pequeños, los segundos son livianos y de un tamaño mucho mayor.
Durante mucho tiempo los únicos planetas conocidos fueron los 8 planetas que orbitan alrededor del Sol, la Tierra incluida.
Pero en 1992 se detectó por primera vez un planeta extrasolar y cada año que pasa se descubren más. Casi todos son de tipo joviano, es decir, gigantes gaseosos en los que difícilmente se encuentre vida como la conocemos.
Sin embargo, se conocen planetas de tipo terrestre, siendo el planeta Kepler-438b, a 473 años luz de distancia, el que más se asemeja a la Tierra hasta la fecha.
Satélites naturales
Casi todos los planetas del sistema solar tienen satélites naturales, cuerpos rocosos que orbitan alrededor del planeta, en vez de hacerlo alrededor del Sol. Solamente Mercurio y Venus, los más cercanos al Sol, carecen de satélites.
Los planetas rocosos como la Tierra y Marte tienen pocos satélites, pero los planetas gigantes los cuentan por docenas.
El más grande de todos es Ganímedes, una de las cuatro lunas galileanas de Júpiter, llamadas así por Galileo, el primero en verlas a través de su telescopio.
Planetas enanos
Es una categoría más reciente de cuerpos celestes, cuyo miembro más conocido es el antiguo planeta Plutón.
Aunque poseen casi todas las características de los planetas mayores, se considera que los planetas enanos carecen de una órbita “limpia”, es decir, exclusivamente dominada por la gravedad del astro rey.
Hasta ahora los planetas enanos son, además de Plutón, Ceres, antiguo asteroide, Eris, Makemake y Haumea. De ellos, solamente Ceres es cercano a la Tierra, ya que pertenece al cinturón de asteroides. Los demás se encuentran más allá de la órbita de Neptuno, el planeta más alejado del Sol.
Asteroides
Un asteroide es un cuerpo rocoso del sistema solar, más grande que un meteoroide, pero más pequeño que un planeta. La mayor parte de ellos se encuentra en el cinturón de asteroides, la frontera que separa los planetas terrestres de los planetas jovianos.
El resto se encuentra disperso alrededor de la órbita de Júpiter y en menor medida de los demás planetas. La órbita de Neptuno constituye los confines naturales.
Son muy numerosos, hasta la fecha se conocen alrededor de 600.000, de los cuales unos 10.000 tienen órbitas cercanas a la de la Tierra.
Sus formas y tamaños son diversos. Palas y Vesta son los más grandes, con un diámetro aproximado de 500 km. Por eso rara vez se los puede ver a simple vista, a menos que pasen cerca de la Tierra.
Meteoroides
Son cuerpos celestes rocosos, más pequeños que los asteroides, pero de mayor tamaño que el polvo cósmico. Como máximo llegan a 50 m de diámetro.
Entre ellos se incluyen remanentes de asteroides y cometas fragmentados, escombros de la formación del sistema solar o rocas eyectadas de los planetas a causa de impactos colosales.
Cuando llegan a las cercanías de la Tierra o cualquier otro planeta y entran en la atmósfera se llaman meteoros. La fricción con las moléculas atmosférica los calienta y vaporiza, a causa de la gran velocidad con la que ingresan. Los fragmentos que consiguen impactar la superficie se conocen como meteoritos.
Cometas
Son astros hechos de roca, hielo, gas y polvo que orbitan en torno al Sol siguiendo alguna trayectoria de tipo cónica, casi siempre elíptica de gran excentricidad, lo cual quiere decir que se alejan considerablemente del Sol.
Cuando sus órbitas los acercan al astro rey, el calor del Sol y el viento solar dan origen a la cabellera y la cola características, pero al mismo tiempo fragmentan al cometa.
Buena parte de los escombros que dejan durante sus visitas permanecen en la órbita de la Tierra. Así se originan muchas lluvias de estrellas de aparición periódica en los cielos nocturnos.
Objetos transneptunianos
Como su nombre lo indica, son cuerpos celestes rocosos que se encuentran después de la órbita de Neptuno.
Plutón y su satélite Caronte, los plutinos, los plutoides, que son los planetas enanos como Eris, Makemake y Haumea, también son objetos transneptunianos.
Además están Sedna, uno de los objetos más alejados del sistema solar que se conocen hasta ahora, y los cuerpos que pueblan el cinturón de Kuiper, la nube de Oort y el disco disperso.