Memorial de Agravios: antecedentes, contenido, consecuencias
El Memorial de Agravios fue un escrito elaborado en noviembre de 1809 por Camilo Torres Tenorio, quien ocupaba el cargo de asesor del Cabildo de Santafé, en Nueva Granada. La redacción del documento se produjo tras la invasión napoleónica de España y en una época en la que estaban surgiendo los primeros movimientos independentistas en América.
El detonante que llevó a Camilo Torres a redactar el Memorial de Agravios fue la escasa presencia de representantes de las colonias americanas en la Junta Suprema de Sevilla, una de las creadas para combatir a los invasores franceses en nombre del rey.
Torres, que como criollo había padecido las limitaciones impuestas a este grupo para ocupar cargos de relevancia en la administración, decidió enviar un escrito a Fernando VII. En él se quejaba de la falta de igualdad entre los nacidos en América y los peninsulares, a pesar de ser todos españoles.
El Memorial de Agravio no llegó a su destino, ni fue publicado hasta después de la muerte del autor. Sin embargo, sí llegó a conocimiento de parte del pueblo neogranadino, que lo tomó como una referencia en sus reclamos hacia España.
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El malestar en Latinoamérica por la manera de gobernar de los españoles había crecido mucho durante el siglo XVIII.
A las clases más desfavorecidas se habían unido los criollos, hijos de españoles nacidos en América. A pesar de su origen y de que habían ganado mucho peso económico, los españoles no les permitían acceder a los cargos más importantes de la administración y la Iglesia.
El autor del Memorial de Agravios, Camilo Torres Tenorio, pertenecía a una familia criolla, por lo que sufría las limitaciones impuestas por las leyes del Virreinato.
Uno de sus primeros acercamientos de Torres al mundo de la política del entonces Nuevo Reino de Granada se produjo en 1793. Ese año, Antonio Nariño había traducido los Derechos del Hombre y del Ciudadano al castellano, lo que provocó que las autoridades enviaran a la cárcel o al exilio a varios ciudadanos sospechosos de participar.
Además, el gobierno virreinal inició un proceso contra varios estudiantes del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, entre los que se encontraba Camilo Torres. Cuando las autoridades entraron en la biblioteca del centro encontraron varios libros franceses. Su reacción fue enviar esas publicaciones a la Inquisición para que comprobara su contenido.
Napoleón Bonaparte invadió España en 1808, encarceló al rey y nombró a su hermano José Bonaparte como nuevo monarca. Estos hechos serían determinantes para el futuro de las colonias americanas.
Cuando las noticias de la destitución del rey llegaron a Nueva Granada, ya a principios de 1809, los ciudadanos, entre ellos Camilo Torres, se posicionaron a favor del monarca encarcelado y en contra de los franceses.
Unos meses después, en agosto, varios criollos conformaron una Junta de Gobierno con sede en Quito. Como pasó en otras zonas del continente, en un primer momento la Junta juró lealtad a Fernando VII.
Como se ha señalado, la reacción de los neogranadinos al conocer que el rey español había sido depuesto de su cargo por los franceses fue de apoyo hacia el monarca.
Los españoles que resistían a Napoleón se organizaron en varias Juntas de Gobierno. En su intento de resistir, solicitaron ayuda a los habitantes de las colonias y anunciaron que invitarían a sus representantes para que asistieran a las reuniones de la Suprema Junta Central de Sevilla.
Los criollos vieron este gesto como un cambio en la actitud que las autoridades del Virreinato habían tenido hasta ese momento.
A pesar de lo anunciado por los españoles, al final solo un representante de cada territorio colonial fue invitado a participar en la Junta Suprema. Esto contrastaba con la presencia de dos representantes por cada provincia de la península.
La sensación de discriminación se extendió por todo el Virreinato, lo que impulsó a Camilo Torres a redactar el Memorial de Agravios. Este estaba dirigido al rey Fernando VII, todavía preso de Napoleón.
El texto del Memorial refleja los sentimientos que la decisión de la Junta Suprema había causado en Torres:
“(…) el Ayuntamiento de la capital del Nuevo Reino de Granada, no ha podido ver sin un profundo dolor que, cuando de las Provincias de España, aun las de menos consideración, se han enviado dos vocales a la Suprema Junta Central, para los vastos ricos y populosos dominios de América, sólo se pida un diputado de cada uno de sus reinos y capitanías generales, de modo que resulte una tan notable diferencia, como la que va de nueve a treinta y seis”.
Torres pedía que se estableciera un gobierno liberal y justo, además de solicitar que sus actitudes fueran más humanas. Además, exigía que se estableciera la igualdad de oportunidad entre los españoles peninsulares y los criollos.
Por último, en un punto que ha sido considerado por muchos expertos como un llamamiento a establecer un gobierno no absolutista, Torres reclamaba que el pueblo asumiera la soberanía nacional.
Como muestra del espíritu general del documento, Torres finalizaba pidiendo igualdad entre españoles europeos y los que él llamaba españoles latinoamericanos:
“¡Igualdad! Santo derecho de la igualdad; justicia, que estribas en esto y en dar a cada uno lo que es suyo, inspira a la España europea estos sentimientos de la España americana: estrecha los vínculos de esta unión; que ella sea eternamente duradera, y que nuestros hijos, dándose recíprocamente las manos, de uno a otro continente, bendigan la época feliz que les trajo tanto bien.
¡Oh! ¡Quiera el cielo oír los votos sinceros del cabildo y que sus sentimientos no se interpreten a mala parte! ¡Quiera el cielo que otros principios y otras ideas menos liberales no produzcan los funestos efectos de una separación eterna!”.
Aunque sí llegó a manos de muchos neogranadinos, el Memorial de Agravios nunca fue enviado a España. Fue el propio Cabildo de Santafé el que decidió archivarlo, ya que consideró que era demasiado duro con la Corona.
Tuvieron que pasar más de veinte años para que, en 1832, el documento se publicara, cuando ya había nacido la República de Nueva Granada.
Camilo Torres tuvo una importante participación en la Junta de Gobierno que se creó en su zona. Entre sus actividades destacaron la redacción del decreto legal que redujo las ventajas fiscales de las que gozaban los indígenas y el que concedió el derecho a voto a los pobres.
Cuando se creó el primer Congreso de Nueva Granada, Torres se convirtió en el representante de la provincia de Pamplona.
Camilo Torres se convirtió en presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada en noviembre de 1815. Sin embargo, este primer intento de independencia no duró demasiado.
Las desavenencias entre las provincias y las luchas entre las distintas corrientes que luchaban por el poder facilitaron que los españoles recuperaran el territorio.
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