Geografía

Cerro testigo: características y ejemplos


Un cerro testigo u otero son aquellos relieves que se encuentran aislados en un territorio llano. En consecuencia, consiste en un relieve residual que ha sido esculpido por el desgaste producido como consecuencia de la erosión.

Este fenómeno natural funciona como una especie de testimonio tanto de la evolución como del retroceso de una plataforma o de una cuesta. Se trata de un cerro producto de un resto proveniente de una antigua plataforma; dicho fenómeno aparece en un relieve donde se pueden encontrar capas de rocas blandas y duras localizadas horizontalmente.

cerro-testigo

Esto quiere decir que el paisaje de este tipo de cerro posee unas líneas horizontales que lo distinguen entre los demás relieves. Además, al aumentar el proceso de erosión —generalmente producida por los ríos— se van formando colinas. Esto puede ocasionar que un territorio esté colmado por varios cerros testigo que tengan una cumbre plana.

En otras palabras, se conoce como cerros testigo a estos relieves ya que han quedado como testigos de la plataforma que existió en ese territorio millones de años atrás, y que fue modificándose en el transcurso del tiempo mediante la erosión producida por el agua.

Un cerro testigo también se puede definir como una especie de colina cuya cima es plana rodeada por un notable acantilado, que finaliza extendiéndose en una amplia llanura. En ocasiones se puede emplear el término para referirse a un relieve que consta de una elevación mayor a la de una colina, pero no es tan alto como para denominarlo montaña.

Por ejemplo, en algunas regiones de los Estados Unidos se pueden contemplar unas colinas que constan de una cima plana y de líneas horizontales; sin embargo, no se puede afirmar que estos relieves son cerros testigo porque estos suelen ser de menor tamaño. Eso sí, ambas formaciones son producto de la erosión.

Índice del artículo

Características

Los cerros testigo pueden ser catalogados como “montes islas” y se caracterizan por haber sido preservados de la erosión, que ha desmantelado el resto de los materiales aledaños. Los montes isla se han mantenido protegidos gracias a una litología más resistente (rocas duras) que aparece en la cima.

Estos cerros también se caracterizan por ser muy útiles para los estudios de geología, puesto que son los únicos relictos que pertenecieron a unas formaciones geológicas que anteriormente recubrían una región y que fueron desplazadas por los agentes erosivos. Este proceso de eliminación “erosión-sedimentación” es propio de la geodinámica externa.

Así mismo, los cerros testigo se caracterizan por haber estado rodeados de agua, por lo que suelen estar ubicados cerca de ríos que dan una salida al océano. Según algunos estudiosos, estos relieves debieron haberse formado entre la edad Mioceno inferior y la Inferior media, teniendo en cuenta una cronología geomorfológica.

Algunos conocedores han establecido que, generalmente, estos relieves cuentan con una localización que posee una formación de edad finipaleógena, teniendo un fuerte carácter arcósico.

Esta formación no suele estar recubierta de sedimentos rojos, pues estos se presentan en la sedimentación miocena. De encontrarse estos vestigios rojizos, sería solo por los primeros tres o cuatro metros del cerro.

Diferencia con páramo

Los cerros testigo se diferencian de los páramos o mesas principalmente por las dimensiones de tamaño, ya que las mesas suelen extenderse a lo largo del territorio y son mucho más altas. En otras palabras, su principal diferencia es que los cerros testigo o “montes isla” se encuentran solitarios y son mucho más pequeños.

Además, el páramo abarca todo un ecosistema de carácter montano e intertropical, teniendo un predominio de la vegetación arbustiva, lo que lo clasifica en términos biogeográficos como una pradera debido a su tipo de vegetación.

En cambio, los cerros testigo se encuentran aislados y, aunque también cuentan con arbustos y matorrales, su vegetación es mucho menor.

Ejemplos

Los cerros testigo se pueden encontrar principalmente en países como España, Estados Unidos, Venezuela y otras regiones de América Latina. A continuación se presentan algunos ejemplos:

Montaña Pilot, ubicada en Carolina del Norte

Este particular cerro se encuentra en los Estados Unidos y es una de las características naturales más emblemáticas del estado de Carolina del Norte.

Su altura consta de unos 2421 pies sobre el nivel del mar y es un monte sobreviviente de las antiguas montañas de Sauratown. Fue designado como patrimonio de la humanidad en el año 1974.

Cerro La teta, ubicado en península de La Guajira

Este cerro testigo se encuentra ubicado en la zona noroccidental del continente suramericano, en el norte de Colombia. Forma parte del macizo guajiro y posee una altura de unos 370 metros. Su suelo se encuentra compuesto principalmente por feldespato.

Según los geólogos, este cerro formó parte de la plataforma de El Calabozo, la cual se encontraba al oeste de Venezuela; esta era poco profunda.

El cerro testigo de Castrojeriz, ubicado en España

Este monte no resulta interesante por su noción de testigo, sino que genera interés por su carácter estratigráfico; debido a su peculiar figura, forma parte de las singularidades geológicas de este país.

Dicho cerro se formó durante los sedimentos que se afloraron en la Cuenca del Duero, por lo que se calcula que apareció entre el Terciario y el Neógeno. A su vez, se formó durante tres ciclos o fases principales, transcurridas en el Mioceno medio y el Mioceno superior.

Cerros testigos en la región de Guayana, ubicados en Venezuela

En la región de Guayana, ubicada en Venezuela, se pueden encontrar varios cerros testigo que se formaron durante la desaparición progresiva de las rocas que cubrían el escudo guayanés. En consecuencia, el paisaje de esta zona se caracteriza por tener altiplanicies, tepuyes y otras series de colinas y lomas.

Uno de los ejemplos más conocidos de este país es la altiplanicie ubicada en la Gran Sabana, que cuenta con una extensión de unos 18 000 km2. En esta región no solo se pueden encontrar cerros testigos, sino también mesetas y tepuyes.

Teniendo en cuenta algunas fuentes científicas, se puede establecer que este fenómeno se originó en la era Arcaica; es decir, hace unos 1800 o 1600 millones de años.

Referencias

  1. Arismendi, A. (s.f.) “Guayana, un paisaje natural: relieve de antiguas alturas y planicies”. Recuperado el 1 de abril de 2019 de Fundación Empresas Polar: fundacionempresaspolar.org
  2. Dolores, E. (s.f.) “El espacio geográfico español”. Recuperado el 1 de abril de 2019 de Geografía de España: geoirm.wordpress.com
  3. Molina, E. (1991) “Alteraciones y paleoalteraciones en la morfología del oeste peninsular”. Recuperado el 2 de abril de 2019 de Google books: books.google.co.cl
  4. Ridruejo, C. (s.f.) “Patrimonio geológico del camino de Santiago”. Recuperado el 2 de abril de 2019 de Google books: books.google.co.cl
  5. “Cerro testigo”. Recuperado en 2 de abril de 2019 de Wikipedia: Wikipedia.org