Sociedad colonial: concepto, características, pirámide social
¿Qué es la sociedad colonial?
La sociedad colonial se refiere al colectivo de personas que vivía en la América española. Los españoles, que habían conquistado un territorio que iba desde el Río de la Plata hasta el actual México, lo dividieron en varios virreinatos para poder gobernarlos de una manera más eficaz.
Los conquistadores trataron de organizar la sociedad de acuerdo a sus propias creencias y costumbres. La estructura creada respondía a una jerarquía bastante estricta, con los españoles en la parte alta de la pirámide ocupando todos los puestos de poder civil y religioso.
Con el tiempo, el siguiente escalón fue ocupado por los descendientes de esos españoles: los criollos. Esta clase social acabaría siendo la protagonista de los procesos de independencia que se iniciaron en el siglo XIX.
Los indígenas sufrieron un proceso de aculturación. Sus estructuras sociales quedaron diluidas en las coloniales y apenas contaban con derechos sociales o políticos. Por debajo de ellos se encontraban los esclavos, destinados a trabajar en las haciendas y en las minas.
Una de las características de la sociedad colonial en la América española fue el mestizaje. La consideración de estos mestizos fue variando con el tiempo. Sin embargo, acabaron convirtieron en el grupo más numeroso.
Características de la sociedad colonial
La gran mayoría de las sociedades coloniales intentaron reproducir las estructuras existentes en las diferentes metrópolis. Así, la pirámide social que apareció en Latinoamérica tenía bastantes coincidencias con la que había en España. No obstante, también se pueden encontrar diferencias, comenzando por la aparición del mestizaje.
Sociedad basada en la riqueza
Casi todos los colonos españoles que llegaron a tierras americanas lo hicieron movidos por la búsqueda de riquezas. Así, las sociedades de los distintos virreinatos acabaron divididas en estratos sociales marcados por la situación económica, algo que se reflejaba también en los derechos legales de cada uno.
Pérdida de las tradiciones indígenas
Cuando los españoles conquistaron sus territorios, los indígenas fueron obligados a abandonar sus tradicionales estructuras sociales y a adoptar la de los conquistadores. Normalmente, la mayoría de las comunidades residían en las zonas rurales, en los llamados “pueblos de indios”. Allí se encontraban sujetos a la autoridad de los corregidores y a los dueños de las encomiendas.
De esta forma, los antiguos calpullis de México o los ayllus incas fueron desapareciendo. En su lugar, los españoles crearon algunos cabildos indígenas, con autoridades elegidas por la comunidad pero bajo el mando de los colonizadores.
Sociedad de castas
Durante los siglos de dominio español, las sociedades de los virreinatos americanos se encontraban muy estratificadas. La parte alta de la pirámide social la ocupaban los españoles nacidos en la península. Tras ellos aparecían los criollos, los descendientes de españoles ya nacidos en América.
En los últimos puestos se encontraban los indígenas, los mestizos (divididos en numerosas castas dependiendo de las etnias de sus padres) y los esclavos llevados desde África.
Mestizaje
En las primeras décadas de colonización, durante el siglo XVI, no existió una sociedad única. Las leyes establecieron la creación de dos tipos de sociedad diferente: la “república de indios” y la “república de los españoles”.
Los segundos, en su mayoría, se agruparon en las ciudades, mientras que los indígenas habitaron las zonas rurales.
En el siglo siguiente la situación comenzó a cambiar. El mestizaje, debido en gran parte al escaso número de mujeres llegadas desde España, provocó que aparecieran diversos tipos de mestizos, las llamadas castas. Dependiendo del virreinato, surgieron leyes prohibiendo estas uniones y negando derechos a los mestizos, pero, al final, su número no paró de crecer.
Pirámide social
Como se ha señalado, la sociedad colonial en la América española se organizó de una manera jerarquizada. En líneas generales, la división principal era entre los privilegiados y los que no lo eran, aunque existían variantes en ambas clases.
Clases altas
Durante el siglo XVI, los conquistadores hicieron valer sus derechos para ocupar la cúspide de la pirámide social. Su objetivo era conseguir riquezas y poder.
Más adelante, cuando la organización política se estabilizó, fue la situación económica y las posesiones las que marcaron la pertenencia a la clase alta, sin olvidar el origen de cada persona. Así, los cargos políticos más importantes eran siempre ocupados por españoles peninsulares.
Esta discriminación para ocupar los puestos principales de poder político y eclesiásticos se mantuvo incluso cuando los criollos comenzaron a acumular riquezas.
Criollos
Los criollos eran los hijos de españoles ya nacidos en América. Su número fue aumentado con el tiempo y comenzaron a adquirir riquezas e influencia. Sin embargo, su acceso al poder estaba vetado, lo que provocó malestar.
Con el tiempo, los criollos fueron los líderes de muchos de los movimientos emancipadores que acabaron propiciando la independencia de los distintos territorios.
Mestizos
Otros de los grupos sociales cuyo número aumentó con el tiempo fueron los mestizos. Aunque existieron diferencias legislativas en los distintos virreinatos, en general fueron discriminados sus derechos eran casi inexistentes.
Entre las leyes desfavorables se encontraba la prohibición de poseer encomiendas, así como la de ejercer trabajos públicos.
Indígena
Las primeras leyes promulgadas por la Corona española relativa a los pueblos indígenas eran protectoras y paternalistas. Sin embargo, en la práctica fueron explotados por los dueños de las encomiendas y de las minas.
Una de las prioridades de la Corona y de la Iglesia fue evangelizar a los indígenas y que abandonaran sus tradiciones y creencias. En el aspecto positivo, esto permitió a algunos de ellos recibir una educación, aunque tenían limitado el acceso a muchos trabajos. Además, eran considerados como si fueran menores de edad.
Esclavos
Las epidemias llevadas por los españoles, así como el maltrato al que fueron sometidos por muchos hacendados y encargados de las minas provocaron una gran mortandad entre los indígenas. Ante la falta de mano de obra, los españoles recurrieron a esclavos africanos.
Sociedad colonial en Chile
Como en el resto de los territorios americanos, la sociedad colonial chilena era muy estamental. La movilidad social era escasa y lo normal era que cada individuo permaneciera toda su vida en el mismo estrato.
Estratificación
Los españoles que llegaron al territorio del Chile actual acabaron formando una élite militar. Más adelante, fueron ellos los que se encargaron de las encomiendas.
Por debajo de esta clase alta se encontraba un escalón bastante heterogéneo. Entre otros grupos lo formaban los mestizos que trabajaban en la minería del Norte Chico, los artesanos y los dueños de las haciendas pequeñas.
En la base de la pirámide aparecían los indígenas, los mulatos, los zambos y los propios esclavos negros.
En el virreinato del Perú
El virreinato del Perú fue creado por la Corona española en el siglo XVI, después de que los conquistadores se enfrentaran entre ellos por hacerse con el poder.
Organización social del Virreinato
La sociedad del virreinato del Perú estaba dominada por los españoles nacidos en la península, muchos de ellos nobles. Este grupo era el único que podía ocupar cargos públicos, tanto religiosos como políticos.
Por debajo de estos privilegiados se encontraban los criollos y algunos peninsulares dedicados a la industria y al comercio.
Los indígenas, por su parte, vivían en una situación de dominio por parte de españoles y criollos. La conquista los había dejado sin sus tierras y, además, estaban obligados a pagar tributos a la Corona. Por debajo de ellos estaban los esclavos negros llevados desde África.
En la Nueva España
Tras la caída del imperio azteca, en el siglo XVI, los españoles crearon el virreinato de Nueva España. Este comprendía el actual México, parte de los Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica, Honduras y otros muchos territorios.
Impacto demográfico
Uno de los aspectos que marcó la organización social en el virreinato de Nueva España fue el impacto demográfico que había tenido la conquista. Las enfermedades llevadas por los conquistadores y el maltrato a los indígenas en haciendas y minas causaron una gran mortandad en ese sector de la población.
Grupos sociales
Como en el resto de Latinoamérica, los españoles peninsulares coparon los altos cargos políticos y eclesiásticos. Además, también se convirtieron en el grupo más poderoso económicamente.
Los criollos, descendientes de españoles nacidos en el virreinato, ocuparon el segundo escalón en la pirámide social. Su estatus era superior al de esclavos, mestizos e indígenas, pero las leyes no les permitían ocupar puestos importantes en la administración colonial. Esto acabó provocando que lideraran muchos movimientos emancipadores.
Los mestizos, por otra parte, gozaban de la oportunidad de aprender oficios. En la práctica, no obstante, era casi posible que ascendieran en la escala social.
Las leyes promulgadas por la Corona española contenían medidas que debían proteger a la población indígena. Esto, sin embargo, no significa que la legislación se respetara sobre el terreno. En la mayoría de los casos, los indígenas eran obligados a trabajar en las haciendas, en unas condiciones casi esclavistas.
En el último escalón social se encontraban los esclavos africanos. Su destino era trabajar en las minas. Las uniones entre estos esclavos y los indígenas dieron lugar a los zambos.
En el virreinato del Río de la Plata
En 1776, el rey Carlos III ordenó la creación del virreinato del Río de la Plata, aunque su fundación definitiva se produjo dos años más tarde. El territorio comprendía Bolivia, Paraguay, Uruguay, Argentina, zonas del sur de Brasil y partes del norte de Chile.
Estructura de la sociedad
La etnia y la economía eran los factores que marcaban la posición de cada individuo dentro de la pirámide social del virreinato. Cada grupo tenía derechos y obligaciones diferentes.
En contadas ocasiones, una persona nacida en un estrato social podía ascender a uno superior, normalmente por matrimonio o por ganar mucho dinero. Sin embargo, para alcanzar la cúspide la pirámide era obligatorio ser español peninsular y blanco.
Un aspecto característico de la sociedad del virreinato del Río de la Plata fue la gran diferencia existente entre la sociedad rural y la urbana.
Sociedad urbana
La clase alta en las ciudades del virreinato estaba compuesta por los altos funcionarios, los miembros más importantes del clero, los terratenientes, algunos comerciantes y los empresarios más adinerados.
Por otra parte, a partir del siglo XVIII apareció en Buenos Aires una nueva clase mercantil que se hizo muy poderosa. Se trataba de los burgueses dedicados al comercio mayorista, una actividad que les proporcionó grandes beneficios económicos.
Como en otros virreinatos, la clase media era muy escasa. Normalmente, estaba concentrada en Buenos Aires y estaba formada por trabajadores comerciales, los funcionarios menores, los pulperos, los artesanos libres y los comerciantes minoristas.
La mayoría de la población pertenecía a la clase baja. Entre ellos había muchos mestizos que solo podían trabajar en el servicio doméstico. A comienzos del siglo XIX, la legislación sobre los mestizos era muy dura: no tenían derechos a tener propiedades, a ser vecinos o a abrir comercios.
Por debajo de los mestizos solo se encontraban los esclavos provenientes de África. El único derecho legal que tenían era el de no ser asesinados o mutilados por sus dueños.
Sociedad rural
En el ámbito rural eran los hacendados o estancieros los que ocupaban la parte alta de la pirámide social. Sin embargo, políticamente tenían que obedecer a los altos funcionarios de las ciudades y económicamente dependían en buena parte de los grandes comerciantes.
En estas zonas también destacó un personaje característico: el pulpero. Estos eran los dueños de comercios rurales denominados pulperías, que también vendían bebidas. Por su parte, el sector de los campesinos estaba dividido entre los pequeños propietarios, los agricultores y los peones a sueldo.
Otro de los habitantes más característicos del área rural fue el gaucho. Muchos de ellos eran descendientes de blancos procedentes de la ciudad e indígenas. En el campo adoptaron un modo de vida seminómada, siempre desplazándose por la pampa.
Los gauchos eran muy diestros a la hora de manejar caballos y cuchillos, lo que les facilitaba empleos temporales en las estancias.
Por otra parte, los indígenas de las zonas rurales eran considerados vasallos libres por las leyes españolas. A pesar de la teórica protección que estas les concedían, en la práctica acabaron trabajando en condiciones muy precarias.