Nártex (arquitectura): qué es, características, paleocristiano, románico
¿Qué es el nártex?
Nártex o pórtico del atrio es el vestíbulo porticado entre el atrio y el templo, cuyo espacio era destinado a los cristianos penitentes y catecúmenos. Este espacio dio pie para la formación de otros modelos considerados como variaciones de dicha estructura, como el exonártex, de carácter abierto, y el esonártex, considerado como una segunda parte de un nártex, que también era visto como una especie de pasillo.
Según algunos especialistas, estos recintos fueron las primeras construcciones que se erigieron con el fin de reunir a los adeptos y demás seguidores de la fe cristiana. Cabe mencionar que estas funciones cambiaron con el paso del tiempo gracias a la propagación de la religión.
En cuanto a su reproducción, la misma varió debido a la influencia de nuevas corrientes arquitectónicas provenientes de Occidente.
Origen del nártex
El nártex fue una estructura que surgió, en conjunto con la arquitectura paleocristiana, durante el siglo III. Durante este periodo, se establecieron los primeros espacios para la reunión de los practicantes de la fe, en medio de la persecución cristiana.
En dicha época, este espacio, de aspecto similar a un vestíbulo, reunía a quienes no eran aceptados aún por el resto de la congregación: los catecúmenos, leprosos, judíos y a los penitentes.
Según algunos registros históricos, existían dos tipos de nártex: uno de carácter exterior llamado exonártex, y otro interior conocido como esonártex. Estos tipos, a su vez, se encontraban separados por un atrio, lugar que servía para separar la iglesia del exterior.
El nártex y su relación con las basílicas
Asimismo, era común encontrar una fuente en los atrios para que los cristianos pudieran lavarse las manos. Algunos historiadores identifican este elemento como las primeras manifestaciones de las pilas de agua bendita.
Debido a las características de estos recintos, fueron llamados “basílicas”, cuya nomenclatura aún persiste en la actualidad, salvo con algunas diferencias debido a que varios de los espacios construidos en su época, cambiaron con el paso del tiempo.
Si bien en un principio el nártex era un lugar destinado a los penitentes, su nombre también cambió para pasar a denominarse “vestíbulo” y/o “porche”.
Las basílicas eran construcciones importantes en la Antigüedad grecorromana, y los cristianos imitaron sus formas para construir edificios religiosos y templos.
A partir del siglo IV, cuando el Imperio romano se vuelve oficialmente cristiano, se comenzaron a construir las basílicas con el atrio y el nártex, que es el vestíbulo porticado.
Características del nártex
Se pueden destacar algunos rasgos importantes sobre estos espacios:
– Su aparición data del siglo III y se calcula que se construyeron hasta el siglo XIII.
– En términos generales, se trataba de una nave separada de la iglesia con el fin de concentrar a los catecúmenos y demás fieles que no eran admitidos por el resto de los creyentes.
– Existían dos tipos de nártex: el interior, o esonártex, y el exterior, o exonártex, este último también daba paso al patio.
– El nártex exterior era empleado como una especie de “pasadizo del juicio”, para luego pasar a ser un cementerio. En cuanto al nártex interior, llegó a usarse como sitio para que se ubicaran las mujeres y demás personajes importantes de la sociedad.
– La gran mayoría de los nártex estaban conectados por los atrios o patios internos que separaban las iglesias del exterior.
– La construcción del nártex sufrió una serie de importantes cambios, en gran parte por la influencia de los diferentes movimientos arquitectónicos. De hecho, se dice que desapareció por completo durante el desarrollo del gótico.
– En la actualidad es posible encontrar algunos ejemplos de estas estructuras en abadías medievales, como las ubicadas en Cluny y Vézelay, o en la iglesia bizantina de San Salvador en Chora, Estambul.
– Según su etimología, su nombre se traduce textualmente como “hinojo gigante”, mientras que su significado en griego moderno es “porche de ingreso a una iglesia”.
Paleocristiano
Según algunos historiadores, esta etapa fue crucial para el desarrollo de las primeras edificaciones cristianas. A pesar de su nacimiento en Egipto y Siria, este tipo de arquitectura fue absorbida por Occidente.
Algunos aspectos interesantes que resaltan al respecto, es la presencia de simbología religiosa proveniente de las imágenes bíblicas –las cuales también destacaron debido a su valor decorativo–, el diseño de diferentes salas y espacios para la celebración de ritos, así como la congregación de fieles; y finalmente la aparición de las basílicas.
A raíz de lo anterior, es importante destacar los siguientes aspectos:
– Eran lugares de planta rectangular.
– Los espacios eran divididos longitudinalmente y por medio de columnas.
– Para acceder al templo era necesario cruzar el atrio y luego llegar hasta el nártex, y luego a los demás espacios distribuidos en la basílica.
– La distribución correspondía a la intención de hacer que el fiel fijara la mirada hacia la zona central donde se celebraba la liturgia.
– El exterior era sobrio y el interior destacaba por la riqueza de decoraciones.
– Fueron los primeros recintos que albergaron criptas y mausoleos de figuras religiosas importantes.
Románico
Esta arquitectura llegó a manifestarse en la Baja Edad Media (siglo XI hasta el XIII) y se caracterizó principalmente por conjugar componentes bizantinos y paleocristianos con estilos celtas y germánicos.
A diferencia del estilo anterior, en este hay una mayor preocupación por la decoración exterior, cuya tosquedad fue mejorándose con el paso del tiempo. Asimismo, las principales edificaciones se construyeron en Francia y España.
Durante este periodo, el nártex ya era un espacio resguardado por un par de torres de gran tamaño –esto en cuanto a basílicas y construcciones de gran tamaño–. Por otro lado, cuando se trataba de lugares de menores dimensiones o de estilo rural, la estructura era mucho más sencilla.
Asimismo, es importante destacar que los usos del nártex cambiaron drásticamente, puesto que fue destinado para la celebración de rituales o para ser reservados a personajes importantes de la sociedad medieval.
Desaparición
Con la llegada del gótico –época de transición hasta el Renacimiento–, la figura del nártex desapareció por completo, ya que se eliminó el lugar reservado a los catecúmenos, y porque no hubo necesidad de destinar un espacio específico, que ya estaba dándose a conocer como “vestíbulo” o “pórtico”.
De hecho, en ciertos documentos de la época se considera que el nártex es una especie de pórtico ampliado y de alguna manera conectada con el patio.